Miguel Cane
Esta es la trama – o parte de ella: un grupo de aprendices de “profilers” del FBI (Eion Bailey, Clifton Collins, Jonny Lee Miller, Christian Slater, la sexy Patricia Velasquez, y la rubilinda Kathryn Morris) es enviado a una isla remota en la última etapa de su entrenamiento para atrapar asesinos en serie. Sus supervisores son un obeso Val Kilmer (¡¿qué le pasó?!) y un oficial encarnado por el rapero metido a actor LL Cool J, que deben observar cada detalle de las pruebas.
Como es natural y obvio, una vez que se encuentran en la isla, sospechan que hay alguien más con ellos y que además tiene ganas de matarlos uno por uno. Ahora, su misión consiste en sobrevivir utilizando sus habilidades detectivescas para cazar mentes (el título en inglés es Mindhunters) y así encontrar al asesino aunque éste – y no es difícil adivinar quién es- elabora sofisticadas trampas para hacerlos picadillo. El espectador tiene la misión de “sentir miedo” mientras anticipa quién y cómo va a rendir sus cuentas al creador.
La isla maldita es un bien producido intento de thriller, con un guión flojo acreditado a Wayne Kramer (que escribió y dirigió la muy simpática y refrescante comedia sobre Las Vegas The Cooler en 2003, después de esto) que toma íntegra la anécdota de la clásica novela de Agatha Christie Diez Negritos, publicada en 1935 y filmada en numerosas ocasiones.
Muchos de sus problemas vienen de la dirección de Renny Harlin, cineasta finlandés responsable de cintas de acción bastante obvias pero efectivas como Duro de matar 2 y estrepitosos fracasos como La pirata y Exorcista: El comienzo – dos de las peores películas en los últimos 15 años. Harlin es competente a la hora de establecer una atmósfera de suspenso, pero no logra sostenerla mucho: si dirección de actores va de lo acartonado a lo sobreactuado (como se aprecia en una escena clave en la que dos personajes se apuntan el uno al otro dispuestos a matarse), por lo que los resultados son más bien tibios, pese al estilo aparente, existe muy poca sustancia. Se trata de un plato con buenos ingredientes (Jonny Lee Miller es un espléndido actor como lo ha demostrado en Afterglow y Trainspotting) que resulta totalmente insípido.
Ha comenzado la temporada de las “películas palomeras” y ésta pretende encontrar un lugar en el momento, siendo uno de los escasos estrenos que se atrevieron a competir con Batman Inicia y Madagascar, sin embargo, le pesa el haber sido una producción accidentada (se filmó en febrero de 2002, costó 27 millones y sólo ha recaudado 4 en Estados Unidos) y también su falta de originalidad.
No obstante, hay que reconocer que tiene elementos que funcionan: el cinefotógrafo Robert Ganz (Asalto a la Cárcel 13) hace tomas excelentes, mientras que las locaciones naturales en Holanda --¡pasando por Estados Unidos!- dan una atmósfera más auténtica. Si al espectador no le importa que la cinta se regodée en intentos inútiles de sostener el suspenso que crea, entonces podrá entretenerse un rato.
Los que hayan leído muchas novelas de detectives o bien, los que no se pierden CSI (en cualquiera de sus modalidades geográficas) se sentirán defraudados en parte al descubrir al asesino muy pronto, al tiempo que ven cómo éstos personajes, que se supone son una élite de investigadores, se reducen solitos – o si queremos hacer leña del árbol caído, de la mano de un director de segunda- a la categoría de títeres a la espera de su encontronazo con una muerte violenta, estúpida e innecesaria. Igualito que la película.
La Isla Maldita / Mindhunters
Con Jonny Lee Miller, LL Cool J, Patricia Velásquez, Christian Slater, Kathryn Morris y Val Kilmer
Dirige: Renny Harlin. Distribuye: Buena Vista. (2004)
Esta es la trama – o parte de ella: un grupo de aprendices de “profilers” del FBI (Eion Bailey, Clifton Collins, Jonny Lee Miller, Christian Slater, la sexy Patricia Velasquez, y la rubilinda Kathryn Morris) es enviado a una isla remota en la última etapa de su entrenamiento para atrapar asesinos en serie. Sus supervisores son un obeso Val Kilmer (¡¿qué le pasó?!) y un oficial encarnado por el rapero metido a actor LL Cool J, que deben observar cada detalle de las pruebas.
Como es natural y obvio, una vez que se encuentran en la isla, sospechan que hay alguien más con ellos y que además tiene ganas de matarlos uno por uno. Ahora, su misión consiste en sobrevivir utilizando sus habilidades detectivescas para cazar mentes (el título en inglés es Mindhunters) y así encontrar al asesino aunque éste – y no es difícil adivinar quién es- elabora sofisticadas trampas para hacerlos picadillo. El espectador tiene la misión de “sentir miedo” mientras anticipa quién y cómo va a rendir sus cuentas al creador.
La isla maldita es un bien producido intento de thriller, con un guión flojo acreditado a Wayne Kramer (que escribió y dirigió la muy simpática y refrescante comedia sobre Las Vegas The Cooler en 2003, después de esto) que toma íntegra la anécdota de la clásica novela de Agatha Christie Diez Negritos, publicada en 1935 y filmada en numerosas ocasiones.
Muchos de sus problemas vienen de la dirección de Renny Harlin, cineasta finlandés responsable de cintas de acción bastante obvias pero efectivas como Duro de matar 2 y estrepitosos fracasos como La pirata y Exorcista: El comienzo – dos de las peores películas en los últimos 15 años. Harlin es competente a la hora de establecer una atmósfera de suspenso, pero no logra sostenerla mucho: si dirección de actores va de lo acartonado a lo sobreactuado (como se aprecia en una escena clave en la que dos personajes se apuntan el uno al otro dispuestos a matarse), por lo que los resultados son más bien tibios, pese al estilo aparente, existe muy poca sustancia. Se trata de un plato con buenos ingredientes (Jonny Lee Miller es un espléndido actor como lo ha demostrado en Afterglow y Trainspotting) que resulta totalmente insípido.
Ha comenzado la temporada de las “películas palomeras” y ésta pretende encontrar un lugar en el momento, siendo uno de los escasos estrenos que se atrevieron a competir con Batman Inicia y Madagascar, sin embargo, le pesa el haber sido una producción accidentada (se filmó en febrero de 2002, costó 27 millones y sólo ha recaudado 4 en Estados Unidos) y también su falta de originalidad.
No obstante, hay que reconocer que tiene elementos que funcionan: el cinefotógrafo Robert Ganz (Asalto a la Cárcel 13) hace tomas excelentes, mientras que las locaciones naturales en Holanda --¡pasando por Estados Unidos!- dan una atmósfera más auténtica. Si al espectador no le importa que la cinta se regodée en intentos inútiles de sostener el suspenso que crea, entonces podrá entretenerse un rato.
Los que hayan leído muchas novelas de detectives o bien, los que no se pierden CSI (en cualquiera de sus modalidades geográficas) se sentirán defraudados en parte al descubrir al asesino muy pronto, al tiempo que ven cómo éstos personajes, que se supone son una élite de investigadores, se reducen solitos – o si queremos hacer leña del árbol caído, de la mano de un director de segunda- a la categoría de títeres a la espera de su encontronazo con una muerte violenta, estúpida e innecesaria. Igualito que la película.
La Isla Maldita / Mindhunters
Con Jonny Lee Miller, LL Cool J, Patricia Velásquez, Christian Slater, Kathryn Morris y Val Kilmer
Dirige: Renny Harlin. Distribuye: Buena Vista. (2004)
