30 may 2014

Maléfica / Maleficent, de Robert Stromberg

Las malas también lloran

Miguel Cane.


En 1959 la casa Disney causó una revolución en el mundo de la animación (de la que fuera una pionera) con La Bella Durmiente, una de las cintas más hermosas en la historia del cine animado, que marcó una época y hasta la fecha no ha sido igualada. En ella, el personaje que se robaba la cinta, era Maléfica, la villana.



Ahora, el mismo estudio presenta un nuevo filme, con actores vivos y épico en su producción que nos narra la misma historia, desde una perspectiva muy diferente: cómo es que Maléfica (encarnada por una increíble Angelina Jolie) pasó de ser un hada del bosque a un monstruo de maldad. Hacer que el público empatice con el monstruo no es cosa fácil (a saber, sólo lo han conseguido con éxito Anthony Hopkins en El silencio de los inocentes y Kathy Bates en Misery) y más cuando el filme va ostensiblemente dirigido a un público joven.

Pero en este caso la ambigüedad es muy fina. Sí, Maléfica es una película pensada en cierta forma para los niños, pero también tiene una veta de interés para los adultos. A manera de retrato psicológico de una mente llevada al extremo por la amargura, el desencanto y los celos, detrás de esta historia de magia y fantasía con toques (inevitables, dada la moda de la temporada) de Juego de Tronos hay un guión que intenta presentar de un modo convincente los motivos de Maléfica para desear vengarse del Rey Estéfano, con su hija Aurora (Elle Fanning) como un elemento en esto.

La cinta tiene su propio ritmo y no lo pierde; acaso su problema sean los excesos en el diseño de arte, pero esto no afecta el verdadero espectáculo que es ver a la Jolie en plena forma, creando un filme que busca agradar a todos los públicos; si bien esto no es sencillo, la intención se percibe y la cinta satisface. No es una obra maestra, pero en un mundo —el de las cintas de verano— dominadas por testosterona, la malhumorada guardiana de los bosques es la reina.

Maléfica/Maleficent
Con Angelina Jolie, Elle Fanning, Sam Riley, Imelda Staunton y Lesley Manville
Dirige: Robert Stromberg
EU/Reino Unido 2014

Hay superhéroes porque la gente quiere entretenimiento: James McAvoy y Michael Fassbender

Miguel Cane.


Son tan opuestos como sus personajes en la ficción; sin embargo, James McAvoy (1979) y Michael Fassbender (1977), se complementan bien, tanto en escena como fuera de ella. McAvoy es bajito, sonriente, curioso. Fassbender es alto, formal y reservado, hasta que de repente sonríe y revela una naturaleza más jovial. Ambos tienen sólidas carreras con participaciones en filmes como Expiación, Shame y 12 años esclavo, y ahora alcanzarán niveles de fama internacional aún mayores como parte del elenco multiestelar de X-Men: Días del futuro pasado, que se perfila como la cinta de acción más taquillera no solo del verano, sino de todo 2014.

En la cinta, dirigida por Bryan Singer, los actores interpretan respectivamente a Charles Xavier y Erik Lehnsherr, quienes pasan de ser amigos y colegas a convertirse en acérrimos enemigos como el Profesor X y Magneto (roles que comparten aquí con Patrick Stewart e Ian McKellen). La trama está ambientada en 1973 y en el presente, justo en una época de crisis para estos mutantes que conforman la saga más popular publicada por la casa Marvel desde 1963. La cinta reúne a casi todos los actores de las sagas anteriores (Hugh Jackman, Ellen Page, Halle Berry), con un resultado espectacular.



¿Ustedes se considerarían fans de los cómics de los X-Men?
JM: Sí. Yo leía los cómics desde niño y había visto las peliculas. No era un gran fan, pero me gustaban los personajes. Cuando hicimos X-Men First Class, acabé volviéndome gran admirador.
MF: La verdad es que cuando hicimos la primera película Jim sabía más que yo. Es decir, yo sabía quiénes eran, pero no estaba versado en toda la historia que es muy complicada… Al final eso hace los personajes más atractivos; además, fue bueno que Jim fuera fan. Muy útil cuando estábamos preparándonos.



¿Qué les atrajo de sus personajes? ¿Cómo los describirían?
JM: Siempre me pareció que el Profesor X, en este caso, Charles, tenía una historia muy interesante. Y aquí hay una oportunidad para explorar eso: sobre todo el contraste con su yo del futuro (Patrick Stewart). No puedo decir mucho al respecto, pero fue algo increíble. Es un gran guión.
MF: En el caso de Magneto, se trata de un personaje sumamente complejo: todo el mundo sabe que en el futuro, cuando sea Ian McKelln, se va a convertir en un gran villano, en un asesino terrible...
JM: Un villano clásico como Darth Vader...
MF: Exacto. Es un antihéroe. Aquí hay una manera de saber cómo es y por qué es como es. Erik sobrevivió al Holocausto. Cuando ve la posibilidad de un nuevo exterminio, esta vez entre humanos contra mutantes, actúa, acaso de manera errónea, pero es la única respuesta que tiene.

¿Podrían decir que son figuras trágicas?
JM: Charles es más bien un héroe pírrico. La victoria puede salirle demasiado cara. Es un idealista, se involucra demasiado en las vidas de sus alumnos y su participación en el conflicto, va en contra de sus principios, pero tiene que actuar para cambiar el destino de todos los mutantes, aún en contra de su voluntad.
MF: Yo sí veo a Erik como una figura trágica. Es como decíamos, un gran villano y los grandes villanos, desde Macbeth hasta Darth Vader, lo son. En este caso, Magneto va en contra de los principios de su amigo Charles, pero siente que sus motivos son igual de importantes. Muchos lo consideran un asesino y un terrorista, pero también habrá quienes lo consideren un héroe. Y aquí se explora la fina línea que separa a los dos aspectos de un mismo personaje, que tiene muchos niveles.

