31 oct 2012

Operación Skyfall / Skyfall, de Sam Mendes

Al Servicio de su Majestad

Miguel Cane.



Son cincuenta años de Bond. Se trata de la saga más exitosa y larga de la historia del cine – no hay una serie de cintas de largometraje con un mismo personaje que sea tan extensa. Operación Skyfall es la número 23 de la serie, y, después de la larga, convulsa, y ultimadamente aburrida Quantum of Solace, es sin duda la mejor película de Bond en años, quizá incluso décadas.



Debido a una filtración, los agentes del M16 que se encontraban de incógnito en el mundo del terrorismo y el crimen internacional, han sido expuestos y, en su mayoría, asesinados. Esto, naturalmente, provoca una crisis para M (la formidable Judi Dench), que es cuestionada por el ministerio del interior (representado por Ralph Fiennes). De entre todos sus agentes, el único que sobrevivió a la masacre sistematizada es, naturalmente, Bond, James Bond (Daniel Craig, cada vez más cómodo en su rol) que se ve forzado a volver a Inglaterra, para encabezar una operación y descubrir, con el apoyo de la agente Moneypenny (Naomie Harris) quién es el terrorista que organizó la debacle.





Esto lo lleva ante el temible Raoul Silva (Javier Bardem, que se roba la película con una interpretación cuidadosamente exagerada y construida con esmero), quien tiene un vínculo en su pasado tanto con Bond, como con M. El resultado de la guerrilla entre ambos, que los llevará de Estambul al corazón de Londres, a su propia residencia familiar en Escocia, donde las revelaciones acerca de los motivos de Silva y su monstruosa venganza se hacen aparentes y la saga cambia drásticamente.



Sam Mendes es un director elegante y con ritmo: siempre ha sabido cómo contar una historia y cómo presentar escenas memorables, ya dio muestras de ello en American Beauty y Revolutionary Road. Su primera incursión en el cine de acción no es la excepción. Utilizando los elementos clásicos de Terence Young y Guy Hamilton – los creadores del estilo visual de la saga en los 60 – Mendes establece su propia mirada y juega con el material: este Bond es dinámico, más directo y sorprendentemente humano, sin estar desprovisto del humor socarrón que es intrínseco al personaje.

Operación Skyfall es un filme de evasión entretenido, logrado y con algunos momentos conmovedores y otros impactantes, que conecta de inmediato con los espectadores, tanto los fans de la serie, como los afectos a la acción y aventura.

Cincuenta años refrendan la serie. Que haya otros tantos más.

Operación Skyfall / Skyfall
Con Daniel Craig, Judi Dench, Ralph Fiennes y Javier Bardem
Dirige Sam Mendes
Reino Unido 2012.


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25 oct 2012

Las ventajas de ser invisible / The Perks of being a Wallflower, de Stephen Chbosky

Amigos y amores

Miguel Cane



No es poco común que una novela de éxito sea adaptada al cine, tampoco lo es que el guión corra a cargo de su autor –esto a veces tiene resultados desiguales, hasta al mismo Stephen King le ha sucedido– pero lo que sí es una rareza, es que el autor haga las veces de director de la cinta y que ésta no solo sea una adaptación fiel, sino que además sea una buena película.



El caso de Las ventajas de ser invisible es excepcional en ese sentido: Stephen Chbosky publicó su novela epistolar hace doce años y vio cómo se convertía en una de las narraciones dirigidas a los lectores jóvenes más perdurables y queridas de su tiempo, siendo un best-seller que hasta la fecha se mantiene en diversas listas. Que un estudio confiara en él para realizar la película de su libro, no sólo es un logro personal, es también una muestra de que hay maneras de hacer cine enfocándose más en narrar la historia que en los efectos o las atmósferas, o incluso en las estrellas.



Charlie (Logan Lerman) es un quinceañero que vive en Pittsburgh y que pasa inadvertido en su primera semana de clases en la prepa. Está acostumbrado a ser “invisible”, dada su timidez y otros aspectos de su psicología que se harán aparentes. Las cosas cambian al conocer a Sam (Emma Watson, que trasciende la imagen de la saga de Harry Potter) y Patrick (Ezra Miller, la revelación de Tenemos que hablar de Kevin), unos excéntricos y brillantes hermanastros que están en último año, y se convierten en sus protectores, ayudándolo a salir de su crisálida para acercarse al mundo y a perder el miedo –esto incluye cruzar un túnel a alta velocidad oyendo a David Bowie– además de encarar realidades sobre él.



Lo que podría ser una cinta juvenil sin importancia trasciende al medio, al tocar temas como el amor, la pérdida, la homosexualidad, la enfermedad mental y el abuso, con una mirada esperanzada y optimista. Chbosky hace un trabajo estimulante como director (nadie conoce mejor a estos personajes que él) y su elenco cumple con creces.



Los privilegios de ser invisible es una rareza: una película que no es condescendiente, que se entrega al espectador y lo hace partícipe de su naturaleza agridulce. No deja indiferente a nadie, y su efecto es perdurable. Probablemente, como El Club de los Cinco, sea una película cuya influencia perdure en generaciones de adolescentes, a través de los años.



Las ventajas de ser invisible / The Perks of being a Wallflower
Con Emma Watson, Logan Lerman y Ezra Miller
Dirige: Stephen Chbosky
EU 2012


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Winona Ryder: "Los guiones inteligentes, una excepción"

Miguel Cane.



A sus 40 años, la actriz dejó atrás los problemas personales y retomó su carrera con El cisne negro, de Aronofsky. Ahora, al lado de su mentor de siempre, Tim Burton, regresa en Frankenweenie.

