Miguel Cane
El canadiense Paul Haggis dejó una sólida carrera en televisión, para perseguir su sueño de hacer cine y lo comenzó a cimentar con su espléndido – no hay otra manera de llamarlo- guión para Million Dollar Baby, de Clint Eastwood.
Con esta cinta, cuyo título original en inglés es Crash (no confundir con la iconoclasta cinta de David Cronenberg sobre una virtualmente infilmable novela de JG Ballard), se coloca en el asiento del director y nos muestra (a partir de un guión original suyo) cómo las historias de varios personajes residentes en ese infierno en la tierra conocido como Los Ángeles, California, se entrecruzan en torno a dos terribles incidentes de tráfico, para formar un impresionante mural de lo que nos hace seres humanos, llenos de virtudes y errores, glorias y misterios.
Hermana de otras dos muy importantes cintas polifónicas (la memorable Shortcuts del maestro Robert Altman y la monumental Magnolia de PT Anderson), Alto impacto funciona como una narración inescapable de cómo las cosas se salen de control en un abrir y cerrar de ojos, mostrándonos como realmente somos: seres humanos que bajo nuestros aires de rectitud y decencia, ocultamos prejuicios y racismos: así vemos cómo se encuentran y desencuentran variopintos ejemplares del gentilicio californiano – es importante tener en cuenta que sí, California es un estado mental-: un oficial de policía (Matt Dillon) desquita su frustración con un matrimonio afroamericano (la hermosa Thandie Newton y Terrence Howard), haciéndoles un daño irreparable, donde su timorato pareja (el poco valorado Ryan Phillippe, que demuestra ser mucho más que un galán de moda) mira hacia otra parte; por otro lado, la neurótica pobrecita-niña-rica Jean (una sorprendente Sandra Bullock, en la clase de rol que Julianne Moore interpreta sin esfuerzo, y aquí lo hace excelentemente) se friquea grueso después de ser asaltada y vomita su horror y crisis de modo espectacular en su marido (Brendan Fraser) y un joven cerrajero de origen mexicano (Michael Peña), quien es agredido por ella sólo por su aspecto físico, sin que importe su actitud respetuosa, entre otros citadinos más – Don Cheadle hace un estupendo rol como un detective angustiado- que tarde o temprano descubren que, en realidad no tienen idea de quiénes son, al verse expuestos a una situación límite, que sobre todo, se siente real.
Haggis – que sufrió un infarto durante el rodaje, pero no se ausentó más de diez días del set- cubre una multitud de ideas y argumentos y, a diferencia de Altman, logra darles cohesión: su tema principal es la falla de las comunicaciones entre la gente; su teoría es que el odio y la paranoia han sustituido al respeto más elemental como la lente a través de la cual se ve a nuestro prójimo, algo que no es privativo exclusivamente de Los Ángeles o de la cultura popular estadounidense; aquí mismo, hoy día, es algo tangible. No obstante, y aún pese al melodrama que utiliza de modo magistral, Haggis no sucumbe a su propio sensacionalismo y permite que exista en su obra una sensación de empatía siempre presente, mas no por esto se trata de una película fácil de entender o de asimilar. Es como un golpe brutal en la cara, efectivamente como un accidente de auto (el crash del título), pero si consigue suscitar una reacción en el público (algo que no es imposible), entonces ha logrado su cometido y es, simplemente, una de las más sorprendentes, estimulantes y devastadoras películas del año que debe verse, incluso – y si creen que podrán resistirlo- más de una vez.
Alto impacto/ Crash.
Con: Don Cheadle, Sandra Bullock, Michael Peña, Thandie Newton, Matt Dillon, Ryan Phillippe y Brendan Fraser.
Guión, Música y Dirección: Paul Haggis. Distribuye: Artecinema.
Con esta cinta, cuyo título original en inglés es Crash (no confundir con la iconoclasta cinta de David Cronenberg sobre una virtualmente infilmable novela de JG Ballard), se coloca en el asiento del director y nos muestra (a partir de un guión original suyo) cómo las historias de varios personajes residentes en ese infierno en la tierra conocido como Los Ángeles, California, se entrecruzan en torno a dos terribles incidentes de tráfico, para formar un impresionante mural de lo que nos hace seres humanos, llenos de virtudes y errores, glorias y misterios.
Hermana de otras dos muy importantes cintas polifónicas (la memorable Shortcuts del maestro Robert Altman y la monumental Magnolia de PT Anderson), Alto impacto funciona como una narración inescapable de cómo las cosas se salen de control en un abrir y cerrar de ojos, mostrándonos como realmente somos: seres humanos que bajo nuestros aires de rectitud y decencia, ocultamos prejuicios y racismos: así vemos cómo se encuentran y desencuentran variopintos ejemplares del gentilicio californiano – es importante tener en cuenta que sí, California es un estado mental-: un oficial de policía (Matt Dillon) desquita su frustración con un matrimonio afroamericano (la hermosa Thandie Newton y Terrence Howard), haciéndoles un daño irreparable, donde su timorato pareja (el poco valorado Ryan Phillippe, que demuestra ser mucho más que un galán de moda) mira hacia otra parte; por otro lado, la neurótica pobrecita-niña-rica Jean (una sorprendente Sandra Bullock, en la clase de rol que Julianne Moore interpreta sin esfuerzo, y aquí lo hace excelentemente) se friquea grueso después de ser asaltada y vomita su horror y crisis de modo espectacular en su marido (Brendan Fraser) y un joven cerrajero de origen mexicano (Michael Peña), quien es agredido por ella sólo por su aspecto físico, sin que importe su actitud respetuosa, entre otros citadinos más – Don Cheadle hace un estupendo rol como un detective angustiado- que tarde o temprano descubren que, en realidad no tienen idea de quiénes son, al verse expuestos a una situación límite, que sobre todo, se siente real.
Haggis – que sufrió un infarto durante el rodaje, pero no se ausentó más de diez días del set- cubre una multitud de ideas y argumentos y, a diferencia de Altman, logra darles cohesión: su tema principal es la falla de las comunicaciones entre la gente; su teoría es que el odio y la paranoia han sustituido al respeto más elemental como la lente a través de la cual se ve a nuestro prójimo, algo que no es privativo exclusivamente de Los Ángeles o de la cultura popular estadounidense; aquí mismo, hoy día, es algo tangible. No obstante, y aún pese al melodrama que utiliza de modo magistral, Haggis no sucumbe a su propio sensacionalismo y permite que exista en su obra una sensación de empatía siempre presente, mas no por esto se trata de una película fácil de entender o de asimilar. Es como un golpe brutal en la cara, efectivamente como un accidente de auto (el crash del título), pero si consigue suscitar una reacción en el público (algo que no es imposible), entonces ha logrado su cometido y es, simplemente, una de las más sorprendentes, estimulantes y devastadoras películas del año que debe verse, incluso – y si creen que podrán resistirlo- más de una vez.
Alto impacto/ Crash.
Con: Don Cheadle, Sandra Bullock, Michael Peña, Thandie Newton, Matt Dillon, Ryan Phillippe y Brendan Fraser.
Guión, Música y Dirección: Paul Haggis. Distribuye: Artecinema.