¿Cómo se sintieron durante el rodaje? ¿Fue más exigente o difícil que otros?
JM: Bryan es un gran director. Conoce muy bien la saga, todos sus recovecos, además era interesante trabajar en dos épocas diferentes. Fue largo, pero no diría que difícil. Todos conformamos una compañía muy sólida. Nos acoplamos todos bien y el rodaje resultó una experiencia muy divertida.
MF: Además están los efectos visuales. Bryan supo guiarnos para obtener el efecto que deseaba: que pareciéramos tan cómodos con nuestros poderes, como los personajes. Que todo pareciera natural, aún cuando sabemos que es imposible. Cuando ves la película, ya con los efectos listos, te das cuenta de que tiene una gran visión como director y que hizo algo excelente y que te sorprende haber formado parte de algo así.

¿Qué aportaron Patrick Stewart y Ian McKellen a sus actuaciones?
JM: Es interesante que lo preguntes. Bryan cuidó mucho ese aspecto, para que hubiera consistencia, después de todo, somos los mismos personajes con décadas de diferencia. Entonces había que encontrar la manera de que tuviéramos el mismo lenguaje corporal, los mismos gestos e inflexiones con distintas variantes. Fue muy divertido.
MF: Ambos son grandes actores, así que cualquier pretexto para pasar tiempo con ellos y aprender lo que sea de sus técnicas, ya es un premio en sí.

¿Habrá más aventuras de los X-Men después de esta cinta?
MF: Eso es algo que el público decide.
JM: Nosotros firmamos un contrato y puede ser por otras tres películas, pero no hay nada escrito en piedra, aunque esperamos que si hay éxito, volvamos a reunirnos. Yo estaría encantado. Sobre todo si es en una película como ésta.

¿Las películas de superhéroes se han convertido en la nueva norma del cine de acción?
JM: Cuando yo era niño – que es más o menos la misma época en la que Michael era niño, lo que había era cine de acción con figuras como Schwarzenegger o Bruce Willis, Terminator, Duro de Matar... estas películas de ahora son completamente diferentes, son piezas de ensamble, dependen de cada miembro del reparto y su contenido es más fantástico. Es lo que el público había pedido por años, y ahora es real. La tecnología cambia, los gustos cambian. No sé qué es lo que va a suceder mañana. Pero mientras tanto, hablando por mí, puedo decir que esto es divertido y emocionante.
MF: Por todo lo que sé, podrían ponerse de moda las tragedias shakespeareanas o películas en las que tengamos que ponernos disfraces de animales... ¿quién lo sabe? Lo que sí es que si el público quiere entretenimiento, que es lo que ofrece esta película, de superhéroes, existirá en cualquier forma.



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22 may 2014

Elizabeth Olsen: “Ya no funcionan las cintas basadas sólo en el terror”

Miguel Cane.



Nacida en una familia dedicada al espectáculo —sus hermanas mayores, las gemelas Mary Kate y Ashley son celebridades desde que estaban en pañales—, Elizabeth Olsen (Los Ángeles, 1989) estudió formalmente la carrera de actuación y dio una gran sorpresa al ser presentada como la protagonista de Martha Marcy May Marlene, filme independiente que fuera la sensación de Sundance y Cannes en 2011, en el que interpretaba a una joven que huía de un culto violento. A partir de ahí, ha tenido una carrera versátil, trabajando con actores y actrices de la talla de Robert DeNiro y Sigourney Weaver, y ahora como una de las protagonistas de Godzilla, uno de los filmes más esperados de la temporada.



¿Qué fue lo que te atrajo para unirte al proyecto?
Que ironía. Cuando me preguntaron: “¿Quieres participar en Godzilla?”, pensé ¿de veras, Godzilla? Luego descubrí que Gareth Edwards era el director y él me enseñó el avance que hizo para la Comic-Con el año anterior. Cuando lo estaba viendo me emocioné tanto o más que el público: “Dios mío, quiero ver esta película”, pensé. Había algo terrenal y aterrorizante, que convertía a Godzilla en un ser temido, no una caricatura estúpida. Le comente a Gareth: “Es el mejor avance que he visto y no puedo creer que me pidas ser parte de la película”. Tenían un guión pero deseaban que fuera un proyecto donde todos pudiéramos aportar algo y crearlo juntos. Así que fue muy satisfactorio trabajar con Aaron (Taylor-Johnson) y Gareth para darle profundidad a nuestros personajes, raíces familiares y un piso en que apoyarnos y, además, contar la historia de este monstruo.



¿Qué es lo que te gusta de tu personaje y qué resonó de ella en ti?
Es curioso. Elle Brody es un personaje completamente distinto a lo que había hecho antes, es una madre, por eso me atrajo mucho la idea de representarla. Como su marido es un soldado que está fuera del país, Elle es básicamente una madre soltera y cuando por fin recupera a su marido, él tiene que irse. Es interesante expresar la desesperación que siente por eso, pero también el entendimiento, el ser una buena pareja a sabiendas de que es algo que él debe hacer para convertirse en un mejor hombre, padre y esposo. Además, es una enfermera de urgencias en un hospital de San Francisco, y como tal tiene mucha responsabilidad ante todas las personas, pero también tiene un hijo. La parte más interesante del personaje es su lucha por saber qué hacer y cómo equilibrar esa situación en un momento de alto riesgo.



