Jacobo Bautista
Comencemos aclarando algo: desde el año 2000 y por motivos que desconozco (eso queda en la oscuridad de las cosas que uno le confiesa al psicoanalista) me volví fan de las películas de adolescentes. Hay algunas que son una reverenda basura, pero casi todas tienen un algo de encanto.
En 10 Cosas que Odio de Ti, por ejemplo, me late el asunto de todas las leyendas que se pueden crear en torno a una persona en la escuela y la canción del final, que me permitió conocer al grupo Letters to Cleo. De She’s All That, el haber visto a Rachel Leigh Cook y dos tres líneas del guión que valían la pena… pero en general, las películas son muy bobas. Sólo una, a mi parecer, destacaba de todo el resto y se encontraba en un nivel superior: Angus (1995) que es una extraordinaria mirada a los ‘descastados’ de las escuelas.
Angus pretende ser una comedia, pero tiene tintes de comedia bastante bien logrados y la demoledora pregunta “¿Tienes idea de lo que es levantarte todos los días deseando ser otra?.
Así las cosas y platicando con uno de mis mejores amigos (casi mi guía espiritual y mi asesor político por excelencia) sobre películas adolescentes, me recomendó ver Mean Girls. Al verme total y completamente solo un sábado, sin tener gana de pintar o escribir, me fui al Blockbuster a buscarme una copia –para comprar– de Sky Captain and the World of Tomorrow y me puse a buscar buenas películas para rentar.
Y hasta el quinto párrafo comienzo a hablar de la película… en fin… el afiche de la película nunca me llamó la atención, es demasiado mucho muy común y me remitía a la típica película adolescente que es bien tonta, que trata de la chica fea que nadie quiere que se enamora del galán de la escuela y al final, a la hora del baile de graduación, consigue conquistarlo a pesar de la chica guapa de la escuela (por cierto, una mirada a este mundillo lo brinda más o menos con éxito, la película Jamás Besada con Drew Barrymore).
La renté porque me dijeron ‘está buena’ así que la comencé a ver sin prejuicio alguno, sin esperar una maravilla, pero sabiendo de buena fuente que no era una porquería. Me hice acompañar de una Coca-Cola de lata y me encontré con Lindsay Lohan. ¡Ay Dios! Ese fue el primer gancho a la quijada. ¿Recuerdan a Lindsay Lohan? Es la chica que sale en The Parent Trap (creo que en México le pusieron Juego de Gemelas) que pasan muchísimo en la televisión (Canal 7 de TV Azteca); yo creí que las gemelas en esa película (protagonizada por Dennis Quaid) eran realmente gemelas, pero no, las dos fueron interpretadas por Lindsay Lohan… cuando no sé cuántos años tenía. Lindsay Lohan ha crecido y se ha convertido en una muy, pero muy bella jovencita.
Explicar la situación es bastante sencillo: Cady Heron (Lindsay) ha sido educada toda la vida en casa, casi toda su vida ha vivido en África. Y en las primeras escenas, cuando la protagonista explica lo raros que resultan los jóvenes que han estudiado toda su vida en casa, vemos que esta es una película inteligente. Sale un niño del sur norteamericano explicando algo así como que en el tercer día, Dios creó el rifle Remignton de .30 para matar osos y homosexuales. “¡Amén!” dicen sus compañeritos.
Este tipo de humor no es de cualquier película… y entonces uno pone atención.
Cady llega por primera vez en su vida a una escuela… y no podía ser en peor momento que en la preparatoria. La introducción al microcosmos de la escuela (y es que toda escuela es un microcosmos) la hacen dos personajes que se vuelven entrañables, que en general no se les dio ni se les da mayor crédito en la película, pero son los ejes que hacen que la trama se mueva, tenga coherencia y sea tan maravillosa.
Se trata de lo que en la escuela llaman ‘art freaks’, una chava lesbianona y un tipo, Damian, que es “demasiado gay para funcionar”. Estos dos personajes, Janis y Damian son los que llevan el peso de la película, no se les da mucho crédito en el DVD, no se les da mucho peso en la promoción, pero el argumento y el guión gira en torno al odio que le tiene Janis a la chica más popular de la escuela, Regina George..
