La obra de Cole Porter como compositor es una de las más sólidas en el siglo XX: más de 40 musicales de éxito y canciones famosísimas como la que da título original al filme, DeLovely, Night and Day y I’ve got you under my skin, que han sido grabadas y cantadas por todo Dios y su vecino, a partir de Frank Sinatra y Ella Fitzgerald, convirtiéndolo prácticamente en leyenda.
Su historia ya había sido explorada en el clásico Noche y día (1947, de Michael Curtiz), protagonizada por Cary Grant como Porter y convertida en un cuentito hollywoodense de consabido happy end. que se encuentra muy lejos de quien la inspiró; es así que Irwin Winkler, con una larga carrera como productor – es responsable de cintas como Danzad, danzad, malditos (1969) y África mía (1985)- y como director ahí más o menos la lleva, con cintas como Life as a house (2001) y La red (1994, con Sandra Bullock), acompañado por el guionista Jay Cocks, cuenta, a su manera, la historia del célebre muchacho de Baltimore… convirtiéndola en un musical sencillamente espectacular.
La cinta comienza cuando Cole (Kevin Kline), prácticamente en las últimas boqueadas, es invitado por el misterioso Gabe (Jonathan Pryce) a ver un ensayo general de un musical de Broadway basado en su vida. Esto lo lleva al reencuentro con el personaje más importante en su vida… y aunque Cole Porter fue homosexual célebre, la persona que más lo marcó fue la elegante y sofisticada Linda Lee Thomas (una radiante y hermosa Ashley Judd), una joven divorciada y rica de la que se enamoró al conocerla en el glamoroso París de 1920.
La pareja contrajo matrimonio y Linda lo amó, aún a sabiendas de su preferencia (“Oh, querido,” dice con dulzura, cuando le explica aquél su asunto “eso sólo quiere decir que te gustan los chicos un poco más que a mí”). Entre ellos se dio una relación de complicidad y afecto, que es retratada con fineza mientras se desvela el importante trabajo que hizo el compositor para dar vida a la época dorada de Broadway… y no tiene empacho en mostrar –con un tono más sobrio- algunas de las mezquindades a las que era propenso Porter, que tenía su lado destructivo, principalmente enfocado a su persona, algo que le da otra dimensión… y esto es básicamente trabajo de Kevin Kline, que trasciende los baches del script para dar carne y sangre al personaje, mientras que Miss Judd consigue una interpretación de dignidad y amor casi tangibles, mientras pasa de flor primaveral a mujer madura, sin esfuerzo y con gracia envidiables.
Armada con una ambientación que incluye escenarios naturales de Venecia, y París, así como participaciones de auténticas estrellas contemporáneas del mundo de la música (Robbie Williams, Alanis Morissette, Diana Krall y Natalie Cole, por citar algunos), la película no compromete la cruda realidad: los pesares y tragedias de la pareja, así como sus gozos y alegrías son plasmados sin estridencias, lo que permite involucrarse en esta producción que lo mismo destella colores y música, que dolor y piedad. Los que no están familiarizados con el canon de Porter seguramente saldrán queriendo buscar el CD con la música mientras los admiradores del trabajo artesanal de Kline no dudan en apuntar que este trabajo amerita – por lo menos- una nominación al Oscar. Ojalá.
DeLovely: Vida y Amores de Cole Porter (DeLovely)
Con Kevin Kline, Ashley Judd, Kevin MacNally y Jonathan Pryce
Dirigida por Irwin Winkler. Distribuye: 20th Century Fox.