¿Qué fue de Winona Ryder? Parece el título de película, y quizá su historia podría prestarse a ello. Fue una estrella siendo aún adolescente y después fue una de las actrices más solicitadas de los noventa, con películas como Heathers, La edad de la inocencia, Mujercitas y La cruda realidad, pero Winona Laura Horowitz (Minnesota, 1971) sufrió un grave contratiempo en Hollywood hace cosa de una década, cuando la sorprendieron robando prendas y cosméticos en un gran almacén sin tener necesidad alguna de ello. El hecho suscitó un escándalo en la prensa y la llevó a presentarse ante un tribunal. Ahí reveló que padecía una profunda depresión, algo no muy diferente al rol que interpretó en Inocencia interrumpida. Su posterior colapso e ingreso a un centro psiquiátrico privado la alejó de la industria del cine y del ojo público durante varios años.



Ahora gradualmente trata de recuperar su lugar con participaciones en filmes como El cisne negro, El dilema y Frankenweenie, donde se vuelve a poner a las órdenes de Tim Burton, quien contribuyó a lanzarla a la fama con Beetlejuice el superfantasma y El joven manos de tijera. Wynona aporta su voz al personaje de Elsa Van Helsing en la reciente cinta de animación digital de peculiar director. La intérprete, nominada varias veces al Oscar, reparte su tiempo entre San Francisco y Nueva York, y confiesa estar muy satisfecha con su retorno al mundo de Burton.

¿QUÉ TAL FUE VOLVER A COLABORAR CON TIM BURTON DESPUÉS DE TANTOS AÑOS?
Trabajar con Tim es siempre un placer y teníamos mucho tiempo deseando una oportunidad para poder colaborar de nuevo, solo que no había sido posible. La cosa con Tim es especial, porque una siente, cuando no lo conoce, que va a encontrarse con un tipo oscuro y retorcido y, sin embargo, hay una pureza inesperada en él, una dulzura muy especial, un corazón de niño. Y es un genio, ni duda cabe. Es un sentimiento maravilloso para mí el que se asocie, de algún modo, mi nombre al de Tim Burton.



¿ES DIFÍCIL PRESTAR TU VOZ A UN PERSONAJE ANIMADO?
No, no, aunque tampoco te diría que es algo fácil. Verás, es muy complicado como actor tener que trabajar solo con tu voz, sin poder recurrir al lenguaje corporal. Aunque poner voz a personajes animados tampoco es nuevo para mí, ya lo había hecho para varios episodios de Los Simpson y fue algo muy divertido.

¿POR QUÉ SE TE IDENTIFICA TANTO CON TIM BURTON SI SOLO HICIERON DOS PELÍCULAS JUNTOS?
Queríamos hacer más, pero por agenda no pudimos. En Mars attacks me ofreció un papel que finalmente hizo otra actriz y Sleepy hollow coincidió con el rodaje de Inocencia interrumpida; en Big fish pasó lo mismo, pero él y yo siempre estamos en contacto y lo admiro mucho, así que ahora hubo oportunidad y sinergia y lo hicimos. Supongo que la gente nos asocia mucho porque somos poco convencionales. Siempre he sido un poco rara, incluso cuando rodamos Beetlejuice. Yo era una adolescente y el personaje de Lydia Deetz me ayudó a entender lo que estaba viviendo. Jamás me considere una chica común, pero he tenido la suerte de trabajar con directores que me entendían, como Tim o Martin Scorsese.



TE DEJAS VER POCO EN CINE, HAS TARDADO MUCHO TIEMPO EN VOLVER A LA GRAN PANTALLA...
Sí, es verdad. Me tomé un tiempo lejos de las cámaras, lo necesitaba; llevaba muchos años trabajando sin descanso y después de interpretar a tantos personajes, necesitaba saber quién era yo, ¿me entiendes? Estar a solas, conocerme a mí misma... Trabajé desde los 14 años sin parar hasta los 30; era demasiado, así que aprendí a decir que no. En este periodo de descanso me mudé a San Francisco, lejos de Beverly Hills y ese mundo. Empecé una nueva etapa. Necesitaba estar más cerca de mi familia, hacer cosas que antes no podía y darme tiempo exclusivamente personal.

¿SIENTES QUE HA CAMBIADO MUCHO HOLLYWOOD DESDE QUE EMPEZASTE EN LOS OCHENTA?
Absolutamente. Es una industria completamente diferente. Ya no se hacen películas para el mismo tipo de público. Se trabaja de otra manera. Por ejemplo, es raro que se hagan películas de época, y yo interpreté muchas en el pasado, como Drácula, con Francis Ford Coppola o La edad de la inocencia o Las brujas de Salem; los guiones adultos e inteligentes se han vuelto excepción, son muy difíciles de encontrar y ahora es mucho más difícil triunfar; hay muchas chicas más jóvenes que quieren ser estrellas y cada día llegan más. Acabo de cumplir 40 años. Llevo mucho tiempo en este negocio y empecé desde abajo, así que sé de lo que hablo.

DESPUÉS DE VARIOS AÑOS, EN 2010 REGRESASTE EN EL CISNE NEGRO Y LA GENTE SE SORPRENDIÓ MUCHO...
Sí. Yo tenía ganas de trabajar con Darren Aronofsky porque es, también, un genio. Me encantó mi personaje de Beth McIntyre en la película, por el paralelismo que existe entre ella y yo. Las dos estamos envejeciendo en nuestra profesión y nos vemos superadas por jóvenes talentos. Solo que Beth lo toma con desesperación y yo no (sonríe). Estoy consciente de la ley de la vida. No me importa. Yo ya fui famosa, sé que es algo que te exige muchísimo y ya no estoy dispuesta a seguir pagando el precio que implica estar siempre en el candelero, ¿entiendes?

