La ciencia-ficción, me temo, no es exactamente mi fuerte en lo que a géneros de cine se refiere. No soy hijo de la space opera, aunque Dios sabe que debo tenerle algún tipo de cariño, ya que finalmente, forma parte de mi dieta fílmica (Sigourney Weaver fue un primer gran amor). Pero ese no es el punto, sino pensar realmente, en que hacía mucho, pero mucho tiempo, que no veía una película de ciencia-ficción, que realmente lo fuera. No Star Wars y anexas. La causa de mi sorpresa es la nueva cinta del escocés Danny Boyle (que hace diez años de veras me atrapó con Trainspotting), la fascinante Sunshine.
En el 2050, el sol se está extinguiendo. Pronto vendrá la noche interminable que han profetizado desde William Blake (metafóricamente) hasta Asimov y Carl Sagan. Un grupo multinacional de astronautas (¡qué refrescante que sean seres humanos y que sólo haya un par de estadounidenses! -- no es nada contra ellos, pero ya hacía falta cambiar el cliché) viaja a la órbita solar abordo del Icarus II para detonar una bomba que provocaría un nuevo "big bang" dentro del sol.
La misión, naturalmente, es más laberíntica de lo que parece. Sería un crimen contar algo más de la trama, mal hábito que tienen algunos (pero yo no). Lo que sí puedo decir, es que Boyle -- en mancuerna con el novelista Alex Garland- aborda el género con profundo respeto -- qué digo respeto, ¡con verdadero amor!- como lo hizo antes con géneros tan disímbolos como la comedia absurdista y negra, (Trainspotting), el thriller de suspenso (Tumba al ras de la tierra), la comedia romántica (A life less ordinary), la cinta de aventuras (La Playa, cuya única falla real, a mi modo de ver, es haberla convertido en un star vehicle para el hombre con la máscara de nena, er, Leonardo DiCrapio, despojándola de su esencia original), el cine de niños (la grandiosa Millonarios) y el cinema de horror y angustia (como hizo de manera magistral en 28 Days Later/Exterminio).
Boyle
Su trabajo como director de actores en el reparto es notable (especialmente brillan Cillian Murphy, el japonés Hiroyuki Sanada, la actriz malaya Michelle Yeoh -- un rol distinto a lo usual- y en una breve participación, Troy Garity a quien lo bueno para esto le viene de cuna -- es nieto de Henry Fonda e hijo de ese portento llamado Jane-) y su concepto visual es, como siempre, formidable y muy sui géneris.
Sunshine causa impacto desde las primeras tomas y como dije antes, eso no me ocurre con frecuencia con éste género. Me gustó el hecho de que la cinta reconoce sus raíces, rinde homenajes donde debe y éstos no le obstruyen el desarrollo; tiene un ritmo deslumbrante y mantiene un angustioso suspenso también, sin perder de vista lo que realmente es importante.
Hay quienes señalan este filme como lo que podría ser la primera gran cinta de ciencia-ficción del siglo XXI. Coincido en la apreciación, dado el hecho de que su inmediatez no pierde a la audiencia y de que uno deja la sala conmovido y extrañamente esperanzado. Pero esto siempre sucede (al menos a mí me ocurre) con el cinema de Boyle -- excepto con La Playa-; una manera de ver el mundo, u otros mundos, desde su mirada tan particular. Este periplo cósmico es de visita obligada, aunque quedan advertidos: lleven gafas oscuras.
Sunshine/Sunshine: Alerta solar
Con: Cillian Murphy, Rose Byrne, Chris Evans, Troy Garity y Hiroyuki Sanada
Dirige: Danny Boyle
Reino Unido 2007