Godzilla es una película de monstruos… pero también es algo más sustancial.
La manera en que nos aproximamos a todo el asunto fue que no se trataba nada más de un monstruo sino de un desastre nacional; algo aterrador. Como estadunidenses, no siempre vemos estas cosas pero leemos sobre ellas cuando suceden en otros países, así que quisimos contar esta historia sobre imágenes que todos hemos visto o de lo que hemos leído sobre la gente que pasa por esos momentos de terror.



¿Me puedes contar sobre el trabajo con Aaron Taylor-Johnson para crear la relación entre Ford y Elle?
Claro, no queríamos que fuera un estereotipo. Deseábamos que fuera algo creado entre los dos. Aaron es padre de familia, así que sabe qué se siente salir a trabajar, regresar a casa, estar con niños de cierta edad, y lo que implica apartarse de ellos. Así que incorporamos mucho de sus experiencias, y el lenguaje y diálogos que seleccionamos se basó en improvisaciones que hicimos con Gareth. La estructura ya estaba en el guión, pero las palabras que usamos fueron las que sacamos de nuestras propias historias, es algo que tiene raíces en algo que va más allá de una película de monstruos.

¿Cómo era la atmósfera en el estudio y cómo Gareth te comunicaba lo que tu personaje experimentaba?
Bueno, tenía una previsualización animada que me mostraba. Nunca había visto una de este tipo, pero básicamente eran caricaturas que reaccionaban a lo que sucedía; es muy chistoso. Pero luego me aclaraba “esto es lo que viene por esta calle y esto es lo que viene por esta esquina”. También me decía “todo esto es humo y cristales rotos”. Me decía todo lo que iba a existir en pantalla. Y yo, al saber lo que iban a crear digitalmente, reaccionaba a lo que debía temer, más que a lo que iba a estar en la película. Al filmar, estás atento a los movimientos de cámara, a que llueve, pero en lo único en que piensas es “¿qué pasa si hay francotiradores en ese edificio? Piensas en algo tangible, no en un gran monstruo; si pensara en el monstruo diría “¡Wow!” con sorpresa antes que asustarme (risas). Así nos dábamos una idea, nos comunicábamos y nos adaptamos.

¿Puedes recordar alguna secuencia o momento importante que te impactó?
Sí, cuando hicimos mucha improvisación con Carson (Bolde), que actúa como nuestro hijo Sam. La escena de la cena donde platicamos sobre el regreso de su papá. Fue emocionante lograr que él hablara de su escuela sin sentir que improvisaba, al mismo tiempo que no mencionaba a sus padres verdaderos y a su hermana. Fue una experiencia maravillosa. Trabajar con un niño así es un reto interesante. En verdad se necesita paciencia y es algo que quiero repetir. Es una técnica para trabajar con niños muy pequeños.

¿Qué te llevas de la experiencia de ser parte de la familia de colaboradores de Godzilla?
Una cosa que me encantó fue darme cuenta que al hacer una película como ésta, los productores cuidan mucho la historia, porque saben que después controlarán el material digital y las explosiones. La cantidad de detalles y cuidado que invirtieron en la historia fue fantástica. Sentías que trabajabas en una película sobre personas, no sobre monstruos. Siempre tienes todas estas capas de significados. Ya no puedes hacer más películas basadas solo en el terror. Ahora el público es más astuto. Así que es muy divertido ser parte de un proyecto que sí tiene un punto de vista sobre la sociedad, sobre la naturaleza y los seres humanos, que se alimenta de lo que realmente es la ciencia-ficción. Estos monstruos fueron creados para representar algo que las personas no pueden expresar abiertamente. Siempre representaron algo más, algo que olvidamos con el tiempo. Y creo que regresamos a ese arquetipo. Eso es lo importante de estas películas, que representan algo más que solo una situación de “el fin del mundo”. Y me encantó porque fue un reto inesperado y aprendí mucho. Eso es lo mejor de mi profesión, aprender cosas, adquirir nuevos niveles de experiencia, porque no sabes dónde vas a usarlos después.

X-Men: Días del Futuro Pasado / X-Men: Days of Future Past, de Bryan Singer

El retorno de los mutantes

Miguel Cane.



La saga de X-Men es probablemente la más longeva en la historia de Marvel Cómics en el cine. Su inicio en 2000, creó una auténtica sensación y colocó a la Marvel como la líder en películas de superhéroes, hasta la fecha.

Ésta, la quinta de la saga (si no se toman en cuenta las dos cintas dedicadas en exclusiva a Wolverine) sirve para explorar una de las tramas más célebres de la saga: Días del futuro pasado, creada por Chris Claremont y John Byrne y aparecida originalmente en 1981.



En ella, se plantea el oscuro futuro de 2023, en el que los mutantes han sido virtualmente exterminados. Es por ello que Wolverine (Hugh Jackman) debe volver al año 1973 a evitar que los acontecimientos que suscitaron esta guerra — a la que se aludió en las cintas pasadas — llegue a concretarse.



Es así que los elencos de la trilogía original y de la cinta anterior (James McAvoy, Michael Fassbender, Jennifer Lawrence) se reúnen en una cinta de acción épica, pero con una trama mucho más compleja que las anteriores. La cinta no se apoya tanto en la acción como en lo que es la narrativa, para crear una línea temporal nueva que sirva de plataforma para nuevas aventuras (un poco como lo que hiciera JJ Abrams con Star Trek) y de este modo, plantear una continuación a las aventuras de estos personajes.



