Miguel Cane
El muy inglés y bonachón Arthur Dent (Martin Freeman, que resulta todo un descubrimiento) es el hombre más ordinario del planeta tierra… al menos hasta el día en que éste deja de existir, ya que es hecho polvo estelar por disposición de una raza de burócratas extraterrestres llamados los Vogons, encargados de hacer espacio para la construcción de una flamante carretera del hiperespacio [el tercer planeta del sol estorbaba, pequeño detalle]. Arthur se salva gracias a su amigo Ford (el rapero Mos Def), que es un alien disfrazado de humano, y reciben un aventón por parte de la tripulación de una nave llamada el Corazón de oro.
Ésta es tripulada por un diplomático espacial bicéfalo llamado Zaphod Beeblebrox (Sam Rockwell), la muy mona terrícola Trillian (Zooey Deschanel), y un robot bastante azotado que responde al nombre de Marvin (la voz es del formidable Alan Rickman). Ahora que ya no tiene casa, ni planeta ni raza ni nada, nuestro confundido héroe se encuentra metido en la aventura más extravagante que jamás imagino, misma que por turnos lo lleva a enfrentarse con enemigos galácticos y dudas existenciales. Evidentemente, no volverá a ser el mismo… aunque todo lo que él quiere es una buena taza de té.
Basada en una radio serie escrita por Douglas Adams para la BBC de Londres en los años 70, que tuvo con un éxito de culto inusitado mismo que ha generado una serie de novelas, una miniserie de la BBC-TV y numerosos sitios de Internet, La Guía del viajero intergaláctico es un estreno bastante sui-géneris. Marca el debut como director del director de videos Garth Jennings y llega a nuestras pantallas con una misión: atraer al público que desconoce las referencias originales [ni las novelas ni la serie de TV fueron traducidas o presentadas aquí], mismas que sólo son conocidas en algunos círculos de fans del Sci-Fi.
Esto no es tarea fácil, pero el reparto [en el que figura un casi irreconocible John Malkovich, que uno juraría se divirtió como enano] le entra al juego; empieza con un satírico número musical – pero ojo, es mucho más que eso- y de ahí sigue muchos caminos y funciona en varios niveles: parodia de género, tradicional cinta de aventuras, comedia mordaz y sabrosamente ácida, slapstick y hasta se las arregla para incluir una simpática historia romántica.
El colorido diseño de producción y los efectos de maquillaje y títeres para representar a los diversos alienígenas (cortesía de la compañía de Jim Henson), son otra razón para entrar en el juego imaginativo que ofrece esta historia: aquí no se abusa de los efectos especiales realizados por computadora [un vicio de los Wachoski Bros., por ejemplo], sino que Jennings y su equipo se inclinan más por el ingenio creativo de usar marionetas, disfraces y figuras audioanimatrónicas, lo que le da un aire de más naturalidad a la cinta, por muy estrambótica que resulte la imagen en pantalla.
Acaso aquellos que recuerdan con nostalgia los formidables desfiguros de la trouppe Monty Python – que igual serán tan pocos como aquellos familiarizados con el origen de esta trama- estarán de plácemes ante el humor tan peculiar que ofrece la película, que consigue mantenerse, a lo largo de sus casi dos horas, casi siempre “fresca como guayabera de político” [Edna Modas dixit en Los Increíbles], y es tan entretenida que no deja de arrancar las carcajadas… aún cuando crees que ya lo has visto todo.
Guía del Viajero Intergaláctico/The Hitchhiker’s Guide to The Galaxy
Con: Martin Freeman, Zooey Deschanel, Mos Def, Alan Rickman y John Malkovich. Dirige: Garth Jennings. Distribuye: Buena Vista Latino (2005)