30 may 2010

Shrek Felices Para Siempre / Shrek Forever After, de Mike Mitchell

Colorín, Colorado

Miguel Cane




Apenas a tiempo para las vacaciones infantiles, y sin tanto éxito como sus predecesoras, llega la cuarta parte de una saga, que ya desde la cinta anterior se sentía cansada y aquí termina por dar de sí, a casi diez años del estreno de la serie.



La trama de hecho se advierte ya bastante desesperada. Ahora casado y padre ostensiblemente feliz, Shrek ya no espanta a los aldeanos ahora firma autógrafos y extraña los días cuando se sentía un "ogro real". Valiéndose de esto, Shrek es embaucado a firmar un pacto con el irresistible negociador Rumpelstiltskin (algunos lo recordarán como el enano Barabay), mismo que le ofrece volver por un día a los viejos tiempos a cambio de un día cualquiera de su vida. El problema es que el día escogido por Rumpelstiltskin es el día en que Shrek nació (y por lo tanto crea un nuevo mundo donde Shrek no existe ni existió).



De pronto Shrek se encuentra en una retorcida versión alterna del país Muy Muy Lejano, donde los ogros han sido perseguidos hasta su casi total extinción y Fiona es la lider del grupo caza-ogros, Rumpelstiltskin es el rey con un ejérctio de brujas a sus órdenes, el Burro nunca ha conocido a Shrek y le tiene miedo, el Gato con Botas es obeso y perezoso, Shrek y Fiona no se conocen (y Fiona no lo ama) y Lord Farquaad sigue vivo. Ahora, está en las manos de Shrek deshacer todo lo que hizo con la esperanza de salvar a sus amigos, restaurar su mundo y recuperar a su único y verdadero amor. Naturalmente, ustedes saben tan bien como cualquiera cómo terminará todo esto y es natural que lleve un obligatorio final feliz.

El problema básicamente, es que adolesce del mismo problema de todas las secuelas, y más aún si contamos con el hecho de que partía de una trama muy endeble: no tiene hacia donde ir.

Los gags son simpáticos, las multireferencias a otras películas y cuentos infantiles siguen ahí, pero ya saben a pan con lo mismo. Técnicamente no tiene problemas, es animación de primera línea (si bien carece del detalle y cuidado de Pixar) pero también se siente como un pretexto para lanzar líneas de juguetes y golosinas. No hay alma, no hay alegría, no hay magia ni socarronería en esta secuela innecesaria que, esperamos, sea ya la última de las aventuras del ogro verde de Dreamworks.

Shrek Forever After/ Shrek Felices Para Siempre
Con Mike Myers, Eddie Murphy, John Lithgow, Cameron Diaz, Justin Timberlake, Antonio Banderas y Julie Andrews
Dirige: Mike Mitchell
Estados Unidos 2010


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Las siete vidas de Antonio Banderas

Es el actor español más famoso y fácilmente reconocido del mundo. Tiene una carrera que ya casi suma treinta años, y ahora regresa a las pantallas como el célebre gato con botas de Shrek.

Miguel Cane

Nadie puede negarle a Antonio Banderas (Málaga, 1960) que ha llegado lejos. Desde su debut de mano de Almodóvar en Laberinto de pasiones, ha trabajado de manera incansable, siendo uno de los pocos actores que dio completamente el salto en el llamado “crossover” -- Salma Hayek es otro ejemplo- para convertirse en un superastro de Hollywood, sin temerle absolutamente a nada.




Ahora, tras un par de años de ausencia, Banderas regresa a la pantalla con Shrek Forever After en el papel del Gato con Botas personaje que debutó en la segunda entrega de la franquicia y que dice es la antítesis de los héroes que le ha tocado interpretar.

La popularidad y fuerza del felino, empero, le ha valido la creación de una película entera para DreamWorks a estrenarse en el 2012, para la cual ya empezó a trabajar con la mencionada Salma; por mientras, se prepara para volver a rodar con Almodóvar y Penélope Cruz la controversial nueva cinta del cineasta manchego titulada La piel que habito, con miras a estrenarse en 2011, mientras que este año también forma parte del elenco de la nueva cinta de Woody Allen You Will Meet a Tall Dark Stranger, que debutó en mayo en el Festival de Cannes.




Esta es la cuarta entrega de "Shrek", casi 10 años de éxitos, ¿Qué mantiene esta franquicia tan fresca y qué es lo que supones que atrae tanto al público?
¿Sabes? Yo creo que la base de todo es la posibilidad que ha dado la película para gustar a los niños y a los padres, pero muy especialmente a los padres ... Hay algo también muy importante ... la frescura que se da por el método de trabajo: nosotros no estamos absolutamente condicionados a decir las líneas de una manera específica sino que se nos permite mucho improvisar ... y yo sé que ese no es el método que se hace en todas las películas de animación.

¿Qué hay de Antonio en el Gato con Botas?
El Gato me ha dado la posibilidad de reírme de mí mismo y de reírme sobre todo de algunos grandes personajes que he hecho que son casi mitológicosm como "El Zorro", como "Desperado", como "El Guerrero 13". Películas heroicas donde he hecho personajes muy grandes. Es un alivio poder divertirme con eso.

¿Dirías que el Gato sería como la antítesis?
¡Exactamente! De pronto todo eso se queda reducido a un gatito. Se convierte en un alter ego de algunas de las cosas que he hecho, pero no tanto de mí. ¡Ojalá! A mí me gusta mucho el gato, me gustaría ser tan irónico como él y tener de alguna forma el misterio que tiene él.




No será el Zorro, pero este Gato ha tenido tanto éxito que están haciendo una película sobre él ¿Qué nos puedes adelantar?
Lo que te puedo adelantar sin revelar mucho es que es una película que se separa un poquito del estilo de "Shrek", que no va tanto por la anticultura o por reírse del pop sino se apoya mucho más en lo épico.

¿Aparecerán otros personajes de "Shrek?
No, esta vez él es el único. Todos los personajes que lo rodean son nuevos porque vamos desde el principio de su vida ... Está en un orfanato y tiene algo de "Oliver Twist" la historia. Es muy dulce y es casi emotiva en algunos momentos. Pero no pierde el humor que lo distingue. Ya verán, es una grata sorpresa.

Estás participando y produciendo cine animado en España (como el cortometraje postulado al Oscar "La Dama y la Muerte") ¿Cuál es el próximo proyecto de Kandor Moon?
Estamos ahora realizando nuestro segundo largometraje, que se llama "Goleon". Estamos desarrollando incluso nuestro propio software, trabajando para ello con empresas de innovación en España, con la Universidad de Granada y nuestros propios programas de 3D estereoscópico, que son espectaculares.

¿Qué aprendiste de "Shrek" que te sirva para esto?
Mucho. Sobre todo el método para trabajar con los actores que van a estar en la película y eso es precisamente lo que yo voy a hacer en "Goleon", dirigir las voces, y producir.

Hablando de dirección, tienes dos películas como tal: Crazy in Alabama y El camino de los ingleses ¿Vas a volver detrás de la cámara?
Tengo algunos planes. Acabo de terminar ahora mismo una fusión de mi compañía, que ha operado durante cinco años a un nivel muy humilde, y vamos a dar un salto cualitativo y cuantitativo ... Vamos a atacar una película probablemente con Melanie (su mujer, la nominada al Oscar Melanie Griffith) porque me apetece mucho dirigirla otra vez y ella tiene muchas ganas de trabajar, como nunca la había visto en estos 15 años, desde que tuvimos a Stella. Esta película va a ser más fuerte. No te puedo adelantar muchas cosas pero va a sorprender mucho.

¿Cómo te fue trabajando con Woody Allen?
¡Fue algo fantástico! Yo iba con un cierto miedo, porque aunque soy un gran admirador de toda la vida, tenía algunas reservas, me habían dicho que era frío con los actores, que no les decía mucho. Pero para mí era una fuente de información. Yo lo que hacía era ir y preguntarle y en el momento que le daba al botón, él me daba toda la información que le pedía. Creaba un ambiente en el set de trabajo fantástico. Me gustó mucho su lógica. Date cuenta que yo en el año 85 llevaba una camiseta con la cara de Woody Allen, con un gorrito y las gafas. Cuando llegué al set y lo vi exactamente igual no me lo podía creer. ¡Era trabajar con una leyenda!

