Aunque ha sido ya muy cacareado, en realidad el único problema – que de hecho ni siquiera lo es tanto- que tiene la nueva cinta de animación por computadora de Walt Disney Pictures, La Vida Salvaje, es que se estrena justo un año después de Madagascar, éxito animado de 2005 y presenta algunas notorias similitudes con su argumento [aún si estuvo en producción por más de nueve años, esto va como refutación a los que claman que ésta cinta es un “fusil” de la otra. Es imposible hacer tal cosa con una cinta de animación por computadora, por lo que o es coincidental o bien, hay quienes sostienen la teoría de que DreamWorks podría haberse apresurado a crear su propia versión de una misma trama, lo cuál es un tema abierto a discusión en miles de foros de Internet alrededor del mundo], pero esto no debería de ser un obstáculo para disfrutar de la historia por lo que es: una comedia familiar con excelente animación digital.
La historia es simple: Samson es un portentoso león que vive en el zoológico del Parque Central en Nueva York y es padre de Ryan, que siente no estar a la altura de su progenitor, porque no puede rugir todavía (es el equivalente a un chiquillo de doce años y como tal se comporta), así que por revoltoso y berrinchudo acaba por meterse en problemas que lo llevan a una aventura fuera de control – algo similar a lo que ocurre en Buscando a Nemo.
Acompañado por la adorable y respondona jirafa Bridget (amor imposible de una ardilla llamada Benny), el koala Nigel – que detesta su estatus de “celebridad local”- y Larry, una anaconda que no es el foco más brillante de la casa, Samson se lanza (y posteriormente, literalmente se embarca) en una aventura para recuperar a su chamaco y al mismo tiempo descubrir que es realmente lo “salvaje” que todo animal lleva dentro de sí, aún pese a los cuidados y mimos que recibían en su cautiverio.
El resultado será un proceso de madurez para padre e hijo, sazonado con algunas lecciones de vida y bastante sentido del humor.
Como es habitual en las cintas de hoy, las película está salpicada inevitablemente de referencias a la cultura pop, a otras cintas clásicas e incluso, hay muy hábiles muestras de product placement en escenas diseñadas para hacer reír al espectador (por ejemplo, Bridget se descubre de manos a boca admirando un anuncio de la celebérrima juguetería Toys’R’Us en Times Square, cuyo logo es precisamente una jirafa idéntica a ella) y de este modo, tiene algo para entretener al adulto que acompaña a su niño a la sala.
El recurso de la comedia no resulta pesado ni aburrido y el doblaje se esfuerza por mantenerse fiel a la trama, sin incurrir en referencias innecesarias ni chistoretes baratones (algo que ocurre en otras ocasiones).
Los animales, cuya animación es notable – después de todo, el director, Spaz Williams es uno de los responsables de crear esos dinosaurios hiperrealistas de la hoy memorable Jurassic Park- son personajes simpáticos y con atractivo para el público en general, así que dada la temporada vacacional, éste es un estreno ideal para apartar a los chicos de la pantalla de la TV e iniciarlos en la afición por el cine, que ciertamente como la educación del leoncillo, deberá evolucionar poco a poco a establecer un criterio un poco más amplio, más allá de las palomitas.
Sin duda, un esfuerzo visualmente notable que no debe pasar desapercibido. Además, toda cinta que se toma la molestia de burlarse un poco de sí misma y de su mitológica casa productora (y sucede con referencias paródicas a El Rey León, como ejemplo más notable), no puede ser acusada de pretenciosa, sino por el contrario, es una carcajada y un guiño, que se agradece.
La vida salvaje/The Wild
Cinta animada de Spaz Williams con las voces (en inglés) de Kiefer Sutherland, Janeane Garofalo, Eddie Izzard, Richard Kind y William Shatner.
Distribuye Walt Disney/Buena Vista Internacional
Estados Unidos, 2006
