Concebida como el retorno de Bruce Willis a la taquilla de Hollywood como héroe de acción después de algunos años de películas más bien malas (como Lágrimas del Sol y la infame Un vecino más peligroso, que apenas dio el semanazo en cartelera), esta cinta, basada en el best-seller de Robert Crais, es una producción de primera y muy cuidada, lo que se llama un ‘vehículo estelar’ – esto es, que ha sido creada para el lucimiento de su estrella principal- y esto se advierte desde el inicio, con una tensa y llamativa secuencia de créditos que captura la atención del espectador, toda vez que se apagan las luces de la sala.
Se trata de escenas congeladas que dejan entrever lo que más adelante será la acción principal... como si se tratara de las piezas de un rompecabezas, todas las piezas al principio no parecen tener sentido. Hacia el final, se comprende la imagen.
Este truco es útil para presentarnos a Willis en una interpretación más madura y controlada que en su célebre acto de Duro de matar. Aquí no hay chistes intercalados, ni momentos de valentía irresponsable. El tono de Bajo amenaza es bastante más sombrío y violento y la actuación de Willis como Jeff Talley ex negociador experto de la policía de Los Angeles consumido por los remordimientos se siente por no haber podido salvar a unos rehenes, es uno de sus mejores trabajos, quizá sólo por debajo de su impresionante participación en la memorable Sexto sentido.
Tras protagonizar una brutal tragedia en el principio de la cinta, Talley renuncia a su trabajo, se separa de su esposa Jane (Serena Scott-Thomas, hermana de la célebre Kristin) y su hija adolescente, Amanda (Rumer Glen Willis, su primogénita con Demi Moore) para colocarse en la policía de un suburbio residencial en Ventura County, alejado de sus violentas aventuras anteriores. Como es natural en esta clase de cintas, algo sucede que pone en movimiento una serie de acontecimientos engañosamente simples que alcanzarán un nivel inesperado de angustia:
Tres delincuentes juveniles tratan de robarse un Cadillac en la casa de Walter Smith (Kevin Pollak), pero las cosas salen mal y toman como rehenes a Smith y sus hijos (Jimmy Bennett y Michelle Horne). Ella es la típica teen-queen y él un niño listo que sabe moverse por toda la casa de un modo que sus captores no pueden. Las cosas se complican gracias al trabajo del padre, a la búsqueda de un DVD (de la película de Warren Beatty El Cielo puede esperar) que es mucho más de lo que parece y a la aparición de unos villanos que son mucho peores que los tres rateros.
Por supuesto, hacia el clímax varios de estos personajes – incluyendo a la mujer e hija de Talley- estarán en peligro de muerte, y el desenlace será todo lo que los fans saben que pueden esperar… aún pese a algunas inconsistencias, es espectacular yno decepciona.
El director es el francés Florent Emilio Siri, cuya cinta debut Nido de avispas (Nid de Gûepes – 2002) causó una muy buena impresión, atrayéndole este proyecto como su debut en Estados Unidos. Aquí su fuerte son las secuencias aéreas, la construcción de una atmósfera tensa (que sí se sostiene) y brinda al filme una sensación de constante movimiento, como se puede apreciar en una escena de persecución.
Es así que juega con sus propias reglas y se da el lujo de lograr algunos efectos inesperados, en lo que de otro modo o en otras manos habría sido un film mucho más predecible. Willis y Pollak, los dos bastante experimentados, hacen un trabajo a la altura. Este es un thriller brutal, violento, ágilmente editado y de velocidad vertiginosa.
Exactamente lo que uno debe esperar al comprar un boleto para una película de Bruce Willis.
Hostage/Bajo Amenaza. Con Bruce Willis, Kevin Pollak, Serena Scott-Thomas, Jonathan Tucker y Ben Foster. Guión: Doug Richardson sobre una novela de Robert Crais Música: Alexandre Desplat. Dirige: Florent Emilio Siri. Estados Unidos-Alemania, 2005.