Miguel Cane
Aclamada desde su estreno en el Festival de San Sebastián y reconocida con un sorpresivo Oscar a la Mejor Película en Idioma Extranjero (desbancando al mismísimo Haneke y su joya perturbadora: La Cinta Blanca), esta tercera colaboración entre Juan José Campanella y Ricardo Darín, supone un nuevo triunfo para la pareja artística.
La jugada esta vez es más arriesgada: el sentido del humor, del drama y en definitiva, la humanidad que desprendían El hijo de la novia o El mismo amor, la misma lluvia se entretejen con la trama de un violento e inquietante thriller de suspenso que no rompe con la temática de las anteriores, sino que se unifica muy bien: de las anteriores El secreto de sus ojos hereda su estupendo sentido del humor y del tino que Campanella tiene con los elementos sentimentales de la trama, que son todavía más de los que parecen.
Un guión bien cimentado, tomado de una novela de Eduardo Sacheri, reforzado además por el estupendo trabajo de todo su elenco –destacando Darín, Guillermo Francella, además del hallazgo de Soledad Villamil- sirven al director para elaborar una cinta en la que la mezcla de géneros cuaja insertada en una investigación de un acto criminal: el brutal asesinato de una joven profesora, y la cadena de trascendentales hechos personales que desencadena para los investigadores. Jugando con las idas y venidas al pasado del personaje protagonista, la cinta ilustra los recuerdos, vaivenes emocionales y los vacíos vitales de sus protagonistas con la misma maestría a la que Campanella nos tiene acostumbrados en sus mejores títulos. Pero es que además riza el rizo integrándolos en una intriga que recorre todos los años de la dictadura argentina, sugerida en sus inicios, por algunos frustrantes episodios relativos a la corrupción de la Justicia.
La cinta se beneficia de los buenos diálogos y la tensión sexual no resuelta entre Darín y Villamil, pero además goza de estupendos persona que no distraen de la investigación del asesinato. No obstante, uno de los pocos inconvenientes viene precisamente de aquí, ya que un ligero recorte no le habría hecho daño. Y esto es un pequeño “pero”, porque mantiene el interés y resulta un filme emotivo, divertido e incluso inquietante. Campanella ubica la cámara y mueve a sus personajes por el escenario. En las largas escenas de interrogatorio, Darín es capaz de retener la atención captada.
La resolución es brutal, lógica, muy bien establecida y dejará al espectador impactado, pero no desolado. Eso, en un mundo en que se puede decantar fácilmente por la violencia, la brutalidad o la superficialidad, hace que todo encaje y que la cinta que hace un recorrido por el panorama siniestro de los años 70, cuando en Argentina se vivían épocas turbulentas, el aire estaba enrarecido y nada era necesariamente lo que parecía ser, resulte en la suma total de sus partes, un film sumamente recomendable.
El Secreto de sus Ojos
con Ricardo Darín, Soledad Villamil, Guillermo Francella, Pablo Rago, Javier Godino, José Luis Gioia, Mario Alarcón, Mariano Argento, Ricardo Cerone, David Di Nápoli
Dirige: Juan José Campanella
Argentina/ España 2009