Miguel Cane
Con casi un año de inexplicable retraso, se estrena la segunda cinta escrita por Zach Helm (autor de Más extraño que la ficción), una comedia ostensiblemente dedicada a los niños, pero con suficientes detalles visuales para atraer a los mayores. La trama, que nos es presentada a través de la narración de un niño llamado Eric, nos presenta la maravillosa juguetería mágica del señor Magorium, (Dustin Hoffman, robándose cada escena con una interpretación soberbia) quien al llegar a los 243 años de edad, decide “retirarse” y heredarle su tienda a Molly Mahoney (Natalie Portman, evocando a la Mia Farrow de los 60), una dulce y sensible aspirante a pianista que trabaja como encargada desde su adolescencia.
El propósito de Magorium es que dirija la tienda con la ayuda de Henry Weston (Jason Bateman), un contador bueno pero incrédulo, con un gran talento para los números, que no piensa que existan tiendas mágicas. Como testigo de todo está el propio Eric (Zach Mills), que visita todos los días la juguetería.
Sin perder de vista su intención de ser una fábula, rindiéndole homenaje claramente Roald Dahl y al Dr. Seuss, a través de la perspectiva de un niño vamos conociendo diferentes capítulos de esta historia con varios personajes que confluyen en un deslumbrante espacio de imaginación y excentricidad: el estrafalario dueño de la tienda de juguetes a punto del “jubilarse” definitivamente, una dependiente insegura en su talento como intérprete de piano, un contable de comportamiento gris que sólo parece creer en los números, y un niño solitario e inteligente coleccionista de sombreros.
Valiéndose de estos elementos, Helms – que debuta como director y se nota en algunos aspectos- confronta la imaginación y fantasía del niño, que luce cada día su sombrero y se ve estimulado por el juego, con la represión del adulto sometido al trabajo rutinario y a las rígidas normas y papeleos, y que viste con un traje que parece el mismo de siempre, mientras que Molly Mahoney deberá encontrar la magia en sí misma para poder devolverle la vida a la tienda. Para hacer esto, se valora el consejo sabio de la experiencia que estimule la confianza en uno mismo para conseguir cualquier logro, sea revitalizar una tienda mágica o conseguir componer la melodía buscada.
Este es el mensaje elemental de la cinta, que es visualmente muy llamativa y lograda (los juguetes son de llamar la atención), aún si hay momentos en que la forma puede más que el fondo, y funciona para estimular no sólo la imaginación, si no también la memoria. No hay grandes sorpresas, pero sí momentos tiernos y hasta una canción del gran Cat Stevens (“Don’t be shy”), que hacen que esta sea una película que, aunque lanzada para los pequeños del hogar, resulta disfrutable también para los no-tan-niños y para los admiradores del estupendo trabajo de Dustin Hoffman, que hace de la cinta su territorio y la disfruta de cabo a rabo.
El mundo mágico de Magorium/Mr. Magorium’s Wonder Emporium
Con Dustin Hoffman, Natalie Portman, Jason Bateman y Zach Mills
Dirige: Zach Helm
Estados Unidos/Canadá/Reino Unido 2007