UNA VEZ DECLARASTE QUE PARA SER ACTOR HAY QUE SUFRIR. ¿SIGUES PENSANDO ASÍ?
¡Dios, no! Tenía 19 años cuando dije eso. He crecido mucho desde entonces, he aprendido muchas cosas. Trabajé con gente como Meryl Streep y descubrí que puedes actuar y tener a tus hijos en el rodaje porque al final del día sigues siendo tú, y las actuaciones son simplemente ficción, al terminar te vas a casa y puedes tener una vida perfectamente normal. Si Meryl puede, hay esperanza para todos los demás.

¿TE ENVIABAN MEJORES GUIONES ANTES?
Sí, pero ese no es el punto. Siempre hubo guiones extraordinarios, buenos, mediocres, malos, de todo. Lo que pasa, a mi modo de ver, es que ocurrieron una serie de cosas al mismo tiempo. Dejé de actuar, luego Hollywood empezó a cambiar, ahora se hacen menos películas y las que se ruedan son casi todas para un público adolescente... y no me interesa tanto lo que se ofrece en ese aspecto.

¿DIRÍAS ENTONCES QUE DISFRUTAS AHORA MÁS DEL PROCESO INTERPRETATIVO?
Sí, por supuesto, aunque cada película es una experiencia distinta y hay que recurrir al baúl de tus recuerdos personales para brindar a cada papel el sentimiento adecuado. Pero sí, lo paso mucho mejor ahora. Es difícil para mí verme a través de los ojos del espectador. Trato de mantenerme lejos de las etiquetas que quieran colgarme. Como artista me interesa participar en proyectos que muestren la variedad de mi registro interpretativo. Como cualquiera que se dedique a la actuación, desconozco cuál va a ser mi futuro, porque ésta es una profesión donde todo cambia de un minuto a otro, pero hay algo que tengo bien claro. Si los proyectos que me ofrecen no son buenos, no reúnen los requisitos que me interesan, entonces prefiero no trabajar. Tengo otros intereses en la vida. Aprendí a no obtener toda mi satisfacción exclusivamente del trabajo.


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18 oct 2012

Mentiras mortales / Arbitrage, de Nicholas Jarecki

Miguel Cane.



El debut en la dirección de Nicholas Jarecki, que ya había llamado la atención como guionista, es un logrado filme evidentemente de corte comercial que en vez de ser condescendiente como es la norma, trata a sus espectadores como personas inteligentes. Contada desde el punto de vista de un poderoso magnate de las altas finanzas con una ética moral turbia e hipócrita, lo mejor de Mentiras mortales es como su director y el protagonista, un estupendo Richard Gere, consiguen una sinergia que logra que el espectador empatice con un hombre virtualmente sin escrúpulos.



Sin duda, lo mejor de la película es Gere con un personaje hecho a la medida, al que da su mejor interpretación desde Gigoló Americano (Schrader, 1980). Jarecki le brinda la oportunidad de lucir todos sus encantos y seducir y engañar tanto a personajes como espectadores con su interpretación de un hipócrita, que se esconde bajo el aspecto del hombre de reputación intachable. Lo increíble es que no solo lo consigue, si no que el espectador se identifica con y sufre por él.



Presentada a manera de thriller melodramático, el filme es en realidad una dura crítica a unos tiempos en los que la riqueza se valora por encima de la moral. La crisis económica global está muy presente en la trama y con ese escenario, Gere deslumbra, si bien el resto del reparto también tiene momentos de lucimiento: Susan Sarandon, madura, elegante y muy intensa, está sensacional en el rol de la esposa, que al principio parece superficial, pero termina por causar un gran impacto y casi le arrebata la película. Redondean la compañía Tim Roth como el agente que investiga a Gere, la joven Brit Marling como su hija, involucrada sin saberlo en un terrible fraude, y en una breve aparición, la supermodelo Laetitia Casta como la amante secreta del protagonista.

La cinta a veces flaquea (sobre todo cuando no está sobre Gere o Sarandon) pero abunda un aire de astucia en ella y eso la eleva del promedio a ser una película interesante que no tiene desperdicio y es un gran momento para sus principales intérpretes.

Mentiras mortales/Arbitrage
Con Richard Gere, Susan Sarandon y Tim Roth
Dirige: Nicholas Jarecki
EU. 2012.


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Susan Sarandon: Las estrellas de Hollywood son de otra época

Miguel Cane.



Desde su primera aparición en cine, Susan Abigail Tomalin (Nueva York, 1946) ha demostrado una sustancia y versatilidad poco comunes: lo mismo ha destacado como seductora o comediante que como actriz dramática o de carácter, y es capaz de inspirar lo mismo deseo que carcajadas o llanto. En la vida real no es muy distinta: activista, directa, madre de tres hijos adultos y liberal en sus tendencias políticas, mantiene el ímpetu de su juventud. Llega ahora a México Mentiras mortales (Arbitrage), filme estrenado en el Festival de San Sebastián, donde interpreta a Ellen Miller, una dama de sociedad neoyorquina cuyo marido, un millonario genio de las finanzas (Richard Gere), se encuentra entre la sospecha de haber matado a su amante y la de haber cometido un fraude millonario. Pero en diciembre llegará también a las pantallas Cloud Atlas, donde Sarandon es dirigida por los hermanos Wachowski y Tom Tykwer; además, forma parte del elenco en The company you keep, dirigida por Robert Redford, en donde comparte cartel con él, Julie Christie y Nick Nolte.



USTED ES UNA ACTIVISTA CON GRAN CONCIENCIA SOCIAL Y AQUÍ INTERPRETA A UNA MUJER OPUESTA A ESAS CARACTERÍSTICAS, ¿CÓMO ENTRA BAJO LA PIEL DE UN PERSONAJE ASÍ?

