28 mar 2013

Visiones de... AMOR / AMOUR, de Michael Haneke

Esta ocasión Cine Visiones ofrece a sus usuari@s una nueva edición de VISIONES DE...

L@s invitamos a leer las Visiones de Patricia Farías (Uruguay) y Miguel Cane (México - España) sobre la película del director alemán Michael Haneke titulada AMOR / AMOUR.

Esta cinta obtuvo el Oscar a la Mejor Película en Lengua Extranjera en la pasada entrega de este premio. Por esta razón, en varios países se ha vuelto a exhibir para que el público pueda verla.

Así que l@s invitamos a leer esta Visiones de... y a ver la película en cine -el cine se ve mejor EN el cine- o en video vía DVD o BlueRay. ¡Que las disfruten!

AMOR / AMOUR, de Michael Haneke, por Patricia Farías.

AMOR / AMOUR, de Michael Haneke, por Miguel Cane.




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Terapia de Riesgo / Side Effects, de Stephen Soderbergh

Secretos y mentiras

Miguel Cane.



La muy anunciada película “final” de Steven Soderbergh (que al final de cuentas, no va a ser tal) pudo ser un interesante thriller anti corporativo, pero decide irse por derroteros un tanto convencionales, para hacer su despedida en el cine. Terapia de Riesgo toma algunos elementos hitchcocknianos para contar la historia de los Taylor, un matrimonio joven, atractivo y espectacularmente rico, que vio sus sueños destrozados cuando Martin (Channing Tatum, en un rol estilo Janet Leigh en Psicosis) fue a dar a prisión por fraude de inversiones.



La historia abre cuando él sale después de una condena de cuatro años y trata de ser feliz de nuevo al lado de su guapa y joven esposa (Rooney Mara) que cae en depresión y a quien su psiquiatra (Catherine Zeta-Jones) prescribe un medicamento para la ansiedad cuyos efectos secundarios son tan impredecibles como su propio comportamiento peligroso. Pronto, queda en manos de otro psiquiatra (Jude Law, el protagonista secreto del filme) que se ve involucrado en una trama de traiciones, asesinato, giros inesperados (o no tanto) y otras linduras, que dan pie a una película sólida, en la que las apariencias engañan, aún si el desenlace resulta más evidente de lo que uno se imagina.



De hecho, el guión de Scott Z. Burns, colaborador de Soderbergh en “Contagio” (2011), intenta no descubrir mucho en el principio y maneja la narrativa por un simple caso médico, pero poco a poco va introduciéndose por otros motivos que la van cargando de suspenso y tal vez no hubiera ninguna diferencia si invirtiera los roles de Law y la Zeta-Jones), aduciendo al sensacionalismo de esto.



Aunque no es lo mejor de este director, es una cinta muy bien hecha, como todo lo de su autor, que ciertamente no se retira del cine, mucho menos con una obra que si bien resulta un producto satisfactorio, es bastante más inferior a algunas de sus mejores obras. Pero se deja ver.

Terapia de Riesgo/Side Effects
Con Jude Law, Catherine Zeta-Jones, Rooney Mara y Channing Tatum
Dirige Stephen Soderbergh
EU 2013




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Ewan McGregor: “En este negocio nada es seguro”

Miguel Cane.



Siguiendo la fórmula exitosa de las “modernizadas” cineadaptaciones de cuentos clásicos como “Caperucita Roja”, “Blancanieves” y “Hansel y Gretel”, llega ahora a las pantallas una nueva versión de “Las habichuelas mágicas”, de Hans Christian Andersen. Se trata de la cinta de Bryan Singer Jack el cazagigantes, en donde un adolescente (Nicholas Hoult) abre por accidente un portal entre su mundo y el de una raza de gigantes. La invasión es un gran riesgo para los humanos, pues los visitantes quieren recuperar la tierra que perdieron hace miles de años. El futuro de los hombres queda en manos del joven Jack, quien, además, quiere ganarse el amor de una valiente princesa. En su odisea, Jack es respaldado por un grupo de soldados liderados por el carismático Elmont, rol que interpreta el escocés Ewan McGregor (Edinburgo, 1971), quien celebra este año dos décadas de trabajar en el cine. Desde su debut en Tumba al ras de la tierra —también debut de Danny Boyle— no ha dejado de trabajar de modo incesante y ha protagonizado algunas cintas memorables como Moulin Rouge, Trainspotting, la segunda trilogía de Star Wars (como Obi Wan Kenobi, personaje originalmente encarnado por Alec Guinness) y Lo imposible, que se ha convertido en el filme más taquillero en la historia de España, en el que compartió créditos con Naomi Watts.



HAS REALIZADO UNA SERIE DE PAPELES COMPLETAMENTE DISTINTOS UNOS DE OTROS; ¿QUÉ TE LLEVÓ A ACEPTAR ESTE?

Creo que era la oportunidad de interpretar a un personaje que nunca más podré hacer. Ya tengo una edad en la que no soy el muchacho que era, y me gustó esta oportunidad de despedirme de estos personajes antes de ir hacia algo más maduro. Además, en verdad es un desafío encarnar a un personaje de fantasía que todos reconocemos, el buen caballero, el de la armadura radiante, aunque no sea exactamente así. Me gustó que tuviera muchas facetas, entre ellas ese humor cándido que no siempre se encuentra; porque no es un personaje odioso, es entrañable, de verdad.



ERES UN BUEN COMEDIANTE. ¿EL HUMOR ES UN ATRACTIVO PARA TI?

Me gustan las comedias, lo mismo que cualquier otro género. Pero llevaba algún tiempo sin hacer comedia, y después de Lo imposible, quería hacer algo más ligero, ¿me entiendes? Bryan me ofreció la oportunidad ideal de hacerlo. En Elmont hay un humor que es un poco bobo, como ese humor absurdo al estilo de los Monty Python, ya sabes, y eso es lo que más me hizo reír. Él, aunque es un caballero heroico, usualmente hace las cosas mal, es torpe y n algo ingenuo, como un niño en un cuerpo de adulto. A pesar de todo esto, es muy valiente y aguerrido, lidera a sus hombres en situaciones peligrosas, aunque a menudo termina cayéndose de cara y es Jack quien viene y salva el día. Hicimos un buen equipo y Bryan nos dirigió muy bien a todos; él es estupendo y tenía muchos deseos de que trabajáramos juntos desde hace años pero no habíamos podido coincidir.



