En el año 2009 las mujeres del mundo se irán quedando estériles y para 2027 el mundo verá morir a la persona más joven del planeta, un chico de 18 años. Esto es el detonador para entrar en la historia de Theo (Clive Owen) un hombre que ha perdido toda esperanza en la raza humana y que camina por la vida con hartazgo. Un día, por accidente (o eso cree), se reencontrará con Julían (Julianne Moore) su antigua pareja, que le pedirá un favor: conseguir papeles ilegales para una chica. Pero no es cualquier chica: se trata de una jovencita de raza negra, que está embarazada, de manera casi inexplicable.
Basada en la inquietante novela de ciencia-ficción y especulación social escrita por P.D. James en 1993, la nueva cinta de Alfonso Cuarón presenta con estremecedora nitidez un futuro incierto, desolador y hasta horripilante. Su simple concepto, el hecho de que las mujeres perderán la fertilidad representa el inevitable el final de la especie humana. Lo más perturbador, es que no hay una respuesta específica: ¿por qué las mujeres no pueden tener hijos? Nadie sabe. En un mundo colapsado por este factor y por otros elementos como guerra y caos económico, Inglaterra se ha mantenido activa donde otras naciones se han derrumbado. La isla se ve atestada de inmigrantes que son tratados como ganado, encerrados en jaulas y campos de concentración. A este mundo le falta esperanza y es la misión de Theo el salvaguardarla cuando la joven preñada surge y debe ser sacada del país antes de que se conozca su estado.
Llevando un ritmo vertiginoso e impecable para narrar con imágenes, Cuarón involucra al espectador en su trama desde un impactante principio y secuencia a secuencia consigue encuadres deslumbrantes, apoyándose en Emmanuel Lubezki que hace una maravilla de su labor fotográfica para retratar un mundo desolado y gris.
Igualmente cuenta con un reparto excelente, encabezado por Clive Owen como un personaje de presencia y evolución impresionantes, que pasa del estupor y apatía a convertirse en un hombre desesperado por salvar a la humanidad. Al hacer de Theo un antihéroe muy cinematográfico, Owen rinde homenaje a otros personajes similares que fueran encarnados por actores de recio carácter como Humphrey Bogart u Oliver Reed.
Por su parte, en un papel brillante, Michael Caine se luce como Jasper, un ex hippie y antiguo activista, que vende mota y trata de vivir feliz al margen de los horrores; el personaje ofrece algunos chispazos de humor muy bien recibidos (su chiste sobre el inglés que se come a la cigüeña, es creación de Cuarón: no figura en la novela original); por su parte, Julianne Moore está espléndida y hermosa como Julían, la jefa de “los peces”, que le pide un último favor al hombre con el que tuvo un hijo y que ha tenido que sacrificar sus sentimientos por ayudar a otros a sobrevivir bajo un sistema asesino. Chiwetel Ejiofor (Kinky Boots) es su mano derecha, que se radicaliza en su búsqueda de derrocar al regimen y que ve en el futuro niño un arma para combatir y a manera de revelación, obtiene una gran actuación por parte de Claire-Hope Ashithey comos Kee, personaje específicamente creado para la adaptación que realiza, quien representa la esperanza para la raza humana.
Esta es una cinta avasallante, visualmente temeraria y con un trabajo prístino y de primera por todos los involucrados. Impredecible, tiene las rúbricas visuales de Cuarón que son siempre bienvenidas, pero también tiene su propia voz, que se levanta para capturar la imaginación de los espectadores. Esta es sin lugar a dudas una de las mejores películas del año y la consagración de Alfonso no sólo como cineasta, sino como artista creativo en muchos niveles.
Los niños del hombre/Children of Men
Con Clive Owen, Julianne Moore, Chiwetel Ejiofor, Claire-Hope Ashithey y Michael Caine
Dirige: Alfonso Cuarón
Gran Bretaña/Estados Unidos/México 2006