Jacobo Bautista
Es muy extraño que en el mundo del entretenimiento, una compañía logre hacer las cosas bien una vez, dos veces y con cada nuevo producto, conseguir nuevas y más renovados elogios.
Pero Pixar lo volvió a hacer, nomás que esta vez ya no me atrevo a decir que es la mejor película que ha hecho esta compañía, porque cada que hacen una película nueva termino diciendo lo mismo. Pero sí es justo comentarles que, incluso más que Cars, esta es la que más he esperado de todas desde que vi los cortos.
“Va a estar buenísima”, era lo que pensaba y decía cuando veía los cortos. La simple imagen de una casa surcando los aires, llevada por un montón de globos me remitía un poco a estas grandes ideas que luego veo en cuadros.
La idea la presentan como un viejito cuya vida ha sido tranquila, sin sobresaltos, que decide de un día para otro inflar un montón de globos para hacer volar su casa y recorrer el mundo de esta manera ‘sin abandonar su hogar’.
Desde el inicio, las aventuras de Carl Fredicksen son acompañadas de un niño explorador. Un niño de rasgos asiáticos, boy scout, llamado Russell.
Los cortos no revelan mucho de la historia. En los últimos avances pudimos ver que, mientras exploran ‘nuevos lugares’, Russell –quien queda de alguna manera atrapado en la casa de Fredicksen cuando sale volando- y Carl encuentran a un perro que habla (esto es un decir, porque trae un collar que le hizo su amo ‘porque mi amo es muy inteligente y me hizo este collar para que pueda hablar), quien completa el trío de personajes que se vuelven entrañables apenas a un tercio de la película.
En algún lugar leí que parte del éxito de esta película se debe a que no está nada rebuscada, la trama es sencillísima y los personajes no tienen mayor complicación: el viejo piensa y actúa como viejo, el niño piensa y actúa como niño… e incluso el perro, caray, que piensa como perro.
Así que yo me esperaba una aventura de principio a fin, quizá como Los Increíbles, pero para explicar de qué se trata la aventura, para que realmente entendiéramos cuál era el chiste de inflar un montón de globos con helio para surcar los cielos del mundo, la película comienza no presentando a Fredicksen como lo vemos en el poster, ya viejito, sino a un niño viendo absorto los noticieros del cine, observando con la boca abierta cómo Jacobo Zabludovsky (quien aparece como narrador en la versión en español) narra las aventuras de Charles Muntz (cuya voz en inglés hace Christopher Plummer).
El niño sueña con aventuras en dirigible, alrededor del mundo, enfrentando criaturas desconocidas, descubriendo territorios nuevos, tal como su héroe Muntz.
Y luego, a los cineastas les dio por quitar los diálogos y entregan unos de los más lindos momentos que he visto en el cine. Habrán sido diez o quince minutos en que, con musiquita de fondo e imágenes, nos narran la vida de Carl Fredicksen y su esposa y diré que el asunto casi me hace llorar.
Así, con esos diez minutos nos explican el porqué de muchísimas cosas que van ocurriendo cuando Fredicksen decide escapar del mundo montado en su casa mientras un niño explorador queda atrapado en su pórtico, habrá que decir, muerto de miedo.
Decir, por cierto, que esta película hay que verla en tercera dimensión es obviar las opciones.
Mientras otras películas pueden ser buenas opciones de repente, dependiendo a veces del humor o como yo le digo a las ‘palomeras’ para ir al cine un rato y olvidarse del mundo por 50 pesos, Up! es una de esas películas que se tienen que ver. No sé si tenga mensaje o no, creo que no importa, es una gran, gran película.
Up!
Dirigida por Pete Docter y Bob Peterson
Escrita por Bob Peterson, Pete Docter, Thomas McCarthy y Bob Peterson
Producida por John Lasseter, Jonas Rivera y Andrew Stanton