Alguien nos quiere matar
Miguel Cane
Seguramente los responsables de la comedia romántica hollywoodense ¿Y dónde están los Morgan? no considerarían halagador el texto que sigue, pero siendo honestos, tampoco es el fin del mundo decir que este tipo de películas puede decantarse por cualquiera de tres senderos: buena, mala o mediocre.
Ejemplos de las tres abundan: buenas son algunas como Alguien tiene que ceder (Nancy Meyers, 2003) o la clásica Desayuno con diamantes (Blake Edwards, 1961), las malas abundan y para muestra, baste citar la horrorosa y moralina Spanglish (James L. Brooks, 2005) y esta que hoy nos ocupa, con la dupla Hugh Grant/Sarah Jessica Parker encabezando el reparto, entra en la tercer sin dificultad: es mediocre y tibiecita, sin elementos agresivamente estúpidos y algunos detalles que hacen gracia, con un elenco que está bastante bien, pero sin originalidad ni verdadera gracia, lo que la hace más bien un estreno “de relleno” en la cartelera, pese a la calidad de la producción.
Esta es la tercera película escrita y dirigida por Marc Lawrence, y las dos anteriores: Letra y Música y Amor por sorpresa también estaban protagonizadas por Grant. Esto parece que les funciona medianamente bien y el inglesito (que está envejeciendo sin mucha gracia, al igual que su encasillado personaje de “chico buena onda”, haciendo que se extrañe su trabajo en filmes como la fascinante Maurice o Luna amarga, a las órdenes del mismísimo Polanski). Esta vez Grant es Paul Morgan, un abogado neoyorquino que le pinta el cuerno a su mujer Meryl (Sarah Jessica Parker), y ésta lo manda a volar. Él se arrepiente de ese error y quiere reconciliarse con ella, pero ella está dolida y se muestra arisca. Entonces, justo cuando Paul está haciendo algunos progresos, ambos presencian un asesinato en plena calle (como si tal cosa) y se ven obligados (como les sucede a los Griffin en un episodio de la shockeante serie animada Padre de familia) a entrar al programa de protección de testigos del FBI, ya que hay un asesino a sueldo (Michael Kelly), que los quiere matar por lo que los Morgan se ven obligados a cambiar de nombre y trasladarse a Wyoming, a una pequeña ciudad en medio de ninguna parte, el tipo de lugar que, uno supone, los guionistas escogerían con toda la ironía del mundo para esconder a estos esnobs citadinos, que primero son apretados y aplatanados, pero conforme se relacionan con la “gente de a pie”, como Clay Wheeler (el gran Sam Elliott que todas las puede), sheriff del condado, y su señora, Emma (Mary Steenburgen), hospitalarios y generosos (clásico), poco a poco van a irse “alivianando”.y así la situación se presenta como una oportunidad para que ese tiempo que pasen en Wyoming pueda ayudarlos sanar sus “heridas” y recuperar su historia de amor. Mientras tanto, el asesino a sueldo intenta encontrar a los Morgan,y usted puede prever el final desde los primeros veinte minutos.
Aunque el director es aceptable con el manejo del “timing” cómico, tampoco se esfuerza mucho para que los personajes secundarios del pueblo sean gente interesante, a excepción de los Wheeler. El sutil menosprecio por los “cándidos aborígenes”, es ligeramente ofensivo, si bien no cae en lo ridículo, pero no se salva del consabido mensaje metido con cuña (la clase de cosa que deben creer es “lo que el público espera”), anodino y condescendiente, que señala cómo los pueblitos gringos que nadie toma en consideración no sólo son rancherías, también son fuentes de sabiduría y bondad y los catrines de la gran ciudad puede aprender allí un montón de cosas si logran dejar al margen sus celulares y sus cafés Starbucks. Pero seamos honestos, damas y caballeros, ¿saben quién hace películas con ese tipo de mensaje y se lo creen como algo genuino? Pues la clase de gente que nunca ha vivido en un poblacho de Wyoming, para empezar. La película no es indigesta, pero es tan poco memorable, que la semana próxima ya se habrán olvidado que la vieron, o bien, de por qué se gastaron su dinero en verla. Lástima, Margarito.
¿Y dónde están los Morgan?/Did you hear about the Morgans?
Con Hugh Grant, Sarah Jessica Parker, Elisabeth Moss, David Kelly, Mary Steenburgen y Sam Elliott.
Dirige: Marc Lawrence
Estados Unidos 2009