Miguel Cane
Después de una larga espera, y con expectativas muy, muy altas, se estrena en México la opera prima de Guillermo Arriaga, después de su muy notoria “ruptura” con Alejandro González Iñárritu. El resultado es The Burning Plain (o bien, La Planicie Ardiente, una variación del célebre título de Juan Rulfo, El Llano en Llamas), que en España tuvo el título de Lejos de la tierra quemada y aquí ostenta el muy poco original e insípido título comercial de Fuego (que no le hace ningún favor).
Se trata de lo que evidentemente se puede esperar de Arriaga, un autor fiel a sus obsesiones: una historia cruda, presentada de manera fragmentaria, apuntalada en un pasado angustioso que afecta directamente el presente de sus personajes, mismos que manifiestan dolor, enajenación, rencor… la paleta de emociones que ha manejado con destreza en otras ocasiones. La ausencia de Iñárritu, virtualmente no se nota; Arriaga, detrás de la lente, se mantiene fiel a su idea fija, las tramas interconectadas, los vuelcos y retruécanos del destino: aquí tenemos a Sylvia (Charlize Theron) la administradora de un elegante restaurante de Portland, Oregon, que oculta bajo un barniz cosmopolita y sofisticado, un secreto que la atormenta y del que desea huir mediante la promiscuidad sexual y la supereficiencia en su trabajo. Un día ante ella se presenta Carlos (José María Yazpik) y el reencuentro revelará la conexión pasada de Sylvia con una pareja de amantes (Kim Basinger y Joaquim de Almeida) y un acto imprudente con funestas consecuencias que se manifiestan inescapables para la mujer, que deberá encarar el horror de esta tragedia, para poder seguir viviendo, así como para sanar las heridas tanto suyas, como de un hombre en coma, que forma parte de ese mismo pasado suyo.
Esta es una estructura anteriormente probada con éxito por el dúo Arriaga-“Negro”, y se nota. Posiblemente ese sea el principal problema de un filme que está realizado con esmero. La falta de originalidad y de ritmo, acaba por formar grietas en la película, que pese a su belleza visual – no en vano el director de fotografía es el notable Robert Elswit- pierde enfoque al engolosinarse con los mecanismos de su guión que, más allá de la habitual arquitectura de rompecabezas a la que ya nos ha acostumbrado, puede resultar predecible para un espectador ya familiarizado con los giros del autor: esto resulta en que Fuego se siente como un dejà vú. Esto ya lo vimos, ya lo vivimos.
Miss Theron hace un trabajo muy logrado – como es su costumbre- aportando matices a un personaje que sin el “truco” de su historia, sería bastante menos interesante. Por otra parte, Kim Basinger es el otro pilar de la narrativa y funciona muy bien, apoyando a Jennifer Lawrence, cuya interpretación como la conflictiva adolescente 'Mariana' es clave para unir ambas tramas.
Arriaga promete, como director, pero aún se queda un poco corto. Coreografia muy bien sus escenas y la edición le ayuda a romper la línea convencional, pero estos aires pueden resultar pretenciosos a la larga – y de hecho, la película llega a sentirse peligrosamente así varias veces- y le restan emoción a su historia, que se antoja como algo ya visto. La película no es mala y se deja ver, pero no es lo que pudo. El autor seguramente tiene más historias qué contar y cuando se decida a salir de su zona de comfort, en la que ya logró todo lo que tenía que hacer y realmente se arriesgue, dejando de preocuparse por imprimir una 'rúbrica personal', entonces tal vez pueda sacudirse del todo la huella de Iñárritu y decir “esta boca es mía”... pero ese momento aún no ha llegado.
Fuego/The Burning Plain.
Con Kim Basinger, Charlize Theron, Jennifer Lawrence, Joaquim de Almeida, José María Yazpik, Danny Pino y Robin Tunney
Dirige: Guillermo Arriaga
Estados Unidos 2009