¿QUÉ OPINAS DE ESTA MODA DE HACER VERSIONES DE LOS CUENTOS TRADICIONALES?

Es como todo ¿no? Son los cuentos que nos contaban de niños, que estimulaban la imaginación. Mis padres me los contaban a mí como sus padres a ellos, y yo hacía los mismo, se los leía o se los contaba a mis hijas antes de dormir cuando eran pequeñas. Ya sabes, hacerles las voces y todo, finalmente su papá es un actor y tengo que compensarlas de tantos viajes que hago ¿no? (ríe). Y les encanta que lo haga, que les cuente cuentos, así que me parece natural que ahora los reimaginemos nosotros para contarlos a una nueva generación, a través del cine.

¿TENIAS GANAS DE HACER UNA PELÍCULA QUE TUS HIJAS PUDIERAN VER?

¡Pues sí! Reconozco que al principio, cuando me lo ofrecieron, pensé que era un personaje convencional, pero también pensé que sería muy divertido. Cuando les conté un poco de la historia les encantó, y al fin de cuentas yo nunca había hecho esto y creí que sería entretenido tratar de interpretar a un oficial británico de clase alta en esta historia de fantasía. Así que sí, puede ser que fuera una de las razones. Lo cierto es que esta película les va a gustar y es más fácil que la vean a que vean otro cine algo más adulto o más violento, como el que a veces hago.

SUPONGO QUE TE HABRÁS DIVERTIDO EN EL RODAJE.

¡Bastante! En el reparto están Stanley Tucci, que siempre es un deleite y con quien ya había trabajado, además de Eleanor Tomlinson y Nicholas Hoult. Con ellos pasé un montón de momentos memorables, en especial en las escenas de peleas. Stanley estuvo genial, porque las hicimos por mucho rato. Además estábamos en locación en Inglaterra, y estaba mojado y helado, pero como conozco a Stanley tan bien, fue divertido hacerlo. Eso fue lo que más me quedó en la memoria. Aunque eso es lo que más me gusta de mi trabajo, ¿sabes? Los rodajes. Viajar a lugares que no conozco y hacer cosas que comúnmente no hago. Como en Star Wars, que fuimos a rodar al desierto, o Lo imposible, que rodamos en muchas locaciones, no solo en Tailandia... ésa también fue una experiencia fascinante.

HABLANDO DE EXPERIENCIAS FASCINANTES, SON AÑOS DE TRABAJAR, CASI SIN PARAR. Y HAS TRABAJADO CON VERDADERAS LEYENDAS: POLANSKI, GREENAWAY, BOYLE, WOODY ALLEN, LUHRMANN, TODD HAYNES, HASTA GEORGE LUCAS... TENDRÁS UNOS RECUERDOS INCREÍBLES.

Veinte años, ¿eh? A veces se siente como más, y otras como la primera vez. ¿Qué puedo decirte? Creo que soy el tipo más afortunado del mundo. En serio. He hecho todo, o casi todo, lo que he querido. He viajado por todo el mundo. He conocido a mucha gente interesante, y he aprendido algo de todos mis compañeros. La experiencia que uno adquiere trabajando con estos directores no tiene comparación alguna. No sé qué puedo decirte sin que suene pretencioso o arrogante. No es falsa modestia, de verdad, me siento sumamente afortunado. Siempre pienso que esto se puede acabar cualquier día. Que puede que ya no te lleguen buenas oportunidades. O que se acabe el trabajo. Nunca sabes, y en este negocio nada, absolutamente nada, es seguro. Por lo mismo, creo que 20 años y todos esos directores que mencionas, son el mejor regalo que a uno le puede dar la vida. No puedo agradecerlo lo suficiente, a ellos, a mi familia que siempre ha sido paciente y un apoyo, y también al público. Sobre todo porque no ha sido fácil, pero no puedo quejarme.


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Amor / Amour, de Michael Haneke, por Patricia Farías.

Con mayúsculas: “Amour” de Michael Haneke… después del Oscar.

Patricia Farías.

Algo hace que me proteja de algunas películas de Michael Haneke. Y admito, no he visto muchas, pero las que he visto sé que mueven muchas cosas. La que más recuerdo es “La Pianista”. Hoy me arriesgué con “Amour”, mejor película extranjera en los Oscars 2012 … película que demoré en ver hasta hoy porque de algún modo supe que me iba a golpear muy profundamente.



Amor, con mayúsculas. Como Actores, con mayúsculas. Por favor, Jean-Louis Trintignant, tiene que volver a aparecer en cine más frecuentemente, para que los más jóvenes sepan el tremendo ACTOR que es, más allá de títulos como “Un hombre y una mujer” o “El Conformista” (alguien más que lo convenza de aparecer más en cine además del teatro)… Emmanuelle Riva, que admito no haber reparado en su nombre hasta ahora: enorme actriz también… Isabelle Huppert, que ya me sacudió en “La pianista” de Haneke, y en tantas otras, ella sí ...



Volviendo a “Amour” concretamente. ¿Qué deseamos al final de nuestra vida? Dignidad, sobre todo, si me guío por lo que supe ver y saber de mis seres queridos. Y además, alguien que nos ame tanto como para preservar esa dignidad aunque otros no lo entiendan, o les parezca que con cuidados especializados se preserva. Alguien que sepa qué queremos o querríamos para nosotros mismos. Eso es lo que Michael Haneke nos muestra en “Amour”.