Bryan Singer dirige con mano firme y consigue que la cinta funcione. Los fans devotos de la serie estarán felices, sin embargo, para el espectador que no conoce bien la historia y no ha visto las cintas anteriores, podrá resultar incomprensible. No obstante, este es un precio mínimo para una de las cintas más ambiciosas de la Marvel, que funciona aún mejor que Los Vengadores y que es un filme satisfactorio dentro del rango de cintas veraniegas, a las que no se puede exigir demasiado; aún así, Singer y su equipo cumplen y hacen que funcione más allá de lo esperado.

X-Men: Días del Futuro Pasado/X-Men: Days of Future Past
Con James McAvoy, Michael Fassbender, Hugh Jackman, Ellen Page, Halle Berry y Ian McKellen
Dirige: Bryan Singer
EU 2014

15 may 2014

Godzilla, de Gareth Edwards

Monstruo majestuoso

Miguel Cane.


Desde su primera aparición en pantalla, hace 60 años, Godzilla ha sido un símbolo de muchas cosas: advertencia sobre los peligros de la era atómica; dilema moral de la humanidad sobre sus creaciones involuntarias; rey de los monstruos.

La saga japonesa que siguiera a la primera obra maestra de Ishiro Honda, hizo de la Toho un estudio legendario y con el tiempo derivó en una serie de filmes dirigidos a los niños con “mensaje” positivo y aventuras con otros ‘kaiju’. En 1998, Roland Emmerich se encaprichó en hacer una “versión americana” que resultó en algo de muy mal recuerdo, con una criatura que en nada se parecía al monstruo original y con un guión muy estúpido.



La noción de relanzar al mito japonés en pantallas de occidente parecía absurda después de ese sonoro fracaso; sin embargo, Gareth Edwards (creador de la inquietante, aunque poco vista Monsters) consigue que su versión no sólo supere las expectativas, es una de esas rarezas: el blockbuster de verano que tiene suficiente sofisticación y sustancia para gustar a dos tipos de público: el que busca efectos especiales y grandes explosiones, y los que prefieren algo más interesante que sólo eso.



La trama no sólo gira ante la obvia aparición de una criatura prehistórica de 100 metros de alto, que ha sido despertada por pruebas nucleares en el Pacífico. También acerca de cómo su existencia afecta la vida de una familia, los Brody (el nombre no puede ser una coincidencia para quienes recuerdan Tiburón). Con sólidas actuaciones de Bryan Cranston, Aaron Taylor-Johnson y un cameo de Juliette Binoche, la cinta se las ingenia no sólo para entretener sino también para contar una historia interesante (algo que Pacific Rim, pese a sus formidables efectos no logró).

Edwards es un director con oficio y consigue crear momentos de tensión sostenida que hacen, junto con el monstruo majestuoso que es el eje de su trama, del espectador objeto de un vértigo irresistible. Olvide usted la verosimilitud y déjese llevar por las imágenes. Ciertamente es un formidable espectáculo épico, y no falla en su cometido.

Godzilla
Con Aaron Taylor-Johnson, Bryan Cranston, Elizabeth Olsen y Juliette Binoche
Dirige Gareth Edwards
EU 2014

Aaron Taylor-Johnson: Una odisea llamada Godzilla

Miguel Cane.



Apuesto, inteligente, sereno y muy joven, Aaron Taylor-Johnson (Buckinghamshire, Inglaterra, 1990) inició su carrera desde niño y saltó a la fama como adolescente en Kick-Ass, donde interpretaba a un superhéroe novato. Desde entonces ha intervenido en toda clase de filmes, desde Nowhere Boy, en la que encarnó a John Lennon adolescente (y conoció a quien sería su esposa, la cineasta Sam Taylor-Wood, 20 años mayor que él), hasta la exquisita versión fílmica de Anna Karenina dirigida por Joe Wright en 2012. Ahora, es uno de los protagonistas de la nueva versión de Godzilla, uno de los filmes más esperados del verano, en el cual encarna a Ford Brody, un soldado estadunidense cuya existencia está vinculada estrechamente con la del monstruo prehistórico que despierta después de pruebas nucleares en el Océano Pacífico y provoca una oleada de destrucción a su paso.




Has hecho todo tipo de películas, grandes y pequeñas. ¿Dirías que ésta es una película masiva?

En realidad no. Cuando se piensa en Gareth Edwards y su ética de trabajo y lo que ha hecho antes, no deja de ser tan pequeño e íntimo como independiente. Está muy orientado a la familia en un sentido. Su equipo es un pequeño grupo de personas y todos trabajamos juntos para crear. Se hizo un gran ambiente con todo el equipo, incluyendo el director de fotografía. Ésta es mi tercera película con Seamus McGarvey. La verdad es que por eso cuando filmamos no sentimos que estuviéramos en una escala enorme.




¿Qué te atrajo de Godzilla y cómo te involucraste en el proyecto?

Tuve un encuentro con Gareth. Se suponía que era una junta de, no sé, unos 30 minutos, máximo una hora, que se convirtieron en seis porque hubo química. Entendí totalmente su visión y sus ideas para esta película, y me atrapó su autenticidad. Es un hombre muy modesto, muy sencillo. Nos comprendimos y, de allí en adelante, fue puro Godzilla. Ya antes había recibido una llamada para la película y no reaccioné con entusiasmo; estaba muy escéptico, como tú también lo estarías, creo. Pero todo se me aclaró cuando hablé con Gareth y supe con exactitud el tipo de película que quería realizar. Entonces sí pensé que me gustaría ser parte de ella.