¿Qué puedes decir de tu personaje?
Básicamente soy el dueño de una galería de arte y contrato a Naomi Watts y entre los dos ocurre algo. ¡Pero no se más porque Woody me dio solamente mi parte (risas) ... Después el día que llegué por primera vez a rodar me dio el guión y yo le pregunté, "¿Quieres que lo lea, el guión completo?" Y él me dijo (imita la voz de Allen en inglés): "No es necesario. Es decir, si quieres leerlo es tu decisión, pero puedes hacerlo sin leerlo". Y yo decidí no leerlo. Él me dijo que mi papel era completamente independiente del resto de la película, por lo tanto me sorprenderé cuando la vea.

¿Y la vuelta con Pedro...?
Es un sueño muy acariciado por ambos. Hace años que adquirió los derechos de una novela llamada Tarántula, de Thierry Jacquot y ha sido un proceso muy largo, hacer la adaptación, para dejarla como a él le gusta. Además, la logística, lograr que todos estuviéramos disponibles. No ha sido fácil, pero tengo muchas, muchas ganas de volver a trabajar con él, y de trabajar con Penélope.

¿Te atreverías a decir que has triunfado?
Pues no lo sé, pero me gusta creer que algo bueno debo haber hecho, que estoy haciendo esto, que es mi pasión y viviendo de ello. Me siento profundamente feliz, y agradecido. No siempre puedes hacer lo que quieres y yo hasta ahora lo he conseguido. Es trabajo duro y mucha suerte. Aquí sigo, y seguiré... ¡como el Gato con Botas, parece que tengo siete vidas!



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25 may 2010

Persépolis, film de Vincent Paronnaud y Marjane Satrapi (01) - por Angélica Ponce

Angélica Ponce

¿Quién se acuerda de Persia? En el mundo occidental casi nadie. Los libros de historia lo miran como pasado. Y no es que haya desaparecido, como tantos otros países tras una guerra, simplemente cambió su nombre por Irán.

Sony Pictures Classics' Persepolis


Aunque discreto, este país actualmente dirigido por Mahmoud Ahmadinejad no deja de provocar sísmos internacionales. El más reciente, la firma de un acuerdo con Turquía que permite el intercambio de uranio entre ambas naciones ya que, con el establecimiento de un régimen islámico fundamentalista y expansivo —que ha llevado a su propia población a sufrir el extremismo de sus formas políticas, militares y de pensamiento—, no se descarta la existencia de un transfondo armamentista nuclear.

Con una beligerancia interminable, sin pies ni cabeza, que despertara en la nación tras el derrocamiento del Sha de Persia en 1979, Irán comenzó a reescribir su historia como una república islámica fundamentalista. La izquierda y el laicismo fueron prácticamente aniquilados y la derecha se volvió ultraconservadora. Los velos cubrieron el pelo femenino y las prendas asexuadas, holgadas y oscuras, sus cuerpos. También los desnudos desaparecieron de cualquier expresión artística. El arte fue reprimido. Los integristas tomaron el poder. Todo se volvió blanco y negro como en Persépolis, de la historietista Marjane Satrapi.

Sony Pictures Classics' Persepolis


Y es que, Satrapi pudo retratarse a ella y a su patria con esa crudeza e ingenuidad objetiva que sólo el amor en la distancia, confiere. Primero convertida en novela gráfica y luego llevada al cine, Persépolis (Francia / Estados Unidos, 2007) se ha convertido en uno de los trabajos literarios y fílmicos más aclamados por la crítica.

Con una labor estética marcadamente expresionista, en Persépolis se va trazando la historia de Marji, una pequeña que crece entre el idealismo revolucionario de su familia y los cambios políticos de Persia, hasta llegar al Irán de principios del siglo XXI, paradójicamente dibujado fuera de su propio territorio.

Sony Pictures Classics' Persepolis


Así, 1979 marcar el inicio del filme con una pequeña de apenas 9 años de edad que sueña con llegar a ser una profetisa. Su instrucción académica y la religiosidad transitan por el laicismo sin problemas, sin contradicciones. El “hablar” con Dios nunca se mira como una exaltación del fundamentalismo, sino como una interpretación infantil de la ética aprendida en un ambiente de tolerancia y búsqueda republicana de una causa social común, tanto que Dios tiene “un aire” Carlos Marx.

Sony Pictures Classics' Persepolis


Llega la revolución y el nuevo régimen impone sus reglas; disuelve las libertades. Muy pronto aprende a someter. La intolerancia y la ambición llevan entonces a la generación de un nuevo conflicto, ahora con el país de al lado: Irak. Una guerra que resulta tan infructuosa que hoy día nadie sabe quién ganó.

Abba, Iron Maiden, el rock y el punk se vuelven tan irreverentes como una fémina con un par de zapatillas deportivas Nike y una chaqueta. Conseguirlos es todo un desafío, un rito underground, donde los dialers se mueven entre la oferta y el regateo cual entes perversos que se saben capaces de corromper.

En la posguerra, los horrores se disuelven en formas a veces oníricas e irregulares de los escenarios, incluso la rudeza del desarrollo corporal de la niñez a la adolescencia de Marji se ve beneficiada de las amorfas formas que, por ratos, coquetean con un Picasso gestante.

Sony Pictures Classics' Persepolis


Austria da otra perspectiva: la del exilio, lo ajeno, la no pertenencia. El dolor de crecer sin la familia, sin las raíces, en un universo que mira con prejuicios o curiosidad lo desconocido o, mejor dicho, lo único que siempre se sabe de la radicalidad, para llegar a esa vuelta irremediable a un hogar que ha dejado de serlo y que impone un nuevo estado: la pérdida de la rebeldía a fuerza de no hacer nada, de conformarse, de convertirse en un espíritu adormecido y que, sin embargo, también puede y llega a despertar cuando resulta imposible reconocerse frente al espejo.

Sony Pictures Classics' Persepolis


Con algunos momentos en color, los cambios se manifiestan. La libertad de elegir y la temporada de renuncias se hacen necesarias. París es la opción, luego de un divorcio y la intransigencia de un instituto que no enseña, unas leyes que no otorgan derechos, y una intolerancia hacia los propios.

Manufacturada bajo la dirección conjunta de Vincent Paronnaud y Marjane Satrapi, la cinta no cuenta con dramatismos fáciles o moralinos y mucho menos con argucias de víctima. Toma los hechos y los narra. Incluso las acciones y decisiones tomadas son narradas como esos recuerdos que nacen de mirar un álbum fotográfico. Persépolis es, sin duda, una de esas cintas que en tiempo de intolerancia bien vale la pena mirar.

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22 may 2010

El Secreto de sus Ojos, de Juan José Campanella

A Cadena Perpetua

Miguel Cane



Aclamada desde su estreno en el Festival de San Sebastián y reconocida con un sorpresivo Oscar a la Mejor Película en Idioma Extranjero (desbancando al mismísimo Haneke y su joya perturbadora: La Cinta Blanca), esta tercera colaboración entre Juan José Campanella y Ricardo Darín, supone un nuevo triunfo para la pareja artística.






La jugada esta vez es más arriesgada: el sentido del humor, del drama y en definitiva, la humanidad que desprendían El hijo de la novia o El mismo amor, la misma lluvia se entretejen con la trama de un violento e inquietante thriller de suspenso que no rompe con la temática de las anteriores, sino que se unifica muy bien: de las anteriores El secreto de sus ojos hereda su estupendo sentido del humor y del tino que Campanella tiene con los elementos sentimentales de la trama, que son todavía más de los que parecen.