Qué pasa cuando uno de los dos se enferma, y solamente puede ir empeorando. Qué pasa cuando el otro, que ya no es joven y los años le pesan de verdad… (vale ver cómo camina Georges, no es un hombre joven ni mucho menos), tiene que enfrentar esa situación, y además el dolor de ver cómo pierde a su compañero en vida, cómo se hace frente al día a día, a los cuidados, al declive. La frase “tu preocupación no me sirve de nada” que dice Georges a su hija puede sonar dura... pero es real: la preocupación no ayuda, el que está todos los días lidiando con una situación no gana nada con la preocupación (bienintencionada y amorosa) de otros.



La descripción casi analítica de cómo pasa el día su esposa es aparentemente tranquila y hasta fría, si uno no supiera el dolor que hay detrás de haber perdido en vida a su compañera. Georges asume su situación y el atender a su esposa sin dramatismos, como algo “debido” pero si leemos más profundamente, vemos que no es nada de eso: la ausencia de dramatismo o victimización es fruto de que en su forma de ver las cosas, cuando se ama a otro… estas cosas, por tremendas o difíciles que sean, son parte de la relación. La única vez en que “violenta” es cuando Anne se niega a tomar agua… si no bebe, morirá seguramente. Georges la abofetea… pero mirando bien, ¿no es tal vez un mensaje de Anne? ¿Qué hacer con ese mensaje? Escucharlo, por duro que sea, es una opción.

“Amour” nos enfrenta sin anestesia a muchas preguntas que tal vez nos hayamos hecho anteriormente. ¿Cómo queremos terminar nuestra vida? ¿Hasta qué punto somos capaces de respetar cuando los conocemos, los deseos de nuestros seres queridos? ¿Qué tanto amamos al otro como para asumir sin dramatismos que ahora hay que cuidarlo, atenderlo, ayudarlo como a un bebé a veces?



Georges pierde a su compañera, primero no intelectualmente sino en cuanto a autonomía. Después, la pierde en cuanto a quien ella es. Solo escucha “dolor, dolor”… y sabe que Anne no quiere hospitales, ni internaciones, ni ese tipo de cosas que prolongan la vida sin dignidad.

Michael Haneke nos puede hacer llorar en este filme, si nos toca de cerca; si aún no, nos puede dejar algo en qué pensar y qué recordar más adelante. A título muy personal, agradecí no haber tenido que decidir nada, aún sabiendo, como su Georges, cuál era la voluntad de mi ser más querido hace unos años. Pero la realidad es que nos enfrenta a nosotros mismos y a qué haríamos en esa situación. Hasta dónde puede llegar el egoísmo de tener al otro sea como sea, y hasta dónde llega el respeto por la voluntad del otro.



Espero que en algún momento, otro tenga la fortaleza de cumplir con mi voluntad, y que yo tenga la misma entereza de recordar más allá del egoísmo, de dejar ir al otro.

Dicho todo esto… es uno de los filmes más hermosos que he visto últimamente. Hermosos, así de simple. No un filme fácil de ver, no es de pasar el rato, por supuesto que no. Nos deja en carne viva, pero es hermoso. Sí… parece extraño, después de hablar de qué trata, y apenas superficialmente de cómo el director nos golpea en lo más íntimo y remueve cosas tan personales. Más aún, nos puede hacer llorar. Y sin embargo es hermoso. Porque el deseo, o la esperanza, o la vivencia de un Amor como el de Georges y Anne, es lo que muchas veces queremos. Y Michael Haneke nos dice que puede ser, no de una forma edulcorada y de cuento de hadas, sino con una historia crudamente posible, dolorosa… pero que irónicamente hace que el que la ve quiera tener un amor como éste. Con todas sus connotaciones y consecuencias. Con todo el Amor.

Montevideo, 23/03/13



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21 mar 2013

Jean Reno. Eso de ser estrella de cine, una tontería

Miguel Cane.



Carismático y versátil intérprete francés pero de origen español (nació Juan Moreno y Herrera-Jiménez, en Casablanca, Marruecos, en 1948), Reno tiene una carrera internacional que lo ha llevado de Europa a Hollywood interpretando toda clase de roles. De la mano del director Luc Besson apareció en Nikita y Azul profundo, fue luego el protagonista de El perfecto asesino (filme que lanzó la carrera de Natalie Portman) y también ha aparecido en grandes éxitos como El Código Da Vinci. No obstante, también es partidario entusiasta del cine independiente y así llega a las pantallas mexicanas al frente de El chef, una divertida comedia francesa en la que comparte créditos con el español Santiago Segura, misma que resultó uno de los éxitos sorpresa del 2012 en la taquilla europea.



HA TENIDO UNA CARRERA DE LO MÁS DIVERSA, INCLUSO SE DA EL LUJO DE HACER COMEDIA...
¿Y por qué no? (sonríe). Como actor siempre escojo los papeles que me interesan más y aquellos que me hacen reír son de los que más me gustan y atraen. Leí este guión y pensé que me gustaría hacerlo, precisamente porque iba a pasármela bien.

¿POR QUÉ DIRÍA QUE LA RISA VA TAN DE LA MANO CON ALGO TAN SERIO COMO LA GASTRONOMÍA?
Porque la cocina es como un gran teatro, está llena de intensidad y de emociones. Desde el viejo cine mudo, las situaciones cómicas se multiplicaban si había platos y manjares de por medio. Lo mejor de todo es que al terminar el rodaje del día siempre teníamos oprtunidad de comer las delicias que habíamos preparado en el set.



SU PERSONAJE LIDIA ENTRE LA COCINA MODERNA Y LA TRADICIONAL. ¿EN SU PROFESIÓN ESTÁ ENTRE EL CINE DE HUMOR Y EL DE ACCIÓN?
Pues no es un equilibrio premeditado. Verás, yo no me levanto un día y pienso: “Mi última película fue de tiros, así que tengo que pedir a mi agente algo que me haga reír”. A veces me apetece reír, otras descargar adrenalina y, en ocasiones, algo más serio. Por ejemplo, acabo de trabajar en la adaptación de La gaviota, de Chéjov, que se estrenó en el Festival de Sundance. El equilibrio y la balanza los pongo yo.

