31 jul 2014

Andy Serkis: El anonimato es lo mejor para un actor

Miguel Cane.



Una de las actuaciones de mayor impacto en el año fue la de Andy Serkis (Inglaterra, 1964), quien sin dejar ver sus facciones ha trabajado en producciones muy llamativas en las últimas décadas —como la trilogía The Lord of the Rings o el remake de King Kong, de Peter Jackson. Esto mismo sucede en El planeta de los simios: confrontación, donde a través de efectos especiales, Serkis encarna al chimpancé César (el mismo de la cinta anterior), encabeza a una tribu de primates en delicado equilibrio de convivencia con los escasos humanos supervivientes de una terrible epidemia. Serkis, actor experimentado con mucho trabajo en teatro, ha hecho una especialidad de la técnica de captura de movimiento y esto le ha permitido crear personajes que, de otro modo, le hubiera sido imposible interpretar.



¿Cómo evoluciona personaje César desde la primera película?
Hay una clara evolución del personaje. Es un líder, así que estuve pensando en líderes mundiales de los últimos tiempos, y me fijé en Nelson Mandela. Fue una gran inspiración, porque era un hombre intentando unir a grupos muy dispares de gente bajo un régimen represivo, por lo cual llegó a poner en juego su propia libertad e incluso su vida. Me gusta pensar que algo hay de él en César.



¿Qué dirías que ha aportado o restado al filme la tecnología?
Esta tecnología le permitió al director Matt Reeves hacer lo que quisiera y todos participamos felizmente con él. Lo que me gusta de esta saga es que los espectadores vuelven a entrar a ese mundo que nos resulta familiar a todos los que vimos las películas de los sesenta y setenta, pero ahora desde la perspectiva emocional de los simios. Al principio tenía el temor de que la tecnología interfiriera en mi habilidad de relacionarme y compenetrarme con el personaje y los actores. Pero luego resultó que solamente se trata de las herramientas que están allí para grabar nuestras actuaciones, no es más que eso: tecnología. No impidió que hiciéramos nuestro trabajo. Al contrario. Lo que Matt deseaba era que contáramos la historia de César y al mismo tiempo hacer un gran espectáculo. Y mira, lo logró.



¿Dirías que para los papeles con captura de movimiento se requiere una mayor calidad interpretativa?
La verdad es que no es realmente necesario tener ningún tipo de habilidad especial para hacer este tipo de papeles, porque la tecnología lo que hace es grabar la interpretación. Cualquier actor que lo sea, que tenga habilidades interpretativas, puede hacerlo. No hay ningún secreto inconfesable (ríe) y además la tecnología ha avanzado tanto que lo permite. Verás, lo que pasa es que los actores cuando empiezan a trabajar con esta tecnología tienen la tendencia a querer expresarse más de lo que hace falta, y según te vas acostumbrando a la técnica te das cuenta de que lo que tienes que hacer es entrar en el personaje, nada más que eso. Así que, poco a poco lo vas aprendiendo según la experiencia. Tampoco es cuestión de cuánto te muevas. Uno puede haber observado a los simios, sus movimientos, yo lo hice, y Judy Greer, que interpreta a Cornelia, mi pareja, también lo hizo, pero eso no quiere decir que luego haya que plasmarlo todo tal cual se ve, de un modo literal. Aunque hagas de chimpancé, gorila, o cualquier otra especie, de lo que trata es de simplificar, interiorizar todas estas emociones, el grado emocional, y tener en mente el fondo de la historia.



¿Es muy diferente a cuando empezaste a hacerlo hace 15 años?
La tecnología en sí ha cambiado mucho, cada año hay programas nuevos. Ahora, por ejemplo, con esta tecnología de captura del movimiento, los papeles que interpretamos, los de los simios, se pueden rodar al mismo tiempo que el resto de los actores. Ya no hay una desconexión entre los dos. Es tan real como si todos estuviéramos en un mismo escenario, interactuando. En la época de Lord of the Rings, cuando hice de Gollum por primera vez, te hablo del 2000, nada de esto se podía hacer. Nos tardábamos horas. Primero actuabas y luego tenías que volver a actuar para grabarlo con esta tecnología. E incluso un año después, repetir la misma escena. Ahora todo es mucho más fácil. Es un avance tecnológico increíble. No me digas que no sentiste que los simios eran reales, ¿verdad que si? Eso hace toda la diferencia y justifica mi trabajo absolutamente

¿Qué opinas de la revolución que podría suponer en el ámbito de los actores esta tecnología?
Es una gran herramienta, increíblemente liberadora, es la manera de hacer cine en el siglo XXI. Es muy poderoso como vehículo narrativo, y no solo para el negocio del cine, sino como un espacio de conversión multimedia que es muy importante. Por ejemplo, recientemente Ellen Page y Williem Dafoe prestaron sus rostros para los personajes de un videojuego, yo lo he hecho en varias ocasiones, y gracias a ello la narrativa de los juegos está mejorando. También se puede utilizar en teatro, en directo para bailarines, para los actores, porque se pueden proyectar avatares de ellos en una pantalla. Mi filosofía es que es una herramienta de lo más liberadora. Y es maravilloso ser un pionero en esto.

¿La película muestra la incapacidad de reconciliación del ser humano, como en el conflicto palestino-israelí?
Sí, eso que mencionas es una tragedia espantosa, pero es nuestra realidad. Creo que forma parte de la trama. Aparte de la anatomía de la violencia, lo que buscamos explorar también era la falta de habilidad para evitar la violencia. No solo ahora con Gaza, sino a lo largo de la historia de la humanidad. Y no solo es la violencia entre poblaciones diferentes, sino dentro de una misma población. Los humanos contra los humanos y los simios contra otros. Esta lucha interna de cada hombre. Aquí lo vemos dentro de nuestra propia naturaleza, la tendencia a la violencia, y lo vemos con César, personaje que logra mejor empatía con todos, tanto simios como humanos, pero que también tiene sus impulsos violentos, pierde el control y demuestra alguno que otro prejuicio cuando dice que pensaba que los simios eran diferente a los humanos, hasta que Koba, al que creía su aliado, le demuestra lo contrario. Es lo que él quería pensar, que eran mejores que los hombres, pero ellos también tienen esa capacidad para la violencia. En resumidas cuentas, la empatía es el punto clave. Cuando alguien puede ser empático hay esperanza, si no, casi siempre se da lugar a la violencia

Usted interpreta personajes muy famosos pero nadie lo reconoce.
Yo no me hice actor para que me reconocieran, me hice actor para hacer grandes papeles y desaparecer dentro de ellos. Gracias a estos efectos lo logro. La gente no me reconoce en la calle y eso está bien. Me da un anonimato que atesoro y me permite dar lo mejor de mí en cada interpretación con total libertad. Es lo mejor que puede pasarle a alguien que se dedica a esto.