14 nov 2009

Daniel Servitje

Jacobo Bautista

Una de las preguntas más comunes, como creo que ya he repetido, en Líderes Mexicanos es si ya entrevistamos a Carlos Slim. La otra pregunta más común es cuál ha sido la mejor entrevista que recuerde.

Nadie pregunta cuál entrevista nos falta por hacer o a quién me gustaría entrevistar.

Y una de las entrevistas que nos falta por hacer, como dice la Carta del Publisher en el más reciente número de Líderes Mexicanos, es la de Lorenzo Servitje. ¿Quién es Lorenzo? El fundador de Bimbo.

Su historia se me ha hecho siempre más interesante e inspiradora que la de Carlos Slim. Porque una cosa es fundar y sacar adelante una compañía para convertirla en uno de los monopolios más avasalladores de México y otra es comprarle el monopolio al Estado y conservarlo como tal gracias a que los políticos –aunque no sean los mismos que lo vendieron- no tengan pantalones para abrir el mercado a la competencia.

Los de Bimbo, claro, se ponen como locos cuando uno habla de monopolios. “Sí tenemos competencia” dicen y dirán… y mencionan a la panadería de Doña Cuca, que a dos cuadras de mi casa, vende más bolillos que panes Bimbo vende Doña Silvina, la de la miscelánea Kuky.

Pero lo del monopolio no importa, el caso es que Lorenzo Servitje no ha hablado nunca con nosotros. Alguna vez me tocó escuchar una plática donde él participaba y en sus intervenciones se adivina una gran visión, no sé si del empresario o esto se lo han dado los años… bien dicen que más sabe el diablo…

Alguna vez en la presentación de su libro, mi segunda editora, la inquieta Loreley Maldonado, se le acercó a Roberto Servitje para pedirle una entrevista. Don Roberto es el hermano menor de Lorenzo y uno de los tres fundadores de Bimbo, en los años 70 –me parece- cuando Lorenzo se convirtió en el Presidente del Consejo de la empresa, Roberto fue nombrado Director General y poco después, cuando Lorenzo fue hecho Presidente Honorario, Roberto subió de puesto y al hijo menor de Lorenzo, Daniel, lo pusieron como Director General.

Cuando entrevistamos a Marinela Servitje, hija también de Lorenzo, nos contó que ella no se llama Marinela y que no, no hay un oso de peluche que inspirara a la mascota e imagen del grupo panadero.

La plática de Roberto, en 2003, nos llevó por los primeros días de Bimbo, la historia del oso que se fusilaron de una tarjeta navideña y de la filosofía del grupo. Que podrán mentarle la madre cuando se metan en líos con él, pero siempre pagarán lo justo.

Pero queríamos hablar también con Daniel, quien es, después de todo, quien se encarga del día a día de la empresa panificadora más grande del mundo. Seis años intentó mi jefa conseguir esta entrevista y otros tantos el jefe de mi jefa, siempre sin éxito.

Y de repente, quién sabe por qué, que tal día nos puede recibir a tal hora.

De inmediato me apunté.


Cuando nos hablaron, la cita era tres meses después. Así de previsores se vieron y así de ocupado ha de estar Daniel… pero eligieron justo el día del evento de Los 300 Líderes más Influyentes de México, en que todos estaríamos en el Hotel St. Regis prestos a recibir a nuestros invitados… uno de ellos, el mismo Daniel.

Cambiamos la cita y una tarde a principios de octubre nos apersonamos en las oficinas de Grupo Bimbo allá por Santa Fe. Sus oficinas fueron, por cierto, la primera cosa que se construyó allá arriba en ese espantoso chipote que tiene la Ciudad de México… luego llegó la Ibero y luego todos los demás, pero muchos de los que inauguraron la Ibero se acuerdan que en esos primeros días lo único allá arriba era Bimbo.

La plática con Daniel me decepcionó. Por algún motivo yo esperaba la sapiencia de Lorenzo o las anécdotas de Roberto, pero no… no es de las personas que reflejan el gran genio cuando platicas con ellas. Tampoco es un gran orador… y saliendo de ahí, un poco decepcionado, me di cuenta que eso no es liderazgo, ni el hablar bien ni el contar anécdotas extraordinarias para entretener a la concurrencia.

Durante las fotografías, que tomó David Eisenberg, platicaron de las pasiones, de las oficinas y del futuro de Grupo Bimbo. Posó sin broncas para las fotos y estando ahí observándolo me di cuenta que es un sujeto más bien de corte sencillo, quizá el papá le jodía mucho con eso de la responsabilidad por ser privilegiado o yo qué sé, pero me late que así es.

A su alrededor sí está como este ambiente que de repente rodea a los dueños de grandes empresas, donde todo el mundo está para servirle, pero muy tenue, muy relajado, casi no se nota y si se nota es porque es el Director General de Bimbo… chico monstruo.

Y del chico monstruo habló todo el rato.

Escuchando con atención la grabación y redactando la entrevista, entendí que si Bimbo es hoy lo que es, okey, la visión de Lorenzo y Roberto tienen mucho que ver porque hicieron una empresa de lo más sólida, con deudas bajísimas, con un alto nivel de reinversión (lección esta, para todos)… pero Daniel ha sido el sujeto que orientó la empresa al crecimiento internacional. Él la ha llevado a todos los países en donde está, a ser en la industria de panificación líder mundial y a tener hoy más de 100 mil empleados.

No se necesita ser brillante y encantar a los interlocutores a la hora de hablar, ni siquiera contar chistes o maravillar con la plática como aquellos a quienes menciono cuando me preguntan cuál ha sido mi mejor entrevista.

La fotografía que sacó David Eisenberg es la portada de Líderes Mexicanos en noviembre de 2009. Me gustó mucho, creo que ha sido la mejor de este año, con mucho. El texto de la plática con Servitje lo hice yo, que al final me encontré con que tenía entre manos una gran, pero gran historia… que es la de Bimbo.


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