12 ago 2012

Toda una vida / Another Year, de Mike Leigh

Gente como uno

Miguel Cane



Mike Leigh abre y cierra su vigésimo cuarto filme con dos plano sostenidos de dos mujeres tristes, las dos caras de la infelicidad separadas por un año de desconsuelo: la primera que vemos es, Janet (Imelda Staunton), quien está furiosa con el mundo, se odia a sí misma tanto como a los demás; la segunda es Mary (Leslie Manville), queexhibe su infelicidad como un collar en torno al cuello, y toma mucho vino blanco y se siente perdida en su mediana edad.

Ellas son parte de la gama de personajes que rodean a Tom y Gerri Hepple (claro que la referencia es intencional) – Jim Broadbent y Ruth Sheen --, un matrimonio bien avenido y profesional quienes cuentan, a manera de satélites, con un grupo de amigos y familiares todos al borde del abismo. De hecho, podríamos decir que la protagonista secreta del filme es Mary, la única que figura en las cuatro estaciones.



Es en torno a ella que Leigh articula, con un hábil uso de la narrativa eliptica, una trama que sacude, subvierte finalmente destruye el status quo. A Leigh no le importa hacerle una vivisección a la ostensible felicidad de Tom y Gerri, por eso les hace existir en un clima de complicidad engañosa. Su amabilidad tiene un tono subterráneo, como si necesitaran enfrentarse, desde la condescendencia y el sarcasmo, a la desesperación de sus visitas para corroborar su dicha. De las ruinas de ese sadismo nace Mary, que la portentosa Manville encarna sin miedo a parecer ridícula o desesperada.

Leigh la observa sin hacer concesiones: es tan capaz de ponerse en evidencia coqueteando a lo Mrs. Robinson con el hijo de sus amigos como de humillar al pobre infeliz que se interesa por ella, solo por considerarlo obeso y feo. Es un personaje tan hostil como conmovedor, el corazón fracturado de una película donde Leigh parece reforzar los lazos primarios de la vida social como elementos que hacen sostenible la vida y enriquecen un mundo que sigue su ciclo natural de cuatro estaciones y sin embargo, explora un mundo abrumador, crudo y gris.



Se muestra la rutina, el ritmo de productividad impuesto por una vida de trabajo que no deja lugar a la realización personal de los sueños. La construcción de los personajes responde a ciertos estereotipos y valores atribuidos a ser “felices/infelices”. Mientras los amigos de la pareja padecen depresión, vicios y frustración, los protagonistas capitalizan lo opuesto, quizá como espejos distorsionados. Las actuaciones son formidables (pero esto, viniendo de un filme de Leigh no debe sorprender a nadie). Esto se debe en parte, a la técnica que impone, permitiendo a sus actores improvisar con libertad (como Robert Altman). Esto contribuye al clima de cotidianeidad creado en el film que se siente genuina y absorbente.

Another year / Toda una vida tardó casi dos años en llegar a las pantallas de México y obviamente merece una oportunidad: su realización es excelente y está sostenida por un guión brillante, acompañado por actuaciones que cumplen de forma cla estrategia de representar la vida misma. Hay que hacer un esfuerzo por buscarla en cartelera y verla. La satisfacción está garantizada.

Toda una vida / Another Year
Con Leslie Manville, Jim Broadbent, Ruth Sheen e Imelda Staunton
Dirige: Mike Leigh
Reino Unido 2010


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