Pedro Emilio Segura Bernal
La historia es sencilla y casi por todos conocida, pero aun así, comentémosla. Lars von Trier se deprimió, se bloqueó y le costo escribir, así como le fue imposible tomar una cámara. Tiempo después, a pesar de las dificultades logró concebir Anticristo.
La trama de Anticristo es sencilla y probablemente usted lector ya la conoce, pero aun así, más por responsabilidad que por gusto, mencionémosla. El y Ella se rinden a los placeres de la carne mientras su primogénito, disfrutando de su libertad a causa del descuido paterno, cae de una ventana dándose así su muerte. Dicho suceso, contenido dentro del prólogo de la obra, se retrata con una técnica tan impecable que disgusta, quedando como resultado una escena falta de emoción salvo por la musicalización de Handel donde la exactitud técnica y su impecable factura disgustan más que deleitar visualmente.
El resto de Anticristo trata sobre el proceso y las consecuencias de la culpa, más en la madre, encarnada por una Charlotte Gainsbourg que se enfoca en impresionar dando uno de los mejores desempeños que se podrán observar dentro de la historia de la cinematografía mundial, por exagerado que pueda leerse. La pareja se adentra dentro de una de sus propiedades colocada en un bosque llamado Edén (más que obvia la base de este elemento) buscando bajo técnicas psicológicas (dícese de una terapia cognitiva que en Anticristo termina aplicando de manera individual el paciente a su doctor) para de ahí partir a que se suscite el tormento y el horror.
En sí, Anticristo es una búsqueda del terror dentro de lo natural, lugar donde el orden se encuentra y se da dentro y gracias al caos, donde el fin último de todo resulta la muerte y donde todo resulta supuestamente bello y perfecto, es por si solo terrible, tal y como la naturaleza innata del hombre como animal más que como ente social.
Como podrán darse cuenta, más que una llamada a la controversia, la obra de Trier es un exorcismo de toda la mierda que poseía su alma, su corazón y su inconciente, así como un ejercicio cinematográfico acerca de la culpa, los placeres y la muerte. Todo esto tiene la finalidad, fuera de la misoginia y la crudeza de cada uno de sus componentes, de llamarnos a unirnos a la visión del danés autoproclamado el mejor director del mundo: todo está jodido y lo jodido incluye nuestro interior, que es el que realmente termina proyectándolo y fundiéndose con el exterior.
Destacan en los aspectos técnicos las hipnotizantes imágenes en diferente tiempo y color, tributo a Nostalgia (así como Anticristo en su totalidad a Tarkovsky, según los créditos finales). Resultan un respiro de belleza dentro de una marea de mierda y desagrado de carácter imprescindible.
Antichrist 2009
Director: Lars von Traer
Guión: Lars von Traer
Actores: Willem Dafoe (He) – Charlotte Gainsbourg (She)
Duración: 104 Minutos
País Dinamarca
La historia es sencilla y casi por todos conocida, pero aun así, comentémosla. Lars von Trier se deprimió, se bloqueó y le costo escribir, así como le fue imposible tomar una cámara. Tiempo después, a pesar de las dificultades logró concebir Anticristo.
La trama de Anticristo es sencilla y probablemente usted lector ya la conoce, pero aun así, más por responsabilidad que por gusto, mencionémosla. El y Ella se rinden a los placeres de la carne mientras su primogénito, disfrutando de su libertad a causa del descuido paterno, cae de una ventana dándose así su muerte. Dicho suceso, contenido dentro del prólogo de la obra, se retrata con una técnica tan impecable que disgusta, quedando como resultado una escena falta de emoción salvo por la musicalización de Handel donde la exactitud técnica y su impecable factura disgustan más que deleitar visualmente.
El resto de Anticristo trata sobre el proceso y las consecuencias de la culpa, más en la madre, encarnada por una Charlotte Gainsbourg que se enfoca en impresionar dando uno de los mejores desempeños que se podrán observar dentro de la historia de la cinematografía mundial, por exagerado que pueda leerse. La pareja se adentra dentro de una de sus propiedades colocada en un bosque llamado Edén (más que obvia la base de este elemento) buscando bajo técnicas psicológicas (dícese de una terapia cognitiva que en Anticristo termina aplicando de manera individual el paciente a su doctor) para de ahí partir a que se suscite el tormento y el horror.
En sí, Anticristo es una búsqueda del terror dentro de lo natural, lugar donde el orden se encuentra y se da dentro y gracias al caos, donde el fin último de todo resulta la muerte y donde todo resulta supuestamente bello y perfecto, es por si solo terrible, tal y como la naturaleza innata del hombre como animal más que como ente social.
Como podrán darse cuenta, más que una llamada a la controversia, la obra de Trier es un exorcismo de toda la mierda que poseía su alma, su corazón y su inconciente, así como un ejercicio cinematográfico acerca de la culpa, los placeres y la muerte. Todo esto tiene la finalidad, fuera de la misoginia y la crudeza de cada uno de sus componentes, de llamarnos a unirnos a la visión del danés autoproclamado el mejor director del mundo: todo está jodido y lo jodido incluye nuestro interior, que es el que realmente termina proyectándolo y fundiéndose con el exterior.
Destacan en los aspectos técnicos las hipnotizantes imágenes en diferente tiempo y color, tributo a Nostalgia (así como Anticristo en su totalidad a Tarkovsky, según los créditos finales). Resultan un respiro de belleza dentro de una marea de mierda y desagrado de carácter imprescindible.
Antichrist 2009
Director: Lars von Traer
Guión: Lars von Traer
Actores: Willem Dafoe (He) – Charlotte Gainsbourg (She)
Duración: 104 Minutos
País Dinamarca