Hasta aquí he descrito más o menos una película adolescente normal… incluso cuando comienza y Janis y Damien le presentan a Cady a los grupitos de la escuela, todo es igual a lo que ya hemos visto desde la televisión, hasta el cine, pasando por nuestras propias escuelas… y el centro de atención son ‘Las Plásticas’, tres chavas que son el centro de atención y deseo de los demás alumnos. Ya saben… la típica historia de la más popular y en cuando las presentan sucede lo que en ningún otra película habíamos visto, nuestra protagonista es reconocida inmediatamente como una chica atractiva y se une al clan de las más guapas de la escuela.
Y he ahí lo interesante… aunque dos de las tres ‘Plásticas’ no pasan de ser chicas bobas (la güera de las formas voluptuosas interpretada por Amanda Seyfried se lleva las palmas), la más popular, la guapa, la que todas las chicas quieren ser, la que todos los chicos quieren tener, Regina (interpretada por Rachel McAdams con el pelo largo), es una niña muy inteligente.
Y aquí comienza esta película a distanciarse de las demás porque Regina no solamente es guapa y atractiva, es inteligente y no nada más eso… es una auténtica bastarda. Una combinación espantosa… precisamente porque es todo eso es porque busca la amistad de Cady, porque la reconoce como atractiva y una rival en potencia… había que tenerla cerca.
Pero Cady, a pesar de ser ingenua, es una niña inteligente, igual de atractiva –o más– que aprende rápidamente el juego de ser maldita y de pasar todo el tiempo con una niña a la que admira pero que odia a tiempo que aprende de ella el cómo apuñalar a la gente por la espalda.
El guión de la película está basado en Queen Bees & Wanabes, que no es una novela, no es ficción… es simplemente un libro de anécdotas y recomendaciones para las chicas que se dejan influir mucho en la escuela por estas niñas atractivas y malas. ¿O no en la escuela las niñas altas, güeras y con bonita silueta solían tratar a las demás, mientras más feas, peor?
Esta película tiene mensaje y eso vale mucho en estas cintas orientadas a las chavitas núbiles. El mensaje lo da, además, una de las niñas que media película se comportó como basura. ‘Decirle a otra niña que es fea no me hace más bonita, decirle que es tonta no me hace más inteligente, el que otra niña ande con el niño que me gusta no me hace peor persona’… son de las cosas que se recitan cerca del final.
En la película no hay malos. La gente más buena onda, la lesbiana y el gay, los que parecen los buenos, son los que llevan a Cady a competir con Regina y a ‘tirarla del trono’; la misma Cady termina comportándose como una maldita bastarda con todo el mundo y Regina, que es la ‘maldad personificada’ termina siendo la víctima en la película. El título de Chicas Malas le va bien porque en esta película no hay buenos, todas son malas (incluyendo al gay).
Recomiendo el DVD de la película que ya está fuera de cartelera, trae un par de documentales de cómo se hizo la película (por cierto, todos los actores adultos salieron de Saturday Night Live, y cuando aparecen se maneja un humor distinto al resto de la cinta, pero bien intercalado) y los comentarios de un montón de chicas guapas (las actrices) de cómo son las chicas guapas a su edad… intercalados con la opinión de la guionista, una mujer muy atractiva –que sale en la película de profesora– que como estudiante fue ‘una más del montón y víctima de las guapas–.
El libro no lo puedo recomendar, no lo he leído, pero el DVD tuvo un efecto curioso… no compraré el DVD, pero sí el libro. Apenas fue mencionado en el DVD como la piedra angular del guión, apunté el nombre para adquirirlo vía Amazon (lo siento, las librerías mexicanas siguen muuuuy limitadas).
Mean Girls
Dirige: Mark Waters
Guión de Tina Fey, basada en el libro Queen Bees & Wanabes de Rosalind Wiseman
Protagoniza por Lindsay Lohan y Rachel McAdams