20 may 2009

Rec, de Jaume Balagueró y Paco Plaza

Miguel Cane

La más reciente cinta de los cineastas españoles Jaime Balagueró y Paco Plaza, que apuestan con frecuencia por el género del terror y que ya cuenta con su remake made-in-Hollywood, inicia con una joven reportera de un programa de TV que sale con su cámara a cubrir cómo es el turno de un escuadrón de bomberos.






En la estación reciben una llamada de un edificio de apartamentos muy antiguo en el centro de la ciudad y al acudir ahí, algo espantoso sucede. Sólo con esta somera descripción, [Rec] no suena como un filme particularmente atractivo. Sin embargo, descubrir que, una vez entran en el edificio, la policía sella todas las salidas y los obliga a permanecer en cuarentena, la sensación de ansiedad que se hace aparente en el espectador, es sólo el principio de una pesadilla alucinante: el confinamiento obligado aporta matices psicológicos que le dan a la cinta una dimensión que trasciende los convencionalismos de la trama de una película gore.

La joven actriz Manuela Velasco interpreta a la reportera, Ángela, que pasa de ser una chica casi totalmente anodina a ser una figura casi trágica en el transcurso de la cinta y ella utiliza bien sus recursos; pasa del humor chabacano al inicio pero toda vez que ella y su equipo llegan al edificio, el tono de la película cambia al mismo tiempo que se trastocan las actitudes de los personajes: el humor de los bomberos no es tan distendido como cuando esperaban algo de acción en la estación, pero en el momento en el que se enfrentan con la amenaza, se crispan los nervios y, el estilo de rodaje cambia radicalmente.

Esto es totalmente coherente, ya que el camarógrafo que está rodando es uno de los personajes y está presenciando todos los actos terribles, transmitiéndoselos al espectador y esto le aporta al filme una faceta más: los vecinos del lugar, los bomberos, Ángela y su equipo, al ver su vida en peligro, tratan de crear un nuevo orden dentro del caos. Esa minisociedad que no tiene más remedio que ser autosuficiente porque sabe que el mundo exterior le ha dado la espalda se convierte en nuestro centro de atención; la información se va dosificando de forma muy hábil a lo largo de la película y quizá por el hecho de que los espectadores sólo saben lo que ve la cámara, no es posible adelantarse a los hechos (o predecirlos), por lo que los efectos de sobresalto funcionan muy bien.





Así, a medida que los cautivos en cuarentena averiguan lo que ocurre, lo descubre también el espectador, y dado que hay revelaciones (cada vez más impactantes) hasta el final, se mantiene todo el suspenso, con un deseo de saber qué va a ocurrir y cómo va a terminar todo. De esta forma se evita caer en lo rutinario de algunas cintas de terror que simplemente colocan una escena terrorífica tras otra sin que la trama avance en absoluto (como por ejemplo, la repelente serie de Saw o las dos odas al mal gusto de Eli Roth, Hostal I y II). A favor del guión también se puede decir que, quizá por ser más sencillo, no cae en lo pretencioso de El Orfanato.

Ojo, para los espectadores de estómago delicado, pueden marearse debido a los movimientos de cámara de muchas de las escenas, pero el efecto funciona para acrecentar la sensación de incomodidad y angustia que crece a lo largo de la cinta.

En definitiva, se trata de una película muy lograda que aprovecha los pocos recursos con que se realizó; es impactante y violenta y quizá no sea muy recomendable para quien no disfrute con el género de terror, pero para quienes lo pasan bien sintiendo alta tensión es una estupenda alternativa, tras una serie de deplorables productos que no asustaban a nadie… y esta es de efecto perturbador y perdurable.

[Rec]
Con: Manuela Velasco, Pablo Rosso, Jorge Serrano y Claudia Font
Dirigen: Jaume Balagueró y Paco Plaza
España (2007)

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