Confieso que fue un papel muy divertido de interpretar, porque es completamente diferente a mí y eso le da variedad a lo que hago. Además tiene sus cosas buenas (se ríe); me sentí feliz cuando me regalaron el vestuario. No el vestido de alta costura, que era precioso, aunque solo era un préstamo, pero sí los suéteres de cachemira con que aparezco en la película y la mayor parte del vestuario. Te diré que es cosa rara que yo quiera llevarme algo como souvenir de mis películas, pero en este caso me encantó la ropa que habían elegido, así que pedí que me la regalaran y estuvieron de acuerdo. ¡No me puedo quejar!



¿LA PELÍCULA LE ATRAJO TAMBIÉN POR SU TEMA?

Totalmente. Creo que es una llamada de atención a la gente que piensa que el dinero o la posición social son todo. Y no es así. Creo que la cinta lo refleja fielmente. Creo que señala algo muy importante: hay que vivir la vida sin pensar que lo que haces o lo que tienes supone una garantía, sea vida, amor, finanzas... es una locura, no funciona; la vida es otra cosa más allá de dólares.

LA CINTA ES EL DEBUT DE NICHOLAS JARECKI, ¿POR QUÉ ARRIESGARSE CON UN DIRECTOR NOVEL?

Es importante apoyar a los nuevos talentos. Todos necesitamos una primera oportunidad y el proyecto lo garantizaba. Nick me habló de la película con gran pasión, acepté leer su guión y me pareció que era muy bueno e interesante, pero que necesitaba ciertos cambios. Le dije que contara conmigo dependiendo qué actores se involucraran en el proyecto y le sugerí lo que, según mi punto de vista, necesitaba retocar. Él se aplicó, consiguió que Richard Gere se involucrara y cuando me lo dijo no dudé en aceptar. A mí me gusta trabajar con actores que conozco bien y Richard era excelente para el personaje de esta película.

NICK ASEGURA QUE ESCRIBIÓ EL PERSONAJE DE ELLEN PENSANDO EN USTED.

Sí, lo sé. No creo que dijera lo mismo si otra actriz hubiera aceptado el personaje (se ríe). Nick y yo tenemos amigos en común y así es como el guión acabó en mis manos. No fue a través de los caminos habituales de Hollywood, sino que me salté el protocolo. Con la película Robot & Frank me sucedió lo mismo, conocí al director, era su primera película y corrí el riesgo de trabajar a sus órdenes. Muchos realizadores sueñan durante años con su primer proyecto y, como dije antes, alguien debe ayudarles para que tengan su oportunidad.

¿QUIÉN LE DIO SU PRIMERA OPORTUNIDAD EN CINE?

No sabía qué quería cuando me fui de mi casa en Nueva Jersey. Solo salir de allí, escaparme de mis ocho hermanos. Los adoro, pero era demasiado ruido, así que me escapé a la universidad, donde conocí a Chris Sarandon (con quien estuvo casada entre 1967 y 1977); él era actor y así fue como aterricé en teatro, luego en televisión y en 1970 en el cine. Mi curiosidad me llevó a convertirme en actriz. Tuve que llamar a muchas puertas antes de que me dieran mi oportunidad, no la tuve tan fácil. Primero tuve papeles pequeños, luego fueron poco a poco más grandes e interesantes y conocí a mucha gente que hacía cine con pasión, como Louis Malle, que creyó en mí y me dio mis primeros papeles de verdadera importancia en Pretty Baby y Atlantic City... y desde entonces he encontrado todo lo que tiene que ver con este oficio como algo fascinante.

ES DE LAS POCAS ACTRICES QUE SIGUE APOSTANDO POR EL CINE INDEPENDIENTE, CASI EN EXTINCIÓN.

Es verdad, es muy triste lo que está ocurriendo con el cine independiente. He hecho muchas películas producidas con poco presupuesto, incluso Pena de muerte fue un filme independiente o Bernard y Doris que solo se hizo con 500 mil dólares y que HBO compró, pero no voy a negar que no he tenido problema en navegar por el mundo independiente y el de los grandes estudios. Para mí el problema de las películas comerciales es que muchas veces carecen de punto de vista. Tratan de llegar a una audiencia tan amplia que la historia naufraga. Me gustan las películas que no he visto en el cine y desgraciadamente hay una enorme cantidad de filmes realmente interesantes que se quedan sin distribución. Vivo en Nueva York y tengo oportunidad de ver muy buenas películas, estoy al tanto de lo que realmente ocurre en el mundo del cine independiente, pero quisiera poder hacer más.

EN CLOUD ATLAS INTERPRETA VARIOS PERSONAJES.

Si tengo que decirte la verdad, soy la primera sorprendida. En la cinta interpreto varios papeles, nada como Halle Berry o Tom Hanks, que son los que hacen prácticamente todo, pero adoro a los hermanos Wachowski y aunque me asustaron con esta propuesta decidí aceptarla. En el rodaje me sentí parte del Circo del Sol por la atmósfera que habían creado —gente saltando de trapecio en trapecio—, y así deberían ser siempre los rodajes; no hubo nadie que no disfrutara grabando este filme. Estoy muy orgullosa de formar parte de Cloud Atlas.

VIVE EN NUEVA YORK, NO EN HOLLYWOOD, PROTESTA Y NO SE QUEDA CALLADA. ¿RECHAZA SER ESTRELLA?

Creo que las estrellas de cine son de otra época, de otro lugar. Pienso en John Wayne y Joan Crawford. Somos muchos actores de oficio que buscamos hacer la vida, criar a nuestras familias en otra parte. Hollywood no me interesa porque no es político y yo soy una persona muy política. A veces creo que la gente no trabaja conmigo porque piensa que no tengo sentido del humor (sonríe), pero eso no es cierto. Mi actitud no ha cambiado en estos años. Si hay algo que me parezca objetable en el gobierno, no me callo. Y eso tiene un precio. He recibido amenazas de muerte. Que la gente tenga tanto miedo o que escriban cosas de mis hijos en la prensa más iracunda me molesta de verdad y me ha aislado, y a la larga ese es un camino muy solitario, pero no voy a renunciar a mis convicciones. Yo soy así.


