16 oct 2013

Sandra Bullock. Gravity es una película revolucionaria

Miguel Cane.



En los últimas 20 años Sandra Bullock (Arlington, Virginia, 1964) se ha consolidado como una de las grandes estrellas del cine. Notables éxitos de taquilla en comedias románticas y cintas de acción, así como participaciones en filmes de prestigio, le han dado reconocimiento internacional. Sin embargo, como protagonista de Gravity, la más reciente película de Alfonso Cuarón, rompe con su imagen establecida para interpretar a una mujer que por accidente queda suspendida en el espacio exterior y cuya lucha por sobrevivir en el Cosmos la lleva en un viaje de descubrimiento. El papel de Sandra al lado de George Clooney ha hecho del filme uno de los más aclamados por la crítica este año.



HAS INTERPRETADO MUCHOS PAPELES, PERO ESTO ES ALGO MUY DIFERENTE. ¿CUÁL FUE TU REACCIÓN CUANDO TE OFRECIERON EL PERSONAJE PARA LA PELÍCULA?
Sí, es verdad que no se trata de algo que te ofrecen todos los días. Siempre tuve deseos de hacer emocional y físicamente lo que hacen mis contrapartes masculinos. Siento mucha envidia cada vez que veo una película que me sorprende, y como casi siempre el papel protagónico es de un hombre, pienso: “¿Por qué no hay un papel así para mujeres como yo?”. No se están escribiendo esos papeles en Hollywood, así que, fuera que buscaras algo y lo transformaras en un personaje femenino o lo desarrollaran para ti por encargo, no veías aparecer esos personajes. Pero últimamente las cosas han cambiado. Jonás y Alfonso escribieron este personaje específicamente como mujer —no fue una decisión posterior, ni un cambio. Por ejemplo, en Alien, ¿sabías que originalmente el personaje de Ripley iba a ser un hombre, y Ridley Scott lo cambió cuando conoció a Sigourney Weaver? En Gravedad no fue así, el personaje fue creado como mujer y que se llame Ryan, un nombre masculino, curiosamente contribuye a que tenga un enfoque más claro en su femineidad. Es mujer, pero no está indefensa. Por eso creo que la película es revolucionaria, y el hecho de que un estudio como Warner Bros. la financiara —con fe ciega, siendo algo tan desconocido y con una mujer que llevara el peso de toda la película— es revolucionario.



¿CÓMO TE SENTISTE AL ESTAR SOLA ANTE LA CÁMARA LA MAYOR PARTE DEL TIEMPO?
Nunca pensé “soy la única persona en pantalla”. Tenía la historia, los elementos que Jonás y Alfonso escribieron. La tecnología era un personaje que estaba constantemente a tu alrededor. Además estaba George, que es una parte vital de la película y representa la vida y la forma positiva de mirarla. Si no tienes eso, el filme no podría existir. En realidad nunca estuve sola, todo fue un proceso de colaboración creativa y tuve apoyo todo el tiempo en cada una de las escenas. Aunque no se vea en pantalla, no soy yo sola. Hay un gran equipo detrás.