¿TAMBIÉN PONE EN LA BALANZA ALTERNAR HOLLYWOOD CON EL CINE EUROPEO?
Pues la verdad es que yo no encuentro muchas diferencias a la hora de rodar en París, Cancún, China, Los Ángeles o Japón. Mi concepto de Hollywood no es el mismo que manejan habitualmente. Hacer una película como El código Da Vinci es, para mí, poder compartir un rodaje con mis colegas Tom (Hanks) y Ron (Howard). Nada más. Soy un tipo que ha tenido la suerte de que en Hollywood lo tratan con respeto porque lo ven como un actor todoterreno y con cierta aura de prestigio europeo. Ellos son así, les impresiona mucho lo que llega de Europa. Pero yo solo soy un actor como cualquiera, que trabaja en una compañía. Eso de ser una estrella de cine, me parece una tontería.

EL CINE FRANCÉS HA TENIDO UNA BUENA RACHA CON FILMES COMO EL ARTISTA, AMOUR, METAL Y HUESO, INTOCABLES Y ÉSTA MISMA, EL CHEF...
Es verdad. Vivimos una racha estupenda, aunque siempre ha tenido una gran conexión con el público de todo el mundo. No hay más que ver la cantidad de remakes que hace Hollywood de éxitos del cine francés. Aunque ahora ha llegado también la época de las vacas flacas y los recortes. Sin el apoyo de las instituciones y, sobre todo, las televisiones, el cine estaría muerto. O, al menos, sería muy difícil mantener la producción. Espero que no lo aniquilen.

¿CON CUÁL DE TODAS LAS PELÍCULAS QUE HA HECHO SE QUEDA?
Con todas, desde luego. Las películas son, ante todo, momentos imborrables e insustituibles. No tengo ninguna preferida, y me resulta imposible quedarme con una, o con varias. Aunque sí hay situaciones que he vivido con ellas que me convierten en un privilegiado. Por ejemplo, recuerdo que durante el rodaje de Misión imposible hice una visita al cementerio judío de Praga junto a Jon Voight, que siempre ha sido uno de mis ídolos, y en el mismo rodaje, Brian DePalma me presentó a la formidable Vanessa Redgrave, una de las más grandes actrices de nuestro siglo, y pude estrechar su mano. Fue algo maravilloso.

¿CON QUÉ PERSONAJES SE IDENTIFICA MÁS, CON VÍCTOR EN NIKITA, LÉON EN EL PERFECTO ASESINO Y EL POLICÍA DE LOS RÍOS DE COLOR PÚRPURA, QUE ERAN DUROS, INDEPENDIENTES, SOLITARIOS, O CON ESTE ALEX LAGARDE EN EL CHEF?
Bueno, yo tengo pocos amigos en la vida real. Y cuando digo amigos, me refiero a esas personas a las que conozco desde los años sesenta. Somos un grupo de unas cinco personas, todos oriundos de Casablanca, y todavía estamos en contacto. Por lo tanto, no diría que soy un tipo así de solitario, de esos que pasan semanas enteras solos en el campo. Quiero decir, sí necesito estar en contacto con gente, incluso si estoy en el país. Incluso tengo mi propio olivo, con el cual hago mi propio aceite, pero paso un montón de tiempo trabajando con gente en los árboles y así. Eso me gusta. Sobre como son los personajes, hago lo que me interesa, como te decía, y Alex Lagarde me cayó bien porque es un hombre jovial, inteligente y apasionado por algo, en este caso, la gastronomía. Y me pareció que quería explorar un personaje así porque me gusta ese tipo de gente.

¿A USTED LE APASIONA LA GASTRONOMÍA TAMBIÉN?
Me gusta comer bien y beber bien. No soy un gran cocinero, pero para la cinta me tuve que preparar, asistí como oyente a clases en Le Cordon Bleu. Y me lo pasé muy bien. Descubrí que cocinar es mucho más que hacer huevos revueltos con jamón. No te diré que dejaría este trabajo para poner un restaurante ni nada por el estilo, pero claro que me interesa. Especialmente me gusta conocer de vinos.

ESTÁ POR CUMPLIR 65 AÑOS. ¿PIENSA RETIRARSE O REINVENTARSE? ¿NO LE TIENTA SENTARSE EN LA SILLA DE DIRECTOR?
Dirigí una película para la televisión francesa, de tamaño pequeño, hace algunos años, y dirigí otra para los Juegos Olímpicos de Invierno de Turín. Fui muy feliz pero no es lo mío. Prefiero trabajar como actor, moverme de un grupo a otro. Creo que, principalmente, esto me ocurre porque empecé en el teatro y se me ha pegado. No tengo la amargura del inmigrante eterno, aunque justo yo sea eso. E ir de un grupo a otro me sirve de medicamento sobre posibles heridas emocionales. Ahora bien, la verdad es que también dirigir me da algo de pereza. Prefiero hacer otras cosas, como viajar y cambiar de aires lo máximo posible. Me gusta moverme, no estar sentado en una silla, aunque sea la de director.

¿SE SIENTE USTED UN ACTOR INFRAVALORADO? ¿LE IMPORTA TENER MENOS PREMIOS DE LOS QUE PODRÍA MERECER?
No, no, para nada. Los premios que me los den mis vecinos y mi familia. Hay un dicho andaluz muy sabio, que mi madre solía decir y que suscribo plenamente: la vida es más importante que el reconocimiento. ¿No crees? En todo caso, creo que es mejor simplemente ir a ver las películas que hablar sobre ellas. Es como cuando uno ama a alguien; siempre es mejor hacer el amor que hablar sobre él.

¿ES ÉSA LA FILOSOFÍA DE JEAN RENO PARA LA VIDA?
Puede ser, amigo, pero no te lo voy a decir (risas). ¡Es mejor que lo descubras por ti mismo!





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14 mar 2013

El Chef / Comme un chef, de Daniel Cohen

Miguel Cane.



Donde a la mesa la buena comida entusiasma y deleita, en el cine la buena comedia francesa divierte, entretiene y suele gustar mucho, especialmente en este mercado. Considerada una verdadera sorpresa en la taquilla europea, El chef es una simpática comedia, con una buena presentación, actuaciones de primera y producción de excelente calidad: el film nos presenta el ya habitual debate entre lo nuevo y lo viejo, entre lo tradicional y lo moderno, entre la cocina ultramoderna y la gastronomía tradicional, y el enfrentamiento habitual entre ambos polos.



