Miguel Cane
En su segundo largometraje, el mexicano Gustavo Loza regresa a un territorio que es su especialidad [es el creador de la exitosa TV serie Bizbirije y dirigió Atlético San Pancho en 2001]: el mundo visto a través de los ojos de un niño. O bien, en este caso, de tres.
Prisciliano vive en Zirahuén, Michoacán. Ángel ha crecido en la vieja Habana y Fátima es una pequeña marroquí. Los tres tienen muchas cosas en común. Tienen o están a punto de cumplir diez años, son soñadores y los tres pertenecen a familias humildes donde hay un elemento que falta: el padre.
A partir de esta anécdota, se cuentan tres historias paralelas que jamás se tocan y que, sin embargo, comparten un significado importante. Los pequeños desean, cada uno a su manera, emprender el viaje para reunirse con sus progenitores en “el otro lado”, algo que en un principio resulta abstracto, hasta que se van acercando a un significado más auténtico. De este modo, los tres se verán involucrados en aventuras de distintos tipos. Algunas con tintes trágicos, otras fantásticas, pero todas con un objetivo principal: reunirse con el padre. Revelar más de la trama sería arruinar el desarrollo de estas historias (que fueron filmadas por separado a lo largo de casi dos años de producción), en las que destacan no sólo sus tres pequeños protagonistas: Adrián Alonso (Prisciliano), Jorge Milo (Ángel) y Nuria Badhi (Fátima – esta última alternándose con su hermana gemela, Marian, para algunas tomas).
También son notables las interpretaciones de Ignacio Guadalupe como un padre noble pero atribulado, Vanessa Bauche, como su esposa, que intenta ser valerosa ante lo incierto; Héctor Suárez en una participación especial como un benévolo tío, la mexicana Susana González, convincente y bien lograda como una joven madre cubana y la sensacional diva Carmen Maura, que brilla en su breve intervención como una mujer dura y sin escrúpulos, que se ve confrontada con un aspecto de si misma que desconocía. Estos adultos ayudan a dar un tono particular a la cinta, que, si bien es una historia acerca de niños, no necesariamente es sólo para este tipo de público.
El guión (del mismo Loza) apela a la sensibilidad de un público más adulto: algunas de las situaciones tienen efectos de crudeza real que apelan a una mente más madura para ser comprendidos. La muerte, la corrupción, el crimen, el abandono, el remordimiento… todos estos temas oscuros tienen su lugar en la trama, que también se las ingenia para adquirir visos de humor y de profunda ternura.
Filmada a manera de co-producción internacional con locaciones naturales en Tánger, Málaga, La Habana y Michoacán, Al Otro Lado es una cinta ambiciosa y a la vez muy sensible, que explora el mundo desde un punto de vista que muchas veces es subestimado: el de los niños y los resultados son por turnos conmovedores y lúcidos…la migración es un fenómeno que se manifiesta en todas las culturas, igual que los sueños infantiles. Las historias de estos tres (Ángel sueña con un padre que no existe mas que como una imagen que [él no sabe] es un fotograma de Robert DeNiro; Prisciliano sueña con “el otro lado” y – en la parte mejor lograda- Fátima desafía en su inocencia a todo lo que representa su mundo) son sólo un ejemplo, que permanece como material de reflexión aún al encenderse la luz.
Al otro lado
Con Carmen Maura, Vanessa Bauche, Ignacio Guadalupe, Susana González y Héctor Suárez. Dirige: Gustavo Loza. Distribuye: DeCine (2005)
Con Carmen Maura, Vanessa Bauche, Ignacio Guadalupe, Susana González y Héctor Suárez. Dirige: Gustavo Loza. Distribuye: DeCine (2005)
