Este compacto y efectivo psycho-thriller galo tiene una trama que parecería (como en Funny Games, de Michael Haneke) mucho más sencilla de digerir de lo que realmente es. Durante un fin de semana paseando en la campiña francesa, Marie (Cecile De France) y su amiga Alex (Maiwenn Le Besco, a quien vimos como la cantante de ópera de El Quinto Elemento, de Besson) llegan a la casa de los padres de ésta, para pasar unos días en familia.
Esa primera noche, un asesino psicópata (Philippe Nahon, a quien seguro recordarán si vieron Irreversible) irrumpe en la noche y bestialmente arrasa con la familia, llevándose secuestrada a Alex. Marie, que sobrevive, lucha por rescatar a su amiga, descubriendo para su horror, que este monstruo no conoce límites en su abominable deseo de matar.
El principio del miedo (originalmente titulada Haute Tension) es obra del cineasta Alexandre Aja, confeso admirador de John Carpenter, que aquí le rinde un homenaje a su magnum opus, Halloween (1978) así como a un clásico casi totalmente olvidado (De pronto, la oscuridad / And soon, the darkness – Robert Fuest, 1970) del género del terror puro, mismo que Hollywood ha ido azucarando en los últimos años, al convertirlo en pretexto para meterle sustos a los adolescentes que paagan boleto y palomitas, en lugar de hacer arriesgados malabarismos con las emociones más básicas del público – lo que supone originalmente, la propuesta de hacer un cine de angustia.
En tres cuartas partes de su total, la cinta perturba: llega un momento en que la experiencia claustrofóbica se vuelve casi insoportable. Si bien no se trata de la trama más original del mundo, se nota el amor y el respeto que Aja le tiene al género. Trabaja con gusto y las actrices principales se despojan de toda reserva para creer en sus personajes. De este modo, su ansiedad es genuina y como tal se siente.
Especialmente bueno es el trabajo de la belga Cecile De France quien (ecos de Jamie Lee Curtis y Sigourney Weaver, y luciendo como una versión más joven y sexy de la legendaria Isabelle Huppert) asume su rol en una cinta de trama truculenta con dignidad y --¿Por qué no decirlo?- hasta elegancia bajo la brutal presión que vive. Sin embargo, pese a sus buenas intenciones, intensidad insólita (hace ver a Saw: juego macabro como película de Walt Disney), abundancia de gore – Dario Argento le pondría una estrellita en la frente- y brillante trabajo de fotografía y edición, la cinta no es perfecta. Esto es, tiene todo para convertirse en un nuevo clásico del género, pero se descarrila ruidosamente en un desastroso desenlace (que no revelaremos aquí).
Es decepcionante el que, después de llevarnos por una hora quince minutos a un panorama literalmente infernal, casi sin diálogos y solo apoyándose en la tensión y horror que genera en el primer rollo, Aja se engolosine con la intención de jugar al M. Night Shyamalan, brindándonos un final no sólo catastrófico, sino hasta estúpidamente manoseado. Una oportunidad desperdiciada, de reivindicar un género tan maltrecho.
Si asisten a ver este filme, estén prevenidos: es fuertísimo, brutal, y despiadado durante 75 minutos. En cuanto lleguen a éste, apresúrense a dejar la sala y quédense con la plétora de perturbadoras imágenes en la pantalla y corran en la oscuridad para escaparse de ellas.
El principio del miedo/Haute Tension. Con: Cecile De France, Maiwenn Le Besco, Frank Kahlfoun y Philippe Nahon. Dirige : Alexandre Aja. Distribuye Artecinema (2003)