El versátil Jean Reno interpreta a Alex Lagarde, un célebre chef con cuatro estrellas Michelin que se niega a adaptarse a la moda que está sacudiendo París, de mezclar la ciencia con la cocina, lo que implica que pueda llegar a perder su restaurante en vista de que ahora el público busca la novedad.



Todo cambia cuando llega a su local Jacky (Michaël Young), un gran admirador suyo y talentoso cocinero, que tiene algunas brillantes ideas e introduce el punto cómico a esta comedia y ayuda a que el guión fluya.



Jean Reno, un actor sólido y siempre confiable, aquí parece divertirse junto con el público con su interpretación y la levedad que imprime al personaje es muy bienvenida, a manera de contrapunto del marco referencial que tiene; la lucha entre cocina tradicional y moderna.

El toque de exotismo lo aplica el comediante español Santiago Segura, que se autoparodia y hace de un ostentoso chef experto en diversos experimentos gastronómicos, capaz de convertir un pato entero en un cubito de sabor.

Realizada sin pretenciones, con un guión eficiente y una estupenda fotografía, la película es una apuesta segura para aquellos que quieran pasar un rato entretenido en el cine, disfrutar de una buena comedia al estilo francés y al igual que sucede con otros filmes de temática relacionada, como Julie y Julia, por ejemplo, es preferible que sea visto con el estómago vacío y que posteriormente hagan reservaciones para cenar, seguramente les dará hambre.

El Chef / Comme un chef
Con Jean Reno, Michaël Young, Raphaëlle Agogué y Santiago Segura
Dirige: Daniel Cohen
Francia/España 2012



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Rachel Weisz: “Fue liberador ser mala, muy mala”

Miguel Cane.



Poseedora de una serena belleza, radiante de carisma y natural elegancia, Rachel Weisz (Londres, 1971) ha tenido una carrera diversa y aclamada desde su primer filme, a las órdenes de Bernardo Bertolucci. Ello la ha llevado a trabajar con grandes cineastas, a destacar tanto en el cine comercial como en el independiente y a obtener un Oscar por su papel en El jardinero fiel, donde interpreta a una apasionada activista cuyo marido se propone descubrir la verdad tras su asesinato. Ahora en Oz, la precuela oficial dirigida por Sam Raimi del clásico El mago de Oz, Rachel se divierte con su interpretación de una de las figuras clásicas en la galería de villanos de la historia del cine: nada menos que la Bruja Mala del Oeste, uno de los personajes legendarios en la literatura infantil y el cine.



POR PRIMERA VEZ INTERPRETAS A UNA MUJER QUE ES MALA, MALA MALÍSIMA. ¿QUÉ TAL ÉSE CAMBIO DE TONO?
Creí que sería interesante interpretar a una mujer que no siente culpa alguna por cualquiera de sus acciones. Alguien que se divierte siendo mala y cuanto peor es..., más se divierte. ¡Y yo también me divertí mucho! Aunque claro, solo es actuación. Pero qué puedo decirte, siempre es seductor hacer un personaje así y nunca me lo habían ofrecido. Cuando llegó, pensé “no es en serio” pero lo era, y Sam hizo un gran trabajo al dirigirnos, nos dio una enorme libertad y me decía “más mala, más cruel, vamos, ¡puedes ser más mala!”, y sí, fue liberador.



¿CATÁRTICO INCLUSO?
¿Por qué no? No lo había visto de esa forma, pero sí, un poquito. Haces y dices cosas que nunca se te hubiera ocurrido hacer o decir en la vida real. Es parte del trabajo y es algo bueno.

ES PARTE DE LA VOCACIÓN, ¿NO ES ASÍ?
Sí, aunque tardé mucho en descubrirla. Recuerdo que en primaria hicimos Alicia en el País de las Maravillas y yo era el pájaro Dodo. Siempre tenía papeles pequeños. Yo quería ser científica, me encantaban la biología y las ciencias naturales; no fue sino hasta después, en la universidad, que decidí hacer esto y me metí en una compañía de teatro. Ahí todo cambió.



EVIDENTEMENTE ESTABAS FAMILIARIZADA CON EL MATERIAL..
Sí, sí, claro, El mago de Oz, la original de 1939, me encanta. Es una de mis películas favoritas. Es la primera película que recuerdo haber visto de niña, como a los cinco años. ¡Pero nunca he leído los libros de Baum! Sé que James Franco creció leyéndolos, pero en mi estantería estaban los libros de Narnia y Alicia en el País de las Maravillas. Supongo que es algo más de la infancia estadunidense y no de la inglesa. Cuando estaba preparando el papel, leí los libros. No sabía que era una serie tan larga y tan diversa. Muchos pensamos que solo es la historia de Dorothy y el camino amarillo, pero hay mucho, mucho más, muchos matices y eso es lo que Sam quiso abordar. Es un mundo fascinante, y claro, ahora los libros son parte de la biblioteca de mi hijo, que los leerá en el futuro.

ENTRE LAS VERTIENTES DEL CINE INDEPENDIENTE Y EL COMERCIAL, ¿CUÁL ES LA QUE PREFIERES?
Mi corazón es más independiente, pero me gusta hacer cosas relacionadas con la fantasía. Por eso hice filmes como Constantine, ¿lo recuerdas? Aunque siendo honesta, yo no soy una esnob, me gustan las historias oscuras y complicadas, aunque a veces quiero ir a ver cosas como Los vengadores, con un bote grande de palomitas. Hacer Oz fue muy divertido, como una especie de alivio. Ahora bien, podría ganarme la vida en películas independientes, pero para que tu nombre pueda ayudar a que las películas independientes consigan dinero, es importante que hagas otras cosas que garanticen taquilla, ¿me explico? Sin embargo, no había hecho películas de estudio durante los últimos seis o siete años, hasta que rodé Oz y El legado de Bourne.