Fue seguir una corazonada, ¿no? Es comprensible la duda, ya que la cinta americana de 1998 fue un fracaso y el tema podría no ser exitoso.

Claro. En estos casos sigues tus corazonadas. Puedes preguntar a los otros miembros del reparto como Bryan Cranston, Juliette Binoche, Ken Watanabe, Elizabeth Olsen, David Strathairn, Sally Hawkins. Esto seguro de que todos pasaron por el mismo proceso. Pero Gareth nos convenció de formar parte del proyecto. Es un gran director.



¿Cómo fue trabajar con él?

Había días en que me preguntaba “¿cómo puede estar tan tranquilo? Hay tanta tensión en este momento”. En esos momentos estaba tan calmado. Así era la filmación. Es el trabajo más armonioso que he tenido en mucho tiempo, porque se hacía en un ambiente feliz. Era tranquilo y todo eso emana del director. Pero te aclaro, es tan duro como una pirámide, y al mismo tiempo es humilde, explica con calma y es encantador. Nada era demasiado pedir, nada era tan problemático de hacer. Trabajó y colaboró conmigo y con Bryan constantemente. Es un hombre realmente extraordinario, y me encantó lo que hizo. El filme se ve sorprendente, es épico. Estoy muy orgulloso de ser parte de él. Fue una buena elección participar, estoy seguro.


Interpretas a un soldado. ¿Qué tal las secuencias de riesgo, de paracaidismo?

Sí, me empapé de todo eso. Hice todas las acrobacias y trucos peligrosos como pude. No había nada tan extremo que no pudiera hacer yo mismo, así que casi todo lo hice yo. Además, tuve como asesor a un tipo extraordinario, un Marine retirado que se llama Jim Dever, que ha trabajado antes en muchas películas militares. Me enseñó cómo vestirme, apuntar y disparar un arma, desarmarla y engrasarla. ¡Era como un instructor en el servicio militar! Yo quería acostumbrarme y verme natural como soldado, así que también me fijaba en su manera de hablar. En el ejército hay una forma de hablar, de ser, que son diferentes a la forma civil. Así que lo escuchaba y aprendía de él.


También hay impresionantes efectos digitales…

Lo extraordinario es que casi no hubo ciclorama verde en esta película. Es sorprendente. He actuado en filmes que no tienen efectos especiales monstruosos y, sin embargo, tenían más pantallas verdes que éste. Tenía más peso la locación y el ambiente que nos rodeaba. Así que estás más dentro del ambiente que si estuvieras con cicloramas verdes.


¿Qué tal la dinámica con Bryan Cranston para hacer de padre-hijo?

Se suponía que con Bryan tendríamos una relación padre-hijo inestable, donde los años han pasado con mucha ira. Pero fue muy difícil porque él es encantador, y un hombre de familia. No puedes más que reírte constantemente cuando estás con él. Fue una inspiración. A veces me pregunto cómo puede tener ese ritmo chistoso tan sorprendente antes de una toma y, cuando corre la filmación, sumergirse en una profundidad emocional tan grande en segundos. Es muy talentoso y me maravilla verlo. Siempre está explorando y dando ideas. Es muy generoso. No podría haber pedido nada mejor.


¿Y con Elizabeth Olsen, que encarna a tu esposa?

Lizzie es alguien con un talento natural verdadero, es encantadora y una amiga dulce. Disfruto trabajar con ella. Estoy trabajando de nuevo con ella (en Los Vengadores 2). Me fascina trabajar con ella porque tenemos el mismo estilo: no hacemos la misma actuación dos veces seguidas. Cuando hacemos la primera toma y luego pasamos a la segunda, esta siempre es muy distinta. Entona sus diálogos de otra manera, los cambia, explora su actuación, y al hacerlo cambia la forma en qué reacciono… y viceversa. Así que eso mantiene natural la escena. Creo que es fascinante observarla. Me encantó en Martha Marcy May Marlene. Es brillante. Recuerdo ver algunas de sus escenas y pensar, “Oh, es cruda y talentosa. Es buena”.


¿Cómo describirías Godzilla?

Creo que lo han mantenido muy fiel al original. Ha vuelto a la forma en que se veía en la versión Toho. Creo que la gente estará feliz. Es una película para muy diversos públicos. Le gustará a los fans de la saga, sí, pero es una historia completamente nueva, plantea muchas cosas; preguntas inquietantes sobre nuestra responsabilidad con el mundo. También tiene grandes secuencias de terror y acción y espero que esas le gusten al público. No es para niños, eso me queda claro, pero tampoco es una película que el público no sienta como propia. Es más que eso: tiene muchos matices. El monstruo mismo, Godzilla, es un personaje que representa muchas cosas. No puedo decir demasiado, salvo que es un gran filme, que Gareth hizo con pasión y que espero que esa misma pasión se contagie a todos los espectadores.

8 may 2014

Jaula de Oro, La., de Diego Quemada-Díez

Miguel Cane.



Juan, Sara y Samuel, 15 años, huyen de Guatemala para intentar llegar a Estados Unidos. Durante su paso por México, conocen a Chauk, un indígena tzotzil que no habla español y viaja sin papeles. Los adolescentes aspiran a un mundo mejor más allá de las fronteras mexicanas, pero muy pronto van a enfrentarse a una realidad muy distinta.



