30 oct 2008

Red de mentiras / Body of lies, de Ridley Scott

Miguel Cane

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Red de mentiras, la cuarta película en la que colaboran el director británico Ridley Scott y el neozelandés Russell Crowe cuenta con co-protagonista a Leonardo DiCaprio y narra la historia de dos miembros de la CIA en una situación crítica: Roger Ferris (DiCaprio), es el (presuntamente) mejor agente de la Inteligencia estadounidense, y Ed Hoffman (Crowe), es su jefe, la voz al otro lado de la conexión telefónica que rige los destinos de los agentes. Juntos, deben localizar a un líder de la organización terrorista Al Qaeda.

El objetivo de Ferris es crear una organización terrorista ficticia cuyas atrocidades fuercen a Al-Saleem (Alon Aboutboul), el terrorista que busca, a salir a la luz, pero este dilema moral puede resultar complicado y hasta peligroso a la larga. Ferris, en un viaje que le llevará por Irak, Jordania y Siria, contará para lograr su objetivo con la ayuda de Hani (Mark Strong), el elegante jefe de la Inteligencia jordana, una de las múltiples relaciones de confianza que surgen en la cinta y a las que se refiere la frase que le da Hoffman: "No confíes en nadie. Engaña a todos".

Basada en la novela homónima de David Ignatius, columnista del Washington Post, y con guión de William Monahan, ganador del Óscar por Los Infiltrados, Red de mentiras fue rodada en parte en Rabat y Uarzazate (Marruecos), valiéndose de las locaciones y la atmósfera para establecer una tensión que si bien se mantiene a lo largo de las dos horas y fracción que dura la cinta, no consigue satisfacer del todo, pese al patentado estilo de Scott en la dirección. El problema principalmente reside en que la cinta cae en lo que el público espera de las películas de acción de Hollywood, en vez de seguir su propio camino, que podría haber sido mucho más absorbente y provocativo. No importa cuán creíble y realista sean los escenarios, porque lo que ocurre en ellos resulta cada vez más artificioso.

En su afán por ser un producto visualmente llamativo, la cinta sacrifica la sustancia por el estilo y no es tan divertida como las antiguas películas de espías protagonizadas por Sean Connery o Michael Caine; ni siquiera tiene el ritmo trepidante de filmes sobre el tema más recientes Juego de Espías, dirigida por Tony Scott, hermano de Ridley.

En el plano actoral, DiCaprio sale mejor parado que Crowe, que engordó 25 kilos a petición del director para dar vida a su personaje, pero el efecto de ambos, tan entregados a sus caracterizaciones subraya el hecho de que es mucho talento involucrado en un esfuerzo que resulta baladí y muy bien confeccionado, pero frío, sin la chispa que, desde su debut con Los Duelistas (1977), Ridley Scott había logrado meter en casi todos sus filmes, aún con excepciones como Cruzada – que hizo aguas debido a la nulidad como protagonista de Orlando Bloom-.

Aquí la cosa funciona a la inversa: los actores son muy capaces y de hecho, DiCaprio demuestra que ya no es el ídolo juvenil de la última década, sino que es un intérprete comprometido y Russell Crowe nuevamente hace gala de su habilidad para transformarse. Tampoco hay reproche en la fotografía, banda sonora y edición – es sólo que la cinta no consigue intrigar ni transmitir sensación alguna y cuando esto sucede en un filme tan elaborado, el precio que se paga es aún más alto que sólo el desencanto del espectador: repercute en los involucrados como una mácula, un gol fuera de campo, en lo que sería una carrera consistentemente brillante. Un tropiezo del que sin duda se repondrán, pero un tropiezo, al fin de cuentas.

Red de Mentiras /Body of Lies
Con Leonardo DiCaprio, Russell Crowe, Alon Aboutboul, Mark Strong, Golshifteh Farahani, Oscar Isaac y Simon McBurney.
Estados Unidos, 2008.

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Engaño / Deception, de Marcel Langenegger

Miguel Cane

Michelle Williams and Ewan McGregor in 20th Century Fox's Deception


Haciendo ecos de las novelas de la difunta escritora estadounidense Patricia Highsmith y de los thrillers eróticos tan de moda a fines de los 80 y principio de los 90, muy al estilo Bajos Instintos, el debutante Marcel Langenegger trata de igualarse a ellos con la cinta Engaño, pero aún pese al talento involucrado, su intención se queda en una imitación pobre de los temas antes mencionados. La película está hasta cierto punto bien realizada (las locaciones hechas en Europa son llamativas y bien utilizadas) y cuenta con un reparto de primera, lo cuál contribuye a que la sensación de desperdicio de recursos sea aún mayor.

La trama – escrita por Mark Bomback, responsable de los terribles guiones de la tercera parte de Duro de matar y la nefasta Godsend, que es la peor película que haya hecho Robert DeNiro- se antoja manida y floja: Jonathan McQuarry (Ewan McGregor, que pese al estereotipo convincente en un rol poco habitual en él) es un contador corporativo cuya existencia monótona y solitaria se ve trastornada por la aparición y repentina amistad que traba con Wyatt (Hugh Jackman), un extrovertido y carismático abogado que introduce a Jonathan en un intrigante y subrepticio club para caballeros conocido como La Lista.

Luego de conocer a su ideal de mujer, la seductora “S” (Michelle Williams, que ha madurado mucho desde sus años en Dawson’s Creek) y pasar una noche de pasión (con una escena erótica poco imaginativa que dura casi tres minutos) Jonathan se encuentra con que la chica ha desaparecido sin dejar rastro y que es el principal sospechoso de esto y (¡por si fuera poco!) del robo de 20 millones de dólares.