Un guión bien cimentado, tomado de una novela de Eduardo Sacheri, reforzado además por el estupendo trabajo de todo su elenco –destacando Darín, Guillermo Francella, además del hallazgo de Soledad Villamil- sirven al director para elaborar una cinta en la que la mezcla de géneros cuaja insertada en una investigación de un acto criminal: el brutal asesinato de una joven profesora, y la cadena de trascendentales hechos personales que desencadena para los investigadores. Jugando con las idas y venidas al pasado del personaje protagonista, la cinta ilustra los recuerdos, vaivenes emocionales y los vacíos vitales de sus protagonistas con la misma maestría a la que Campanella nos tiene acostumbrados en sus mejores títulos. Pero es que además riza el rizo integrándolos en una intriga que recorre todos los años de la dictadura argentina, sugerida en sus inicios, por algunos frustrantes episodios relativos a la corrupción de la Justicia.




La cinta se beneficia de los buenos diálogos y la tensión sexual no resuelta entre Darín y Villamil, pero además goza de estupendos persona que no distraen de la investigación del asesinato. No obstante, uno de los pocos inconvenientes viene precisamente de aquí, ya que un ligero recorte no le habría hecho daño. Y esto es un pequeño “pero”, porque mantiene el interés y resulta un filme emotivo, divertido e incluso inquietante. Campanella ubica la cámara y mueve a sus personajes por el escenario. En las largas escenas de interrogatorio, Darín es capaz de retener la atención captada.

La resolución es brutal, lógica, muy bien establecida y dejará al espectador impactado, pero no desolado. Eso, en un mundo en que se puede decantar fácilmente por la violencia, la brutalidad o la superficialidad, hace que todo encaje y que la cinta que hace un recorrido por el panorama siniestro de los años 70, cuando en Argentina se vivían épocas turbulentas, el aire estaba enrarecido y nada era necesariamente lo que parecía ser, resulte en la suma total de sus partes, un film sumamente recomendable.

El Secreto de sus Ojos
con Ricardo Darín, Soledad Villamil, Guillermo Francella, Pablo Rago, Javier Godino, José Luis Gioia, Mario Alarcón, Mariano Argento, Ricardo Cerone, David Di Nápoli
Dirige: Juan José Campanella
Argentina/ España 2009

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El secreto de Ricardo Darín

Es, probablemente, el actor argentino más famoso a nivel internacional. Sin embargo, el protagonista de El Secreto de sus Ojos (ganadora de un Oscar), no cae en el juego de la fama y prefiere el trabajo donde esté.

Miguel Cane






Alto y jovial, el ojiazul Ricardo Darín (1957) ya era una figura muy reconocida en Argentina, cuando en 2001 filmó a las órdenes de Juan José Campanella El Hijo de la Novia, filme en que compartió créditos con Héctor Alterio y Norma Aleandro, Sin imaginárselo, esa pelicula literalmente le cambió la vida y ahora tiene una carrera aclamada internacionalmente con otros filmes como Nueve Reinas, Kamchatka, El Aura y ahora, El Secreto de sus Ojos, un filme conmovedor e impactante que causó sensación en su estreno en el Festival de San Sebastián, y posteriormente obtuvo el Oscar a la Mejor Película en Idioma Extranjero, desbancando a la favorita de todos: La Cinta Blanca, de Michael Haneke.






La cinta, dirigida por Campanella, y basada en una novela de Eduardo Sacheri, cuenta la historia de Benjamín Esposito, investigador judicial retirado, que está obsesionado con un brutal caso de violación y asesinato cometido en 1974 que por circunstancias de corrupción política quedó sin resolver y que, veinticinco años más tarde, decide cerrar de una vez por todas. Darín interpreta a Esposito con un aire de gentileza y ternura, pero sin dejar de lado una implacable tenacidad. Estas características de su personaje, señala, le parecieron irresistibles en papel, y lo llevaron a lo que califica de “la actuación más difícil y satisfactoria de mi carrera,”

¿Cómo interpretas el éxito internacional que ha tenido la película?
“Me parece que existen varias explicaciones posibles. La fusión entre una historia de amor despojada de prejuicios y un thriller de misterios sin resolver es muy atractiva. Sin embargo, me parece que la verdadera atracción es el contexto socio-político en que la historia de desarrolla. Ese viaje al pasado en la narración es un momento particularmente traumático para la historia argentina, los años setenta. Siempre que se viaja al pasado, sobre todo en las últimas realizaciones, se habla mucho de la dictadura, pero muy pocas veces se profundiza en los momentos previos, o sea, en lo que posibilitó la violencia del Estado. Y eso es lo que se explora más a fondo aquí.”







¿Cuál fue la reacción en tu país ante la cinta?
“La gente está orgullosa porque este tipo cine también se puede hacer acá, no está limitado sólo a un mundo anglosajón. Esto es muy interesante porque a los latinoamericanos nos cuesta mucho creer en nosotros mismos en ese aspecto, y esa es una injusticia tremenda, porque acá hay muchísimo talento. No sólo hay muy buenas historias, también existen buenos actores, directores, técnicos de primera, buenos escenógrafos, grandísimos iluminadores. Lamentablemente no lo creemos y nuestra mirada siempre está puesta afuera, en lo que se hace en Estados Unidos, en Europa. Pensamos “no podemos hacerlo”, pero creo que es una idea que se va venciendo poco a poco.”

Alguna vez hablaste de la posibilidad de un cine latinoamericano que pudiera se un referente para el mundo, ¿te queda más claro ahora?
Me parece que tal vez una fusión entre un estilo que abre puertas en el mundo, como el de Campanella o el de Marcelo Piñeyro, y una esencia narrativa autóctona, podría dar buenos resultados. Eso no quiere decir que todo el mundo tendría que hacer lo mismo. En cine, cada director tiene su propia mirada, cuenta su propia historia con su propio lenguaje, pero me parece que eso sería una buena forma de darse a conocer en el mundo. El cine viaja lejos y permite ver la historia de un pequeño pueblo de Polonia y descubrir que somos menos diferentes de lo que creemos. A los seres humanos nos pasan más o menos las mismas cosas. En todas partes del mundo hay una acumulación de riqueza en un sector que es mínimo y un sector mayoritario que sostiene con su trabajo y con su esfuerzo y espera que algún día las cosas sean mejores.





¿Hay algún ejemplo de eso, en tu experiencia?
Por ejemplo, mira, recuerdo que una vez estando en Brasil, la gente me hablaba mucho de Luna de Avellaneda. Yo no estaba al tanto de que hubiese sido un éxito, pero noté que había cierta movilización con la película. Luego entendí que la composición social de Brasil es la misma que acá: los clubes de barrio tenían tanta importancia como acá. Esos lugares eran en donde los chicos, en vez de estar en la calle, como están hoy, estaban haciendo deportes, se acercaban a la lectura, a la cultura, hacían amigos, conocían a su novia que seguramente sería su mujer. Los niños que hoy están en la calle sin ningún tipo de contención, estaban en esos clubes de barrio, era el lugar de protección, de contención y en Brasil había ocurrido lo mismo, por eso la historia había pegado tan fuerte allá, todo el mundo me hablaba emocionado de la historia.

¿Qué balance haces de tu experiencia con El Secreto de sus Ojos?
Bueno, son muchas cosas. El balance, como dices, es muy bueno. A mí me gustaría tomarme las cosas con un poco más de calma, pero parece que no se puede. Es lógico entender que el sólo hecho de estar en un festival con una película supone demanda periodística por un lado, compromisos con las producciones por otro, etc. Ahora, si te tocan dos películas. Lo único peor que te puede pasar es tener tres (risas), y a mí me ha pasado.

¿Cómo te sientes al haber protagonizado una película así?
Estoy loco de alegría. Pero es algo que se debe a tantas cosas. Normalmente, la tendencia es a fijarse en los actores que somos la cara visible de las películas. Y para que nosotros podamos ser la cara visible hay un equipo de cien personas que han trabajado mañana, tarde y noche para hacernos las cosas más fáciles. Yo tengo mucha confianza en que va a funcionar bien, la forma de pararse delante de una historia bien contada -y creo que está lo es- es la misma en todas partes. También es verdad, que la cosa cambiará en los lugares donde la película necesite traducción. Ahí no me meto. Es un terreno muy frágil y algunas terminologías son muy precisas para entender al personaje. Pero bueno, son riesgos que hay que correr, no queda otro camino.

