6 nov 2008

Quémese después de leerse / Burn after reading, de Joel y Ethan Coen

Miguel Cane

Tras el éxito internacional que representó su adaptación a la novela de Cormac McCarthy Sin lugar para los débiles, los hermanos Coen regresan a las pantallas – en tiempo récord- con una de sus peculiares comedias de humor muy negro (muy al estilo Fargo o El Gran Lebowski) que es prueba fehaciente del estilo propio que los define como cineastas y que sigue rindiendo frutos.

George Clooney and Tilda Swinton in Focus Features' Burn After Reading


Quémese después de leerse es una comedia – y nunca se olvida de que lo es- que tiene una estructura de thriller; el dominio de los Coen sobre la sustancia y la forma es total, y se advierte en su habilidad para establecer secuencias que reproducen fielmente los esquemas y atmósferas del cine de intriga (hay planos que parecen sacados de un filme de James Bond), pero siempre con una veta subyacente y muy sutil de sano sarcasmo, con un tono cómico que se hace aparente al contarnos la historia del deprimido Osborne Cox (John Malkovich), alcohólico ex agente de la CIA que escribe sus memorias sobre su paso por la agencia y quien, sin deberla ni temerla, acaba arrastrado al ojo de un huracán.

George Clooney and Frances McDormand in Focus Features' Burn After Reading


Todo comienza cuando su esposa, la chic y neurótica Katie (Tilda Swinton, en una interpretación excelente) pierde un CD con información confidencial que ha acumulado como para para un eventual divorcio, en el suelo de su gimnasio, donde será encontrado por dos entrenadores sin escrúpulos y no muy brillantes, la ambiciosa Linda Litzke (Frances McDormand, que se luce sin esfuerzo) y el bobo Chad Feldheimer (Brad Pitt, burlándose de su propia imagen), a quienes en mala hora se es ocurrirá chantajear a Cox, que al sentirse acorralado, será capaz de literalmente cualquier cosa.

Cuando a la ecuación de estos pintorescos personajes se les agrega Harry Pfarrer (George Clooney), agente del Tesoro que se está llevando a la cama a Mrs. Cox, que tiene a su vez problemas propios, las cosas toman un ritmo vertiginoso y no lo pierden nunca; las carcajadas llueven (al igual que la violencia brutal, después de todo es una cinta Coen) y el guión sólido, coherente en todo momento e hilado a la perfección, deviene en una experiencia muy satisfactoria.

Es precisamente de la conjunción de ese guión y las actuaciones de primera por parte de todo el reparto, que emergen las mejores virtudes de la cinta: hay diálogos chispeantes e ingeniosos, así como la creación de personajes que trascienden los estereotipos, siendo más cercanos al espectador que meros gags.Otro punto notable de la cinta es que saca a la luz la obsesión con las teorías de conspiración que parecen ser una de las piedras angulares de la cultura popular estadounidense, manifiesta en personas de cualquier raza, sexo, religión o case social: la sátira es mordaz y muy lograda, al igual que lo es en su mirada sarcástica a la CIA y la cultura de la imagen y la obsesión por el “fitness” tan de moda. Este es un filme malicioso, divertido, picante, con un humor subversivo y factura de primera. Una vez más, los Coen y compañía demuestran que son perfectamente capaces de salir airosos ante cualquier reto que se les presente.

Quémese después de leerse/Burn alter reading
Con George Clooney, Frances McDormand, John Malkovich, Brad Pitt y Tilda Swinton
Dirigen: Joel y Ethan Coen
Estados Unidos, 2008.



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