Miguel Cane.
La interpretación que de Julian Assange hace Benedict Cumberbatch en El quinto poder, la cinta sobre el nacimiento de WikiLeaks que dirige Bill Condon, es uno de los pocos aspectos pasables de una película que por lo demás, es floja, fácil y que no alcanza el potencial que pudo tener, al basarse en una de las historias reales más polémicas de la actualidad. Y aunque es el pretexto para ver la cinta lo cierto es que el que le roba la película es el brillante hispano-alemán Daniel Brühl como Daniel Domscheit-Berg , ex portavoz y mano derecha de Assange.
Dejando de lado el debate sobre la veracidad de esta visión sesgada de los hechos -el propio Condon insiste en que nunca pretendieron rodar un documental-, la película se queda en el intento de revelar la historia de WikiLeaks desde su nacimiento hasta la gran filtración en 2010 con datos sensibles sobre las operaciones estadounidenses en Irak o Afganistán.
Aunque el resultado sea bastante decepcionante, la pareja protagonista se defiende en un dizque thriller frío, falto de ritmo y en el que trama, interesante, queda casi totalmente sepultada por una letanía interminable e explicaciones informáticas y una pedantería que la hunde.
Aunque la película mejora en su última parte, cuando el denso Assange da paso a una intriga más fluida, con elementos del cine de espías con un enorme dilema moral. Pero ni siquiera ahí Condon aprovecha y vuelve a quedarse a medias, ambiguo y en tierra de nadie.
Es increíble que el director de Dioses y Monstruos y Kinsey, dos grandes películas, haya hecho de esta trama arrancada de los encabezados internacionales una cinta gris y sintética, como la peluca platino que le ponen a Cumberbatch a para hacer de Assage, reduciendo el escándalo de WikiLeaks a un pretexto cinematográficamente insufrible y larguísima.
El quinto poder / The fifth estate
Con Benedict Cumberbatch, Daniel Brühl, Carice Van Houten y Laura Linney
Dirige Bill Condon
EU 2013