20 nov 2008

007 Quantum / Quantum of Solace, de Marc Forster

Miguel Cane

La vigésima segunda cinta del agente 007 – ahora encarnado por Daniel Craig, revitalizando la serie- es la continuación directa de la muy exitosa Casino Royale; de hecho, la secuencia inicial se enlaza directamente con la cinta anterior, algo que hacía mucho tiempo no ocurría en la serie.


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Así, el espectador que haya visto la cinta anterior se involucrará rápidamente en la búsqueda de James Bond por información y venganza, para saber por qué la mujer de la que se enamoró (Vesper Lynd, interpretada por Eva Green) y que aparentemente lo traicionó, fue asesinada. Esto lo llevará a descubrir que hay algo más complicado en esa aparente traición y que la odisea anterior, es sólo el comienzo.

Así, comienza lo que es la habitual correría del superagente por distintos escenarios internacionales, a todo lujo – recorre así parte de Europa y Sudamérica- persiguiendo a Dominic Greene (Mathieu Amalric) un despiadado traficante de poder (como si existiera otra clase en este género) cuyo plan consiste en derrocar al gobierno legítimo de Bolivia dando una especie de golpe de estado para imponer al gobernante pelele Medrano (el nayarita Joaquin Cossio) y llevar así a cabo su plan siniestro de dominación mundial.

Naturalmente, Bond no va solo en su aventura y cuenta con la ayuda y compañía de la atractiva y enigmática Camille (la bomba sexy ucraniana Olga Kurylenko), que será su musa y némesis en esta lucha, salpicada de espectaculares efectos especiales y sazonada con violentas secuencias de acción que, pese a todo, no resultan tan logradas como las de Casino Royale.


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Sin embargo, Marc Foster y Paul Hagáis, como director y guionista, se las arreglan para revivir a Bond y ahora muestran a un 007 desprovisto de todos los ingeniosos gadgets tecnológicos que lo ayudaban a salir de predicamentos. De hecho, los personajes de Q y Miss Moneypenny no existen en esta nueva continuidad (al menos aún) y Bond tiene que valerse de su propia intuición ingenio y pelear con sus puños para seguir con vida.

La cinta arranca con un disparo de adrenalina, una impresionante secuencia de persecución y si bien las escenas de acción suenan a pretexto (Se nota el peso que el género ejerce sobre el personaje, más que a la inversa) y entre estos picos intensos, se exploran algunas emociones y diálogos, aunque ojo, aquellas personas que no vieron previamente Casino Royale tal vez tengan dificultad para entender bien la trama.


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Como es de costumbre, Craig consigue dar un Bond mucho más humano y logrado, con una relación tensa con M (la espléndida Judi Dench) y Dominic Greene es un enemigo tan temible como Blofeld o Auric Goldfinger (amén de que Amalric, como se vio en La Escafandra y la Mariposa, es un auténtico portento), que le hace ver la suya al hombre del Martini. Quantum es una película amena, trepidante, vistosa. Todo lo que se espera de una cinta de James Bond.

Sin embargo, después de ese revés que fue Casino Royale, que vino a romper los esquemas de una saga que se había vuelto añeja y ya olía a rancio, es muy difícil competir contra su propio mito. Foster es un director aventurero y apuesta fuerte: el resultado no es terrible como algunas de las fofas últimas aventuras de Bond cuando era Pierce Brosnan, pero quizá no sabe tampoco por dónde decantarse: ¿Héroe de acción o agente de inteligencia? Bond puede ser ambas cosas, pero el equilibrio es frágil. Por lo pronto, sale airoso.

Habrá que ver qué otros trucos tienen los nuevos responsables de la serie, pero una cosa es cierta: quien entra a ver una película como esta, sabe a lo que se atiene: un secuestro de casi dos horas que tal vez olvide al salir de la sala, o que tal vez le resulte, inexplicablemente, perdurable.

Quantum of Solace/007 Quantum

Con Daniel Craig, Mathieu Amalric, Olga Kurylenko, Jeffrey Wright, Jesús Ochoa y Judi Dench.

Dirige Marc Forster

Reino Unido/Estados Unidos/Italia 2008

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