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11 oct 2012

Karl Urban: “No me molesta que me vean como héroe de acción”

Miguel Cane.



Lleva 15 años de carrera y ha participado en grandes éxitos de taquilla; sin embargo, esto no parece afectar el modo de pensar de este alto —más de 1.90— y jovial neozelandés (Wellington, 1972), quien se dio a conocer encarnando a Eomer en la trilogía El Señor de los Anillos. Ha alcanzado el título de héroe de acción y en el relanzamiento de Star Trek —de la que acaba de rodar también su secuela— demostró que además tiene sentido del humor para interpretar al Doctor McCoy. Pero es en Dredd donde encarna un papel de auténtico culto: el protagonista de la serie de cómics creada en 1977 por John Wagner y Carlos Ezquerra, que sigue publicándose con éxito en el Reino Unido y que en esta versión fílmica tiene un guión a cargo de Alex Garland (La playa, Nunca me abandones, Sunshine y Exterminio).



PARECE REAVIVARSE EL DEBATE EN TORNO A LA VIOLENCIA EN EL CINE. EN EL CÓMIC DEL JUEZ DREDD ES EVIDENTE QUE HAY VIOLENCIA Y SANGRE. ¿HAY UN EXCESO DE VIOLENCIA EN EL CINE?
Hay medios que hacen muchísimo más daño psicológico en este sentido que el cine. Hay niños que por medio de los videojuegos experimentan en primera persona lo que es desenfundar un arma y disparar a alguien. El cine tiene una función evasiva, para ver desde tu butaca lo que sucede. El caso de nuestra película supone algo diferente. En parte, con toda proporción guardada, me recuerda a La Naranja Mecánica de Kubrick, en la que escenas de violencia se contraponían a una música bellísima. Algo similar ocurre en Dredd, donde tenemos imágenes muy gráficas pero que resultan visualmente muy hermosas. Esto provoca que uno se detenga, observe con mayor detalle lo que sucede en esa escena tan gráfica y, al final, se produzca un efecto de rechazo a esa violencia que Dredd retrata de forma mucho más honesta.



¿CÓMO DEFINIRÍAS AL PERSONAJE DE DREDD? ¿HÉROE, POLICÍA, SUPERHÉROE, VERDUGO...?
¡Superhéroe! (risas). No, en serio, solo es un hombre con una misión. Está entrenado, posee grandes habilidades que pueden resultar letales y además tiene una moto fantástica (risas). Su punto fuerte es que cuando otros escapan ante una situación peligrosa, él hace justo lo contrario: corre hacia el peligro. Eso lo encontré muy atractivo. Intenta mantener la ley y el orden, proteger a los ciudadanos en medio del caos absoluto. Todo esto supone un terreno que se hace muy interesante también para el personaje. Además tiene un peculiar sentido del humor que representa a través de frases cortas y rotundas, comentarios jocosos que resultan un poco tajantes. Al final de la película sucede algo que cambiará al personaje y le hará actuar de manera diferente. Dredd siempre ha observado la vida desde un prisma muy estricto: todo es blanco o negro. A partir de su experiencia en el filme se dará cuenta de que también existen matices y actuará de forma que refleje ese cambio en su manera de pensar.



¿LEÍSTE EL CÓMIC EN PREPARACIÓN DEL PERSONAJE O YA LO CONOCÍAS DE ANTES?
Cuando era adolescente casi no leía cómics. Pero, cosa curiosa, uno de los pocos que devoraba era Juez Dredd. Por eso, interpretar a Dredd para mí era una oportunidad única de descubrir la evolución del personaje en los cómics, que iba adquiriendo mayor profundidad según avanzaba la trama. También la forma de escribir el cómic iba siendo cada vez más adulta, más madura y Alex Garland captura esto de un modo excelente, con autenticidad y respeto hacia el personaje. Supuso un regalo adicional por formar parte de este proyecto.

TIENES UN HIJO DE 12 AÑOS Y UNA HIJA DE SIETE, ¿VERÁN ESTA PELÍCULA?
No. (Risas) Es una pregunta delicada. En parte tiene que ver con tu primera pregunta, después de todo, soy padre. Tenía algunas reservas antes de aceptar el proyecto, pero se disiparon cuando leí el guión. Pero creo que este es un filme de acción para el público adulto. Para mayores de 18 años. Y eso está bien, ¿sabes? Últimamente casi todas las películas de este género se hacen con el propósito de atraer a más gente a las salas, y se busca la clasificación para mayores de 13 años. Sin embargo, aquí se buscó hacer una película más seria, más para esos adultos que suelen apartarse del género porque ya no se hacen esas cintas para un público maduro como antes, como Alien. Creo que debe haber cine para todo tipo de públicos. En este caso, es para adultos y por eso es violenta y dura. He hecho otro tipo de películas, como Star Trek o El Señor de los Anillos, que pueden ver mis hijos a esta edad. Y me encanta que sepan lo que su padre hace y por qué viajo tanto. Pero ésta, definitivamente no.

TE CONSIDERAN UN “HÉROE DE ACCIÓN”, ¿ESTÁS A GUSTO CON EL TÍTULO O TE VES EN UN FUTURO PRÓXIMO INTERPRETANDO OTRO TIPO DE PAPELES?
A mí no me molesta que me vean así, me siento cómodo en los papeles de acción, pero también me gusta trabajar en otros géneros. Por ejemplo, para mí es muy importante participar en Star Trek, donde tengo un papel más cómico que me permite hacer otras cosas. Es cierto que dentro de la industria de Hollywood, cuando haces algo bien quieren que repitas de nuevo una y otra vez y es difícil cambiar, pero he tenido suerte de hacer lo que me gusta. Ahora mismo estoy muy orgulloso de cómo ha quedado Dredd, y seguro que se convertirá en un clásico de culto.