¿Volverás a trabajar con Campanella en un futuro?
Yo acompaño a Juan en su proceso de hacer cine desde hace diez años. Tuve el honor de que me convocara en la primera que hizo en Argentina, a partir de ahí iniciamos nuestro camino juntos. Yo volveré a trabajar con él bajo cualquier condición. Es un cineasta estupendo.

La memoria tiene una presencia fundamental en la película y especialmente en tu personaje. ¿Qué sensación te ha quedado después de interpretar a Esposito?
Creo que él inicia ese viaje por su obsesión con un caso, pero sin saber que se está metiendo en algo que va acabar actuando como un espejo consigo mismo. Esa obsesión lo obliga a viajar al pasado y a analizar cada uno de los detalles hasta tal punto que hace una elaboración de lo que debería haber ocurrido en el pasado y arriesga distintas variables, porque nadie tiene la certeza de lo que ocurrió y de hecho la película ofrece varias opciones. Este viaje también obliga a desconfiar de los recuerdos, a tratar de ser cada vez más específicos y valientes a la hora de reconocer los detalles y cosas que pasaron.

Entonces, lo que la trama encierra es que no hay que olvidar.
No, nunca más. Sin memoria, no hay redención y todo habría sido en vano. Hay que aprender de nuestros errores y nuestros horrores para poder mirar a un futuro distinto, sin caer en lo mismo.



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16 may 2010

Definitivamente, tal vez / Definitely, maybe, de Adam Brooks

Miguel Cane


Universal Pictures' Definitely, Maybe


Tradicionalmente, el género de la “comedia romántica”, desde sus primeros ejemplos clásicos – como Sucedió una noche (Frank Capra, 1934)- ha sido representado por cintas principalmente dedicadas al púbico femenino. Esto ha resultado en que las protagonistas por antonomasia de este tipo de películas – como Meg Ryan, Julia Roberts, Sandra Bullock, etcétera- tengan carreras con éxito popular.

Sin embargo, que una ostensible comedia romántica sea protagonizada por un hombre y tenga un punto de vista masculino, es algo poco usual en Hollywood. Este es el caso de Definitivamente, tal vez donde Ryan Reynolds (Blade 3) interpreta a Will Hayes, un padre treintañero en pleno trance de divorcio. Su hija, Maya (Abigail Breslin, la Pequeña Miss Sunshine), que tiene diez años le pregunta cómo era su vida antes de casarse y a él no le queda más remedio que contestar (idea similar al concepto del programa de TV Cómo conocí a su mamá).


Abigail Breslin and Ryan Reynolds in Universal Pictures' Definitely, Maybe


La historia de Will inicia en 1992 cuando se muda de Wisconsin a Nueva York para trabajar en la campaña presidencial de Bill Clinton. Poco a poco, rememora su pasado de joven idealista que aprende los tejemanejes de la política y le cuenta que conoció a tres mujeres que le dejaron huella. Por supuesto, intenta construir una versión "adecuada" para su hija y cambia los nombres de las protagonistas.

La ingeniosa Maya junta las piezas del rompecabezas romántico de su padre y entiende que el amor no es fácil. Mientras él le cuenta su historia, ella le ayuda a ver que nunca es demasiado tarde para buscar lo que es el verdadero amor. Las actrices que encarnan a dichos amores que van y vienen en la vida de Will son uno de los pretextos para ver la cinta, que pese a su propuesta argumental, se vuelve un poco predecible y sosa.


Ryan Reynolds and Isla Fisher in Universal Pictures' Definitely, Maybe


La que mejor librada queda es, naturalmente Rachel Weisz, aunque, para ser justos, este punto es el que no resulta previsible. Puede que sea ella la mamá y puede que no, pero ¿acaso importa, si está claro desde el principio que están divorciados? Ella se nos presenta como la amante de un intelectual encarnado por Kevin Kline (en una breve aparición), y sus "rivales" sin saberlo son Elizabeth Banks y la pelirroja inglesa Isla Fisher.

Este reparto saca de apuro a Reynolds, que se nota está fuera de rango: no es convincente como el Will universitario, pero tampoco como el padre que nos cuenta la historia. No es que lo haga mal, de hecho trabaja con ganas y sostiene el peso de la película y tiene la apostura y carisma que se requieren, pero es inevitable pensar ¿qué habría sido este papel en manos de un actor del estilo (no la edad) de Hugh Grant? Quizá lo habría hecho estupendamente – este tipo de películas son su especialidad-, pero quizá el resultado final sería demasiado de “padre galán con nena”, y lo que hace que esta historia salga del montón y sobreviva su ocasional sosería, sea la normalidad del padre y su dinámica con la pequeña.


Ryan Reynolds and Rachel Weisz in Universal Pictures' Definitely, Maybe


El título sorprendentemente se ha respetado en español y es de agradecer, ya que es una respuesta que una chica le da a Will y que viene a ser una clave sobre la naturaleza del amor que busca describir como algo definitivo... tal vez, o algo que definitivamente está claro que tiene razón de ser. La película cumple, el elenco – especialmente la Weisz y la Breslin- sale avante y el espectador, especialmente el masculino, a quien esta cinta va dirigida, no se sentirá que ha perdido el tiempo, lo cuál en sí puede que sea, además de lo ya dicho, su mejor atributo.

Definitivamente, tal vez/Definitely, maybe
Con Ryan Reynolds, Abigail Breslin, Elizabeth Banks, Isla Fisher, Kevin Kline y Rachel Weisz.
Dirige: Adam Brooks
Estados Unidos/Gran Bretaña, 2008



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15 may 2010

La Edad del Deseo / Chéri, de Stephen Frears

El Deseo de la Mujer Madura

Miguel Cane




Parece que fue ayer cuando Michelle Pfeiffer iluminó la pantalla con su arrobadora interpretación de Madame Marie de Tourvel, que fuera seducida por el despiadado Valmont (interpretado por John Malkovich) en la formidable versión de Relaciones peligrosas dirigida por Stephen Frears, que precisamente la dirige nuevamente en Chéri (presentada en Latinoamérica como La Edad del Deseo, evocando a otro gran éxito de la actriz: La Edad de la Inocencia) un melodrama ambientado en plena “Belle Epoque” antes de la Primera Guerra Mundial.





El trabajo es impecable como entonces, si bien la diferencia en el rol de la Pfeiffer es radical; ahora interpreta a Lea de Lonval, una elegante y seductora cortesana preferida por la alta sociedad pero con bastante conciencia de si misma y del destino de sus congéneres. Todo cambia para esta mujer, cuando, de buenas a primeras, se descubre enamorada locamente de un joven al que apoda Chéri (Querido) y que le cambiará drásticamente el destino establecido, desafiando las convenciones sociales.




El film esta basado la novela de la autora Colette de 1920 y en su equipo, Frears se reún con el guionista Christopher Hampton y el director de fotografía Darius Khondji, con quienes trabajó en Relaciones... para demostrar que son un grupo de artesanos experimentados que entiende de películas de época como ningún otro.

Frears inicia la cinta como una comedia de enredos pero el guión esconde un fondo más amargo que se va revelando paulatinamente y que culmina con un final dramático. Estos dos ejes sobre los que pivota la película, el tono ligero con chispa y la carga dramática encajan sin quedar demasiado forzados.







La película esta en su mejor momento cuando Michelle Pfeiffer aparece en pantalla, donde en el aspecto visual, su ambientación y sobre todo su vestuario recrean una época de forma notable, con sus ropas suntuosas, preciosos hogares y extensos jardines donde se desarrolla la trama que están tan bien registrados que se sienten como parte de esta historia, que en otras manos y con otra actriz, tal vez devendría en un melodrama ordinario.




