Es una actriz multipremiada y una soñadora confirmada, que en su más reciente filme, interpreta a una de las mujeres más famosas de la historia.
Miguel Cane
En una década, Hilary Swank se ha convertido en una de las actrices más respetadas por la crítica y aplaudidas por el público. Tiene dos premios Oscar – por sus actuaciones en Los Muchachos no lloran y Million Dollar Baby- y una carrera sólida, alejada de los escándalos habituales en Hollywood. “Una de las grandes ventajas que tengo es que casi nadie me reconoce cuando no estoy trabajando. Eso me gusta, me da muchísima libertad. La fama no me ha causado molestias, al contrario. Creo que es estupendo que la gente no me reconozca. Eso no me enoja para nada.”
La actriz que se dio a conocer a los 20 años con El nuevo Karate Kid se ha convertido, a los 35, en una intérprete con una entrega absoluta a cada personaje con el que se involucra. Y así como pudo transformarse en una chica que se hacía pasar por hombre, para luego encarnar a la perfección a la mujer que quiere ser boxeadora, ahora regresa a la pantalla grande en Amelia, de la mano de Mira Nair, con otro papel igualmente complejo: el de la aviadora y feminista norteamericana Amelia Earhart, quien se convirtió en un mito cuando en 1937 desapareció mientras cruzaba el Atlántico.
En una película como Amelia, en la que todo el mundo sabe cómo acaba, ¿cómo se construye la tensión dramática?
Siempre que pienses que ya sabes cómo termina una película tienes que ir a ver si de veras termina como crees porque siempre hay más de una teoría, ¿no? Obviamente hacer una película siempre es un proceso de colaboración que incluye las ideas de muchos, pero en líneas generales siempre trato de hacer lo que me dicen y loque está en el guión tratando de interpretar mi papel con honestidad. Es una gran responsabilidad interpretar a una persona real, sobre todo si es un icono tan importante como Amelia Earhart. Todos sabemos a la perfección quién fue y cómo era físicamente, así que no quedaba mucho espacio para licencias poéticas y tuvimos que hacer lo mejor que pudimos para honrarla, siempre guiados por el ojo experto de Mira Nair, que es una directora fascinante. Siempre habia querido trabajar con ella y es un sueño hecho realidad.
¿Tomaste lecciones de vuelo para prepararte?
Sí. Obviamente, una no puede interpretar a Amelia Earhart y no aprender a volar, sería terrible en todo sentido. Cuando eres pequeño, la vida está llena de "primeras veces": los niños aprenden cosas todo el tiempo: a montar en bicicleta, a leer... Hay miles de cosas que nunca has hecho y eso te da una sensación de gran euforia porque ese momento requiere de toda tu concentración. Luego, cuando llegas a adulto, las "primeras veces" son escasas. Aprender a volar fue una "primera vez" y, por eso mismo, una experiencia que requiere de todos los sentidos. Es peligroso y hace falta mucha audacia, tiene todo lo que a mí me gusta, que, creo, es lo mismo que le gustaba a Amelia. Yo aún no me he atrevido a pilotar yo sola pero sí volé varias horas.
¿Y cómo te sentiste en el aire?
Fue emocionante. Y hasta divertido: estas lecciones me hicieron sentir muy distinta. ¡Hasta intrépida! Una vez convencí a mi instructor para hacer una locura. (Risas) Recuerdo que un día que estábamos en una de mis clases le propuse volar hasta Las Vegas para dar una sorpresa a mi novio, que estaba allí. Le dije 'pasaré a recogerte', pero el pobre no se imaginaba que yo lo haría en avión. (Risas) Ya en serio, creo que pilotar un avión es mucho más fácil que pilotar tu carrera. Esta profesión está llena de turbulencias y como un piloto, necesitas sangre fría para saber hacia donde quieres llegar y qué estás dispuesto a lograr y cuánto quieres pagar por ello. Eso me parece admirable de los pilotos.
¿Qué fue lo que más te impactó de la forma de ser de Amelia?
Una de las cosas que tomé de ella –algo que me pareció muy inspirador y conmovedor y que, creo, es lo que la hace un personaje tan irresistible– fue la idea de que Amelia vivió su vida como quiso. No tuvo reparos en decir: "Esta es mi vida, yo la veo así y este es el modo en que quiero vivirla". Semejante actitud aún no es muy común en el 2009, en especial con respecto a las mujeres. Me parece que estamos viviendo en un mundo donde es el hombre el que tiene los privilegios y por eso muchos hombres pueden tener la vida que siempre desearon. En el caso de las mujeres no es tan así, ni siquiera en el 2009, por eso si pensamos que estamos hablando de una mujer que vivió en la década de los veinte, cuando las mujeres acababan de conseguir el derecho al voto, y en la década de los treinta la historia es más increíble todavía.
¿Podría decirse que como actriz tú soñabas con este papel?
No, en absoluto. No es que siempre haya querido representar a Amelia Earhart, lo que sí deseo es interpretar papeles que constituyan un reto para mí, que me asusten y me hagan aprender cosas nuevas sobre el mundo, sobre mí y sobre el arte. Cuando este guión aterrizó en mi escritorio sentí que si todos fuéramos tan directos y sinceros con nuestros sentimientos, emociones, deseos y necesidades, podríamos manejar mejor las expectativas en nuestras relaciones con los demás. Creo que es un verdadero reto ser tan franco incluso con las personas a las que uno más ama. Me parece que Amelia vivió su vida con sinceridad y sin esconder nada. Por eso cuando hizo lo que quiso con su vida, sus seres queridos ya estaban advertidos y nadie resultó herido. Eso me pareció irresistible de ella. Amelia es una de las mujeres más célebres de toda la historia, y cuando buceas en su vida descubres que parte de esa celebridad se debe a que fue un verdadero mito y una inspiración para las mujeres de su época.
Fue una figura icónica. ¿Sientes que su herencia sobrevive?
Me gusta pensar que sí. Resulta curioso ver cómo a medida que han ido pasando los años y las mujeres hemos ido ganando esa teórica igualdad con el sexo masculino, la admiración y el respeto que sentíamos como mujeres por aquellas otras que se alzaban como pióneras, como fue el caso de Amelia, se ha ido perdiendo a cambio de una sensación de rivalidad que no entiendo. Avanzamos más rápido si nos apoyamos entre nosotras y espero que el público, hombres y mujeres, lo sientan así también.
¿Dirías que tus sueños de jovencita se han hecho realidad o te falta algo por alcanzar?
Es algo que cambia con el tiempo. A los 15 años no me imaginaba que podría llegar a un punto en mi carrera en el que dijera “me siento satisfecha”... y me siento satisfecha. Pero siempre hay nuevos retos. Creo que si dejas de buscarlos, te quedas estática, pierdes tu energía. Eso no es para mí. Creo que todos tenemos un compromiso con lo que queremos hacer en la vida y no hay que olvidarlos. Eso es algo que Amelia hacía y con ello me identifico totalmente. Llegarás a donde quieras, el límite lo pones tú.