RECIENTEMENTE SE PUBLICÓ EN EU LA LISTA DE LOS 50 ACTORES DE CINE MÁS POPULARES DEL MUNDO Y OCUPAS EL PUESTO NÚMERO 27, ¿CÓMO VIVES ESTE MOMENTO?
Me halaga, claro, no te lo voy a negar; al diablo con la falsa modestia, pero lo veo con cierta perspectiva. Esto es básicamente por esta película y toda la publicidad que le rodea, pero te aseguro que en unos meses volveré a mi puesto habitual en el ranking, que es usualmente mucho, pero mucho menor (risas). Y está bien. No soy actor para ser estrella de cine. Soy actor porque me apasiona. La fama me da igual.

ANTES DE QUE PETER JACKSON TE "DESCUBRIERA" CON EL SEÑOR DE LOS ANILLOS YA TENÍAS CARRERA COMO ACTOR. ¿TE ENCUENTRAS AHORA MÁS CENTRADO EN HOLLYWOOD O SIGUES HACIENDO COSAS EN NUEVA ZELANDA?
Sigo en Nueva Zelanda, no siento la necesidad de hacer cosas en otro sitio. Sigo colaborando con la industria del cine en Nueva Zelanda. Tengo muchos amigos en Los Ángeles, es una ciudad divertida y me gusta mucho ir a trabajar ahí, pero mi casa, mi mujer y mis hijos, están en Auckland. A veces pasamos tiempo en Hollywood si estoy trabajando y lo pasamos bien, estamos cómodos, pero no deja de ser una ciudad muy orientada a la industria y a veces es necesario buscar un refugio donde reflexionar y descansar.

¿QUÉ ES LO QUE MÁS TE GUSTA HACER CUANDO ESTÁS EN NUEVA ZELANDA?
Me gusta hacer actividades al aire libre con los niños. Caminatas, paseos. Es una manera de aprovechar el tiempo con ellos, y disfrutar todos en familia. Cuando no estoy rodando algo, es lo que más me gusta hacer. Yo crecí en una granja, en un ambiente muy natural y eso es lo que quiero para mi familia. No hay nada como estar con ellos.


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Siniestro / Sinister, de Scott Derrickson

Imágenes del mal

Miguel Cane.



Reminiscente del cine de terror de los 70, no solo en su temática y atmósfera, sino incluso en su ejecución, Siniestro, el más reciente filme de Scott Derrickson (El Exorcismo de Emily Rose), es una película sin miramientos, sin concesiones y con muy mala entraña. Si va a entrar a la sala, queda advertido: esto no es una de esas vaciladas (como la Cabaña de Whedon) que se prestan para el susto barato.



Más cercana a la desesperanza de La Invasión de los usurpadores de cuerpos (Kaufman, 1978), esta es la historia de Ellison Osborne (Ethan Hawke, muy avejentado... ¿es propositivo?), un escritor que visita diversos puntos de Estados Unidos donde se han cometido crímenes brutales, para escribir sobre ellos. Ahora, lleva a su familia a una casa donde una familia fue masacrada sin motivo aparente y sin que hubiera rastro de los asesinos. El elemento sobrenatural entra en juego al encontrar una caja con películas Super 8 que revelan cómo éstas y otras víctimas fueron torturadas y sacrificadas. Como es natural, no pasa mucho antes que Ellison se obsesione con esas imágenes y acabe tomando decisiones impulsivas y a la postre, terribles, que pondrán a su mujer e hijos (y a él mismo, evidentemente) en peligro mortal.

De este argumento engañosamente simple, pero no exento de un sentido de crueldad y de ironía, Derrickson (también guionista) desenvuelve su cinta, que es oscura e inquietante desde el principio. Las alusiones a filmes como El Resplandor están presentes – la desintegración de la familia nuclear – mas no estorban. Sin embargo, abandonen toda esperanza (Dante Alighieri dixit) todos cuantos se adentren aquí: conforme avanza la trama y el elemento sobrenatural se torna cada vez más explícito, las posibilidades de una resolución “segura” se van evaporando con rapidez. La crueldad de Derrickson para con sus personajes es sorprendente, sobre todo en una época en que el cinema extremo está de moda, no por su violencia (que la hay), si no por su frialdad. La película provoca escalofríos al espectador no con sustos baratos, si no con la ominosa sensación de ansiedad, de pérdida, de haber caído en un pozo sin fondo.

Hawke está bien en un rol muy alejado de sus giros habituales y Juliet Rylance, como su esposa, le da una buena réplica (no en balde es una gran figura en los escenarios teatrales pese a su juventud), juntos logran involucrarnos en su aterradora experiencia y esto eventualmente lleva al espectador a un verdadero sufrimiento. La cinta cumple con creces su cometido, pero definitivamente, no es una cinta ligera, ni un mero entretenimiento. Como ejercicio en lo angustioso es brillante, pero no es para cualquier tipo de público. Ya sabe entonces a lo que vino.

Siniestro / Sinister
Con Ethan Hawke, Juliet Rylance y Fred Thompson
Dirige Scott Derrickson
EU 2012


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4 oct 2012

Juegos de hoy / Play, de Ruben Östlund

Cosas de niños

Miguel Cane



Nunca ajeno a la controversia, el director sueco Ruben Östlund, presenta en Juegos de hoy / Play una situación, que inflama cuestiones relativas a la constelación del poder y a la construcción de la identidad nacional e intensifica también el debate sobre la responsabilidad en la representación del racismo, todo a partir de lo que a primera vista parece un juego secreto de un grupo de niños.



