Miguel Cane.
Nacida en una familia dedicada al espectáculo —sus hermanas mayores, las gemelas Mary Kate y Ashley son celebridades desde que estaban en pañales—, Elizabeth Olsen (Los Ángeles, 1989) estudió formalmente la carrera de actuación y dio una gran sorpresa al ser presentada como la protagonista de Martha Marcy May Marlene, filme independiente que fuera la sensación de Sundance y Cannes en 2011, en el que interpretaba a una joven que huía de un culto violento. A partir de ahí, ha tenido una carrera versátil, trabajando con actores y actrices de la talla de Robert DeNiro y Sigourney Weaver, y ahora como una de las protagonistas de Godzilla, uno de los filmes más esperados de la temporada.
¿Qué fue lo que te atrajo para unirte al proyecto?
Que ironía. Cuando me preguntaron: “¿Quieres participar en Godzilla?”, pensé ¿de veras, Godzilla? Luego descubrí que Gareth Edwards era el director y él me enseñó el avance que hizo para la Comic-Con el año anterior. Cuando lo estaba viendo me emocioné tanto o más que el público: “Dios mío, quiero ver esta película”, pensé. Había algo terrenal y aterrorizante, que convertía a Godzilla en un ser temido, no una caricatura estúpida. Le comente a Gareth: “Es el mejor avance que he visto y no puedo creer que me pidas ser parte de la película”. Tenían un guión pero deseaban que fuera un proyecto donde todos pudiéramos aportar algo y crearlo juntos. Así que fue muy satisfactorio trabajar con Aaron (Taylor-Johnson) y Gareth para darle profundidad a nuestros personajes, raíces familiares y un piso en que apoyarnos y, además, contar la historia de este monstruo.
¿Qué es lo que te gusta de tu personaje y qué resonó de ella en ti?
Es curioso. Elle Brody es un personaje completamente distinto a lo que había hecho antes, es una madre, por eso me atrajo mucho la idea de representarla. Como su marido es un soldado que está fuera del país, Elle es básicamente una madre soltera y cuando por fin recupera a su marido, él tiene que irse. Es interesante expresar la desesperación que siente por eso, pero también el entendimiento, el ser una buena pareja a sabiendas de que es algo que él debe hacer para convertirse en un mejor hombre, padre y esposo. Además, es una enfermera de urgencias en un hospital de San Francisco, y como tal tiene mucha responsabilidad ante todas las personas, pero también tiene un hijo. La parte más interesante del personaje es su lucha por saber qué hacer y cómo equilibrar esa situación en un momento de alto riesgo.
Godzilla es una película de monstruos… pero también es algo más sustancial.
La manera en que nos aproximamos a todo el asunto fue que no se trataba nada más de un monstruo sino de un desastre nacional; algo aterrador. Como estadunidenses, no siempre vemos estas cosas pero leemos sobre ellas cuando suceden en otros países, así que quisimos contar esta historia sobre imágenes que todos hemos visto o de lo que hemos leído sobre la gente que pasa por esos momentos de terror.
¿Me puedes contar sobre el trabajo con Aaron Taylor-Johnson para crear la relación entre Ford y Elle?
Claro, no queríamos que fuera un estereotipo. Deseábamos que fuera algo creado entre los dos. Aaron es padre de familia, así que sabe qué se siente salir a trabajar, regresar a casa, estar con niños de cierta edad, y lo que implica apartarse de ellos. Así que incorporamos mucho de sus experiencias, y el lenguaje y diálogos que seleccionamos se basó en improvisaciones que hicimos con Gareth. La estructura ya estaba en el guión, pero las palabras que usamos fueron las que sacamos de nuestras propias historias, es algo que tiene raíces en algo que va más allá de una película de monstruos.
¿Cómo era la atmósfera en el estudio y cómo Gareth te comunicaba lo que tu personaje experimentaba?
Bueno, tenía una previsualización animada que me mostraba. Nunca había visto una de este tipo, pero básicamente eran caricaturas que reaccionaban a lo que sucedía; es muy chistoso. Pero luego me aclaraba “esto es lo que viene por esta calle y esto es lo que viene por esta esquina”. También me decía “todo esto es humo y cristales rotos”. Me decía todo lo que iba a existir en pantalla. Y yo, al saber lo que iban a crear digitalmente, reaccionaba a lo que debía temer, más que a lo que iba a estar en la película. Al filmar, estás atento a los movimientos de cámara, a que llueve, pero en lo único en que piensas es “¿qué pasa si hay francotiradores en ese edificio? Piensas en algo tangible, no en un gran monstruo; si pensara en el monstruo diría “¡Wow!” con sorpresa antes que asustarme (risas). Así nos dábamos una idea, nos comunicábamos y nos adaptamos.
¿Puedes recordar alguna secuencia o momento importante que te impactó?
Sí, cuando hicimos mucha improvisación con Carson (Bolde), que actúa como nuestro hijo Sam. La escena de la cena donde platicamos sobre el regreso de su papá. Fue emocionante lograr que él hablara de su escuela sin sentir que improvisaba, al mismo tiempo que no mencionaba a sus padres verdaderos y a su hermana. Fue una experiencia maravillosa. Trabajar con un niño así es un reto interesante. En verdad se necesita paciencia y es algo que quiero repetir. Es una técnica para trabajar con niños muy pequeños.
¿Qué te llevas de la experiencia de ser parte de la familia de colaboradores de Godzilla?
Una cosa que me encantó fue darme cuenta que al hacer una película como ésta, los productores cuidan mucho la historia, porque saben que después controlarán el material digital y las explosiones. La cantidad de detalles y cuidado que invirtieron en la historia fue fantástica. Sentías que trabajabas en una película sobre personas, no sobre monstruos. Siempre tienes todas estas capas de significados. Ya no puedes hacer más películas basadas solo en el terror. Ahora el público es más astuto. Así que es muy divertido ser parte de un proyecto que sí tiene un punto de vista sobre la sociedad, sobre la naturaleza y los seres humanos, que se alimenta de lo que realmente es la ciencia-ficción. Estos monstruos fueron creados para representar algo que las personas no pueden expresar abiertamente. Siempre representaron algo más, algo que olvidamos con el tiempo. Y creo que regresamos a ese arquetipo. Eso es lo importante de estas películas, que representan algo más que solo una situación de “el fin del mundo”. Y me encantó porque fue un reto inesperado y aprendí mucho. Eso es lo mejor de mi profesión, aprender cosas, adquirir nuevos niveles de experiencia, porque no sabes dónde vas a usarlos después.