9 mar 2010

Y comenzó la estafa

Jacobo Bautista




Durante años, sostuve la tesis de que un teléfono celular debía hacer y recibir llamadas, no más.

Mi primer celular, un Ericsson, servía para hacer exactamente eso. Era un modelito elegante, de esos ‘de tapita’. En la película A Perfect Murder, Michael Douglas usa un celular igualito para llamar a su esposa, Gwyneth Paltrow y provocar su asesinato.

Y así, luego compré un Kyocera cuyo avance tecnológico era la luz azul. Con este aparatejo comencé con el asunto de los mensajes vía celular.

Al surgir los aparatos con reproductores de mp3, cámaras de foto y de video, me parecía excesivo que un aparato de comunicación tuviera cosas que hacían mejor otros aparatos. Las patéticas cámaras siempre fueron muy malas, los reproductores no tanto, pero el espacio disponible para mp3 siempre fue muy poco. ¿Para qué quiero un reproductor de estos, si ya tengo un iPod? ¿Para qué quiero que tenga cámara si ya tengo una, regularmente 10 veces mejor que la cámara del teléfono?

Seguí muy feliz con mis baratísimos teléfonos que hacían y recibían llamadas. Los cambios de aparato los hice únicamente cuando el anterior modelo ya no servía.

Surgió un día el Smartphone, un teléfono ‘inteligente’, me decían y yo los veía con harto recelo ¿a qué se referían con ‘inteligente’? ¿podría este reconocer a la gente a la que le debo dinero y simular el ruido de que como que estoy en un aeropuerto a punto de abordar un vuelo rumbo a Haití?

Veía con curiosidad a quienes traían una BlackBerry, con el aparatejo podían ahora checar su mail y algunas otras aplicaciones desde el teléfono –que quienes tienen una BlackBerry generalmente no se refieren al aparato como un teléfono sino como una BlackBerry- y alguien me contó la historia que el nombre ‘black berry’ es como los esclavos llamaban a la bola de acero a las que permanecían encadenados.


Le pregunté a Javier Matuk sobre la veracidad de la historia y me dijo que nel, que el nombre se lo puso uno de esos despachos especializados en ponerle nombres muy cuquis a las cosas que originalmente llevan el atractivo nombre de ‘IFS875/2’. Sin embargo, la primera historia está mejor… y nunca hay que dejar que la verdad eche a perder una buena historia.

Cuando salió al mercado el iPhone, yo apostaba que este aparato significaría la muerte del aburridísimo BlackBerry. ¿Quién en su sano juicio podría preferir una computadorcita toda mamila y seria a un iPhone que además sirve de teléfono y para conectarse a la red? Sorpresa para mí el descubrir que incluso mi hermano, trae un burócrata esclavizado en el alma, que prefiere una BlackBerry a un iPhone.


Ahí surgió esta otra teoría que traigo… la de que el celular habla más de tu persona, de tu verdadera persona, que cualquier corbata, reloj, traje, blusa, camisa o arete que te puedas colgar.
Así las cosas, un día la gente de Sony Ericsson me invitó a la presentación de los nuevos modelos con que van a enfrentar este año. Me sorprendió saber que teniendo la tecnología Walkman por un lado y la CyberShot por otro, nunca las habían juntado hasta ahora. Los nuevos teléfonos traen unas buenísimas cámaras CyberShot y para la música, el Walkman… la cámara de algunos de sus modelos tienen más resolución que la Canon EOS (réflex) que actualmente uso.

Aún así, no me convencieron… hasta que me contaron que puedo no solamente navegar en la red con estos teléfonos sino que puedo concentrar todos mis contactos, principalmente aquellos de Gmail… porque el teléfono puede usar la libreta de direcciones ya sea de Yahoo, Hotmail o del mail de Google.

Esto significa que cuando busco un contacto en mi teléfono, al apretar un botón, puedo ver en la pantalla los mails que le he mandado a esta persona, las llamadas que hemos intercambiado… los twitts, los mensajes de Facebook y poco le falta para ponerle ahí la última vez que pensé en esta persona… apretando un botón puedo lo mismo mandarle un mail, un mensaje vía Facebook, un twitt, un mensaje vía Messenger e incluso hablarle por teléfono.

Ahora sí estamos viendo un medio de comunicación (y no se entretenimiento), así que decidí dar el salto tecnológico. El aparato elegido fue precisamente el Xperia X10 que presentaron los de Sony Ericsson, y chistoso, porque el aparato llega en mayo… decidí este Xperia y no el iPhone porque el iPhone es como que demasiado entretenimiento, el otro extremo del BlackBerry… y no es para tanto. El Xperia me pareció el justo medio.


Pero los amigos de Motorola se adelantaron y sabiendo que el teléfono ejecutivo, como han definido en Sony a el modelo citado, llegará hasta mayo, me mandaron un Motorola Dext con Moto Blur.

Complicado, con un instructivo que no sirve mas que para lo básico (hay que aprender a usarlo picándole), con una pantalla táctil muy sensible que me ha hecho hacer harta llamada que no quiero, a veces incluso sin darme cuenta.

Lo que sí he entendido y es a donde quiero llegar con esta perorata, es todo eso que habla de la gente del Twitter (no tanto del Facebook, que es más complejo y de cuyas bondades ya escribí). Ahora que leo que si la gente está en el cine, entrando al estudio de tele, en el tráfico y le avisa vía Twitter a los demás que un camión se cayó del segundo piso del Periférico y que hay mucho problema en Avenida Las Flores, no es porque Twitter sea una maravilla que haya cambiado al mundo… el cambio está en los Smartphones que nos permiten utilizar esta herramienta del twitt y más aún, ni siquiera en los aparatos sino en la habilitación de una red inalámbrica que hace posible la conexión a la red sin cables.

Lástima, eso sí, que el monopolio de Telmex nos tenga con una red 3G tan jodida como la que tenemos, con unas velocidades patéticas… y más aún, a un gobierno con tan pocos huevos como para terminar con el monopolio… y apena más que sean del PAN, porque del PRI o del PRD lo esperaría, pero de los liberales que siempre han defendido el libre mercado da pena.

Se supone que hoy vienen los de Sony Ericsson a dejarme un teléfono más fácil de usar, política aparte, veremos qué tan complejo hacen los sueco-japoneses estos aparatos, porque de que hay gente que lo hace imposible, la hay y por eso precisamente pasé tanto tiempo con un teléfono que servía sólo para hacer y recibir llamadas.

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