¿TUVISTE ALGÚNA ASESORÍA SOBRE LAS CONDICIONES EN QUE SE ENCUENTRA TU PERSONAJE Y POR LO QUE PASA?
Tuvimos muchos técnicos que nos ayudaban, literalmente, para saber en dónde estaba tal o cual botón en el Transportador Espacial y el Soyuz, que es la cápsula de escape. Todos eran personal capacitado por la NASA. Cuando preparábamos la toma, yo podía hacer las preguntas necesarias. Lo cierto es que estaba mucho más preocupada por el trabajo corporal y cómo se comporta el cuerpo en gravedad cero. Tuvimos otros asesores que me lo explicaron. Además, sucedió algo muy curioso, porque el marido de mi hermana estaba cenando con un amigo suyo y el amigo le dijo: “Sabes, mi hermana es astronauta”. Imagínate qué suerte. Una cosa llevó a otra y solicité comunicarme con Katie (la astronautra Catherine Coleman, que en 2011, cuando se rodó la película, estaba en órbita en la Estación Espacial Internacional). Así pude hablar con ella y preguntarle a una persona que ha experimentado las cosas que yo trataba de aprender físicamente. Me contó cómo funciona el cuerpo en gravedad cero y qué hacer en el espacio exterior. Era lo que necesitaba para reenseñar físicamente a mi cuerpo sobre lo que no puede pasar en la Tierra. Alfonso dice que pensamos de una manera en la Tierra y deberíamos pensar de otra manera en el espacio. Así que fue una coincidencia fortuita lo que me dio la mejor pieza de información que necesitaba. Un punto muy importante es que Ryan no es astronauta. Ella está en el espacio para ejecutar una misión y después regresar a casa, nada más. Lo que le sucede es algo extraordinario. Al hablar con Katie aprendí algo, que para quienes viajan al espacio con convicción, la experiencia es increíble. Creo que es bellísimo poder soñar con ser astronauta y llevarlo a cabo. El entrenamiento es muy, muy difícil, y que ella me hablara desde algún punto en las estrellas fue algo fantástico. Me hizo sentir maravillada.

¿HUBO COSAS QUE APRENDISTE DE TI MISMA A PARTIR DE ESTA FUERTE EXPERIENCIA EMOCIONAL?
Claro. Aunque en realidad no sabes qué tipo de cambio te ha sucedido hasta que un día te levantas y te sientes distinta. Siempre he dicho que la experiencia de conocer a un artista que admiras casi siempre es decepcionante, porque lo has puesto en un pedestal y de pronto descubres que no es tan genial como creías (risas). Pasó exactamente lo contrario con Alfonso; encontré a un ser humano cuya evolución como persona es brillante. Supe que de alguna forma éramos parecidos en la manera como vemos las cosas y lo desconocido. Luego conocí a Jonás y vi que entre ellos hay un sentimiento de amor, de calma y entendimiento, y eso vuelve siempre a la emoción de la historia. Ellos habían estado con esta película más tiempo y yo tenía que alcanzarlos. Lo más importante para mí es que no podía distraerme; tengo un hijo pequeño que estuvo conmigo en el rodaje siendo bebé todavía. Les dije: “Si logran que esta sea una experiencia maravillosa para él, y lo hacen de tal manera que yo no me distraiga pensando que estoy preocupada por mi bebé, será perfecto”. Así que Alfonso y su equipo convirtieron una parte de un estudio en Londres en un país de las maravillas para un niño de año y medio. Que un director haga eso por ti, para que puedas concentrarte en crear, es increíble. Es maravilloso. Hubo en todo el rodaje un ambiente de colaboración, de amistad, que nos unió a todos en el nivel humano.

DESPUÉS DE TRABAJAR EN LA OSCURIDAD DURANTE TANTOS MESES, ¿QUÉ SENTISTE AL VER LA PELÍCULA TERMINADA?
La primera vez que la vi terminada fue en el Festival de Venecia. Siempre digo que un actor, cuando se ve por primera vez en pantalla, se pasa todo el tiempo criticando y odiando su actuación y piensa que se ve horrible. En mi caso no tuve tiempo de analizar mi actuación, porque me inundó la extrema belleza y emoción que Alfonso y el fotógrafo Emmanuel Lubezki crearon visualmente. No me gusta usar la palabra “tecnológicamente” porque suena a que la película es un objeto inanimado, y si como instrumento la tecnología resulta embriagadora, aquí no se volvió un obstáculo; la proeza visual no interfiere con lo que el personaje vive, con lo que se quiere contar. Me quedé estupefacta al ver lo hermoso del trabajo finalizado. Tuvimos la misma reacción George y yo. Seguíamos sorprendidos y solo decíamos “¡guau!”. Es decir, no puedes hablar después de que la película termina. Sales de la sala con muchas preguntas en la cabeza. Tuve mucha suerte en mi carrera al participar en una película y verla por fin como se supone que debe ser vista; quedé completamente impresionada por su belleza, como si yo no hubiera tenido nada qué ver y eso es un reconocimiento al talento de Alfonso como director. Estoy muy feliz y muy orgullosa de haber participado en esta película.




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