Jacobo Bautista
El asunto con Alan Moore es que hizo una novela gráfica titulada V de Vendetta, una verdadera obra de arte que lo consolidó como historietista. The Watchmen fue otro de sus grandes éxitos en el mundo de las viñetas y por eso le compraron los derechos para hacer adaptaciones al cine de estas dos obras.
Alan Moore dice que la película es una basura.
Y yo, sin saber que Moore pensaba esto (por cierto que conocí a Moore en una de esas ferias de cómics que se hacían antes en México, allá por 1998)… sin saber esto, pues, decidí comprar los boletos para ver Watchmen en el Cinemark que está en el centro comercial Reforma 222 (aprovechando que mi novia estaba distraída contándole un chisme a su mejor amiga por el celular).
No sé ni por dónde empezar. Antes solíamos ir mucho a Cinemark, de hecho el primero de estos nuevos complejos al que fui fue al Cinemark que está junto al Centro Nacional de las Artes. Muy limpio, pulcro, bien cuidado y donde te atendían como si fueras académico del CNA que va a ver pura obra de arte.
Primero fue la atención lo que valió queso. Los chavitos atendían de mala gana, mal, luego tampoco limpiaban y llegó un punto en donde les valió tanto su trabajo que los cambié por el Cinemex porque los asientos de Cinépolis me causaban dolor en el cuello.
Pero un día la cadena de cine originaria de Morelia, Michoacán, cambió sus asientos, introdujeron las palomitas light (no sé qué tan light sean, pero están mucho menos saladas que las demás). Y como en el Cinemex le ponen a todo al aire acondicionado, pos… pero tampoco me disgusta ir a Cinemex, que por lo general tienen un mucho mejor sonido, pero tampoco que se note mucho.
Pensé que por ser centro comercial nuevo, que por estar en la zona financiera y por idiota, porque es la misma marca, el Cinemark de Reforma 222 iba a estar bueno. Todavía no está tan sucio, pero para allá va… el de la taquilla ya estaba cansado, el que me vendió las palomas parece que me estaba haciendo un favor y en general todos los empleados tenían cara de que ya querían que los espectadores nos fuéramos a nuestras casas.
Y luego comenzó la película… otra vez situada en un escenario postapocalíptico característico de Alan Moore. Bueno, casi, porque en su 1985 Nixon sigue en el poder, la democracia en Estados Unidos es una burla y están a una provocación más de irse a la guerra con la Unión Soviética por el asunto de Afganistán (de la invasión soviética, no de los talibanes, que en aquél entonces eran ayudados por los gringos).
Los títulos al inicio de la película prometen una historia compleja, sitúan más o menos bien de lo que se trata el asunto y además presentan una película bonita visualmente.
Pero Zack Snyder está obsesionado con el cómic… con reproducir las viñetas tal cual y pues ahí se le va un poco la onda forzando todo para cumplir el caprichito.
La historia es tan sencilla como en Los Increíbles, de Pixar, sólo que Los Increíbles la presentan bien y aquí no, se hacen muchas bolas. Un día, cansados del crímen y esas cosas, los héroes se empiezan a disfrazar y la gente los aclama y luego la gente se cansa y los prohíben y por eso los héroes viven en el retiro.
Pero… ahora alguien anda por ahí matándolos o tratándolos de matar y esto pone en alerta a Rorscach, el único de todos que sigue usando su máscara (o uniforme, como sea), claro, a él lo tildan de loco y peligroso… igual que en Los Increíbles.
Total que el filme se alarga más allá de las dos horas con interminables monólogos que en lugar de dejar algo en claro son pura diatriba filosófica y redundante… el personaje presentado como el Dr. Manhattan, se supone que tiene el poder de destruir planetas enteros, pero lo que queda muy claro es su innata habilidad para aburrir a la audiencia con su verborrea plana y sin emoción hasta que logró deshacerse de la mitad de los que conseguimos boletos para ver la película.
Otros cinco minutos de monólogo de este sujeto y también hubiéramos abandonado la sala.
Las canciones, eso sí, están muy padres. No así la banda sonora.
Malin Akerman salva un poquito la película para el público masculino, pero sólo un poquito, porque se queda corta en todo (tampoco que sea su culpa, porque la película es un asco)…
Al final no puedo recomendar la película. Si pueden no verla, no la vean, si pueden no ir a Cinemark, no vayan… pero recomiendo dos cosas sensacionales, una, la novela gráfica, que gracias a la película ha vuelto a ser impresa y anda circulando por ahí incluso en versión en español y la otra es que se compren en DVD de Los Increíbles, lo pasarán bomba.
