En el año 2009, un virus originalmente concebido por un equipo científico (encabezado por Emma Thompson, en una aparición fugaz) como una cura para el cáncer, mutará sin que pueda evitarse y así arrasará con el 90% de la población de la tierra.
Los escasos sobrevivientes se dividen entre humanos normales y seres convertidos en una especie de vampiros predadores, que habitan en la oscuridad. Robert Neville (Will Smith, en una actuación notable por su solidez y empatía, demostrando nuevamente que se trata de un intérprete de talento) es, a todas luces, el único sobreviviente en una Nueva York fantasmal y arruinada, cuya única compañía es una perra llamada Samantha y los recuerdos que tiene de un tiempo más dichoso, al lado de su esposa e hija, ambas fallecidas trágicamente durante la evacuación fallida de la metrópoli (una secuencia devastadora en todos los sentidos).
Al paso de los años, Neville se transforma por completo: sus días transcurren entre la búsqueda de una cura y la de su lucha por sobrevivir. El que consiga ambas metas, es el argumento principal de la segunda cinta del británico Francis Lawrence (que dirigió anteriormente Constantine), la tercera adaptación a la pantalla de la famosa novela de Richard Matheson, Soy Leyenda, publicada por primera vez en 1954 y considerada uno de los libros más importantes en el género de la ciencia ficción.
El film no es completamente fiel al libro, pero los cambios en algunos casos son acertados, especialmente en el cambio de locación (de Los Angeles a Manhattan), permitiendo que la película tenga una atmósfera ominosa y lograda, en escenas que muestran la urbe de hierro totalmente abandonada, tanto así que llega a tener un ritmo constante y a veces vertiginoso, salpicado de sustos sorpresivos, por lo que no resulta aburrida aunque si, por momentos, acaso predecible en algunos aspectos de su desarrollo, aunque guarda algunas sorpresas efectivas para el clímax.
No obstante, es curioso que en una película dónde ya se intuye lo que puede ocurrir, se suscite tanto interés, que ni si quiera mire uno el reloj. Esto es sinónimo de una buena dirección y por lo tanto una cadencia muy acertada. La dirección de arte del filme así como los efectos especiales son espectaculares – exactamente lo que se espera de una producción de este tipo- y se prestan para que la cinta tenga un aura fantástica que resulta totalmente creíble.
El complemento a la actuación de Smith lo proporciona la joven Alice Braga como Anna, una sobreviviente brasileña que llega a Nueva York en busca de más sobrevivientes como ella, ofreciéndole a Neville la oportunidad de llegar a una presunta colonia de personas normales, oculta en los bosques de Vermont. Sin embargo, para llegar a ese paraíso prometido, primeramente deberán confrontarse con la creciente falange de monstruos (la cinta nunca los llama vampiros, aunque ostensiblemente lo sean), y a sus temores.
Considerada el último gran estreno de la temporada 2007 (o bien, el primero de 2008), Soy Leyenda, es una cinta que cubre todas las expectativas que un espectador podría tener sobre ella: aterroriza donde debe ser, dosifica los momentos de ternura para no empalagar y no compromete su ritmo por nada. La fotografía (a cargo del ganador del Oscar Andrew Lesnie, que es el cinefotógrafo de cabecera de Peter Jackson) es un valor agregado a la suma de los elementos y sin lugar a dudas, esta es una película muy bien realizada, que logra trascender los formulismos convencionales, para transportar al espectador a un panorama pesadillezco, con excelentes resultados, y de paso, haciéndole justicia a un gran clásico que siempre buscó explorar el lado oscuro del camino en sus géneros literarios, que se han podido llevar con gran éxito al cinema.
Soy Leyenda/I Am Legend
Con Will Smith, Alice Braga, Charlie Tahan, Dash Mihok y Emma Thompson
Dirige: Francis Lawrence
Estados Unidos, 2007
