Cuando la maquinaria de Hollywood está bien engrasada, tiene los objetivos claros y además trae un buen producto, los resultados en dólares son espectaculares. Desde la aparición de los primeros comerciales de Iron Man la sensación que se causó fue la que esperan quienes producen estas películas que cuestan millones de dólares (los cuales hay que recuperar, hacer tanto dinero como para producir una secuela igual de espectacular y tener una ganancia igual de jugosa)... pero claro, una cosa es producir expectativa y otra estar a la altura... como sucedió con la película de Hulk que al parecer sólo me gustó a mí.
Iron Man nunca ha sido un gran superhéroe en los cómics, en las historietas su papel ha sido menor y aunque con una u otra etapa de brillantez en sus historias, lo podemos colocar junto a Daredevil o Blade en la clase B de los superhéroes. Quienes en mi generación lo recuerdan –esto es, fuera de los comics- es por la antiquísima caricatura donde salían Hulk, el Rey Namor, Thor, el Capitán América e Iron Man ‘el Hombre de Hierro’... las generaciones más jóvenes tienen una caricatura más reciente con la cual ligar al personaje.
El personaje es otra idea genial del grupo de Marvel encabezado por Stan Lee, aunque en esta creación podemos incluir a Jack Kirby, Don Heck y Larry Lieber (claro, el crédito de todo siempre se lo lleva Stan). La idea del equipo era crear un superhéroe que fuera un hombre de negocios, no al estilo de Bruce Wayne en Batman sino más del estilo empresario, que estuviera muy dedicado al trabajo... pero también un poco loco. Howard Huges es la figura sobre la cual crearon la imagen de Anthony Edward Stark, un millonario que se fabrica una armadura, primero para salvar su vida y luego, cuando se da cuenta de lo bien que le salió, para defender al mundo (en los años 60 en que fue creado, luchaba contra los comunistas).
Jon Favreau, el director, tuvo el tino de retomar mucho de las historietas para el personaje (que hizo su debut en una revista de historietas llamada Cuentos de Suspenso en 1963). La misma historia se cuenta en el trailer de la película que conocemos hace ya unos meses: Tony Stark es secuestrado por terroristas que quieren obligarlo a construirles un cohete (esto, actualizado a Afganistán), herido de muerte, se construye un aparato para conservarse vivo y una armadura alrededor de esto para escapar de sus captores... el argumento y la imagen de la primera armadura fueron respetados por Favreau, quien primero nos presenta una horrible armadura gris, rústica, brusca, que nos recuerda al robot de El día en que paralizaron la Tierra, pero muy mal hecho.
La compleja personalidad de Howard Huges resultó en que a Stark le aventaron también su buena dosis de problemas y vicios: alcohólico, dependiente en extremo de su secretaria Pepper Potts (interpretada por una Gwyneth Paltrow que se ve guapísima, pero muy en su papel) y con ideas contradictorias respecto a su misión en la vida (y su misión empresarial). En la cinta no se avientan a tanto como el alcoholismo, pero sí se aborda en lo posible el conflicto que vive Stark como dueño y genio de una empresa dedicada a inventar y vender armamento así como su actitud ante la vida... a lo cual ayuda un muy cínico Robert Downey Jr. quien resultó perfecto para interpretar el personaje.
El tiempo en pantalla del superhéroe, con el traje diseñado a imagen y semejanza de la versión del cómic de los últimos años de la década pasada, es bastante limitado, pero es compensado con las secuencias en las que Stark diseña y prueba los elementos del traje, que son lo mejor de toda la película.
El final es bastante predecible (y esto no es un secreto, ni modo que pierdan los buenos), pero la construcción del drama del héroe y su camino a convertirse en tal está muy entretenido, porque tampoco contiene una gran filosofía detrás aunque así nos los traten de vender de repente.
A botepronto, luego de salir de la sala, entusiasmado por las dos horas que la película me entretuvo, pensaba llegar a escribir que estaba bien palomera... pero va más allá del palomerismo porque me parece una historia contada en el más puro estilo de un cómic y que supera en todo los niveles de audiencia que Iron Man ha tenido en las historietas.
Los efectos, que hasta cierto punto se ven todavía un poco falsos, aquí no se puede decir que son utilizados para contar una historia porque en gran parte son la historia en si, pero es tal la acción que están bien utilizados y da gusto decir que Robert Downey jr sí pudo actuar a pesar de traer la armadura y no veíamos su cara, el lenguaje corporal (algo que en Spider-Man nunca lograron, en gran parte por no tener actores de verdad) es la herramienta de Downey para entregar un papel creíble, sin tener que quitarse la máscara a cada rato para que viéramos que estaba enojado o sonriendo.
Me dijeron que me quedara al final... pero al final final, después de todos los créditos y lo que sale es sólo un avance de que habrá una segunda parte (o algo parecido) que promete ser espectacular.
Iron-Man
Dirigida por Jon Favreu (Productor Ejecutivo)
Escrita para la pantalla por:
Art Marcum, Matt Holloway, Mark Fergus y Hawk Ostby
Protagonizada por:
Robert Downey Jr, Terrence Howard, Jeff Bridges y Gwyneth Paltrow