Diego Quemada-Díez narra la aventura de estos tres muchachos en un tono ultrarealista que evita cualquier atisbo de compasión por lo que sucede a lo largo del viaje, sin embargo la naturalidad con la que el reparto, que incluyó a inmigrantes reales, consiguen reflejar situaciones y dotar de una credibilidad absoluta la historia. Inteligentemente, se evita también traducir las palabras que pronuncia Chauk en lengua tzotzil durante toda la película, con lo que se apoya aun más la sensación para el espectador de tener solamente la misma información que poseen los protagonistas.



Sin duda el aprendizaje del director con Ken Loach, le ha servido para poder reflejar la realidad de una manera tan natural pero con una delicadeza a la hora de contar las historias con la que imprime un lirismo que en ningún caso desentona con el tono de la película, sino que la embellece.



La jaula de oro es un viaje complejo y doloroso hacia una ilusión efímera se convierte en un aprendizaje y una reflexión sobre la condición humana. No es un filme sencillo pese a su aspecto y sus implicaciones emocionales son devastadoras. El espectador que se aventure en este viaje, encontrará una gran satisfacción, pero también una sensación de tragedia. No obstante, hay una esperanza y eso hace que el filme — que muestra la labor del padre Solalinde, quien ya ha recibido amenazas de muerte por su labor con migrantes y aparece en el filme como él mismo al frente del albergue Hermanos en el Camino — sea mucho más que un convencional drama de denuncia.

La Jaula de Oro
Con Brandón López, Karen Noemí Martínez Pineda, Rodolfo Domínguez y Alejandro Solalinde
Dirige: Diego Quemada-Díez
México/España 2013

“Actuar es también ponernos a prueba”: Liam Neeson

Miguel Cane.



El actor norirlandés Liam Neeson (1952) ha logrado reimpulsar su carrera a los 60 años protagonizando filmes de acción como Batman el caballero de la noche, Un día para sobrevivir, Taken y su secuela y Desconocido, dirigida por Jaume Collet-Serra, con quien vuelve a trabajar ahora en Non-Stop: Sin escalas, un thriller desarrollado por completo a bordo de un vuelo trasatlántico entre Nueva York y Londres, al que ataca un asesino en serie que solo se detendrá mediante una fuerte suma de dinero.



Neeson, quien debutó en 1981 como Gawain en Excalibur, ha hecho decenas de películas, incluyendo apariciones en la exitosa saga Star Wars y La lista de Schindler interpreta a Bill Marks, un ex policía dipsómano que ahora es guardia aéreo y vela por la seguridad de pasajeros en vuelos internacionales. La cinta es una coproducción franco-estadunidense y se rodó casi totalmente a bordo de una réplica exacta de un 747.

Cuéntenos sobre el personaje que interpreta.
Bill Marks es un policía aéreo, solía estar en el Departamento de Policía de Nueva York, por lo que su actual trabajo es un descenso de categoría. Pero también es la última oportunidad de probarse a sí mismo como un oficial de la ley, y en todo sentido; nos guste o no, él va a ir probando sus límites. Sobre todo, a sí mismo.



Sin embargo, a Marks no le gusta volar, ¿cierto?
Sí, extrañamente, él tiene un poco de fobia. Además de eso, él toma el vuelo desde el infierno. No quiero dar demasiados detalles, pero hay alguien en el vuelo que quiere probar algo y todos a bordo se convierten en sospechosos. Mi personaje guarda documentos en su teléfono especial, donde se explica que si no depositan una gran suma de dinero en una cuenta sin nombre, alguien a bordo va a morir cada 20 minutos, y por supuesto que sucede. Va a haber definitivamente algunas caídas y emociones antes de los créditos finales.

Es una premisa interesante, un thriller intenso que sucede en un espacio cerrado en el que todo el mundo podría ser un sospechoso.
Sí, y cuando leí por primera vez el guión fue una lectura “sin escalas”. Estaba tan lleno de suspenso que no pude parar y me mantuvo al borde del asiento de principio a fin.



Entonces, ¿usted es como un Sherlock Holmes o Hércules Poirot que busca al responsable de los asesinatos?
No, no, es un poco más complejo que eso: hay técnicas especiales que estos agentes aéreos usan cuando se encuentran con un problema con los pasajeros. Están bien entrenados, por lo que llegan a capturar a la persona y buscar sus teléfonos y ver los mensajes de texto anteriores y hacer cosas por el estilo. La verdad es que aprendí mucho de todo esto cuando preparaba el personaje.

El director Jaume Collet-Serra dijo que trabajaron juntos en el desarrollo de su personaje. ¿Cómo fue el proceso?
Sí, así lo hicimos. Tratamos de hacerlo mucho más tridimensional que el personaje de acción habitual. Acordamos en todo tipo de pequeñas cosas para que Marks se convirtiera en un personaje mucho más concreto desde la primera lectura del guión hasta ahora.

¿Fue muy difícil rodar en un espacio tan reducido como es la réplica de un avión?
No es muy fácil, ni tampoco muy cómodo a veces (se ríe) pero sí funciona muy bien. Todo fue prácticamente en set, solo tuvimos un par de días en el aeropuerto Kennedy, pero el resto de la acción se desarrolla en el ambiente claustrofóbico de un avión que está volando a 40 mil pies, y usamos una réplica del interior de la aeronave construida en un estudio de Nueva York. Esto ha hecho que Jaume tenga que ser muy creativo en la filmación, incluido el uso de varios dispositivos especiales en la cámara. Además, en una secuencia filmamos 10 páginas de diálogo en una gran toma en la que la cámara me sigue a todas partes. Fue muy intenso. Pero fue una maravillosa sensación de logro al final de la misma.