Sin duda lo mejor de la cinta es el registro que logra la Pfeiffer con este director que sabe sacarle provecho nuevamente. Si hay algo conmovedor aparte de algunas escenas de doloroso amor y desolación, es cuando (haciendo eco de Glenn Close como la Marquesa de Merteuil en el bestial desenlace de Relaciones Peligrosas), Lea se sienta frente al espejo sin el adorno de una sonrisa o rastro de maquillaje alguno, tratando de transmitir el fin de una juventud que se fue, pero que ha dejado sus huellas no solo en su piel, sino en la memoria de los espectadores que la adoraron en su juventud y ahora podrán admirarla en su plenitud.

La Edad del Deseo/Chéri
Con Michelle Pfeiffer, Rupert Friend, Felicty Jones y Kathy Bates
Dirige: Stephen Frears
EEUU/Reino Unido 2009


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La edad de oro de Michelle Pfeiffer

Aunque tiene más que suficientes motivos para ser una diva, esta hermosa rubia californiana se ha mantenido al margen del mito, para ser una mujer de verdad, con los pies bien plantados en la tierra.

Miguel Cane


Michelle Pfeiffer at the Los Angeles premiere of Paramount Pictures' Stardust


Aunque Michelle Pfeiffer jamás se ha retirado del todo, la ocasión del estreno de una película suya es anunciada como el regreso de una de las más espectaculares actrices del cine norteamericano. A sus 51 años, su belleza perfecta sigue intacta. Madre y esposa dedicada, la Pfeiffer elige sus películas con mucho cuidado. Desde 1998 se prodiga poco y su familia disfruta de ella a tiempo completo: tiene un matrimonio de éxito con el productor David E. Kelley(creador de, entre otros programas de TV, Ally McBeal y Boston Legal), es madre de dos hijos (Claudia Rose y Jack Henry, hoy adolescentes) y una carrera respetada, lo que hace de esta actriz una rareza: una estrella que no se ha quemado en el firmamento de Hollywood.


Michelle Pfeiffer at the Los Angeles premiere of Paramount Pictures' Stardust


La presentación de la película Chéri (presentada en la cartelera de México con el nombre de La Edad del Deseo), basada en la célebre novela de Colette, que marca su retorno a las órdenes del cineasta Stephen Frears (que la dirigió en Relaciones Peligrosas en 1988) en la pasada Berlinale, es la ocasión para celebrar su retorno a la pantalla y para que ella hable, sin atavismos ni poses.


Michelle Pfeiffer White Oleander Premiere Toronto Film Festival


¿Cómo fue reunirse con Stephen Frears después de tanto tiempo?
Fue estupendo. Siempre he sido una gran admiradora de su trabajo y de su sensibilidad. Haber trabajado con él en Relaciones Peligrosas fue una de las mejores experiencias de mi vida profesional y me enseñó muchísimo. Cuando me llamó, dije que sí de inmediato. Stephen es el director que más sabe extraer de mí. La primera vez que trabajamos, me sentía pequeña e insignificante. Sé que él dudaba de mi capacidad para hacerme con el papel de la seducida Madame de Tourvel. Pero me hizo sentir poderosa y aguantar escenas muy arduas. Esta segunda película ha sido como regresar al hogar de un buen amigo al que adoras. Este era un proyecto largamente acariciado por él y que pensara en mí es un gran halago y también fue un gran compromiso.

¿En qué sentido?
Pues en que esta era la primera vez en muchos años en que yo tenía el rol central en una producción como ésta, de época, que requiere mayor cuidado al detalle, no sólo como intérprete. Y me sentí al principio un poco nerviosa, pero Stephen me hizo sentir de inmediato como en casa al llegar al set y fue una experiencia muy buena.

Hace casi dos años que cumplió usted 50. ¿Lo celebró de alguna manera especial?
Pues sí, porque no es una cifra cualquiera. Sentí que inauguraba la segunda parte de mi vida y que quizá lo mejor estaba por venir. Desde que cumplí 46 notaba que me acercaba a esta fecha importante y he sentido durante mucho tiempo cierta anticipación. Lo celebré de una manera natural, sin aspavientos. Fue una jornada cálida y alegre.


Michelle Pfeiffer at the New York premiere of New Line Cinemas' Hairspray


En su opinión, ¿qué se gana y se pierde con la edad?
Pues tengo sentimientos encontrados. Por un lado, se pierde la frescura de la juventud, una cierta ingenuidad y vulnerabilidad; pero se gana en experiencia. A mí, personalmente, cada año me ayuda a encarar cada cosa de la manera más positiva posible. Los años me han hecho perder pesimismo y tendencia a regocijarme en el sufrimiento. Cada día me siento agradecida por sumar un año más.

Pero claro, cumplir años en Hollywood no es lo mismo que hacerlo en cualquier otro lugar…
Desde luego. No es un lugar saludable para hacerlo (Risas). Yo me empecé a preocupar a los 39 años. Cuando estrené Lo que la verdad esconde que protagonizaba junto a Harrison Ford, él tenía 15 años más que yo. Sin embargo, un periodista escribió algo acerca de “los protagonistas de mediana edad” y por un momento, por un momento nada más, sentí algo parecido al pánico. Luego me tranquilicé. Mis hijos eran pequeños en esa época y yo quise estar cerca de ellos todo el tiempo, así que los 40 y los 50 apenas he trabajado. Ahora, en cambio, me siento mejor que nunca.


Michelle Pfeiffer at the Los Angeles premiere of New Line Cinema's Hairspray


En este filme interpreta a una cortesana enamorada de un hombre mucho más joven.
¡Ah, pero esa es otra ventaja de la edad, que mis coprotagonistas van decreciendo en años! (Risas). Ya lo ves, prefiero ver el vaso medio lleno. ¡Soy optimista!

Se trata de una historia melancólica, que aborda los temas del envejecimiento y la pérdida de la belleza, en una mujer que vive de su aspecto. ¿Fue difícil?
¡No, no, en absoluto! De hecho, fue una de las razones por las qué acepté. Para Stephen no es la historia de una mujer que pierde su juventud, sino la de una mujer madura que se enfrenta al amor, la decadencia y la belleza en la edad en la que ya no tiene la lozanía de antaño. Quise sentirme en la piel de la cortesana Lea de Lonval, sentir su deseo y su agonía. Y no pedí a los maquillistas que me hicieran parecer más joven. He aprendido a estar presente en mi edad y en mi momento vital. Lo demás sería engañarme a mí misma. Y hace tiempo que dejé de hacerlo. Me gusta lo que soy y como soy.


Michelle Pfeiffer at the Beverly Hills premiere of I Am Sam


Se conserva como una mujer muy joven, ¿cuál es su secreto?
¿De verdad quieres saberlo?, no hay gran secreto. Como pescado y verduras, casi nunca como carne o grasas saturadas. Camino mucho. Pinto. Hago yoga. ¡Soy como cualquiera! Y me gusta mucho sentirme sana; me gusta, sobre todo, reír. Lo hago constantemente. Claudia Rose y John Henry, mis hijos, que ya están hechos unos adolescentes, son la mayor fuente de mis risas. Tengo la fortuna de tener una buena vida familiar.

¿Por qué no rueda más comedias? En Hairspray era una villana muy divertida.
Me encantaría, pero parece ser que los directores y productores me ven cara de seria, de mujer estoica que sufre. Una vez, hace muchos años, hablé de eso mismo con Marty [Martin Scorsese] cuando rodábamos La Edad de la Inocencia. Él me dijo que yo era capaz de transmitir la mayor tristeza sólo con la mirada. Supongo que un poco tendrá que ver que yo me tomo la vida muy en serio. Y, a veces, me la bebo a tragos. Me apasiona defender algo en lo que creo. He sido así toda mi vida. Cuando se es actriz y madre, la adrenalina viene de la vida misma y de cada instante.