The Watchmen
Dirigida por Zack Snyder
Escita por David Hayter, Alex Tse
Original de Dave Gibbons y Alan Moore
Protagonizada por Malin Akerman, Billy Crudup,
Jackie Earle Haley y Patrick Wilson
El asunto con Alan Moore es que hizo una novela gráfica titulada V de Vendetta, una verdadera obra de arte que lo consolidó como historietista. The Watchmen fue otro de sus grandes éxitos en el mundo de las viñetas y por eso le compraron los derechos para hacer adaptaciones al cine de estas dos obras.
Alan Moore dice que la película es una basura.
Y yo, sin saber que Moore pensaba esto (por cierto que conocí a Moore en una de esas ferias de cómics que se hacían antes en México, allá por 1998)… sin saber esto, pues, decidí comprar los boletos para ver Watchmen en el Cinemark que está en el centro comercial Reforma 222 (aprovechando que mi novia estaba distraída contándole un chisme a su mejor amiga por el celular).
No sé ni por dónde empezar. Antes solíamos ir mucho a Cinemark, de hecho el primero de estos nuevos complejos al que fui fue al Cinemark que está junto al Centro Nacional de las Artes. Muy limpio, pulcro, bien cuidado y donde te atendían como si fueras académico del CNA que va a ver pura obra de arte.
Primero fue la atención lo que valió queso. Los chavitos atendían de mala gana, mal, luego tampoco limpiaban y llegó un punto en donde les valió tanto su trabajo que los cambié por el Cinemex porque los asientos de Cinépolis me causaban dolor en el cuello.
Pero un día la cadena de cine originaria de Morelia, Michoacán, cambió sus asientos, introdujeron las palomitas light (no sé qué tan light sean, pero están mucho menos saladas que las demás). Y como en el Cinemex le ponen a todo al aire acondicionado, pos… pero tampoco me disgusta ir a Cinemex, que por lo general tienen un mucho mejor sonido, pero tampoco que se note mucho.
Pensé que por ser centro comercial nuevo, que por estar en la zona financiera y por idiota, porque es la misma marca, el Cinemark de Reforma 222 iba a estar bueno. Todavía no está tan sucio, pero para allá va… el de la taquilla ya estaba cansado, el que me vendió las palomas parece que me estaba haciendo un favor y en general todos los empleados tenían cara de que ya querían que los espectadores nos fuéramos a nuestras casas.
Y luego comenzó la película… otra vez situada en un escenario postapocalíptico característico de Alan Moore. Bueno, casi, porque en su 1985 Nixon sigue en el poder, la democracia en Estados Unidos es una burla y están a una provocación más de irse a la guerra con la Unión Soviética por el asunto de Afganistán (de la invasión soviética, no de los talibanes, que en aquél entonces eran ayudados por los gringos).
Los títulos al inicio de la película prometen una historia compleja, sitúan más o menos bien de lo que se trata el asunto y además presentan una película bonita visualmente.
Pero Zack Snyder está obsesionado con el cómic… con reproducir las viñetas tal cual y pues ahí se le va un poco la onda forzando todo para cumplir el caprichito.
La historia es tan sencilla como en Los Increíbles, de Pixar, sólo que Los Increíbles la presentan bien y aquí no, se hacen muchas bolas. Un día, cansados del crímen y esas cosas, los héroes se empiezan a disfrazar y la gente los aclama y luego la gente se cansa y los prohíben y por eso los héroes viven en el retiro.
Pero… ahora alguien anda por ahí matándolos o tratándolos de matar y esto pone en alerta a Rorscach, el único de todos que sigue usando su máscara (o uniforme, como sea), claro, a él lo tildan de loco y peligroso… igual que en Los Increíbles.
Total que el filme se alarga más allá de las dos horas con interminables monólogos que en lugar de dejar algo en claro son pura diatriba filosófica y redundante… el personaje presentado como el Dr. Manhattan, se supone que tiene el poder de destruir planetas enteros, pero lo que queda muy claro es su innata habilidad para aburrir a la audiencia con su verborrea plana y sin emoción hasta que logró deshacerse de la mitad de los que conseguimos boletos para ver la película.
Otros cinco minutos de monólogo de este sujeto y también hubiéramos abandonado la sala.
Las canciones, eso sí, están muy padres. No así la banda sonora.
Malin Akerman salva un poquito la película para el público masculino, pero sólo un poquito, porque se queda corta en todo (tampoco que sea su culpa, porque la película es un asco)…
Al final no puedo recomendar la película. Si pueden no verla, no la vean, si pueden no ir a Cinemark, no vayan… pero recomiendo dos cosas sensacionales, una, la novela gráfica, que gracias a la película ha vuelto a ser impresa y anda circulando por ahí incluso en versión en español y la otra es que se compren en DVD de Los Increíbles, lo pasarán bomba.
The Watchmen
Dirigida por Zack Snyder
Escita por David Hayter, Alex Tse
Original de Dave Gibbons y Alan Moore
Protagonizada por Malin Akerman, Billy Crudup,
Jackie Earle Haley y Patrick Wilson