Östlund ha suscitado polémica y elogios, muchas veces al mismo tiempo, con sus obras anteriores: The Guitar Mongoloid (Gitarrmongot, 2004) como Involuntary (De ofrivilliga, 2008) son filmes que buscan despojar al cinema sueco de su barniz bergmaniano de formalidad narrativa y obligaban al espectador a enfrentarse a sus propios prejuicios y debilidades como miembros de una sociedad hipócrita y cobarde.



Play no es una excepción, y está muy bien ejecutada en el aspecto técnico, pero, pese a la voluntad de Östlund de sacudir a su espectador, el filme corre el riesgo de caer en condescendientes argumentos racistas y alimentar el antagonismo histórico que plantea y que incluso trasciende la ficción narrativa. En consecuencia, la película necesita a un espectador que esté abierto a criticar la realidad que le rodea y a pensar, cosa que hoy día no es fácil, dado el panorama complaciente del cine en cartelera comercial.

Östlund coloca al espectador en una posición compleja: por una parte, lo hace ver a la gente pasar por delante de su campo de visión. y determina la responsabilidad de lo que se ve y de quien lo ve, pero no de quien lo muestra. Por tanto, ¿qué es lo que se quiere contar? ¿Cuáles son las “ideas” que se quiere despertar?



La acción parte de un centro comercial, donde cinco niños de entre once y trece años, comienzan a perseguir a otros tres. La cámara se precipita sobre ambos grupos como observador pasivo, y no tarda en advertir algo sospechoso: los dos grupos de muchachos se diferencian por el color de su piel, aparecen de una manera “racializada”. Incluso antes de que comience la acción, brota una sensación inquietante. El film continúa con su juego del gato y el ratón que dura todo un día, pero los primeros no ejercen su poder mediante la violencia, sino mediante la palabra y a un juego elaborado. Es un juego con expectativas y perjuicios. Y mientras los niños juegan, Östlund lo hace con el espectador.: entra y sale de cuadro, gira, se acelera, para. ¿Qué pretende contar? Quizá alude a esa mirada pasiva sobre la banalidad del mal, que no surge de acciones malvadas, sino de un comportamiento indiferente. El consentimiento silencioso de la masa que pasa de largo ante lo que no le gusta. Así, el film se expone desde la pasividad del mundo adulto, del que se desconecta y solo ve a los niños que van escalando en su gresca y persecución sin querer saber por qué.

Östlund, en todos sus largometrajes, realiza una observación y un reflejo sobre una Suecia que podría ser cualquier comunidad desarrollada de Occidente: vivir en determinados lugares o simplemente ser inmigrante de otra raza, equivale a pertenecer a la clase baja o trabajadora. El planteamiento de una identidad quebrada por parte del narrador visual, permite una separación de lo observado y los hechos, sin embargo, queda el desasosiego: ¿qué es lo que estamos viendo? ¿Por qué pasa esto? A diferencia de Haneke, Östlund no se atreve a llevar la provocación a su máxima consecuencia. El resultado es notable, pero extrañamente, indiferente, como la mirada sobre este juego cruel, especialmente cuando la resolución es como una bofetada en el rostro del adulto que no ha estado alerta.

Film de controversia, sin duda merece buscarse y verse, sobre todo para abrir debates y posibilidades. No todo el cine es de evasión y eso es algo que siempre es de agradecer.

Juegos de hoy / Play
Con Kevin Vaz, Johan Jonason y Yannick Diakité
Dirige: Ruben Östlund
Suecia, 2011


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Victoria Abril, sin Dios ni amo

Regida por la libertad y el amor incondicional, a sus 50 años la actriz y cantante hispana no está dispuesta a morir sin haberlo intentado todo.

Miguel Cane.



Ha sido de todo a lo largo de su amplia trayectoria artística: diva de la comedia francesa, chica Almodóvar, musa de Vicente Aranda, cantante de Bossa Nova, figura del teatro... Victoria Abril (Madrid, 1959), sin embargo, prefiere describirse a sí misma como una actriz europea que va “donde el trabajo la llame”, ya sea en España, Francia, Inglaterra, México, Argentina “o China, ¿por qué no? Si el guión es bueno, si el director me convence o si la ocasión me seduce, ¡yo me dejo llevar!”.

Elegante e inteligente, Victoria Mérida Rojas comenzó su carrera con un papel pequeño en la cinta de Audrey Hepburn y Sean Connery Robin y Marian en 1976. Desde entonces ha trabajado sin parar en filmes como La muchacha de las bragas de oro, de Bigas Luna; Max mon amour, de Nagisa Oshima; ¡Átame!, Tacones lejanos y Kika, de Pedro Almodóvar; Amantes, de Vicente Aranda, o Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto y Sin noticias de Dios, de Agustín Díaz Yanes. Ha ganado premios, formado parte de jurados internacionales y se ha dado el gusto de producir sus propios discos; es, en suma, una mujer vertical, de opiniones claras y sobre todo, vital, que se mantiene vigente a una edad que no oculta ni le pesa, donde muchas otras coetáneas suyas han optado por un discreto retiro de los reflectores.



¿CUÁL DIRÍA USTED QUE ES LA MEJOR EDAD DE LA MUJER?
Partiendo de la base de que éste es un tema tabú, yo diría que de los 40 a los 50 años es una buena edad para empezar a hacer esas cosas que no has hecho nunca. Es el momento en el que más preguntas te haces, cuando tienes más experiencias que contar. Entonces, lo importante es coger el toro por los cuernos y hacer lo que quieres.

USTED HABLA, OBVIAMENTE, CON CONOCIMIENTO DE CAUSA.
Por supuesto, créeme, en mi carrera hubo un tiempo en el que no sonaba el teléfono. A todas nos pasa.