Michelle Pfeiffer at the Beverly Hills premiere of I Am Sam


¿Era así desde jovencita?
No, ¡al contrario! Era una vaga de lo peor. Me iba a la playa con los amigos, fumaba a escondidas, era respondona con mis hermanos y profesores, me mandaban a casa castigada... Y yo tan fresca como la mañana. Era muy rebelde, pero maduré. Aunque debo reconocer que lo que sí ha sido una constante en mi vida, desde niña, ha sido el afán de perfección. Lo heredé de mi padre, Richard, un hombre hecho a sí mismo. Así me considero yo: salí para ser actriz de la caja de un supermercado en el medio de la nada que es Orange County. Soy terca como una mula cuando me propongo algo. Pero, ¿puede ser también una virtud? Y, ya en serio, no es ningún secreto que por años padecí de algo como agorafobia. Bueno, no me dan miedo los espacios abiertos, sino las multitudes. Resisto a duras penas las alfombras rojas. Prefiero quedarme en casa preparando una buena cena rodeada de los míos. Por eso dejé Los Ángeles, nos mudamos a vivir a un rancho y ahí hago lo que más me gusta.

¿Eso qué es?
Simplificarme la vida, por supuesto. Eso y poder disfrutar de cada día y tal como viene.


Michelle Pfeiffer 2007 ShoWest Awards Las Vegas, NV




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8 may 2010

Pesadilla en la Calle del Infierno: El Origen / A Nightmare on Elm Street, de Simon Fuller

Pesadilla sin sueño

Miguel Cane



Había una vez un director de cine especializado en el género del terror, llamado Wes Craven, que solía hacer películas interesantes y escalofriantes, como Pesadilla en la Calle del Infierno, que con su propuesta visual alucinante y una trama que sugería la inquietante posibilidad de que el sueño pudiera ser una trampa mortal, marcó una época y (por desgracia) derivó en una serie de secuelas que terminaron por volverse absurdas; pero la primera cinta – además de marcar el debut en pantalla del hoy ídolo Johnny Depp- fue una bocanada de aire fresco a un género que en los años 80 ya estaba zigzagueando.




Hoy, en el avance cronológico de las remakes -y agotadas casi todas las de los '70 con la puñalada trapera que fue el horrendo Halloween de Rob Zombie-, era obvio que tarde o temprano iba a tocarle a la cinta de Craven de 1984 sobre los crímenes de Freddie Kruger, que durante años llevó el rostro (severamente quemado, es decir, maquillado) de Robert Englund, el tratamiento Platinum Dunes (encabezada por el nefasto Michael Bay) para convertirse en remake de moda, poco imaginativo y con mucho atractivo visual, para públicos poco exigentes y sin imaginación.

Lo mejor que hicieron los productores de esta versión fue elegir a un actor que genuinamente causa miedo para reemplazar al icónico Englund. Se trata de Jackie Earl Haley, el ex actor infantil que resurgió con Secretos Íntimos y como Rorschach en Watchmen. Pero los esfuerzos del enjuto Haley no alcanzan para que pueda hacer el personaje totalmente suyo.

La trama no se ha modificado demasiado de la original. Krueger aparece en los sueños de un grupo de adolescentes aburridos de clase media y es allí donde puede matarlos. Ellos, en tanto, intentan permanecer despiertos la mayor cantidad de tiempo posible y así tratan de descubrir quién es el sujeto que los tortura en sus pesadillas y porqué, mientras van cayendo, amigo tras amigo como moscas todos conectados a un hecho del pasado que desconocen y que, claro, los une al misterioso y "afilado" Freddie.




Los recursos narrativos son los mismos de antaño y más allá de algunas mejoras obvias en los efectos especiales, no hay muchas sorpresas en un filme que trata sustos de 26 años atrás (el ya típico ruido de las cuchillas de Krueger sobre la pared) como si fueran novedades. Simon Fuller, el director, es un notable videoasta – creó videos icónicos para Nirvana, Garbage y David Bowie, entre otros- que hace con esto su debut en cine, y visualmente tiene una estética muy personal, pero los actores son amateurs (nadie como Heather Langenkamp en el rol de la joven y perturbada heroína; la mona Rooney Mara tiene de actriz lo que el espectador de soldado romano), y la cinta carece de sustancia: es un paquete muy bonito, aunque bastante corriente y sin nada dentro.

Tomando en cuenta el éxito de su estreno en los Estados Unidos, es obvio que hay un mercado dispuesto a consumir refritos de éxitos del pasado, especialmente si no vieron los otros ocho capítulos de la saga. Para los que pasamos por todos (o casi todos) ellos, esta nueva pesadilla no es otra cosa que más pan con lo mismo, pero genérico: casi igual, pero más barato.

Pesadilla en la Calle del Infierno: El Origen/A Nightmare on Elm Street
con: Jackie Earle Haley, Kyle Gallner, Rooney Mara, Katie Cassidy, Thomas Dekker, Kellan Lutz
Dirige: Simon Fuller
Estados Unidos 2010


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1 may 2010

Música - Videos (03): HOTEL CALIFORNIA - Eagles. Recomienda Patricia Farías

Continuamos con la tercera ronda de recomendaciones de Música - Videos para nuestr@s lector@s de Cine Visiones.

Ahora Patricia Farías, desde Uruguay, nos recomienda una clásica: Hotel California, de Eagles, de la que nos cuenta:

La ventaja de vivir en un país como el mío es que uno puede abstraer de algunos temas el real significado que tienen para sus autores, porque para nosotros simplemente ese significado no se aplica, o al menos no en forma directa o fácil de reconocer. Nos encontramos con un tema en un estado más “puro”, entonces.

Es el caso de “Hotel California” de Eagles. El álbum es del año 1976, y desde que recuerdo el tema es uno de mis preferidos. Lo sigue siendo a pesar del tiempo, una combinación de una letra misteriosa con un inolvidable solo de guitarra.

Buscando algún dato más hace tiempo, además del obvio del éxito de la canción y su ubicación en el Billboard Hot 100 de mayo de 1977, encontré una explicación sobre el tema de parte de sus autores: "es básicamente una canción sobre el lado oscuro del sueño americano y sobre el exceso en los Estados Unidos, que es algo sobre lo que sabíamos mucho". Allí leí también que hay variadas interpretaciones del público, incluso lecturas sobre satanismo…

Por suerte, viviendo en el Sur del Sur y muy lejos del “sueño americano”, para mí esta es una fascinante historia sobre un lugar sobrenatural, tan atrapante ahora como hace tantos años atrás.



Hotel California, Eagles

On a dark desert highway, cool wind in my hair
Warm smell of colitas, rising up through the air
Up ahead in the distance, I saw a shimmering light
My head grew heavy and my sight grew dim
I had to stop for the night
There she stood in the doorway;
I heard the mission bell
And I was thinking to myself,
‘this could be heaven or this could be hell’
Then she lit up a candle and she showed me the way
There were voices down the corridor,
I thought I heard them say...

Welcome to the Hotel California
Such a lovely place
Such a lovely face
Plenty of room at the Hotel California
Any time of year, you can find it here

Her mind is tiffany-twisted, she got the mercedes bends
She got a lot of pretty, pretty boys, that she calls friends
How they dance in the courtyard, sweet summer sweat.
Some dance to remember, some dance to forget

So I called up the captain,
‘please bring me my wine’
He said, ‘we haven’t had that spirit here since nineteen sixty nine’
And still those voices are calling from far away,
Wake you up in the middle of the night
Just to hear them say...

Welcome to the Hotel California
Such a lovely place
Such a lovely face
They livin’ it up at the Hotel California
What a nice surprise, bring your alibis

Mirrors on the ceiling,
The pink champagne on ice
And she said ‘we are all just prisoners here, of our own device’
And in the master’s chambers,
They gathered for the feast
The stab it with their steely knives,
But they just can’t kill the beast

Last thing I remember, I was
Running for the door
I had to find the passage back
To the place I was before
‘relax,’ said the night man,
‘We are programmed to receive.
You can checkout any time you like,
But you can never leave!’

