Miguel Cane
Tomando “prestados” diversos y notorios elementos tanto argumentales como visuales de numerosas películas de ciencia-ficción de los 70 y 80 – principalmente Logan’s Run, THX 1138, Coma y Blade Runner-, Michael Bay, cineasta más bien menor, pero conocido por cintas de efectos espectaculares (y tramas baladíes) como Armageddon y Pearl Harbor presenta su más reciente incursión en el género, que se deja ver como la película menos original del año.
Amparada casi exclusivamente por sus efectos visuales, formidable diseño de producción y sobre todo el innegable carisma de sus protagonistas – Ewan MacGregor, notable hasta en Star Wars y la radiante Scarlett Johansson, que demuestra que su sola presencia presta algunos visos de interés a cualquier cosa-, La Isla es una película que no soporta un escrutinio cercano, aún si el guión – de Caspian Tredwell-Owen, responsable de la igualmente inane Sin Fronteras- pretende plantear un conflicto moral de peso al respecto de un tópico que aún hoy causa controversia: ¿tienen los clones, o bien, los seres con vida creada de manera artificial los mismos derechos que los seres humanos?
El único problema es que después de hacerlo, la película no tiene idea de qué más hacer al respecto y sigue los caminos más convencionales y predecibles para llegar a un desenlace que satisfaga a los espectadores menos exigentes, pero que sólo hace más evidentes las deficiencias del guión. Tomando en cuenta estos problemas, el reparto hace lo que puede con el material más bien mediocre: Djimon Hounsou, Steve Buscemi y Michael Clarke Duncan (cuya impactante actuación es virtualmente un cameo) brindan un aire de dignidad a sus papeles que son un relleno, donde uno sabe, nada más de verlo aparecer, que Sean Bean va a ser “el malo”.
Hay algunos momentos de verdadera tensión y acción – Bay es experto en construir esa clase de situaciones- pero lamentablemente se sienten derivativos (la secuencia en el freeway de Los Ángeles sólo podría impresionar a quien no ha visto Matrix Reloaded antes) y tampoco ayuda esa manía que tienen en Hollywood de hacer “product placement” (en un momento, la aparición de un anuncio de Calvin Klein que Scarlett realizó el año pasado, se incorpora en la trama y aunque resulta efectivo para el presunto desarrollo de su personaje – aunque no lleva a ningún lado después-, no deja de resultar chocante) a la menor provocación, por lo que a veces uno siente que hay más interés en bombardear al espectador con publicidad no-tan-subliminal en vez de contar una historia.
Película palomera con pretensiones que se desinflan rapidísimo, La Isla fue un fracaso de taquilla en Estados Unidos y no se le augura un futuro muy brillante alrededor del mundo. Su elevado presupuesto (más de 120 millones de dólares) la hace un calamitoso y caro resbalón en la carrera de un director que siempre ha preferido forma sobre fondo, y si bien sus actores no resentirán el golpe, es probable que Michael Bay tenga que pensar qué rumbo desea tomar en su próximo proyecto… si es que lo hay.
La Isla/The Island.
Con: Ewan McGregor, Scarlett Johansson, Steve Buscemi, Djimon Hounsou, Michael Clarke Duncan y Sean Bean. Guión: Caspian Tredwell-Owen, Música: Steve Jablonsky. Dirige: Michael Bay. Estados Unidos (2005)