Tras la muerte de su madre, los hermanitos Damien (el formidable Alexander Nathan Etel) y Anthony (Lewis Owen McGibbon) tratan de “recomenzar” sus vidas al lado de su papá, (James Nesbitt). Un día cualquiera, mientras juegan cerca de una vía del tren, el más pequeño se encuentra un saco con dos millones de Libras Esterlinas – esto en un momento ficticio en que dicha moneda está a punto de ser sustituída por el Euro-.
Pronto, Damien le informa a si hermano lo ocurrido y surge el conflicto: donde el menor considera esto un don de Dios para ayudar a los pobres, Tony, más cínico y endurecido por la pérdida y el bombardeo consumista de los medios, considera que hay que ayudar a los pobres… de ellos y comienza a gastarse el dinero en su personita, mientras su hermano (a quien se le aparecen santos para platicar y darle algunas lecciones de vida) busca ayudar a quienes más lo necesitan. Los problemas crecen cuando llega a la puerta un sujeto con cara de pocos amigos, quien, de muy mala manera, exige le devuelvan su dinero…
Si la trama de Millonarios suena ligeramente parecida a la del violento thriller cómico Tumba al ras de la tierra (Shallow Grave, 1993) esto obedece a una sencilla razón: se trata de un filme del mismo director, el brillante Danny Boyle – hasta sus películas malas como la infame La Playa son interesantes- quien después de mostrarnos un mundo en ruinas en su último filme (la espeluznante y brutal Exterminio) ahora explora el mundo a través de la candidez absoluta de los ojos de un niño que observa momentos de compasión, peligro, codicia y honestidad brutal. A los siete años, la percepción del mundo es muy distinta a la de un adulto y el mundo, como bien sabemos, no es gentil con esta clase de niños.
La cinta cuenta con elementos visuals y argumentales brillantes que son la rúbrica de Boyle: la imaginación de Damien es un elemento clave, salpicada de inocencia y de tintes católicos – Kathryn Pogson está absolutamente fabulosa en su breve intervención como Santa Clara de Asís- y su sentido de la ética que lo rige, le conmueve el corazón hasta al más insolente.
Obviamente, no todo depende del carisma del muchachito, mismo que abunda y tanto la cámara (dirigida por Anthony Dod Mantle, que es el mismo cinefotógrafo de la impresionante Dogville) como la música original de John Murphy contribuyen a que esta fabulita funcione en más niveles que el meramente narrativo.
Esta es una película con corazón y, efectivamente, no es peyorativo calificarla como “una película para toda la familia”. Si bien (por fortuna) no se exhibe doblada, es una cinta que le hablará a niños y adultos por igual, acercándose a cada uno de sus niveles, sin caer en la sensiblería chabacana en ningún momento, por lo que es un estreno altamente recomendable para asomarse a una alternativa a las convenciones hollywoodenses, que no podrían replicar una historia como ésta tan llena de emotivos y deslumbrantes matices.
Millonarios/Millions
Con: Alexander Nathan Etel, Lewis Owen McGibbon, James Nesbitt, Enzo Cilenti y Kathryn Pogson.
Guión: Frank Cottrell Boyce. Música: John Murphy. Dirección: Danny Boyle.
Reino Unido 2004