Y sí, esta es otra película salida de los cómics, que han resultado ser una excelente fuente para los agotados guionistas de Hollywood que ahora o hacen remakes o toman cosas de los cómics. Las primeras les salen generalmente muy mal, las segundas han venido estando mejor.
Ahora veamos… ¿de dónde sale este personaje de Constantine?… de la historiera Hellblazer y Hellblazer es la historieta insignia de la editorial Vertigo… la editorial Vertigo es como una subsidiaria de DC Comics, los mismos que publican a Batman, Superman y La Mujer Maravilla. Vertigo fue creado dentro de la editorial DC para incluir temas que no eran precisamente para niños (DC publica las historietas de Scooby Doo y las Chicas Superpoderosas).
No son historieras pornográficas ni mucho menos, a veces tampoco son violentas, pero sí un poco más complejas y la etiqueta que les ponen “Para lectores maduros” atrae a hartos chavales a leer estos cómics; Vertigo es buena editorial, ellos publicaron el que me parece el mejor cómic de la historia: V de Vendetta, que está próximo a hacerse película.
En fin… una vez establecido el origen de la película en el comic, vayamos a la película, no sin antes decir que el comic me parece muy bien dibujado, excelentemente dibujado diría yo, pero en los argumentos e historias a veces se pasan ‘de lanza’ con explicaciones esotéricas para todo, le da cierto encanto, que usen a arcángeles, pedazos de la Biblia y todo eso más o menos bien investigado, pero a veces siento que abusan.
Y que quede claro, yo no soy fan de Hellblazer, he leído un poco y sólo para conocer de qué se trataba la insignia de Vertigo, cuyo trabajo editorial se me hace muy innovador. Por lo cual, no me sé los detalles acertados que le encantan a los fans ni todo lo que se les fue a los realizadores que pudieran molestar a los que sí leen cada mes el Hellblazer.
En fin… en el cómic siempre se ha dicho que el protagonista de la serie Hellblazer, John Constantine es “El infierno lo quiere, el Cielo lo rechaza, la Tierra lo necesita”. Y el tema es más o menos ese que estuvo de moda ahí por el 1999 y el año 2000 cuando se pusieron de moda las películas que hablaban del fin del mundo de modo muy religioso, luchadores solitarios que conviven con ángeles y demonios que luchan del lado de Dios para que no nos lleve el diablo a todos.
La trama es simple, John Constantine es un vidente que identifica en nuestro mundo a los diablos y a los ángeles, cuando alguno de los dos se porta mal (obviamente más en el caso de los demonios), él los regresa a donde vinieron y de hecho la película comienza con un exorcismo practicado por él.
Así se gana la vida y así se busca ganar el cielo. Porque en su lejana juventud (o infancia, no entendí) se buscó suicidar y perdió con ello la entrada al cielo, está condenado a –muera como muera, haga lo que haga– irse al infierno. El detalle curioso es que es un fumador empedernido, consumido ya por el cáncer, esto le da carácter al personaje y es precisamente el cáncer que lo va a matar un personaje en la película pues, con menos de un año o medio año de vida y la seguridad de irse al infierno se va acercando al desdichado.
Como les dije, el guión es sencillo, Constantine se entera de que el hijo del diablo quiere llegar al mundo y conquistarlo o algo y toda la película gira en torno a que lo tiene que detener. La fórmula ya la hemos visto.
El asunto se vuelve fino a la hora de que se meten en las escrituras, aparece el Arcángel Gabriel y figuras y símbolos del catolicismo. Para que el bueno tenga armas se busca alguna bonita imagen para que el arma le haga daño, el agua bendita, un insecto de no sé donde, tal cosa de tal tumba, agua de tal lugar, cosas así… o las balas que son hechas de metal fundido también de alguna otra cosa bonita y sagrada.
Vi que la discusión de los fans del cómic cuando se anunció la película y apareció el trailer (los dos momentos anteriores al estreno donde se habla mucho de las cintas) giró en torno a Keanu Reeves y es que el actor es todo menos actor. El rango de Reeves va de enojado a muy enojado a mucho muy enojado… y nada más, el resto del tiempo tiene cara de ‘¿Qué estoy haciendo aquí?’. Afortunadamente el guión le explota todo su rango y si uno de entrada sabe quién es el actor principal, no se espera absolutamente nada de él, así que no hay nada qué criticar.
Hace el papel decorosamente, eso sí.
La galana que le escogieron fue Rachel Weisz, una mujer de belleza inobjetable que nunca ganará un Óscar, pero hace un papel más que decoroso y no tiene broncas es verse realmente fea cuando es necesario. Le hace muy bien el juego a Keanu Reeves al que no opaca –lo cual hubiera sido nefasto para la película– y hay unas cuatro o cinco escenas en que el director nos muestra cierta tensión sexual en una escena del beso que no llega, ahí hicieron bien en recargar la tensión en ella y las escenas se vuelven memorables.
La presencia de la chica de acción (es una detective) sirve para que el protagonista explique lo que está haciendo y cuáles son sus planes, su origen y por qué sufre. Pero Weisz es fenomenal en ese humor –no de chiste fácil– sino de esos de la media sonrisa. Rachel es encantadora en esos momentos y más junto al acartonado Keanu, la niña se ve encantadora. No para colocarla en el rango de favorita, pero es lindísima.
La película, en términos de personajes, se la llevan Tilda Swinton y Peter Stormare. Al salir de la sala y cuando la película se comenta en la cena, el café o el camino de regreso del cine, se habla de ellos. Tilda hace al Arcángel Gabriel a quien nos pintan de tal manera que no sabemos si es él o ella, es claramente una mujer o al menos eso pensamos, va de traje de tirantes y en los close ups parece un hombre con facciones finas, pero algo maltratadas… al final al menos yo me decidí por que era mujer, pero lo decidí solamente porque Tilda Swinton es mujer.
El otro personaje genial, cuya aparición le brinda un nuevo y refrescante aire a la película –en un momento en que parece que se va a definir el final de la cinta– es el Diablo. Como al principio alguien le comenta a Constantine que el mismísimo diablo va a venir por él, personalmente… cosa que parece broma hasta este momento (con esto no echo a perder la trama para quien no la ha visto ¿eh?).
Peter Stormare aparece como Lucifer, con un maquillaje discreto, en las tomas abiertas no se ve muy especial, pero en las tomas cercanas se ven las venas azules y los ojos muy extraños, igual que los dientes. ¿Cómo vestiría el diablo? Pues de blanco, un traje blanco impecable y el hermoso detalle para los que hemos estudiado alguna vez la demonología: los pies descalzos, llenos de lodo. De ese tipo de detalles está llena la película, lo que la hace muy interesante para verla otra vez e incluso para rentarla cuando salga en DVD (y le falta un poquito, sólo un poquito para ser elegible a la compra por Amazon).
¿La recomiendo? Sí, está entretenida, no se arma una maraña ni muy grande o compleja para perderse, pero las soluciones van saliendo de donde uno no lo espera y el mundo de Constantine es tan extraño, que lo vamos descubriendo junto con la trama.
Los efectos no son muy importantes, se recrea el infierno en varias tomas, pero ¿quién demonios sabe cómo es el infierno? Nadie, así que cualquier interpretación podría atinarle. Esta interpretación y su ejecución en pantalla es buena.
Constantine
Dirigida por Francis Lawrence
Actúan Keanu Reeves y Rachel Weisz
Basada en el cómic Hellblazer, de editorial Vertigo