HABLANDO DE CINE INDEPENDIENTE, UNO DE TUS MEJORES TRABAJOS RECIENTES FUE EN THE DEEP BLUE SEA, QUE NO TUVO EXHIBICIÓN COMERCIAL, SI BIEN MUCHOS CRÍTICOS CREYERON QUE MERECÍAS UNA NOMINACIÓN AL OSCAR. ¿DIRÍAS QUE ES UN FILME INFRAVALORADO?
Infravalorado no, porque siempre encuentro a gente que me dice cosas preciosas sobre ella, como ahora. No es una película comercial, y lo supe desde que acepté rodarla. Es un reto para el espectador, pero me encanta cuando una historia encuentra un pequeño grupo de gente que la comparte casi en secreto, eso es maravilloso. Estoy muy orgullosa de la película y del trabajo de Terence Davies, la veo como una pequeña joya. Creo que pasará el tiempo, que la gente la verá en DVD y la irán descubriendo poco a poco. Si adquiere un “culto”, a mí me parece bien. Es una de las películas que más feliz me ha hecho rodar y que tenga una vida más allá de las salas es ya de por sí un éxito.

EN 2010 HICISTE TU DEBUT DETRÁS DE LAS CÁMARAS CON UN CORTOMETRAJE, ¿HAS PENSADO EN HACER UN LARGO?
Estoy pensando en escribir algo, una película en la que yo misma tendría un papel, aunque no necesariamente la protagonista. Quiero escribirla con una de mis mejores amigas, estuvimos juntas en aquella compañía de teatro de la universidad. Todavía tengo que pensar si quiero dirigirla, no estoy segura. Mi amiga y yo hemos estado pensando en ello durante años, porque mi amiga trabaja en el cine, y luego tenemos otra amiga experta en financiación. Las tres cenamos hace poco y decidimos crear una productora. Creo que nunca nos habíamos considerado suficientemente maduras como para hacerlo, pero... ¡soy una mujer de 42 años! ¿Por qué no?

¡A TI NO TE DIO LA CRISIS DE LOS 40!
No, para nada. De hecho fue un año maravilloso, rodé The Deep Blue Sea y me casé, ¡fue un año bastante bueno! (risas).

ERES UNA ACTRIZ RECONOCIDA; SIN EMBARGO, NO HAS TENIDO QUE CARGAR CON EL PESO DE LA FAMA.
He tenido suerte, supongo. Verás, por lo general no se me acerca mucha gente, porque no me pongo maquillaje y cuando ando en la calle voy de jeans y cola de caballo. A veces alguien se acerca y me dice que le gusta mi trabajo, ¡y eso es muy agradable! Eso siempre lo agradezco, porque sin el público no tendría carrera. La verdad es que no me siento acosada, no al nivel que a veces alcanza mi marido (Daniel Craig). No leo las revistas ni lo que se escribe de mí en internet. Me he impuesto tolerancia cero con las búsquedas en la Red. Tampoco voy a eventos ni fiestas, soy bastante aburrida, soy una madre casada, ¡no hago nada interesante! (risas).

¿TE MANTIENES AL MARGEN DE LAS REDES SOCIALES? EN ESTA ÉPOCA ES ALGO SORPRENDENTE...
Pues sí. Mira, creo que es extraordinario que la gente pueda organizar una revolución en Egipto gracias a ellas. Yo nunca he tuiteado, y no necesito mantenerme en contacto con la gente más allá del teléfono o del correo electrónico. Personalmente no entiendo para qué sirve tuitear o usar Facebook. Me encanta mi privacidad. Y creo que los restaurantes deberían imponer una prohibición sobre los iPhone, deberíamos dejar los teléfonos en la puerta y hablar unos con otros, mirarnos a los ojos, como ahora tú y yo. ¿Ves? Ahí está una idea millonaria (risas): ¡voy a crear un imperio de restaurantes sin teléfonos! ¿Verdad que sería maravilloso?



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La Voz Humana, obra de Jean Cocteau, en el Teatro Orientación

El Teatro Orientación del Centro Cultural del Bosque presenta la puesta en escena La voz humana del dramaturgo francés Jean Cocteau (1889-1963), bajo la dirección de Antonio Castro.

Temporada del 14 de marzo al 28 de abril, los jueves y viernes a las 20:00 horas, sábados 19:00 y 20:30 horas y domingos 18:00 horas. Suspende funciones del 28 al 31 de marzo.



La voz humana es una obra de un solo acto, en la que Cocteau analiza las acciones mediadas por la comunicación y los vacíos creados entre los seres humanos, a través de una mujer que se enfrenta con el fin de un viejo romance. Ella vive con el desamor mientras desahoga su agonía en el teléfono, se debate entre la vida y el abandono. ¿Qué hacer?, ¿Hacia dónde continuar?, ¿Cómo re-inventarse? Son preguntas que se hace a sí misma.

En esta puesta en escena la atmósfera íntima es muy importante; al respecto, el director Antonio Castro opina: “Es una obra de teatro intimista, Jean Cocteau retrata la psicología de una mujer. Toda la acción ocurre en una habitación, que al mismo tiempo es el espacio interior del personaje. El tema es ¿cómo enfrentar el desamor? Nuestro personaje atraviesa por una paleta muy amplia de emociones, lucha por reinventarse a sí misma. Tal vez ese sea el mayor reto de un ser humano cuando enfrenta una separación amorosa.

“La aportación de Karina Gidi a la puesta en escena ha sido fundamental. Muchas de mis ideas se han modelado a través de nuestras discusiones. El teatro es un arte colectivo. No es la expresión de una visión unilateral, sino la muestra de muchas visiones, que en ocasiones pueden resultar hasta contradictorias”, acota el director sobre el trabajo en conjunto con la actriz.