Mencionaba usted que a veces el trabajo actoral también implica catarsis.
Sí, en cierta forma. Muchas veces elegimos a los personajes que vamos a interpretar porque no tienen absolutamente nada que ver con quienes somos nosotros en la vida real, son una interpretación. En este caso, Marks me resultó atractivo por eso: porque es un hombre solitario, taciturno, sin deseo de seguir viviendo, que se ve obligado a hacer algo para salvar vidas. Al principio de la película lo vemos pensar que su vida ha fracasado. Es un hombre que ha llegado hasta donde está porque su alcoholismo y el desencanto con las fuerzas de la ley lo han maltratado mucho. Sin embargo, la situación límite en la que él y sus compañeros de vuelo se encuentran lo hace replantearse absolutamente todo. Es catártico para Marks y también para mí, porque lo estoy interpretando. Cuando Jaume me habló de este proyecto, mientras hacíamos la otra película, pensé en si querría hacerlo y luego dije: “¿Por qué no?”. Muchas veces actuar es también ponernos a nosotros mismos a prueba, encontrar de qué estamos hechos ante ciertas situaciones. Es algo muy complicado. Tiene qué ver con nuestras emociones. No es fácil hacer esto.

¿Cuál cree que sea la reacción del público ante la cinta? No es un típico filme de aventuras.
No, no lo es. Creo que eso lo hace algo difícil de “vender”. Por eso accedí a promoverlo, hablar sobre él. Creo que es muy revelador sobre la experiencia humana. Y creo que a los espectadores les va a aportar algo más que las emociones fuertes que se esperan del género. Si al verla alguien siente que encuentra algo más que una película de acción, entonces creo que habremos logrado nuestro cometido.

Usted y Jaume han trabajado con mucho éxito antes. ¿Qué es lo que más le gusta de trabajar con él?
Me encanta trabajar con Jaume porque él no es un dictador, ni gritón, ni mandón. Él es un gran director y un hombre muy generoso, muy gentil. Se pone manos a la obra en voz muy baja y metódicamente. Además de eso, también tiene la visión de un director increíble y un verdadero sentido de lo que se necesita para contar una historia de una manera entretenida mientras desarrolla la tensión y el ritmo. Sin embargo, nunca deja que la acción eclipse del todo a los personajes. Creo que es un placer trabajar con él y con un elenco como el que tuvimos —Julianne Moore, Lupita N’Yongo y Scoot McNairy— y sin duda, volvería a trabajar con él. Siempre regreso a trabajar con directores con quienes me siento cómodo.

1 may 2014

Non-Stop, de Jaume Collet-Serra

Miguel Cane.



Durante un vuelo trasatlántico entre Nueva York y Londres, el ex policía Bill Marks recibe un mensaje de texto anónimo en el que le avisan que cada 20 minutos un pasajero morirá a menos que se ingresen más de 100 millones a un número de cuenta. Lo que sigue es un tenso juego del gato y el ratón desarrollado a 40 mil pies de altura.





Liam Neeson tiene energía suficiente para hacer de esta premisa algo creíble, y bajo la dirección de Jaume Collet-Serra la fórmula funciona. Mezcla de Agatha Christie, Hitchcock y otros thrillers ambientados en aviones, Non-Stop supera un guión más bien forzado, con sus actuaciones: así Neeson tiene como compañera a una deliciosa Julianne Moore que no sólo es sexy, también inteligente, por su parte la oscarizada Lupita Nyong'o no tiene mucho más que hacer que lucir adecuada y su rol es más bien desangelado (en su defensa se puede decir que hizo esta película después de que se rodara 12 años esclavo, pero antes de su estreno). Por otra parte Scoot McNairy, de Argo, hace muy obvio adivinar los motivos de su presencia en el vuelo y aunque es buen actor, básicamente está sólo como pretexto.



La cinta, como todo lo que ha hecho su director, es competente y tensa, su eficiencia está ahí para llegar a construir suspenso y lo sostiene, especialmente si el espectador se pone de su parte. Los que esperan algo innovador y sorprendente, se van a quedar con las ganas: no hay nada nuevo bajo el sol, pero el carisma de Neeson y la Moore basta para sacar a flote lo que, en otras manos, habría sido tedioso y catastrófico, pero que aquí sirve como marco para el actor que se ha convertido en el rudo maduro de moda en cine.



Non-Stop: Sin escalas / Non-Stop
Con Liam Neeson, Julianne Moore, Scoot McNairy, Lupita Nyon’go y Michelle Dockery
Dirige: Jaume Collet-Serra
Francia / EU 2014

Ralph Fiennes: Fuera del escenario soy un hombre tímido

Miguel Cane.



Desde su impactante debut como un oficial nazi en La lista de Schindler, el actor de estricta formación shakespeareana Ralph Fiennes (Ipswich, Inglaterra, 1962) ha logrado establecerse en 20 años de carrera como uno de los actores británicos más reconocidos en el mundo. Al menos en parte esto se debe a la ecléctica elección de roles que ha acumulado: lo mismo como el villano Lord Voldemort en la saga de Harry Potter o como el protagonista de El jardinero fiel, sobre una novela de John LeCarré, que como director con Coroliano (adaptación de Shakespeare) y La mujer invisible, que fue nominada al Oscar. Ahora regresa al frente de un rico elenco estelar en la nueva cinta de Wes Anderson El Gran Hotel Budapest, donde interpreta a un gerente de hotel en la belle époque de la Europa prebélica.



