9 oct 2013

Jane Fonda: Jane Fonda: “Sí al sexo en la tercera edad... me conviene”

Miguel Cane.



Es un personaje que no necesita presentación. Es leyenda viva de su tiempo. Sin embargo, Jane Fonda (Nueva York, 1937) no va por la vida como una diva; es una actriz consumada, fue una notable activista política y ahora, además de haber tenido una conversión espiritual, es una autora reconocida —su autobiografía Prime Time se convirtió en best-seller en 2005— y una mujer vivaz. Así lo demuestra en ¿Y si vivimos todos juntos?, su más reciente trabajo cinematográfico, realizado en Francia por Stéphane Robelin, en el que comparte créditos con Geraldine Chaplin, Guy Bedos, Claude Rich y el joven actor hispano-alemán Daniel Brühl. Interpreta a Jeanne, parte de un grupo de amigos que al llegar a la tercera edad deciden convivir juntos en una misma residencia, con el mismo espíritu que tenían cuando eran jóvenes. La cinta, aclamada por la crítica europea, es insólita por el hecho de mostrar a actores de edad madura protagonizando una comedia optimista y vital, que trata sobre la sexualidad, un tema que la propia actriz, que también conforma el elenco de la teleserie de HBO The Newsroom, valora demasiado.



EN LA CINTA INTERPRETA A UNA MUJER DE SU EDAD. TIENE SETENTA Y CINCO AÑOS, ¿DIRÍA QUE HA VIVIDO Y VIVE EN PLENITUD?

Hacerlo es el mínimo compromiso que tenemos con Dios, quien nos dio este regalo que es vivir. He sido una luchadora y cuando llegas a esta edad necesitas de aplomo y energía para aprovechar lo que te queda; es muy fácil caer en depresiones. Soy muy feliz en este momento de mi vida, con mi trabajo, mi familia, mis amores. Todo lo que me pasa es obra y gracia del Señor, soy su sierva y estoy agradecida.

¿FUE UNA EPIFANÍA ESTE ENCUENTRO CON DIOS?

Pienso que los humanos tenemos un proceso con el Señor; a veces es lento, otras veces nace con la persona. En mi juventud, pensaba que todo lo que pasaba en la Tierra se debía a la política, a la corrupción del poder y sus múltiples facetas. No era creyente y mi vida y mi percepción eran diferentes. Pero al paso del tiempo descubrí que hay una corriente divina que también influye, y que el poder de la oración puede llegar a ser tan grande como el de un gobernante. No podría precisar una fecha, pero nos encontramos Dios y yo.



EN ESTE FILME, Y EN SUS MEMORIAS, HABLA ABIERTAMENTE DE LA VIDA SEXUAL EN LA TERCERA EDAD. ES UN TEMA QUE PARECE INTERESARLE.

No soy ninguna ninfómana, pero ¡desde luego que me interesa! Que me ofrecieran este papel fue una grata coincidencia; de hecho, esa fue la razón por la cual lo acepté, porque era perfecto para mí. Verás, el sexo es una expresión natural de los seres humanos, lo vengo diciendo desde que tenía quince años y lo descubrí por primera vez. Y es preciso que la gente entienda que aún al llegar a los 70, 80, 90, es posible tener una vida sexual plena y satisfactoria. Lejos de ser pecado, la masturbación puede ser una maravilla. Todas las fantasías son válidas, siempre y cuando no causen dolor a tu pareja. Me tomó muchos años llegar a disfrutar de mi vida sexual. En una época, en los años sesenta, yo suponía que el cine era una máscara, y que yo no era la mujer deseable que aparecía en la pantalla.

¿A QUÉ SE DEBÍA ESA INSEGURIDAD?

Para cualquier persona es importante admitir sus debilidades. Yo traduje mi inseguridad en dependencia. Para una persona pública como yo, esta desmitificación es muy positiva pues cumple el propósito de estar en paz. Lo cuento en el libro que escribí, tal como fue: de muy niña, pensaba que era poco para mis padres, tan aristocráticos y profesionales. En particular, mi dominante padre, Henry Fonda, me hacía sentir inferior. Yo hacía todo lo que él hacía para lograr su aprobación. Pero siempre sentí que no era suficiente. Ni siquiera cuando triunfé como actriz.



¿DE SU BELLEZA TAMPOCO ESTABA SEGURA?

Era una triste chica muy alta para su edad. Tenía el cuello muy largo, la boca muy grande. Además, desde el suicidio de mi madre, por décadas estuve enferma de bulimia; eso no es un secreto. Y un buen día me descubrí convertida en una actriz de cine. Veía en el espejo a una mujer que se parecía a mí, pero no era yo... Pensaba que el cine estaba engañando al público, y pronto descubrí que Hollywood había hecho de mí un arquetipo. Por eso acepté el rol de Klute en 1970: por primera vez me vi como la verdadera Jane Fonda en la pantalla, interpretando a una prostituta de Nueva York. Esa película, además del Oscar, marcó mi vida. Supe que había que luchar por las causas sociales, que ser famosa podía servir para algo más que solo verme bonita en una pantalla.

A PROPÓSITO DE SUS CAUSAS POLÍTICAS, ¿CONSIDERA QUE VALIERON LA PENA?

Siguen valiendo la pena. Es parte de tu vida expresar una opinión y ser solidario. Debes tener un papel en el mundo; en mi caso, no sólo hacer películas. En un momento me llené de arrojo para defender el movimiento anti-Vietnam, era lógico que hiciéramos algo mientras nuestro país cometía semejante barbarie. Pero también he apoyado la causa feminista, indígena y hasta ecológica, los movimientos anti-racistas e incluso los aeróbicos, otra forma de libertad. Ahora, apoyo el sexo en la tercera edad porque me conviene... (risas).

DESDE ESOS GRANDES ROLES —BARBARELLA, KLUTE, JULIA— HASTA JEANNE, ¿CÓMO RESUME SU CARRERA?

La veo como una elipsis, así como el cine. A los 26 años fui a Francia para hacer cine y ahora, cincuenta años después, volví para hacer esta hermosa película con estos actores magníficos, con los que nunca había tenido la oportunidad de trabajar. Geraldine es maravillosa, una actriz formidable, y trabajar con ella fue una delicia. Los actores franceses con los que hicimos equipo son estupendos, y Daniel (Brühl) me resultó una revelación. Ese chico tiene un futuro deslumbrante. Todos los que sienten el natural temor a envejecer deberían ver este filme, ya que habla acerca de que siempre hay algo bueno para recordar y vivir. Por eso resumo la oportunidad de transmitir emociones como un regalo sagrado y me siento satisfecha con mi carrera, no solo como actriz, sino como mujer.

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¡Y lo disfruto mucho! Nunca había hecho televisión, pero el formato de Aaron Sorkin me resultó irresistible. Me dije, ¿por qué no? Filmar estas temporadas ha sido una experiencia fascinante y también muy divertida.

PARA CONCLUIR, ¿COMPARTIRÍA CON AMIGOS DE SU EDAD LA CONVIVENCIA COMO SE MUESTRA EN LA PELÍCULA?

No lo sé, no puedo decir qué pasará mañana. Un día dije que dejaría de hacer cine y luego cambié de idea. Ahora estoy más activa que nunca, así que no me veo aún en una vida de retiro. Pero algo que me hace feliz es saber que no pasaré estos años sola. Tengo mucha gente que me quiere. Tengo tres hijos, tengo nietos, estoy rodeada del amor de mi familia, de mis amigos y de Dios. Nada me falta.




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