Michelle Williams and Hugh Jackman in 20th Century Fox's Deception


Cuando esta anécdota queda establecida, es que cualquier tipo de verosimilitud sale volando por la ventana (igual que la rubilinda Williams) y el deterioro de la trama hasta convertirse en una serie de persecuciones y vueltas de tuerca totalmente absurdas, que provocan la irritación hasta de los adeptos al género, con su la estupidez rampante de su resolución.

De poco sirve que Langenegger – reconocido por su trabajo publicitario- haga un trabajo vistoso: la dirección de actores es pobre y muchas veces quedan escenas cuidadosamente armadas, que no transmiten nada. Es lamentable ver a dos de los más destacados actores de Hollywood, capaces de dar mucho más, atrapados en algo totalmente carente de sustancia. Ni siquiera la brevísima aparición de la legendaria belleza que es Charlotte Rampling – que ilumina la pantalla, eso sí- sirve de mucho para compensar por lo que son casi dos horas de nimiedades realizadas con estilo, pero sin sustento o justificación.

Vale advertir que esta producción se rodó desde 2006 y su estreno se pospuso numerosas veces – es la clase de producto de “prestigio” que cae en el infierno de la post-producción y muchas veces queda relegado a ser lanzado directamente en video- y que se nota la mano del estudio con cortes y escenas vueltas a filmar (esto se advierte mucho en algunos casos) con la intención de satisfacer al público menos exigente o tratar de apantallar a los admiradores de sus protagonistas. Pero quedan advertidos: con Engaño, que no les den gato por liebre.

Engaño/Deception
Con Hugh Jackman, Ewan McGregor, Michelle Williams, Maggie Q y Charlotte Rampling
Dirige: Marcel Langenegger
Estados Unidos/España/Francia 2008

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Espejos Siniestros / Mirrors, de Alexandre Aja

Miguel Cane

El inquietante nexo simbólico entre espejos y muerte ha acompañado a la humanidad desde tiempos ancestrales, dando pie a todo tipo de mitologías y creencias y, por ende, a sus inherentes alegorías filosóficas.

Kiefer Sutherland in 20th Century Fox's Mirrors


Como era de esperar, el mundo del arte no dudó en servirse de una analogía tan rica, alcanzando sus cotas más altas en la literatura gótica, donde los relatos de espíritus atrapados en espejos se reprodujeron por doquier. Es apoyándose en dicha premisa que se estrena Espejos siniestros (pésimo título en español), la segunda cinta estadounidense del francés Alexandre Aja, que es nada menos que otro remake hollywoodense de una película oriental, ésta del 2003.
Protagonizada por Kiefer Sutherland (que cada vez se parece más a su genial padre, pero le falta mucha de su sustancia), Paula Patton, Cameron Boyce, Erica Gluck, Amy Smart, Mary Beth Peil y Jason Flemyng, la cinta, ambientada en un plácido suburbio residencial, gira en torno a Ben Carson, un ex policía que, tras matar a un hombre, decide abandonar el cuerpo y ‘hacer penitencia’ como guardia de seguridad de los almacenes Mayflower, mismos que fueran devastados años atrás por un terrible incendio.

Durante sus rondas, Ben comenzará a ver extrañas imágenes reflejadas en los imponentes espejos del lugar. Pronto su paranoia se irá extendiendo hasta su hogar, con resultados hiperviolentos y predecibles. Pese a haber demostrado un talento notable para atemorizar al espectador, Aja aquí sólo se limita a su habitual cuidado en las funciones estéticas y en su habilidad para horripilar con sadismo visual, pero sólo ofrece una historia de fantasmas aburrida, previsible, que en ningún momento pretende innovar en modo alguno ni deshacerse de los estereotipos del género del ‘horror oriental’.

Los actores se mueven con desinterés, como sonámbulos y esto pesa en el desarrollo del film: por lo menos en El Aro, que fue la cinta que hace seis años inauguró esta moda de refritos, Naomi Watts lograba transmitir angustia y desesperación, pero aquí Kiefer Sutherland en ningún momento refleja una emoción creíble y esto lo aparta por completo del espectador que no logra identificación –lo cual es importantísimo para experimentar el terror propuesto, y que fue el mismo problema que tuvo Jack Nicholson en El Resplandor- , la película divaga pese a una lograda atmósfera sin encontrarse en ningún momento a sí misma, tropezando por aquí y por allá, insatisfactoria, tras unos primeros compases de película antecedidos por una relativamente prometedora (y espeluznante) primera escena.

Kiefer Sutherland in 20th Century Fox's Mirrors


De este modo, Espejos siniestros no funciona ni como historia de terror ni como melodrama grave, pese a contar con el estereotipo del antihéroe que busca reivindicarse a través de la resolución del conflicto, por lo que resulta un intento bien producido, pero muy mal ejecutado, y finalmente, deviene en un desperdicio del talento de Aja (que es irregular siempre) y de los actores involucrados. O será que la moda de adaptar las cintas orientales ha cumplido su ciclo y es hora ya de buscar otro tipo de historias para asustarnos en la oscuridad de un cine, por que esta, por mucho que se esfuerza, no lo consigue.

Espejos siniestros / Mirrors
Con Kiefer Sutherland, Paula Patton, Cameron Boyce, Erica Gluck, Amy Smart, Mary Beth Peil y Jason Flemyng.
Dirige: Alexandre Aja
Estados Unidos/Francia/Rumanía 2008

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