Miguel Cane.
El que la tercera entrega de la adaptación cinematográfica de la trilogía de Suzanne Collins Los Juegos del Hambre iba a dividirse en dos partes parecía obedecer en exclusiva a la búsqueda del mayor rendimiento económico posible. Obviamente, es uno de los objetivos que se persiguen, pero también es algo necesario. Aquí la saga gira hacia una temática más adulta, con una revolución que se da en los distritos mientras que Katniss Everdeen termina de madurar al verse como símbolo ante una nación oprimida.
Jennifer Lawrence pasa por todo un arco de registros emocionales que dan matices a su personaje, que ahora está acompañado por un reparto brillante, que incluye a Julianne Moore como Alma Coin, líder del austero y rígido distrito 13 que supone el último bastión de los rebeldes; Phillip Seymour Hoffman de forma postuma interpretando a Plutarch Heavensbee o Donald Sutherland, como el siniestro dictador.
Esta cinta es completamente diferente a sus predecesoras, muchísimo más arriesgada al desarrollar el caldo de cultivo de un conflicto armado en una sociedad desigual y al mostrar los intereses creados alrededor de la búsqueda del poder. La película es más lenta, se toma el tiempo de desarrollar tramas argumentales importantes y de explicar la sublevación y la génesis del conflicto desde el momento en el que se "enciende la llama" en la población.
Parece ser que al fin Los Juegos del Hambre conectan con el espectador tratándolo como un adulto y ofreciéndole algo que rompe con lo anterior, incluso a nivel estético. La revolución llega en pantalla y Jennifer Lawrence la encabeza.
Los juegos del Hambre: Sinsajo - Parte I
Con Jennifer Lawrence, Julianne Moore, Liam Hemsworth, Josh Hutcherson, Jena Malone y Donald Sutherland
Dirige Francis Lawrence
EU 2104