¿Cómo se dio la relación con Wes Anderson?
A Wes ya lo admiraba mucho por sus películas. Lo conocí en una comida y luego nos topamos en la casa de amigos mutuos en Italia. Yo había filmado escenas de Coroliano tratando de conseguir financiamiento, entonces le pedí que las viera y me diera su opinión. Muy cortésmente accedió y me alentó a seguir. Nos encontramos un par de veces más e intercambiamos correos. Meses después me envió el guión de la película pidiéndome que lo leyera. Esto fue cuando terminé el rodaje de La mujer invisible. Para mí fue muy extraño, porque tenía el cerebro repleto de escenas de mi película y esta historia presenta un mundo totalmente diferente. Tuve que hacer un cambio brusco para lograr meterme en el guión, pero cada escena que leí me encantó. Wes me llamó y me dijo, “deseo que seas Monsieur Gustave, ¿lo harás?”. Le contesté que por supuesto. En unas semanas ya estaba yo en el set.



Después de tu experiencia dirigiendo, ¿cómo fue un rodaje con Wes?
Al igual que en la película, que transcurre en su mayor parte entre las paredes del Grand Hotel Budapest, los actores también convivimos durante el rodaje en un hotel de un pequeño pueblo en la frontera de Alemania con Polonia, donde fuimos los únicos huéspedes. Wes creó una atmósfera familiar, llena de energía positiva y donde cenábamos juntos aunque no fuera obligatorio hacerlo. Creo que como director es realmente genial.



Habitualmente interpretas papeles dramáticos. ¿Te fue difícil acercarte a la comedia?
Necesitaba ese cambio, la verdad. Fue liviano y refrescante. Estuve feliz de que se me abriera esta ventana, porque existe un espíritu especial en las cintas de Wes, algo muy benigno, muy dulce. Fue maravilloso trabajar con él. Creo que todas las películas de su universo están de algún modo interconectadas, son especialmente personales y muy, muy específicas; siento que cada vez se vuelve más refinado y articulado en su visión y por eso trabajar con él es un privilegio.

¿Cómo te metiste en el rol de Monsieur Gustave? ¿Tenías experiencia en la hostelería?
Es curioso, antes de matricularme en la Escuela de Arte Dramático en Londres, solicité trabajo en el Hotel Brown’s. Primero empecé como mozo a cargo de cambiar las cortinas del baño, las ampolletas y limpiar las manillas de bronce. Luego pasé a ser botones. ¡Una vez me tocó llevarle las maletas a Jack Palance desde la limusina a su pieza del hotel! Fue una cosa sorprendente. Te contaré una anécdota: en una oportunidad, una señora me pidió que la ayudara a abrir la llave del agua para llenar la tina de su baño, pero por supuesto no acepté (risas).

Esta película tiene el sabor de esas grandes comedias antiguas de Hollywood, ¿no es verdad?
En efecto, eso me atrajo mucho. Wes se inspiró en las novelas de Stefan Zweig y Vicki Baum, así como en las comedias de la década de 1930 dirigidas por Ernst Lubitsch, Billy Wilder y Frank Capra, con gente como John Barrymore, Greta Garbo, Marlene Dietrich, ya sabes, mucho glamour. Es un estilo de comedia que exige que los diálogos sean rápidos; los efectos cómicos tienen que ver con el ritmo y la velocidad de los parlamentos. Pero no es solo acerca de la velocidad, también es importante sentir las emociones y que vengan de adentro. El elenco es multitudinario y cada personaje es importante, ese es un detalle muy de Wes Anderson como creador.

Perteneces a una familia de artistas. ¿Cómo te mantienes anclado en la vida terrena cuando no estás filmando? ¿Ellos te ayudan?
Bueno, creo que cuando te dedicas a esto es importante proteger tu intimidad. Puedes tener una charla como la que estamos sosteniendo ahora tú y yo, cuando le brindas toda tu atención a la otra persona. Pero a veces, cuando eres un actor, las personas proyectan emociones hacia ti que no tienen nada que ver contigo. Realmente valoro las relaciones que tengo, a mi familia, a mis amigos, y no me refiero solo a los actores. Por ejemplo, en esta película tuvimos un gran equipo técnico; los aprecio mucho e incluso más ahora que he dirigido un par de filmes. Me encanta ver esa energía compartida entre todos. En realidad, solo soy un hombre común y bastante tímido lejos de un escenario. Pero tengo la suerte de que hay un círculo de amigos que me aterriza y me protege. Eso es invaluable.

Actúas y diriges ¿Qué es lo más importante cuando se hacen ambas cosas simultáneamente?
Primero que nada, contar con un equipo técnico excelente. Aunque el director de un filme puede llevarse todos los laureles, si la película llega a ser buena es resultado de un grupo de personas talentosas, como el director de arte, los diseñadores de vestuario, el editor, etcétera. Este grupo te aconseja, te critica y te guía, todos unidos por una profunda confianza.

¿Qué es lo que prefieres?
¿De entre las dos cosas, dices? Bueno, en ambos casos, el miedo y la emoción están allí antes de iniciar el rodaje o la puesta en escena. Cuando manejas el primer día rumbo al set tienes un derrame de adrenalina y sientes mucha ansiedad, pero cuando llegas y te reúnes con el equipo sabes que estamos creando algo todos juntos, entonces el miedo se comienza a evaporar. Y la experiencia es vital, en todos los aspectos. Pero creo que lo que más me gusta es actuar. Y cuando tienes un director como Wes, es no solo una gran experiencia sino lo más parecido a unas vacaciones. Él lo disfruta y procura que todos sus actores también.