Antonio Castro comenta también sobre la adaptación del texto a nuestra época: “En 1930 la participación de las mujeres en la vida social y política estaba muy lejos de ser lo que es hoy. Jean Cocteau creó un personaje que acusa a muchas marginaciones, sometido a una soledad casi patológica, a la manera de personajes como Heda Gabler o Ana Karenina. Al discutir la obra con Karina Gidi, reelaboramos el personaje de Cocteau, para convertirlo en una mujer de nuestro siglo, que incide en una sociedad de manera dinámica, pero eso no la libra de tener emociones.”

Jean Cocteau es uno de los artistas más multidisciplinarios del siglo XX. Fue director de cine, poeta, novelista, pintor, dramaturgo, escenógrafo y actor. Comenzó a escribir a los diez años y vio su primera publicación a los 16. Colaboró con el Ballet Ruso y participó en varios movimientos artísticos como miembro activo, aunque siempre fue un poeta de corazón.

Antonio Castro estudió la licenciatura en teatro en Hamilton College, Nueva York, y se tituló con mención honorífica. Ha dirigido los montajes Auto-acusación de Peter Handke; El caso de Caligari yel ostión chino de Hugo Hiriart; El matrimonio de Witold Gombrowicz; 1822 el año que fuimos imperio de Flavio González Mello; Las obras completas de William Shakespeare (abreviadas) de Adam Long; Yamaha 300 de Cutberto López, El capote de Nicolai Gogol y La hija de Rappaccinni de Octavio Paz, entre otras. Su trabajo ha sido presentado en numerosos festivales nacionales e internacionales con diversas menciones y distinciones. Es colaborador de la revista Letras Libres.

La Voz humana cuenta con la actuación de Karina Gidi, el diseño de escenografía, iluminación y vestuario de Ingrid SAC, diseño de sonido de Miguel Hernández y producción ejecutiva de Claudio Sodi y María Inés Olmedo.

Karina Gidi
Esta extraordinaria actriz ha participado en más de 20 obras entre las que destacan “Incendios” (Mejor Actriz, ACPT), “Instrucciones para volar”, “Festen”, “La Casa Suspendidai”, “Don Juan”, “Rock ‘n’ Roll” y “Neurastenia”. Con la película “Demasiado Amor” de Ernesto Rimoch, obtuvo el Mayahuel a la Mejor Actuación Femenina en el Festival de Cine de Guadalajara 2001. En el 2010 protagonizó “Abel” de Diego Luna, por su trabajo en dicha película fue nominada al Ariel por segunda vez.



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7 mar 2013

Oz, de Sam Raimi

¡Magazo!

Miguel Cane.



En lo que ostensiblemente es la “precuela oficial” a el clásico de Victor Fleming El Mago de Oz – la de 1939 con Judy Garland como Dorothy, etcétera – Sam Raimi, que lo mismo ha sido amado que vilipendiado, recurre a los relatos originales de L. Frank Baum, para relatar los orígenes del Mago de Oz.



Oscar Diggs (James Franco), un mago de circo venido a menos acaba, gracias a un tornado, en la colorida tierra de Oz. Convencido de que todos sus sueños se han hecho realidad y que a partir de ahora todo ira mejor y la fama y la fortuna estarán a su alcance. Pero no es tan fácil, todo se complica cuando conoce a las tres brujas: Teodora (Mila Kunis), Evanora (Rachel Weisz) y Glinda (Michelle Williams), que tienen sus propios planes para él. Oscar tendrá que enfrentarse a diferentes problemas utilizando sus trucos de magia para salir airoso y así intentar convertirse en un hombre mejor al que todos puedan adorar como el gran mago y guiar a Oz hacia la felicidad.

Raimi aprovecha su presupuesto de 200 millones de dólares y utiliza todos los efectos especiales a su disposición, si bien a veces se engolosina con ellos; para rendir homenaje al original, inicia la película en blanco y negro, luego da el salto al color, a la máxima saturación y a escenarios digitales, adentrándose en el territorio de Tim Burton, aunque sin lograr el control que éste suele tener en esa clase de escenarios. Su grandiosidad acaba cansando, a lo largo de toda la película repite planos generales una y otra vez, todo para que veamos lo inmenso y lo magnífico que es todo, acaba cansando (el mismo problema de Peter Jackson en El Hobbit). El 3D funciona muy bien en los créditos iniciales, pero el formato pierde momentum según avanza la película, y el guion es flojo y sin ritmo y básicamente la salvación de la película es Rachel Weisz como una bruja malvada que no tiene reparos en disfrutar su maldad y se come – prácticamente-- a James Franco, que se percibe como un reemplazo de último minuto para Johnny Depp. Otro elemento que remite – inevitablemente – al universo Burtoniano, es la música de Danny Elfman, que funciona en todas sus apariciones.

En suma, esta nueva incursión a Oz es visualmente suntuosa, pero la atención de Raimi se enfoca más en los efectos visuales, que en narrar una historia coherente y el resultado es que se trata de una película bellísima y, para su mala suerte, completamente olvidable.

Oz
Con James Franco, Rachel Weisz, Mila Kunis y Michelle Williams
Dirige Sam Raimi
EU 2013


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Jude Law: “No dejo que la fama afecte mi vida personal”

Miguel Cane.



Surgido de la cantera del teatro inglés, Jude Law (Londres, 1972) cobró fama a los 23 años cuando fue nominado al premio Laurence Olivier y viajó a Broadway para protagonizar con Kathleen Turner la obra de teatro Indiscretions, en la que aparecía desnudo y por la cual fue nominado al premio Tony. También ha destacado en cine, como galán romántico y actor serio; ha sido nominado al Oscar por mejor actor de reparto por El talentoso Mr. Ripley y como mejor actor por Cold Mountain, ahora reaparece como un intérprete mucho más maduro, en la nueva versión de Anna Karenina dirigida por Joe Wright (Orgullo y prejuicio, Expiación).

Con un estilo teatral que le da otro cariz, la película trata de encontrar un ángulo diferente a la famosa novela de León Tolstoi, llevando a la hermosa Keira Knightley como protagonista. En el filme, Law encarna a su marido, el severo Karenin, un ministro del gobierno zarista con quien tiene un hijo y un matrimonio sin amor, en una historia que cobra hondura cuando ella lo engaña con otro oficial mucho más joven.



