David Guzmán.
Que Takashi Miike hace buenas cosas, sin duda. Su talento no está en duda. Hoy viendo 13 Asesinos, corroboré que sabe lo que hace. Hay muchos detalles en el film que dan cuenta de un cineasta que tenía en mente una película medida y calibrada, aunque en lo personal el tema me quedó lejos.
13 Asesinos no deja de ser cine de entretenimiento y esa es una de sus mayores virtudes porque con Miike, es entretenimiento bien manufacturado. Igualmente lo es que aquí no vamos a ver –en los combates- destellos del género wuxia…todo es tan elemental que asombra. No veremos a los guerreros volar como en El Tigre y El Dragón o los grandes despliegues visuales de Héroe o La Casa de las Dagas Voladoras de Zhang Yimou. Miike opta por "lo humanamente posible" y ello brinda la posibilidad de disfrutar su película en un plano mas terrenal y al mismo tiempo, más limitado pero no carente de ingenio para armar la trama y plasmarla visualmente.
Pero hurgando un poco lo que me mantuvo distante empecé con mi mala costumbre de relacionar los films que veo; así encontré que la anécdota es similar a la de 300 de Zack Snyder pero versión samurái, que de los 13 guerreros uno tendría que ser el cómico, que el final debía contemplar el enfrentamiento de los pesos pesados (que me supo a tan poco, quizá porque el villano es un tanto acartonado) y que son distinguibles fácilmente dos partes del film: la primera mitad con lentitud que amenaza con ponernos a dormir y la segunda con ciertos (para mi gusto) excesos y especialmente de metraje.
Se nota un poco lejos el Miike de Audition pero en buen sentido. Como realizador ha crecido, es solo que a 13 Asesinos no hay que exigirle una trama profunda, aunque a ratos hay pinceladas de ella. La idea más polémica que se me atravesó al verla es que, seguramente, en otros tiempos, (tiempos pasados) 13 Asesinos seguramente sería mejor apreciada por un servidor que ahora, porque sin duda tiene elementos sobresalientes, pero…insisto: ya son otros tiempos. Lo que sí puedo afirmar es que Kurosawa la habría aplaudido hasta llorar, como todos los críticos que se nombran en el póster.