Video: http://www.youtube.com/watch?v=0wXMjqN13Rw&NR=1

http://www.youtube.com/watch?v=1TA3-n7xLIc&NR=1





En esta ocasión Francisco Peña nos propone disfrutar de una de las canciones clásicas del bossa nova brasileño. Se trata de Aguas de Marzo, una de las composiciones más famosas de Antonio Carlos Jobim. Compuesta en los 70, es una de las canciones que más covers ha generado en este género musical; destacan las interpretaciones de Joao Gilberto, Georges Moustaki, Art Garfunkel, Basia Trzetrzelewska, Sergio Mendes, David Byrne, Al Jarreau, Fito Páez, Suzanne Vega y Victoria Abril entre otras.

Por suerte, Peña encontró en youtube.com el video con sonido stereo de la que se considera la versión definitiva de la cancìón y que hoy es clásica: el dueto de Elis Regina y Antonio Carlos Jobim grabado en 1974 (basta ver el sencillo micrófono stereo en medio del cuadro) para el LP (hoy CD) Elis & Tom (1974). Aunque el video es técnicamente deficiente (es muy marcado el banding horizontal de las antiguas cabezas de video analógicas), la frescura de la voz de Elis (¡tenía sólo 29 años!), su desenvoltura e incluso picardía seductora ante un Tom Jobim que "se va soltando" conforme avanza la canción, hacen de este video una delicia: cuando dos grandes de la música eran "inocentes pero no indocumentados" y gozaban con gran placer de una grabación donde, incluso ya al final, a Elis Regina casi le gana la risa en el comienzo de algunas frases.

Y ahora, a disfrutar de Aguas de Marzo...



LETRA EN PORTUGUES Y ESPAÑOL

� pau, � pedra, � o fim do caminho
� um resto de toco, � um pouco sozinho
� um caco de vidro, � a vida, � o sol
� a noite, � a morte, � um laco, � o anzol
� peroba do campo, � o n� da madeira
cainga, candeia, � o Matita Pereira
� madeira de vento, tombo da ribanceira
� o mist�rio profundo
� o queira ou nao queira
� o vento ventando, � o fim da ladeira
� a viga, � o vao, festa da cumeeira
� a chuva chovendo, � conversa ribeira
das aguas de marco, � o fim da canseira
� o p�, � o chao, � a marcha estradeira
passarinho na mao, pedra de atiradeira

Uma ave no c�u, uma ave no chao
� um regato, � uma fonte
� um pedaco de pao
� o fundo do poco, � o fim do caminho
no rosto o desgosto, � um pouco sozinho

� um estrepe, � um prego
� uma ponta, � um ponto
� um pingo pingando
� uma conta, � um conto
� um peixe, � um gesto
� uma prata brilhando
� a luz da manha, � o tijolo chegando
� a lenha, � o dia, � o fim da picada
� a garrafa de cana, o estilhaco na estrada
� o projeto da casa, � o corpo na cama
� o carro enguicado, � a lama, � a lama
� um passo, � uma ponte
� um sapo, � uma ra
� um resto de mato, na luz da manha
sao as aguas de marco fechando o verao
� a promessa de vida no teu coracao

� pau, � pedra, � o fim do caminho
� um resto de toco, � um pouco sozinho
� uma cobra, � um pau, � Joao, � Jos�
� um espinho na mao, � um corte no p�
sao as aguas de marco fechando o verao
� a promessa de vida no teu coracao

� pau, � pedra, � o fim do caminho
� um resto de toco, � um pouco sozinho
� um passo, � uma ponte
� um sapo, � uma ra
� um belo horizonte, � uma febre terca
sao as aguas de marco fechando o verao
� a promessa de vida no teu coracao

� pau, � pedra, � o fim do caminho
� um resto de toco, � um pouco sozinho

� pau, � pedra, � o fim do caminho
� um resto de toco, � um pouco sozinho

Pau, pedra, fim do caminho
resto de toco, pouco sozinho

Pau, pedra, fim do caminho,
resto de toco, pouco sozinho.

ESPAÑOL

Aguas de Marzo

Es palo, es piedra, es el fin del camino
Es un resto de tronco, está un poco solito
Es un casco de vidrio, es la vida, es el sol
Es la noche, es la muerte, es un lazo, un anzuelo
Es un árbol del campo, un nudo en la madera
Caingá, candela, es matita de pera.
Es madera del viento, alud en precipicio
Es misterio profundo
Es el quiera o no quiera
Es el viento soplando, el fin de la ladera
Es la viga, es el vano, la fiesta del tijeral
Es la lluvia cayendo, la voz de la ribera
De las aguas de marzo, el fin del cansancio
Es el pie, es el suelo, es marcha andariega
Pajarito en la mano, piedra del tira-piedras.
Un ave en el cielo, un ave en el suelo
Un arroyo, una fuente
Un pedazo de pan
Es el fondo del pozo, es el fin del camino
En el rostro el disgusto, está un poco solito.
Es un tarugo, un clavo
Una punta, un punto
Una gota cayendo, Una cuenta, un cuento
Es un pez, es un gesto
Es la plata brillando
Es luz de la mañana, un ladrillo llegando
Es la leña, es el día, es el fin de la huella
La botella de ron, reventón caminero
El proyecto de casa, es el cuerpo en la cama
Es el coche atascado, es el barro, es el barro
Es un paso, un puente
Es un sapo, una rana
Es un resto de campo en la luz de la mañana
Son las aguas de marzo cerrando el verano
Es la promesa de vida en tu corazón.

Es una culebra, es un palo, es Juan y José
Un espino en la mano, es un corte en el pie
Son las aguas de marzo cerrando el verano
La promesa de vida de tu corazón.

Es palo, es piedra, es el fin del camino
Es un resto de tronco, está un poquito solo
Es un paso, es un puente
Es un sapo, una rana
Es un bello horizonte, una fiebre terciana
Son las aguas de marzo cerrando el verano
La promesa de vida en tu corazón.
Palo, piedra, fin del camino
Resto de tronco, está un poco solito.

------------------




Francisco Peña nos recomienda una canción clásica de finales de los 80. Se trata de Cruising for Bruising (1989) en la voz de la cantante Basia Trzetrzelewska, nacida en Jaworzno, Polonia, el 30 de septiembre de 1954 (y como el mismo Francisco confiesa después de dos o tres estocadas entre pecho y espalda, una de las "debilidades" por las que le gusta Basia -además de ser de Polonia- es que se trata de "a fellow Libran"!). Aclara que la canción, aparte de su ritmo y armonías, es de aquellas donde luce más el rango de voz de Basia... pero Francisco promete montar algo más extenso dedicado a Basia en las próximas semanas en el apartado de Cine de Polonia en Cine Visiones -que ya más bien se transforma en un aparador de la cultura polaca para ojos hispanohablantes-. Y ahora, a disfrutar de la canción y el video...





Basia - Cruising for Bruising
Letra: Basia Trzetrzelewska & Danny White

Cry
Come to me and cry
I know, I know, I know it's not easy
Your heart is aching
But so is mine,


How can I tell you
Why
For so long, so long, so long,
I've been thinking
Now I know
I can't live a lie

They say true love lasts forever
If we want it
There will be waiting


A second chance
Baby but now we need time
Time to learn
Time to understand
Where we went wrong
'Cause I feel so strong
We are cruising for bruising
My Baby

Go
I must let you go
Don't stop, don't stop
'cause it's better now
When I still love you
Don't say goodbye

So bye for now, don't let it die
'cause we can try some other time



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Steve Carell: El hombre que ríe

En pocos años, ha dado el salto del anonimato a la celebridad con una carrera sólida como comediante y actor, sin perder en ningún momento la sencillez y el humor que lo han hecho popular.

