La tragedia del héroe
Miguel Cane.
La figura de El Hombre Araña y su alter ego, Peter Parker, siempre ha sido la de un superhéroe más cercano a la condición humana: sus tribulaciones no nos son ajenas — a diferencia de Batman, no es rico, ni como Supermán, tiene una carrera — y de este modo es más fácil identificarse con él. De hecho, ese es el punto en esta secuela a la nueva versión de la saga del arácnido que dirige Marc Webb (responsable de la anterior) en la que Andrew Garfield repite como Peter y Emma Stone como su novia, Gwen Stacy.
En esta nueva aventura, la aparición de villanos como Electro (Jamie Foxx) o el Rinoceronte (Paul Giamatti, en lo que es un cameo glorificado) sirve en realidad como pretexto para presentar la verdadera razón de ser de la película: una nueva prueba para Peter, que en el filme anterior perdió a sus padres y a su entrañable Tío Ben. Ahora, para todos los que están familiarizados con la saga desde su origen en los cómics, es evidente que el peligro inminente acecha a Gwen y a Peter, con la aparición de Harry Osborn (Dane de Haan) que asumirá la identidad de El Duende Verde y provocará una tragedia de consecuencias letales.
La química evidente entre Garfield y Stone (algo que era patente desde la cinta anterior) es lo único que sostiene una película de grandes efectos, pero bastante rutinaria: el guión se vale de varios pretextos únicamente para llegar a ese clímax violento en el que Peter pierde irremediablemente lo que más ama. Es precisamente el vínculo entre Peter y Gwen el que hace que el espectador sienta un choque doloroso y es pura manipulación. De ahí en fuera, hay lo que se puede esperar de estas cintas: explosiones, acción, algo de humor… pero la sustancia queda a deber y el amargo sabor de boca que deja (aunque ya se veía venir el desenlace) es ingrato. Definitivamente, esta no es una película para niños.
El Sorprendente Hombre Araña 2: La Amenaza de Electro.
Con Andrew Garfield, Emma Stone, Jamie Foxx, Chris Cooper y Sally Field.
Dirige Marc Webb.
EU 2014.