9 abr 2012

Furia de Titanes / Ira de titanes / Wrath of the Titans, de Jonathan Liebesman

Claudi Etcheverry



El implacable Cronos está a punto de emerger de los abismos para liberar su fuerza y su destrucción sobre los hombres y acabar con el mundo. Zeus apela a la fuerza de su hijo, el semidiós Perseo para que le ayude contra el Mal, mas Perseo está asimilado a su vida semihumana, es viudo y se ha dedicado a la crianza de su hijo Eleo. Pero otros semidioses le ayudarán en su empresa y Perseo finalmente enarbolará la lucha; hasta el voluble Hades acabará por decidirse a caer del lado del bien. Tras una batalla en varios frentes, el orden vencerá.


Esa es la trama básica, muy básica de esta película, con celos entre hermanastros semidioses y rencillas entre dioses hermanos. Es como líos de familia, pero entre el Olimpo y el mar Egeo. Para darles empaque, no es infrecuente que Hollywood sazone estas producciones con caras o actores de renombre (lo uno no siempre corresponde a lo otro, dicho de paso). En la sala de al lado en que vi esta película, la productora Marvel ponía “Los vengadores”, sumando Iron Man, el Increíble Hulk, la Viuda Negra, Hawkeye, Thor, y el Capitán América todos juntos en una especie de dream team en el que no faltara nada, con actores como Robert Downey Jr., la Johannson, Mark Ruffalo o el mismo Samuel L. Jackson. Al oír los ruidos me he prometido ahorrármela, pero al final seguro que caigo a verla, ya me conozco. En el caso de “Furia (MX)/Ira (ESP) de titanes” la cosa no le va en saga, y actores como Liam Neeson, Ralph Fiennes o Bill Nighy aderezan con renombre el lustre de otras caras bonitas del reparto, y digo solamente renombre porque poco pueden hacer para interpretar nada, dado que casi no hay libreto. Cosa rara es la actuación del niño Eleo, una pura mueca insolvente.


A un cuarto de película ya estaba hasta el ñato de chispas y 3D impecable en esta confusión actual de que la precisión visual es la película. Los videojuegos han impuesto sus leyes visuales, y las ondas expansivas, por ejemplo, son una plasmación de la física de la catástrofe hasta el mínimo detalle. Sin caer en grandes debates filosóficos que no hubieran sido de este registro de película, la mitología da para entender nuestra cultura porque fue una de las primeras maneras que el hombre inventó para explicar el mundo y había muchas aportaciones a mano para hacer. Una o dos frases inteligentes son un exordio inesperado entre los diálogos, como Agenor que dice “Soy colosal” en un despunte de ingenio; o la frase que pronuncia Zeus al decir que si los hombres mueren, van a la tierra, pero si los dioses mueren, van al olvido. Una reflexión interesante en esta época de imparables menguas religiosas.

Cada vez más, las películas se diseñan visualmente. “Furia/Ira de titanes” tiene solamente dos tipos de planos: uno es en tono sepia, terroso y árido, con cuero, bronce y sudor. El otro es claro y límpido al sol de la Grecia clásica. Son recursos meticulosos para vendernos un vacío, al fin. Porque la idea de que esta es una película “de entretenimiento” nos sume en una paradoja, porque si la consideramos una película para niños, estas cintas no me entretenían ni cuando lo era. Recuerdo cuando surgieron los videoclips de música, allá por los 80... Un día dije: “¿Qué es esta cosa?”, porque la mayoría era la simple colisión de efectos visuales, imágenes resultonas y tomas ingeniosas, pero nada, nada más. Viendo la escena de los cíclopes en “Furia/Ira de titanes”, no pude dejar de pensar en Kirk Douglas cegando al cíclope en “Ulises”, de Mario Camerini, de... ¡1954! Casi 60 años más tarde hemos agregado poco, la verdad. Será que nuestros demonios siguen siendo universales y ver la lluvia de bolas de fuego en “Furia/Ira de titanes” está en línea con nuestros fantasmas actuales como dos aviones estrellándose contra sendos edificios en nuestra historia más contemporánea. Hasta resulta risible que la reina Andrómeda dé la orden de “¡Alto el fuego!” cuando es dudoso que ése fuese el grito en esa época de espadas, lanzas y pura fuerza bruta, o será que como espectador miro hasta las carillas de porcelana de la dentadura de la reina, o la notable desviación de la línea media en la mordida de Toby Kebbel. En Grecia había grandes escultores, pero se ve que no había buenos ortodoncistas.

El cine está en una situación difícil en parte por el volumen de producciones y de estrenos, porque la presión por renovarse en taquillas empuja incluso a los reestrenos solamente agregando una dimensión más (la archiconocida “Titanic” vuelve en 3D, pero el barco corre idéntica suerte). Los temas se hacen esquivos, y los motivos a veces se estiran para lo que no dan. En esta cinta, el personaje de Toby Kebbel como Agenor es casi una clonación de Johnny Depp haciendo de Jack Sparrow, con esa mezcla de desfachatez y cinismo medroso; o el pasadizo combinado con prensa que ya estaba en “Space-quest” hace como quince años. No le perdonamos al cine aquello de “Esto ya lo vi...” y menos si había posibilidades de meterse en un guión con algo más que efectos visuales.

La saturación visual es la mejor garantía para el olvido de una película porque seguimos necesitando historias. Para ir a verla lleve protector factor 50 porque las chispas y la lava son las principales figuras de esta película, que como los dioses, pronto caerá también en el olvido.

Furia de titanes / Wrath of the titans.
EUA, 2012
Director: Jonathan Liebesman.
Con Sam Worthington, Liam Neeson, Ralph Fiennes, Rosamund Pike, Toby Kebbel, Bill Nighy, Edgar Ramírez)

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© 2011 Claudi Etcheverry, Sant Cugat del Vallès, Catalunya, Espanya-España




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