Miguel Cane


Steven Carell NBC Winter Press Tour


En la comedia de humor negro Una noche fuera de serie, Steve Carell interpreta a Phil Foster quien junto con su esposa Claire (la brillante comediante Tina Fey) forma parte de un matrimonio de clase media que ha caído en la rutina, por lo que, con la intención de volver a encender la chispa marital, visitan un restaurante de moda en Manhattan, donde un caso de error de identidad los lanza por toda la ciudad a velocidades vertiginosas en una aventura sin escalas en la que tienen que enfrentan a un par de policías corruptos, un mafioso y un taxista loco, entre otros personajes estrafalarios, que la han llevado a ser comparada con el éxito de culto de Martin Scorsese Después de hora (1985).


Steve Carell 2006 MTV Movie Awards


Jovial, inteligente y divertido, Carell se hizo notar en un principio, como corresponsal del The Daily Show with Jon Stewart, de 1999 a 2004, y posteriormente con su rol del despistado pero bien intencionado jefe Michael Scott en la versión estadounidense de la teleserie The Office, que cuenta ya con cinco temporadas. Amén de estas apariciones en la pequeña pantalla, Carell hizo su debut en cine con un pequeño rol en la cinta de Woody Allen Melinda y Melinda en 2002 y desde entonces se ha mantenido con una carrera en ascenso con notables apariciones en varios filmes de éxito en Hollywood como Virgen a los 40, la aclamada Pequeña Miss Sunshine, Regreso del Todopoderoso y la nueva versión de El Súperagente 86, entre otras. Sin embargo, lejos de creerse el “juego de la fama” que incuye el ser una celebridad, Carell (nacido en agosto de 1962 en Concorde, Massachusetts ) ha buscado mantenerse “con los pies bien anclados en la tierra” pensando que “todo esto puede ser pasajero y no lo tomo demasiado en serio”, sin embargo su compromiso para entretener cuando hace una comedia, lo hace buscar proyectos que logren este cometido, sin caer en los trucos baratos.


Steve Carell Best Actor in a Musical or Comedy Series


Esta cinta es una comedia cuya trama gira en torno a las peripecias de una pareja y la gente puede identificarse con ellos, como diciendo: "¡Mira, somos nosotros!”
Exacto, la idea es que la gente la vea y sienta que conoce a personajes así (sonríe) Eso fue lo que nos atrajo a Tina y a mí, que llevábamos tiempo buscando algo qué hacer juntos; el hecho de que era potencialmente sobre una pareja real, y una relación real puesta en una circunstancia extraordinaria. Cuando leí el guión, pensé “¡qué interesante!”, sobre todo, partiendo de la premisa que la vida conyugal de Phil no es muy distinta a la que tengo yo; él es un padre que trabaja y yo también... solo que ¡nunca me he visto metido en un lío como este! (risas)

Conforme se desarrolla la trama, parece haber mucha improvisación. ¿Fue divertido hacer eso con Tina?
Sí, fue algo fantástico porque Shawn (Levy) nos dio una absoluta libertad para poder hacer ping-pong verbal y explorar un poco la relación entre Phil y Claire, su matrimonio, de dónde viene, que esperan de él... y hacer eso cuando actúas siempre es divertido. De hecho, como actor tú nunca sabes qué va a funcionar y qué no, luego resulta que en el ensayo o antes de una toma, tiras un montón de material y le das opciones al director y al editor: esta toma lo hacemos así, esta otra toma la hacemos de otra manera, y así vamos hasta lograr la escena como nos gusta a todos.

Respecto a la salida de noche para recomponer una pareja, ¿podemos preguntarnos si es una buena idea o implica mucha presión?
Personalmente, te diré que yo lo veo como una buena idea, pero también creo que se le puede poner mucha presión. No me parece que haya que darle demasiada importancia al hecho de salir o no salir, debería ser algo que una pareja quiere compartir. Pero agregar la presión acumulada de una semana entera de conversación previa es mucho. La cosa tiene que ir hilvanándose. Creo que sería un momento especial para que dos personas se volvieran a conectar y se relajaran juntas y disfrutaran en compañía, en la intimidad... aunque en este caso, acaba siendo que el peligro y la intriga resultan una especie de afrodisíaco.


Steve Carell 63rd Annual Golden Globe Awards


¿Fue esta la primera vez que estuviste en un club de strippers? ¿O por lo menos la primera vez que bailabas en uno? ¿Es difícil hacer escenas como esta, aunque sean para reír?
Pues... ¡me comprometes! (risas) te diré que este fue mi primer baile de tubo. Y diría que va a ser el último. Nunca fui a un tipo de club así. La idea me asombra porque son mujeres que bailan para excitar a los hombres, pero ellos no se interesan. De hecho, parecen aburrirse, por lo que se me ocurre que tiene que ver más con el poder. Pero no sé, la verdad es que yo no soy fan de los clubes de strippers. Ahora que tanto a Tina como a mí nos gustó hacer esas escenas, porque no queríamos que los personajes fueran como una pareja que todo el tiempo se hace reproches o que se denigra mutuamente le van a caer mal a espectador.

¿Como se establece la credibilidad de un matrimonio así como éste en celuloide?
Con esta dinámica de situaciones potencialmente absurdas, siento que queda mucho más claro que en esta pareja hay afecto y cariño entre ellos, pero se ha vuelto un poco mundano, rancio., rutinario. Aunque realmente eso no significa que el amor ya no exista, no es que deban recuperar el amor al otro, simplemente tienen que volver a mirarse y a redescubrirse. Es una diferencia sutil, pero a la larga, resulta ser lo que define la historia, ¿ves?

Phil es un hombre convencional que decide aventurarse un poco. ¿Qué podría tener en común contigo?
Pues yo siempre fui realmente muy tímido de chico y creo que eso es algo que le di a Phil. No era de los que tendían a mostrarse. Sí, practicaba muchos deportes, pero también me gustaba estar en obras y hacer cosas así. Pero en la vida cotidiana no me gustaba estar expuesto. Disfrutaba mucho con la gente graciosa, me gustaba reír, pero no era el centro de atención. Yo reservaba la improvisación para el trabajo. Me parece desubicado cuando alguien tiene la propensión a actuar "todo el tiempo" y la idea de tener una forma de ser determinada como individuo, ya sea en el escenario o no, frente a cámara o no, y no hacer una diferencia entre los dos. Además de que resultaría agotador ser de esa manera todo el tiempo. Es decir, la gente tal vez tiene una idea de que uno puede ser como sus personajes todo el tiempo, pero, por desgracia, no lo soy. Soy un tipo bastante normal (sonríe).


Steve Carell in Universal Pictures' Evan Almighty


¿Y cuando no trabajas alguna vez sales a cenar con tu esposa, como hacen los Foster?
Sí... Nancy es una gran mujer y compartimos la profesión, por lo que ella sabe perfectamente lo que implica, así que buscamos la oportunidad de estar juntos cuando nos es posible y lo disfrutamos al máximo, ¡aunque te puedo asegurar que ninguna de nuestras salidas es ni una mínima parte tan emocionante como la que ven en la película (risas)!

¿Qué es lo más estrafalario que tuviste que hacer alguna vez por trabajo?
Ok... a ver, hace como veinte años, me contrataron para un anuncio de la hamburguesa triple de McDonald's, en el que tenía tres brazos, y cada brazo sostenía una hamburguesa triple, y ese era el gancho. Entonces, yo tenía a ese tipo atrás que usaba su brazo para ayudarme, junto con mis dos brazos naturales. ¡Tenía tres brazos! Fue fantástico. No estoy diciendo que no fuera un comercial fantástico, pero ese día me comí un montón de hamburguesas triples. Creo que no he comido otra desde entonces, muchas gracias. (Estalla en carcajadas)

¿Cómo te describirías ahora, en 2010, a veinte años de carrera?
Pues en gran medida aún soy el mismo. No soy muy gregario, pero tampoco soy extremadamente tímido. Creo que simplemente entro dentro del rango normal. Es un esfuerzo, igual, dejar atrás el sentimiento de timidez. No se puede ser muy tímido en una entrevista, pero tiendo a ser reservado en otros momentos, y paso mi tiempo con mi mujer y mis hijos, que son el centro de mi vida.



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