Miguel Cane
La frescura, franqueza y amabilidad de Marion Cotillard (París, 1975) definitivamente contrasta con lo que uno espera de la mayor parte de las estrellas de Hollywood a la hora de enfrentarse con la prensa. Si bien la actriz obtuvo un Oscar por su sorprendente trabajo encarnando a Edith Piaf en La vida en rosa, sigue siendo una novata en muchos aspectos. Su papel en El origen/Inception como la esposa del personaje interpretado por Leonardo DiCaprio, le permite, acceder a un público masivo e internacional, después de roles secundarios en películas como El gran pez, de Tim Burton; Un buen año, de Ridley Scott, y Enemigos públicos, de Michael Mann, que estrenó el año pasado, al lado de Johnny Depp. De pronto, esta joven de cabellera castaña y sonrisa deslumbrante está muy solicitada; fue una de las nueve actrices que cantaron y bailaron en Nine, de Rob Marshall y David Lynch la eligió para protagonizar un inquietante cortometraje filmado en Shanghai, para la casa de modas Dior, en la que interpreta (como es habitual en el universo de Lynch) a una mujer en problemas.
Ahora, encabeza junto a Leonardo DiCaprio el elenco de El origen/Inception, el más reciente filme de Christopher Nolan (en la opinión de muchos el mejor cineasta surgido en lo que va del siglo XXI) y comparte cartel con Ellen Page, Tom Berenger y Michael Caine, en lo que es no solo una de las cintas más esperadas del año, también se perfila como un gran hito en su carrera.
¿Cómo te sentiste al saber que Christopher Nolan te quería para esta película?
Feliz. Es un proyecto increíble. El guión me encantó. Yo nunca haría una película (la dirigiera quien la dirigiera) si no me gustara el guión y ésta ha sido la oportunidad de trabajar con un director con un talento desbordante. Es, casi como ocurre en la película, un sueño. Chris es uno de los directores que más admiro y era imposible negarse a trabajar con él. El proyecto me intrigó mucho desde un principio y estoy encantada con el resultado. Creo que es una gran película.
¿Cómo te internaste en la creación de tu personaje?
Mallory Cobb es una esposa, una hija y una madre, al menos en un plano de realidad. En otro plano de realidad es un monstruo. Pero también es muchas otras cosas, simbólicas y no. Eso me gustó mucho. Hay una ambiguedad que prevalece en toda la película y eso es muy difícil de lograr. Mal está – estuvo, al menos- enamorada de Dom Cobb (DiCaprio) y él de ella, por eso Mal se manifiesta en el subconsciente de él. Un personaje así no es nada fácil. Chris es un perfeccionista absoluto y eso me encanta de los directores con los que trabajo. La primera vez que me reuní con él aquí en Londres, me dio el guión y lo leímos durante tres días seguidos en los que casi no dormí. Después del tercer día volví a la noche a mi hotel y encontré una caja enorme que tenía una serie de notas, ideas, películas, y música, que lo habían inspirado y que pensaba que me podría servir. Le pregunté a mi novio qué debía hacer con todo eso: 'Leelo todo', me dijo. 'Seguro Nolan te va a preguntar todo'. Ver y leer todo ese material me ayudó muchísimo para poder crear el personaje.
Nolan se ha distinguido en ser, como Kubrick, un director que trabaja poco con actrices. ¿Eso les da más campo de desarrollo a ustedes o es, por el contrario, más difícil.
Creo que una de las cosas que me gusta del cine de Chris Nolan es la importancia que le da a la mujer en las historias, ya que suele jugar un papel clave. En este caso, son dos: Mal y Ariadne, que interpreta Ellen Page. Podría decirse que con nosotras explora el anverso y el reverso de una misma idea. Es algo sorprendente y en lo absoluto fue una experiencia difícil – como me imagino y he oído que a veces fue trabajar para Kubrick. Chris dedica el mismo tiempo y atención a todos los detalles. Es un director que te hace colaborar, que no te ve solo como un instrumento.
¿Y DiCaprio? ¿Cómo resultó como compañero?
Leonardo DiCaprio es un actor auténtico que nunca cambia, esté con quien esté. Cuando trabajas a su lado te das cuenta de que tiene algo original que lo hace especial; aunque no sabría explicar bien lo que es; por ese motivo nos encontramos ante una película tan extraordinaria que es mucho más que una historia de robos o de ciencia ficción. Es decir, se trata de ambas cosas. Pero tambiñen e una historia sobre los conflictos reales y subconscientes de estos personajesy eso lo hace todo más fascinante. Trabajar con Leonardo, como con Michael Caine, que hace de padre de Mal, como con Joe Gordon Levitt o Tom Berenger, o Ellen Page, ha sido maravilloso para mí. Trato de nutrirme de cada una de las interpretaciones de mis colegas, porque todas ellas me aportan algo, que tal vez me sea útil en el futuro, o simplemente que me alimenta como espectadora.
Como actriz, has dado vida a personajes muy intensos, muy complejos. ¿Eres capaz de abandonarlos en el set durante el rodaje y llevar una vida normal?
Sé que hay actores que son capaces de estar dentro de su personaje durante el rodaje pero yo no, porque creo que sinceramente, me volvería loca. Sin embargo, hay momentos en que, si la escena lo requiere, no soy capaz de abandonar el rol hasta que hemos terminado de rodarla, no importan las tomas. Algo así me pasó durante la secuencia de la confrontación entre Dom y Mallory, que tardamos un tiempio en lograr, porque me costó llegar al punto que tanto Chris y yo queríamos y permanecí bastante tiempo en personaje hasta que terminamos de rodar la toma perfecta. Fue agotador, pero valió la pena.
La pregunta inevitable: ¿Cómo te ha cambiado la vida desde el Óscar?
¿Sabes? Yo siempre le estaré agradecida al director Olivier Dahan por la oportunidad que me dio de hacer de Piaf. Me han pasado muchas buenas cosas desde entonces, como el poder estar en esta película, porque ahora tengo más oportunidades de desarrollarme.
Tu carrera está en un gran momento. Sin embargo, alguna vez has dicho que no te importaría en algún momento dejarla al menos por un tiempo. ¿Por qué?
Esa fue una declaración que hice y sacaron de contexto. A lo que yo me refería era que, tal vez, para estar con mi pareja, eventualmente tener una familia y criarla, no me importaría dejar mi carrera estacionada por un tiempo y luego retomarla. Pero no la abandonaría. Y sigo pensando un poco así, ¿por qué no? Me hace enormemente feliz mi carrera, pero también hay otras cosas que me llenan, el amor entre ellas y si mi amor es correspondido, no creo que mi pareja me obligara a abandonar mi carrera. Sobre todo porque él [el actor y director francés Guillaume Canet] me entiende perfectamente: él conoce los entresijos de este mundo tan bien como yo, incluso más.
¿Tienes algún criterio específico a la hora de elegir roles? ¿Usas tu instinto?
Creo que sí, es una cosas instintiva. Verás, exceptuando las pornográficas, me gustan todo tipo de películas. Crecí viéndolo todo: clásicos de Hollywood, musicales, ciencia ficción, cine de autor. Estoy abierta a todas las propuestas que vengan a mí. Lo que necesito es sentir el deseo de hacer ese personaje. Si cuando leo el guión siento que la sangre empieza a bombear en mi corazón, es porque estoy metida en el papel, en la película. Siento como si explotaran fuegos artificiales adentro mío. Eso me pasó con El origen/Inception y es lo que me pasa con proyectos que hago. Si no hay pasión, no puedo hacerlo.