23 dic 2008

Viviendo con mi ex / The Break Up, de Peyton Reed

Miguel Cane


Vince Vaughn and Jennifer Aniston in Universal Pictures' The Break-Up


Esta dizque “comedia anti-romántica” (énfasis de comillas en comedia), es una historia que uno siente, se podía haber desarrollado como el piloto de una serie de televisión (y muy probablemente ése fue su origen), un medio en el que habría funcionado, pero que al ser transformada en un pretexto para que Jennifer Aniston pueda demostrar que es “mucho más que la chica de Friends” – aún si su interpretación aquí es similar a eso, y no es ningún cumplido - se convierte en una manera bastante mediocre de matar una tarde.

Vince Vaughn (sí, mano, eres muy chistoso… ¿pero cuando vas a volver a actuar?) hace de Gary, que conoce a la piernudita Brooke (Aniston) en un juego de los Cachorros de Chicago. El subsecuente romance nos es mostrado en una serie de fotos que aparecen en los créditos y las cosas realmente empiezan cuando, después de una cena – que sale del nabo, por cierto- Gary dice que de ningún modo va a ayudar a Brooke a recoger los trastes. Ella entonces lo acusa de ser un cabrón desconsiderado (que sí, bueno, si hemos de ser justos…) y el truene es inminente – la verdad es que ya no se soportan entre ellos y uno como espectador los alucina barato-.


Jennifer Aniston in Universal Pictures' The Break-Up


Pero como siempre hay un pero, aquí la cosa es que cada uno por su parte quiere quedarse con el supermultipadrísimo depa que compraron entre ambos, así que como ninguno quiere salirse, siguen viviendo juntos en una especie de versión light de La Guerra de los Roses (1989, Danny DeVito), con Brooke saliendo con fulanos mientras el otro bolsón se apersona en el sofá y se vuelve zombi adicto a los programas deportes y videojuegos, mientras cavila sobre cómo chuparle el calcio a la otra.

El resto del elenco, que incluye a esa leyenda viva llamada Ann Margret – aún luce soberbia como la monísima mamá de Brooke; ojalá le hayan pagado bien por esto- y a la sensacional Judy Davis (si no han visto su interpretación como Judy Garland en Yo y mis sombras, no saben lo que se han perdido) como la excéntrica dueña de una galería de arte y a Jon Favreau como el patanesco cuate de Vaughn (aquí, la química que convirtió a Swingers en un exitazo hace diez años simplemente nunca se materializa y el personaje incluso provoca ganas de darle terapia doméstica de electroshocks) hace lo que puede dadas las circunstancias, pero uno permanece con la incómoda sensación de que a algunas escenas les urgen risas grabadas.


Jennifer Aniston in Universal Pictures' The Break-Up


El regular director Peyton Reed, que hace tres años hizo una bastante inane imitación de películas de Doris Day y Rock Hudson (Abajo el amor), parece no saber bien qué espera de su cinta, ya que por momentos se esfuerza en mostrar cómo la relación entre Gary y Brooke se desmorona, sin estar exenta de dolor, pero, por muy bella que la niña Aniston sea, ni en un millón de años le llegará a Liv Ullmann y esto no es Escenas de un Matrimonio (1973, Ingmar Bergman), así que su pretensión de mostrar una cierta seriedad implícita bajo el barniz brilloso sale volando.

De hecho, hacia el final, es la Aniston quien exclama la frase más sincera de toda la película: “No sé cómo es que llegamos a esto” y uno como espectador se pregunta lo mismo, mientras que se sorprende también que ahora, después de su espectacular puesta de cuernos por todos conocida, haya acabado como presunta noviecita de su co-protagonista, ya que la química de ambos en pantalla (principal razón de existir para este despilfarro filmado totalmente en locación en Chicago, que luce primorosa) es realmente nula. Quizá el truene trascienda la pantalla, algún día no muy lejano, pero en fin, cada quien sus vicios (que son muy sus vicios).

Viviendo con mi Ex/The Break Up


Con Vince Vaughn, Jennifer Aniston, Michael Higgins, Judy Davis y Ann Margret

Dirige: Peyton Reed

Estados Unidos, 2006

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