Desde que el género de la comedia romántica se popularizó con Claudette Colbert y Clark Gable en It Happened One Night/Sucedió una noche (1934), el que entre una pareja protagónica exista química es un elemento indispensable para que funcione, de lo contrario, el resultado puede ser abismal (¿Un ejemplo?: Un impulsivo y loco amor. Cero química entre Salma Hayek y Matthew Perry = calamidad).
Pensando en esto, Gary David Goldberg – experimentado productor, aún si esta es su segunda cinta como director - seleccionó correctamente a su protagonista femenina: Diane Lane es una actriz no sólo muy atractiva, también posee un carisma natural que le ha permitido desde que era casi una niña, granjearse las simpatías del espectador.
El problema yace en la selección de su compañero. John Cusack es un espléndido actor y ha tenido sus momentos realmente brillantes en el género (Say Anything…/Digan lo que quieran es aún hoy considerada la quintaesencia de la comedia romántica de los 80), pero entre él y Lane, nunca se da el click que hace funcionar una cinta de este género… y lo que es peor, ella tiene química con el presunto e “incorregible” antagonista interpretado por Dermot Mulroney (La Boda de mi mejor amigo), con quien prácticamente hecha chispas.
Repitiendo más o menos el mismo tipo de papel que hizo en Bajo el Sol de Toscana – divorciada aún joven de no malos bigotes que busca el amor- Diane es Sarah, una maestra de kinder cuya extensa familia – incluyendo a Elizabeth Perkins como su hermana, lo cuál si fuera cierto sería aberración de la naturaleza- decide conseguirle galán y la meten al circuito de los anuncios personales por Internet, hoy tan de moda. Cusack es Jake, típico divorciado sensible (está obsesionado con Doctor Zhivago, pero no aclara si es con Julie Christie o con la tragedia), que contesta un anuncio. Mulroney es el padre de un alumno, que “le mueve el tapete” a nuestra amiga y la lleva a un camino un tanto escabroso (o dizque).
Los que se roban cada escena son Christopher Plummer (sí, el Capitán Von Trapp, al que los años han tratado bastante bien) y la formidable Stockard Channing (que hizo lo mismo con Vaselina, le dio a Olivia Newton-John y Travolta tres vueltas), quienes interpretan al padre viudo de Sarah, que busca compañía con varias señoras y una de sus amigas, también partidaria del Internet y de espíritu optimista, por no decir desfachatado. En la trama también figuran perros que, se supone, son importantes, pero al final Goldberg los deshecha a favor de formulismos convencionales [la familia metiche, pretendientes cliché, el consabido confidente gay, la rubia idiota, etc…] para “ayudar” a contar una historia más bien simplona.
La película cumple, aún cuando Lane y Cusack dan la impresión de ser más bien amigos, que una pareja y ésta es la falla que hace a la cinta no llegar a la línea de meta. Sin embargo, para quienes gustan de entretenimiento que no exige mucho o bien, no pueden resistir el encanto de la estrella, es ideal para ir con la pareja y compartir un bote de palomitas, que son un símil idóneo: muy ricas, pero nada del otro mundo.
Se busca pareja/Must Love Dogs
Con: Diane Lane, John Cusack, Dermot Mulroney, Stockard Channing y Christopher Plummer.
Guión: Gary David Goldberg, sobre una novela de Claire Cooke.
Música: Craig Armstrong.
Director: Gary David Goldberg
Estados Unidos (2005)