¿QUÉ ACTITUD ADOPTÓ DURANTE ESE PERÍODO?
Pues me dije: “Victoria, si no te llaman los productores, llámate a ti misma”. Yo no quería morirme sin cantar, algo que siempre me había gustado y que descubrí que podía hacer en el rodaje de Sin noticias de Dios, de manera que puse manos a la obra y salió Pucheros do Brasil, en el que cantaba bossa nova y después Oh la lá donde recojo los temas de la chanson francesa, que escuchaba en mis años de adolescente en Andalucía y mi juventud en París. Los dos discos los produje yo misma y se vendieron principalmente en Francia, no me preguntes por qué. Como sea, fui feliz, me di un gustazo.



MENCIONA FRANCIA, QUE ESTÁ LIGADA A USTED. ¿QUÉ INFLUENCIA HA TENIDO EN EL DESARROLLO DE SU PERSONALIDAD?
Mira, aunque nací en Madrid, mis raíces están en un pueblo pequeño de la provincia de Málaga, donde llevo a mis hijos de vacaciones cada año, para que vivan la naturaleza como yo la viví. Mis raíces también están en París, donde llegué muy joven y tuve la suerte de encontrarme con una cultura de la que estoy enamorada. Hasta la fecha, es un lugar muy importante para mí y parte de mi vida se desarrolla ahí.

ES USTED CAMALEÓNICA, HA INTERPRETADO A MUJERES MUY DIFERENTES.
He hecho de todo, de buena, amargada, mala, de mala malísima, de menopáusica, de asesina, de madre, de hija... He tenido suerte de no encasillarme en un solo tipo de personajes, y éstos han madurado junto conmigo.



¿QUÉ DIRÍA A LAS MUJERES QUE PIENSAN QUE LA VIDA SE ACABA A LOS 50?
Pero eso era cuando se decía que la cuarentena era la década maldita y que en la cincuentena te enterraban. Para mí, de los 40 a los 50, como te decía, ha sido una etapa muy creativa y espero que la cincuentena lo siga siendo. Hasta el momento, no tengo queja.

¿DIRÍA QUE ES UNA NUEVA ERA PARA LAS MUJERES EN GENERAL, Y NO SOLO PARA LAS ACTRICES?
¡Por supuesto! A mí, envejecer es algo que no me preocupa. El mejor antídoto contra la depresión es la risa y comer y vivir bien. En general, aquellas cosas que mejor nos sientan son gratis. Yo voy al mercado y hago la comida porque quiero llegar a vieja y seguir haciendo cosas como cualquiera, y para eso tienen que aguantarme las piernas y también estar en buenas condiciones físicas. Ando en bicicleta, nado. Me cuido, todas deberíamos hacerlo y no conformarnos solo con lo que la edad nos dice que hay que hacer o sentir. Una es joven si así lo quiere.

¿DIRÍA ENTONCES QUE ES REBELDE “PORQUE EL MUNDO LA HA HECHO ASÍ”?
(Se ríe). Bueno, tanto como rebelde... no. Ni provocadora. Mis acciones sí que lo son, porque siempre digo lo que pienso y eso no a todo mundo le gusta. Provocar es hacer algo que a ti te haga reflexionar, o que haga reflexionar a los demás y no es malo para nada. ¡Al contrario!

¿CÓMO VE LA SITUACIÓN MUNDIAL, ESPECIALMENTE EN EUROPA, CON LA CRISIS QUE VIVIMOS? ¿CREE QUE ALGO BUENO PUEDE SALIR DE ELLA?
Un poco más de solidaridad. De conciencia pública. Todos vivimos décadas de exceso y gastábamos muchísimo dinero y no pensamos nunca que iba a reventar la burbuja. Creo que todos, los políticos, los banqueros, van a tener que poner los pies en la tierra y ayudar a los que más lo necesitan. Todos tenemos que aportar algo para salir adelante. Si no por nosotros, por nuestros hijos.

¿QUÉ MUNDO QUIERE PARA SUS HIJOS?
Uno mejor que en el que yo viví cuando tenía 18 años y necesitaba un permiso de mi marido para poder trabajar fuera de España; mejor que el de mi madre y mi abuela, que sufrieron mucho por no haberse casado. Hoy en día ser hija del pecado no existe, pero entonces sí. Ser madre soltera hoy en día no es un estigma. Nos lo ganamos a pulso. A mis hijos les dejo una vida en libertad para que elijan lo que quieran hacer.

¿QUÉ LE PODRÍA PEDIR A LA VIDA?
¿Más de lo que ya tengo? ¡No! (se ríe). Pues eso. Tiempo para mí, para seguir actuando y cantando y poder compartir mi felicidad con la gente que quiero. El amor de la gente, el amor incondicional, ése es para mí el verdadero amor. Lo demás, es complemento.

¿CUÁL ES EL SECRETO DE NO QUERER PARAR Y HACERLO SIN QUE EL CRITERIO DE OTROS SE IMPONGA AL SUYO?
¿El mío, quieres decir? Mi secreto es que no quiero morir como una idiota. O por lo menos, sin haber intentado todo para hacer lo que quiero realmente. No estoy dispuesta a aburrirme. Nunca lo estuve. Lo que importan son los resultados. No sé si eso sea salirme con la mía, pero eso es lo que hago.

¿NO LE RINDE CUENTAS A NADIE? ES DECIR, VIVE COMO QUIERE.
(Risas) Pues sí. Mira, puedes decir que yo soy anarquista, no tengo ni Dios ni amo. Y como artista, no existe ningún jefe que me dicte qué hacer. Yo trabajo para la gente, individualmente. Como persona, mi filosofía de vida es cuidado con las paranoias, no te lo tomes nunca como algo personal y disfruta todo lo que puedas. Sé feliz. El futuro ya pasó. Disfruta todo lo que puedas ¡ya!



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