Hay veces en que uno quiere olvidarse del mundo un rato, de la crisis, de la guerra, de los atentados, de los ejecutados y hasta de la llave del baño que en la mañana empezó a gotear o de esos 20 asuntos pendientes en el trabajo.
Madagascar 2 llegó en ese preciso momento. Cuando me invitaron mis amigos de Ford a ver una presentación especial de 007 Quantum of Solace, me dio mucho la tentación de meterme a la función de al lado, la de Madagascar 2, que por entonces no se estrenaba en México.
Me tuve que esperar al estreno en México y valió la pena la espera. La película no pretende mas que una cosa: ser una película entretenida, hacernos reír y divertirnos. ¿Palomera? No, no me atrevería a llamarla palomera porque de la risa casi me ahogo con las palomas…
Mi hermano, quién sabe de dónde, sacó una secuencia entera de la película hace como dos meses y el cortito, que es la secuencia del accidente de avión en el que escapan los animales de Madagascar gracias a la ayuda de los pingüinos, me hizo morirme de la risa. Lo vi como diez veces y las diez me morí de la risa… y al verla en el cine igual.
Sucede en muchas películas de animación, que se crean un par de personajes para distraer un poco y para darle un tono humorístico a la cinta cuando se vuelve muy solemne (además, para tener juguetes para vender). Me parece que los primeros en hacer esto fueron los de Disney con los ratones de la Cenicienta, luego con Fígaro y Cleo en Pinocho y así, como la fórmula sirvió, se siguieron… hasta la competencia animó el asunto con la Ardilla en La Era del Hielo.
A veces el asunto no funciona, como el Colibrí en Pocahontas… pero bueno, Pocahontas como película no sirve en general.
En la primera entrega de Madagascar, lo que se ganó la película fueron los Pingüinos psicópatas. No les dieron mucho juego (de hecho se separan del resto de los animales más de media película) pero las líneas de los Pingüinos era lo que se repetía al salir del cine… ‘gorditos y bonitos’…
En Madagascar 2 los hacen tan protagonistas que se roban por entero la película, de una forma tan ridícula que da un resultado extraordinario. La película, retacada de frases y situaciones ridículas, merece ser vista varias veces, en inglés y en español.
Además de los Pingüinos, de Madagascar los personajes escapan con el Rey Julien, curioso lémur con aires de grandeza y terriblemente cínico. Además de los disparates armados por los Pingüinos (uno de ellos da origen a toda la trama de la cinta), los interludios con el Rey Julien, editorializando la situación y al mundo, “¿qué ha pasado con la separación se clases?” se pregunta en una de las secuencias más ridículas de la película.
No sé si sea por la importancia o por si sea lo más pintoresco, pero el director Tom McGrath es quien hace en inglés la voz del Skipper (el pingüino que manda).
Al medio de todo están el león, la jirafa, la zebra y el hipopótamo, que a diferencia de la primera película, tienen momentos casi tan memorables como los de los pingüinos. Cada uno de los personajes con un dilema filosófico –aprovechados con un humor inteligente- van dando forma a una historia que, aunque no encaja del todo, resulta terriblemente entretenida porque siempre está pasando algo en la pantalla (y casi siempre muy tonto).
Ahora sí no puedo contar bien a bien cómo reaccionaron los niños que estaban en la misma sala que yo viendo la película, ni siquiera los adultos… porque estaba yo demasiado ocupado con mis carcajadas. Eso sí, a la salida todo el mundo se veía terriblemente satisfecho y el cine estaba hecho un asco (esto sí, no sé por qué).
Pensaba al principio hacer la analogía con alguna de las películas de Guy Ritche, donde se cuentan varias historias que se encuentran en un momento climático de la revista. Acá, cada loco anda con su tema. Alex, el león, anda buscando su identidad, al igual que Marty –la zebra- y entre los dos como que dejan de lado la amistad y eso les causa bronca… la jirafa resulta que trae un lío amoroso con la hipopótamo, que por su parte conoce a un hipopótamo macho que resulta un personaje también memorable.
Después de Batman: The Dark Knight, es sin duda la mejor película del año.
He dicho.
Madagascar 2, escape a África
Dirigida por Eric Darnell y Tom McGrath
Escrita por Ethan Cohen (tres hurras para él)
