Sin duda, la legendaria Jane Austen es una de la escritoras británicas no sólo más leídas sino queridas por generaciones de lectores (hombres y mujeres) alrededor del mundo mientras que Orgullo y Prejuicio es su novela más reverenciada.
Existen numerosas y muy diversas adaptaciones a este texto, primeramente aparecido en 1813; quizá las más notables sean la de 1940 (con Laurence Olivier, Greer Garson, ¡y guión de Aldous Huxley!), la formidable versión de la BBC realizada en 1995 en seis capítulos con Jennifer Ehle como Lizzie y Colin Firth como la versión definitiva de Mr. Darcy y – curiosamente- El Diario de Bridget Jones, que es virtualmente facsímil modernizado de la historia original.
En esta nueva versión, la fidelidad al texto es intercambiada en algunos aspectos por una relación más inmediata con el espectador y también, por mantener un aire de comedia (presente en la composición original) de un modo más explícito y el resultado funciona de maravilla; dirigida por el joven Joe Wright, esta visita a Longbourne, el hogar de la familia Bennet – con recursos limitados y cinco hijas solteras- es divertida, sagaz, sexualmente intensa – aún si nadie se quita la ropa ni se besa con lengua- y muy atractiva; si bien pasa por alto muchos elementos de la época (algo que a los puristas ha hecho gritar con voz en cuello que Jane se revuelca en su tumba; yo no lo creo, más bien eso debió ocurrir cuando su Emma se convirtió en la caricaturesca-pero-rica-como-bolsa-de-papitas-fritas Ni Idea).
En el papel de Elizabeth Bennet, la joven superestrella británica Keira Knightley (lo único notable de la fraudulenta Rey Arturo), encuentra una manera de trascender su imagen de “soy bonita: quiéranme”, que le fuera impuesta en Piratas del Caribe, como si se tratara de una versión femenina del pusilánime Orlando Bloom. La nena ya había demostrado ser talentosa en Regresiones y ahora, proporciona a su personaje inteligencia y carisma que suscitan una alianza inmediata entre ella y el espectador y a través de sus ojos primorosos de mirada tierna y a la vez socarrona, pero perspicaz, vemos a sus padres (el gran Donald Sutherland y Brenda Blethyn) perder la razón con su tribu de chicas casaderas; a la hermosa y tímida hermana Jane (Rosamund Pike) enamorarse del cándido Charles Bingley (Simon Woods) y también presenciamos el sabroso ping-pong verbal entre ella y el pesado como collar de papayas, pero de noble corazón Mr. Darcy (Matthew Macfadyen), con quien vivirá un original romance, muy adelantado para su época, que deja buen sabor de boca.
Enmarcada por el espectacular trabajo de cámara de Roman Oshin – no pierdan de vista la extraordinaria escena de la fiesta en Netherfield Park, en que vemos a todos los personajes en el acto de amar y sufrir por amor, en una sola toma y sin cortes, al estilo de El Arca Rusa. Por algo es alumno de Tilman Büttner- y el diseño de producción de Sarah Greenwood, esta película es una andanza deliciosa, que se podría equiparar a una cena divertida, con amigos que ya se conocen e intercambiando anécdotas consabidas, pero vistas desde una nueva luz. ¿Jane Austen para novicios?
Por supuesto, pero si después de reírse un rato y gozar de todos los elementos (incluyendo a Judi Dench en sus reglamentarios 15 minutos como Lady Catherine, vieja esnob y melindrosa, de esas que todo mundo abomina y nunca faltan), hay gente que salga a buscar leer o releer el libro para vivir la experiencia genuina, entonces hay un motivo extra para regocijarse. Jane Austen está viva y bien y la seguimos queriendo tanto como siempre.
Orgullo y Prejuicio/Pride & Prejudice
Con: Keira Knightley, Matthew Macfadyen, Donald Sutherland, Tom Hollander, Brenda Blethyn y Judi Dench.
Dirige: Joe Wright.
Distribuye: United International Pictures
Gran Bretaña 2005