ANTES DE FILMAR, ¿REVISITASTE ALGUNA DE LAS VERSIONES ANTERIORES DE ANNA KARENINA PARA ACERCARTE AL PERSONAJE?

No, porque sentí que tenía suerte con esta adaptación que muestra un mapa muy fuerte de temas esenciales del libro. Tom Stoppard es un escritor fabuloso, con un intelecto increíble, y a Joe, el director, le encanta ensayar. Crearon una versión tan apasionada que no me pareció necesario buscar nada por otro lado. Karenin es un personaje muy complejo y usualmente se le considera el villano desalmado de la obra... ¡y no es así! Es un hombre de su tiempo, con unas convicciones muy férreas y un concepto del matrimonio, de la propiedad que es su mujer para él. No es que no la ame, es simplemente que Anna ocupa un sitio en sus prioridades que no coincide con las ideas de ella. Pero eso es algo que sucede en muchos matrimonios, aún hoy en día.

ESTE ES TU PRIMER TRABAJO COMO “HOMBRE MADURO”... ¿CÓMO LOGRASTE LA TRANSICIÓN?

Es natural, ¿no crees? Tengo 40 años. Obviamente, tener esa edad hoy en día no es en absoluto parecido a lo que era tenerla en 1873. En ese entonces tener 40 representaba tener más de la mitad de la vida vivida. Fue interesante analizarlo desde la postura de hoy, cuando con esos años, o casi, el mundo sigue lleno de oportunidades y de posibilidades. Me gustó bastante que Joe pensara en mí cuando hizo su terna de actores, sobre todo porque no soy el tipo de actor que usualmente se tiene pensado cuando se busca hacer el reparto de un filme como éste, ni mucho menos para un personaje así. Y yo me moría de ganas de trabajar con Joe desde hace muchos años.



¿TENER AL LADO A KEIRA KNIGHTLEY AYUDÓ A CREAR UN BUEN AMBIENTE?

Sí, Keira es extraordinaria. Cuando estaba en personaje, yo siempre la trataba como esta jovencita muy ingenua, pues claro, uno se olvida que Keira ya hizo 30 películas y es toda una profesional de la actuación desde que era una niñita. En esta película tuvimos escenas muy intensas e incluso desagradables, de esas que exigen mucho a un actor en el aspecto emocional, y Keira siempre estuvo concentrada, trabajó muchísimo a lo largo de todo el rodaje. Puede decirse perfectamente y sin que suene a hipérbole que ella es el alma de la película. Además, ella y yo ya éramos amigos desde mucho antes, y claro, así todo se vuelve mucho más fácil.

¿POR QUÉ DIRÍAS QUE UNA HISTORIA DECIMONÓNICA COMO ANNA KARENINA SIGUE FUNCIONANDO?

Porque es una historia que resulta universal; todo mundo sabe de qué se trata, aún si nunca ha leído el libro; y hay algo muy atractivo en esta historia. Todos hemos experimentado algo parecido, la sensación de sentirnos atrapados en una vida que es la nuestra, pero que nos asfixia. Muchos nos hemos enamorado de alguien que no corresponde a —o en el peor de los casos no merece— nuestro amor. Y, a la vez, está ese mundo que ya no existe: un San Petersburgo y un Moscú que parecen anclados en el tiempo y que, al mismo tiempo, evolucionan rápidamente. Joe hizo una película con un concepto muy peculiar y muy rica visualmente. El espectador queda enamorado, ya sea de los decorados, o del trabajo de cámara... es probablemente la película más hermosa, visualmente hablando, que haya hecho nunca.

¿QUÉ OTRO PERSONAJE DE CORTE HISTÓRICO TE GUSTARÍA REPRESENTAR?

¿Después de Karenin? Hay muchísimos. Por ejemplo, me hubiera gustado hacer a Lawrence de Arabia, que es una película extraordinaria y supongo que habrá sido divertidísima de hacer: miles de personas, camellos, caballos, aquellas batallas... David Lean era un gran genio del cine y Peter O’Toole en esa cinta es dios. Pero no creo en el remake per se, ¿sabes? Creo en las versiones de una misma historia, pero narradas de un modo diferente. El remake escena por escena me parece innecesario. Yo he participado en dos nominalmente —las nuevas versiones de Alfie (2005) y La pista (2008), en ambas interpretando a personajes originalmente encarnados por Michael Caine— y si acepté hacerlos fue porque eran historias muy diferentes a las películas originales. Sí, partían de una fuente común, pero eran completamente diferentes. Y lo disfruté mucho más.

TRABAJAS BASTANTE Y POR TODO EL MUNDO EN CINE Y TEATRO, PERO ADEMÁS ERES PADRE DE CUATRO HIJOS. ¿CÓMO HACES PARA ENCONTRAR EL EQUILIBRIO PERSONAL?

Trato de mantener el caos a raya, de no dejar que mi trabajo y las consecuencias de éste —ya sabes, la celebridad, su exposición constante, todo eso— entre en lo que es mi vida personal. Mi trabajo es muy importante para mí y soy consciente de que requiere muchas atenciones. Así que intento crear un espacio sagrado en el que pueda estar tranquilo, pasar el mayor tiempo posible con mis hijos, que son las personas más importantes para mí en el mundo. Tengo buenas relaciones con las madres de ellos, relaciones cordiales y de respeto, eso es posible entre la gente civilizada, y por lo mismo, puedo estar con ellos con regularidad y cumplir mis funciones de padre del mejor modo posible, sin tener que pensar absolutamente en nada que tenga que ver con el trabajo cuando paso tiempo con ellos. Y lo mismo aplica cuando estoy en un proyecto. Vamos a ver, soy actor y mi trabajo consiste en entregarme ciento por ciento al proyecto en el que estoy: una película, una obra de teatro. Incluso, una entrevista. Es lo que hago, lo que me gusta hacer. Es difícil hacer ese sesgo entre ambos mundos. Pero es importante tenerlo, para poder lograr el mejor desempeño en ambos ámbitos.




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