Celebrando los 45 años de su primera aparición, el Hombre de Hierro (o bien, Iron Man), que por décadas había sido un personaje popular en los cómics, pero no tanto como otros de la misma casa Marvel, debuta en la pantalla grande en una superproducción de largometraje que presenta una versión modernizada para el siglo XXI del personaje.
El multimillonario inventor e industrial Tony Stark (Robert Downey Jr. en una interpretación carismática), es capturado en Irak y en su cautiverio concibe su escape y nueva identidad como héroe, al principio involuntario. Esto se da en una serie de secuencias de alto impacto visual, muy bien planeadas y ejecutadas por el director Jon Favreau, a su vez experimentado en cintas de efectos (ver Zathura – 2005) y responsable de un clásico del cine indie de los 90: Swingers (1996), que nunca pierde el ritmo de su trama después de la explosiva secuencia inicial y así, presenta la armadura de Iron Man en sus distintas etapas: la primera lo hace parecer una figura monolítica y el modelo más estilizado que utiliza el resto de la cinta, es como una visión futurista extraída literalmente de los páneles de la historieta.
Acompañan a Downey, que refrenda su estatus de estrella con este filme después de algunos años de haberse ‘quemado’ por farmacodependencia y trabajos secundarios en diversas cintas, un virtualmente irreconocible pero excelente Jeff Bridges como el villanazo Obadiah Stane y Gwyneth Paltrow, radiante en una cinta inesperada en su canon, como Virginia ‘Pepper’ Potts, la secretaria/confidente/guardaespaldas espiritual y amor semi-platónico de Stark. El cuadro lo completa Terrence Howard como Jim Rhodes, cuya presencia garantiza la inevitable secuela, en la que interpretará a War Machine, subalterno del héroe. Otros rostros conocidos, en breves apariciones son los de Samuel L. Jackson (en un rol sorpresa) y la doblemente oscarizada Hilary Swank, así como el infaltable cameo de Stan Lee, creador del personaje original.
La trama avanza a un ritmo adecuado, con música de Hans Zimmer que evoca las partituras de John Williams y sirve a la atmósfera espectacular, que es la principal razón de la cinta. Es probablemente la mejor adaptación a la pantalla de un héroe de la Marvel – más ágil que la trágica y cerebral Hulk de Ang Lee, mejor ambientada y realizada que las cintas de Spider Man y con mejores efectos que la saga de los Hombres X y sobre todo, mejor en todos los aspectos que los dos míseros bodrios basados en los 4 Fantásticos-, y es al mismo tiempo, una película de aventuras y acción que sirve bien al género, sin mucha profundidad, como es de esperarse, lo que se ha llegado a llamar un Event Movie en los círculos de Hollywood y señala el inicio de la temporada de verano, que anuncia grandes vistosos estrenos en las carteleras internacionales.
Por lo mismo, Iron Man invita a la desconexión de la realidad y cumple, se deja ver y hasta entusiasma, esto gracias en gran parte al elenco, que hace que los personajes trasciendan su medio original para convertirse en personas cuyos conflictos nos importan y estremecen, en casi dos horas de duración, con éxito notable.
Iron Man: El Hombre de Hierro/Iron Man
Con Robert Downey, Jr. Gwyneth Paltrow, Terrence Howard, Samuel L. Jackson y Jeff Bridges.
Dirige: Jon Favreau
Estados Unidos, 2008